La primera parada fue la casa de Horgus. Después de soportar las quejas del noble durante días, ahora que se dirigían allí estaba extrañamente callado. Caminar por Kenabres seguía siendo tan confuso como el día anterior, pero con la ayuda de Irabeth los dos o tres demonios que los atacaron no duraron demasiado. Había sido una buena adición al equipo.
La mansión Gwem estaba, extrañamente, intacta. Pasaron a través de la celosía de hierro forjado, el jardín cuadriculado pero majestuoso. La puerta seguía cerrada, aunque Horgus notó que sin llave. Por más que llamaba a sus guardias, no venían a su encuentro. Su mal humor fue en aumento hasta que, al entrar, se dio cuenta de que le habían robado.
-¡Qué bribones! No sólo han dejado mi casa desatendida, sino que han huido con las manos llenas. Tsk, tsk. -Horgus gruñó un poco más, pero se notaba que estar en el hogar lo ablandaba-. Acompañadme. Mi cámara blindada está en el sótano.
El noble dejó que lo siguieran hasta allí, pero insistió en que se volvieran cuando introducía los números que la abrían. Dentro se encontraron con un búnker perfecto para pasar varias semanas hasta que todo se arreglase. Sus objetos más valiosos se encontraban allí. Había una cama, una estantería llena de libros y varias cajas fuertes de menor tamaño. Abrió una y sacó de ella varios lingotes de oro por valor de 1000 piezas.
-El pago convenido -dijo, entregándoselo a Ioseph-. La verdad es que lo habéis hecho bien. Mejor de lo que esperaba. Espero... espero que os vaya bien y salgáis de esta sanos y salvos. Yo me quedo aquí. Tengo mucho que leer hasta que llegue el ejército. -Torció el gesto y, como si le doliera la tripa, dijo-. Gracias.
+1000 po
+800 px para cada uno
Ioseph asintió y guardó los lingotes.
-¿Estás seguro de que quieres quedarte aquí? ¿Solo? Podríamos esperar a que recojas lo indispensable y acompañarte de vuelta al Corazón del Defensor.
-¿Y tener que compartir el cuarto con el cornudo, y mis comidas con toda esa gente tan triste? No, no. Me quedo aquí conmigo mismo. Nadie vendrá a buscarme. A vosotros, en cambio, en el último bastión de resistencia de la ciudad... -Horgus sonrió de medio lado-. Anda, idos ya, que me está dando dolor de barriga veros.
-A enemigo huyendo, puente de plata, que se dice. Vayámonos a otro lugar. Como bien dice este anciano hombre, somos el último bastión resistencia.
Tras abandonar la Mansión Gwerm, se dirigieron a la biblioteca Alanegra. El elfo, sin Anevia, estaba más perdido que nunca, pero sus ansias por llegar lo hacían caminar en primera línea.
Al llegar a la calle de la biblioteca, encontraron la línea de casas especialmente devastada. Alanegra, que poseía la mayor cantidad de información sobre demonios del país, había desaparecido. Del imponente edificio sólo quedaban las paredes exteriores y el vestíbulo principal. Todo lo demás eran escombros.
Cuando le dijeron lo que tenían delante, Aravashnial cayó de rodillas.
-N-no... Mis amigos. Todos mis amigos vivían... ahí... -El dolor era tan intenso para él que no lanzaba las manos al cielo ni pedía explicaciones a los dioses, ni juraba venganza. El elfo se había apagado y no era más que una cáscara de rodillas.
Ioseph se arrodilló junto a Aravashnial y le rodeó los hombros con un brazo. No podía dejar de pensar en una escena similar en el templo de Shelyn. No había visto ningún sacerdote de su diosa entre los refugiados, pero eso no significaba que ninguno hubiera sobrevivido. Y lo mismo era cierto para los amigos de Aravashnial.
-Eh, no es momento de desesperar. Vamos a buscar supervivientes, ¿de acuerdo?
Desde la biblioteca se oía una voz furiosa de hombre que decía:
-¡Vamos! ¡Apila mejor esos libros! ¡Me estás haciendo perder la paciencia!
-Eh... escuchad. Ioseph, puedo haceros invisible para que entréis y les sorprendáis... O podemos buscar otra manera.
En su rosto se tornó una mueca de rabia.
-No les dejaremos que se salgan con la suya después del daño que han hecho
Conjuros para hoy:
Nivel 1:
Armadura de mago.
Sueño
Grasa
Rociada de color x2
Manos ardientes x2
Nivel 2:
Invisibilidad x2
Rayo abrasador x2
Esfera flamígera
Fuerza de toro.
Ioseph levantó la cabeza al escuchar voces y asintió. Si eran más cultistas era su deber acabar con ellos, salvo que decidieran rendirse.
-Gracias, Kevveon.
Se puso de pie y blandió a Resplandor, preparado para recibir el conjuro. Al menos podrían conocer la naturaleza de aquella amenaza antes de actuar.
El tiflin preparó su conjuro y se lo lanzó al paladín, que poco a poco fue desapareciendo.
