Partida Rol por web

-Sin duda es un buena idea, pero al igual que pasara en Castilla temo que la Revuelta haya hecho bailar las coronas entre los Vástagos -dijo Oana antes de quedarse un poco pensativa-. En el Elíseo nos aclararán la cuestión. Diré a los criados que nos dejen allí y busquen un refugio cercano.

Tras ello el carruaje entró en la villa sin demasiado problema, después de pasar por el puesto franco de la muralla. Una vez recorrida la ciudad desde el sur hasta casi la orilla con el Ebro, las Vampiras se apearon frente a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar. Rosalía se quedó ensimismada al contemplara y Oana la hizo salir del trance tocándole delicadamente el hombro.

-La última vez que estuve aquí el Elíseo se encontraba bajo esta plaza, en una antiguar ruinas romanas -explicó mientras buscaban una entrada secreta entre el Pilar y la Catedral de La Seo.

-Háblame un poco sobre esa Revuelta -le pidió siguiéndola por entre las callejas y las plazuelas-. ¿Quiénes son esos Anarquistas que mencionaste y por qué se han rebelado?

En realidad ese tipo de cuestiones nunca la habían interesado; no entendía por qué los Cainitas se empeñaban en malgastar su privilegiada inmortalidad en imitar las ambiciones y los errores de los humanos. Pero en este caso debía estar al corriente de cuanto sucedía, porque todo podía estar relacionado con la desaparición de Thomas.

-Y otra cosa -añadió sujetando con suavidad del brazo a la Ventrue para obligarla a detenerse y poder hablar en voz más baja-. ¿Quién crees que ha podido robar el cuerpo? ¿Te habló tu Sire de algún enemigo? Si tomó tantas precauciones tal vez es que sospechaba que algo malo podía ocurrir. ¿Te dijo algo antes de sumirse en el sueño?

-La Revuelta... El acoso de los mortales que cazaban a los de nuestra especie fue cada vez mayor, especialmente aquí, en la Península. Los más Antiguos, que se habían creído hasta entonces intocables y Pastores entre el Rebaño, vieron que cualquier mortal con una antorcha y una gran convicción podía suponer una enorme amenaza, bastaba con que atacaran su refugio de día o cuando estuvieran débiles o en Letargo. El Cristianismo dio a los Reino europeos una conciencia del Maligno y cómo luchar contra él. Atemorizados por un enemigo tan numeroso como imprevisible muchos huyeron, dejando atrás a sus Chiquillos para que las hogueras de la Inquisición se saciaran con sus cenizas. Mas los Chiquillos eran astutos y estaban más adaptados al mundo que los rodeaba, así que muchos sobrevivieron, tornando entonces su ira contra los Sires por haberlos abandonado. 

Se rebelaron, proponiendo un orden nuevo lejos del Vasallaje de Sire y Chiquillo. Muchos Príncipes cayeron y la Revuelta se extendió como la pólvora por todo el continente. Así están las cosas. Thomas y tú estabais en un punto intermedio, pues erais Antiguos, pero no tanto y aún debíais ciertas lealtades a otros mayores. Sé que Thomas y tú huíais de algo, pues por eso llegasteis aquí. Pretendíais usar la Revuelta como una pantalla que mantuviera alejados a otros enemigos externos sin tomar partido claro por un bando u otro.

Como ya os conté, Thomas viajó al norte, para marchar a Francia, más algo debió salir mal y durmió en Asturias. Lo último que supe de él fue la carta de la que os hablé. No mencionaba ningún enemigo concreto, pero sin duda temía que algo pudiera pasar, de ahí sus indicaciones para que diera con vos si eso sucedía...

-¿Y los Tremere? -preguntó retomando el paso mientras se esforzaba por retener el torrente de información-. ¿Dónde se han posicionado? ¿Han aumentado su poder en los últimos tiempos?

Si huíamos de ellos cuando llegamos aquí para utilizar la Revuelta como escudo, probablemente fue porque los Tremere no se rebelaron, pero quién puede saber del todo lo que hacen esos miserables magi...

Caminó en silencio, con la mirada baja y el gesto ceñudo y pensativo. No entendía quién podía haberse llevado el cuerpo de Thomas. ¿Los Tremere? ¿Y por qué el de Thomas y no el suyo, o el de Yurev, o el de Francesco? Tal vez robarlo era sólo un cebo... Ella se había visto a sí misma con la corona en las manos... Quizás aunque no lo recordara sabía algo más sobre la reliquia. Quizás pretendían hacerla aparecer sacando a Thomas de su refugio...

Si era así, estaba cayendo en la trampa de bruces. ¿Pero qué otra cosa podía hacer?

-Los Tremere han fortificados sus posiciones en centroeuropa y están consiguiendo que se les empiece a reconocer como un Clan de pleno derecho. No logro entender cómo lo han conseguido. Si no los odiara admiraría sus logros. Por fortuna su presencia en estas tierras es menos que testimonial... de momento -explicó Oana mientras entraban en una pequeña casucha a través de la cual lograron descender hasta los subterráneos de la plaza.

-Qué extraño. Solía haber más vigiliancia.

Allí había un camino, custodiado por antorchas en las parades. Al final del túnel se escuchaban unas voces.

- La Revuelta terminará, pero no sin concesiones...

-¿Es eso una suposición o más bien un anhelo, Ricardo?

-¿Qué insunúas?

-Bueno, no son pocos lo que aseguran que has estado vendiendo secretos a los Anarquistas.

-¿Sí? ¿Y qué puedes contarme tú de la muerte del Príncipe Flavius?

-¡Cómo te atreves, infecto bastardo... Yo..!