-Recordad, un gesto fuerte y os volveréis visible. Pensad bien vuestros movimientos. Estaremos aquí para sorprender al enemigo. Suerte maese Merrion.
Gasto un invisibilidad.
Cuando se hubo acostumbrado a no ver sus propios pies se puso en marcha hacia la biblioteca, esperando encontrar a refugiados medio congelados tratando de hacer una hoguera en lugar de cultistas demoníacos.
Ioseph se asomó a la puerta y vio que el vestíbulo principal aún quedaba en pie a pesar de que parte de sus paredes habían sido engullidas por escombros. Había varias estanterías vacías. Los libros se hallaban en torno a cuatro personas maniatadas y amordazadas que se removían y gemían aterrorizados. Al círculo de libros iba añadiendo más una mujer que lloraba mientras rebuscaba más entre los escombros. Tenía la ropa hecha jirones y los brazos sucios.
Junto al círculo había un hombre vestido de armadura con el símbolo de Iomedae en el pecho, un escudo y una maza pendida del cinto. No dejaba de gritarle a la mujer, persiguiéndola para que se diese prisa. Tanto su cara como sus guanteletes estaban manchados de sangre.
Junto a la puerta había dos tiflins, uno de ellos con una antorcha encendida en la mano. Cuando Ioseph se asomó, el cruzado ordenó a uno de los tiflins que mirase a ver qué ocurría. Sus ojos lo atravesaron sin hallar nada.
-Habrá sido el viento -dijo volviendo a su sitio.
Tirada oculta
Motivo: sigilo
Tirada: 1d20
Resultado: 6
Tirada oculta
Motivo: escuchar
Tirada: 1d20
Resultado: 10
Tirada oculta
Motivo: escuchar
Tirada: 1d20
Resultado: 13
Procurando no hacer ruido Ioseph miró a todos los presentes uno por uno, usando las bendiciones de Shelyn para determinar si eran malvados.
Los tiflins y el cruzado eran malvados hasta los huesos.
El cruzado empujó a la bibliotecaria con el escudo y los libros se cayeron desordenadamente sobre la pila.
-¿Quieres que te aplaste la cabeza con esto? -preguntó señalando su maza-. Lo haré, te juro que lo haré si no te mueves más deprisa. ¡Me estoy aburriendo! Si hubiera sabido que eras tan lenta te habría tirado al centro del anillo y habría mandado a otro a que lo completara. ¡Vamos!
Debería haber retrocedido para avisar a sus compañeros, pero no podía dejar a esa gente allí. No había ninguna duda sobre lo que debía hacer. Cargó contra el falso adorador de Iomedae y lanzó un golpe contra sus piernas con la esperanza de tirarle al suelo. Al menos desde su posición podía prepararse para responder a cualquier posible agresión.
-¡Rendíos inmediatamente -gritó, esperando que sus amigos le oyesen- y se os perdonará la vida!
Motivo: derribo
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+14)=23
Cargo contra el de la armadura y le hago una maniobra de derribo con la guja para tirarle al suelo. Es contra su CMD. También activo castigar el mal.
-¡Rendíos inmediatamente -se oyó gritar a Ioseph- y se os perdonará la vida!
Vais a tardar 2 turnos en llegar y entrar.
El derribo dejó al cruzado tirado en el suelo, sorprendido y confuso. Los dos tiflins reaccionaron con igual sorpresa ante el paladín que acababa de aparecer frente a ellos. Tan pronto como le fue posible, el cruzado se puso en pie.
-¡Mirad lo que ha aparecido! ¡Los nuevos amos me recompensarán cuando les enseñe tu cabeza! -dijo.
Pero la mujer, tan pronto como Ioseph apareció, dio un paso atrás y pronunció unas palabras en dracónico al tiempo que elevaba los dedos y apuntaba con ellos al cruzado. Un cono de llamas lo envolvió.
Motivo: ini chaleb
Tirada: 1d20
Resultado: 20(-1)=19
Motivo: ini tiflins
Tirada: 1d20
Resultado: 1(+2)=3
Motivo: ini ioseph
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+2)=4
Motivo: ini fenna
Tirada: 1d20
Resultado: 15(+1)=16
Motivo: ataque chaleb
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+5)=12
Motivo: manos ardientes
Tirada: 1d4
Resultado: 2
Motivo: reflejos
Tirada: 1d20
Resultado: 12
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Me he equivocado por la distancia. No ataca, sino que se levanta. Tienes un AdO
Cuando el falso cruzado se levantó Ioseph le golpeó en la cabeza con el plano de la hoja, y después giró sobre sí mismo y le hizo un gran corte cruzando el pecho.
Motivo: AdO
Tirada: 1d20
Resultado: 19(+12)=31
Motivo: daño
Tirada: 1d10
Resultado: 4(+9)=13
Motivo: ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+13)=20
Motivo: ataque
Tirada: 1d10
Resultado: 1(+15)=16
Me he equivocado con el ataque poderoso, que ahora es -2/+4.