-Caballeros, respetemos la neutralidad del Elisieo.

-Silencio. Se acerca alguien -dijo una voz de mujer

Miró de reojo a Oana y se detuvo a escuchar, pero cuando la mujer calló a los demás hizo un gesto a la Ventrue para continuar el paso. Si las habían oído llegar no tenía sentido dar la vuelta ni esperar que dijeran nada más.

Parece que en efecto la Revuelta ha hecho bailar la corona de Zaragoza...

En silencio recorrió lo que quedaba de pasillo.

Avanzaron y al hacerlo el pasillo se iba haciendo cada vez más ancho hasta conducir a una estancia abierta en la que parecían confluir cuatro pequeñas galerías. La dependencia parecía haber correspondido en su día a unos baños romanos. En la celosía un mujer de cabello negro, ataviada con un vestido púrpura de cuello alto parecía escrutarlas.

-¡Por los colmillos de Caín! -dijo la mujer-. Es la bella Rosalía. Seguís tan hermosa como siempre -afirmó mirándola con ojos golosos-. ..Y Oana, la Chiquilla de Thomas. ¿Ha decido tu jovial Sire hacernos también una visita? -preguntó con una mueca de hastío.

¿La conozco? ¿Quién es?

Se detuvo al otro lado de la celosía y sonrió a la mujer.

¿Qué relación tenía con ella? ¿Puede ser uno de esos aliados que mencionó Oana? No me gusta, es imposible que simpatizáramos, y por lo que parece a Thomas no le tiene mucho aprecio.

-Buenas noches -saludó con cortesía pero una cierta frialdad-. Lamentándolo mucho me temo que sir Daister no nos acompaña. Nosotras tan sólo estamos de paso, pero queríamos saludar a los viejos conocidos...

Mientras hablaba, fijó su mirada en la mujer y en las figuras tras ella.

Rosalía concentró su poder y el Aura de Lucita fue clara sobre ella. Sobre el color pálido, que la señalaba con una de la Estirpe, se detectaba un verdadero caos de colores bailando. 

Había tonos violetas, que denotaban en ella cierta excitación al ver a Rosalía. El violeta se mezclaba con el azul oscuro, que indicaba suspicacia. Sin duda los sentidos de Lucita estaban alerta e intrigados sobre el propósito de la Toreador en Zaragoza. Aquellos colores engullían al marrón oscuro, señal de que el aburrimiento que estaba sintiendo la Lasombra antes había acabado con la presencia de las dos nuevas invitadas.

-Pasad. ¡Hace más de un Siglo que nos vemos! -señaló Lucita con una sonrisa, dejando libre la entrada-. Ya conocíais a Olayo, quien es actualmente el Príncipe de la Villa... Os presento a Ricardo, quien se incorporó a esta corte poco después de vuestra marcha... y él es Marcelo Giovanni, quien como vos, también está de paso.

-Buenas noches, Rosalía... Oana -saludó el Príncipe-. Espero que vuestro viaje haya sido agradable. Nunca se sabe en estas noches aciagas...

Rosalía no logró ver del Aura de Olayo más allá de su pálida superficie.

Ricardo se limitó a saludar con una reverencia de cabeza.

Su aura revelaba desconfianza, miedo incluso en una mezcla de naranja y verde. También se sintió abrumado por la belleza de la Toreador. en una mezcla de violeta y rojo oscuro. Y había algo más, unas pequeñas vetas negras salpicaban el aura del Nosferatu.

El Giovanni, que vestía una camisola blanca bajo un chaleco negro, saludo con una cortés sonrisa.

-Encantado. ¿También os halláis de viaje?

La visión de su Aura sólo reveló que era un Vástago de Caín. 

Rosalía ingresó en el espacio central con una sonrisa en los labios y los ojos atentos a cuanto pudieran revelarle. El saludo del Príncipe le resultó extraño y se preguntó si tal vez no hubiera deseado para ellas un viaje menos agradable, pero se dijo que no podía ver culpables en todas partes si quería encontrar a los auténticos.

-Buenas noches, Príncipe, y enhorabuena. No estaba al corriente de vuestro nombramiento -dijo aparentemente sorprendida-. Espero que Flavius se encuentre bien... -añadió con gesto inocente.

Después se acercó a Marcelo y sonrió con cierta coquetería, agradeciendo algo de belleza al lado del repugnante Nosferatu.

-Es un placer, Marcelo -dijo tendiéndole la mano para que se la besara y dándose un momento para observarlo a él y a lo que escondiera su aura. Tal vez fuera cierto y estuviera de paso, pero que fuera partícipe de la conversación que acababa de escuchar la hacía temer que no era ajeno a los asuntos de la corte de Zaragoza.

Por último, se giró hacia el horrendo Ricardo y forzó a sus labios a componer una sonrisa. Las vetas negras le habían revelado un secreto que tal vez pudiera usar después a cambio de información, y aunque estuvo tentada no quiso ofenderle mostrando abiertamente su rechazo.

-Buenas noches tengáis vos también -dijo.

-Flavius murió -se apresuró a decir Ricardo, un tanto turbado por la presencia de la Toreador.

Olayo le lanzó una fulgurante mirada.

Marcelo besó con delicadeza la mano de Rosalía.

-El placer es todo mío -aseguró.

Cuando los labios del Giovanni rozaron su piel la Toreador sintió una sensación de peligro.

-Decídnos, Rosalía. ¿Dónde habéis estado todo este tiempo? ¿Luchando por los derechos de los Anarquistas o construyendo esas nuevas alianza de las que tanto se oyen hablar en centroeuropa...?