Partida Rol por web

Harto de escuchar, empezó a contar los segundos. Al poco, se descontó. Y se dió cuenta, com otras tantas veces, que es más provechoso vivirlos, a observarlos al pasar. Aunque resulte también más difícil. Todo es cuestión de aprender, dicen los maestros. O, más bien, de querer aprender.

Siempre ha sabido que no se le dan bien las palabras. Y cada vez más a menudo, prefiere callar en este tipo de encuentros. Prefiere callar a pesar de que el tiempo le ha enseñado que no hay como hablar para olvidar.

-Alto- Ordena a Caesar.

Mira inquisitivamente a un guardia como recoge el organo del suelo, y continúa con la conversación cuanto se levanta de su asiento, cojeando. -No parece mala idea lo de ver volar más cabezas y más sangre... ¡Si no fuera por que ya hemos visto demasiada sangre hoy!. Alza la voz, esperando obtener la máximas miradas posibles en él. Esta mujer fue obligada a subir al trono de este pueblo hace tres años porque simplemente corría sangre real por sus venas. ¿Cómo acturaríais cada uno de vosotros si el resto de vuestros días pasa por estar sentado en una estúpido trono, ¿cómo?. Acaso disfrutariáis viendo como os cepillan el cabello frente a un espejo, viendo como os traen estrechos vestidos cada día.... Mira en derredor, hasta que se encara a Querelar sin sinonimo de ofender o de algún tipo de mal trato. Creo que la magia no es el único modo mi querido Querelar, no hay arma más poderosa que la soledad. Quizá muchos de vosotros se pregunten que es la soledad... Acaso es un sentimiento vago y llano del que no se escapa ni con la espada ni con el hechizo más poderoso. O acaso solo es el sentimiento más humilde que puede tener una persona al sentir que su amor se fue sin dejar rastro... Para mi es solo aquel sentimiento falta de amor, cuando todo se vuelve frío en vano y oscuro-

Tras citar su largo mensaje, Hima mira a la Dama. Una mirada que transmite un "perdoname por lo que hice". Una lágrima brota de su ojo, y quizá sea para no tirar por tierra su hombría, pero el oficial Hima abandona la sala.

Grifo sigue con la mirada los pasos de Hima, pero no le detiene, sabe lo que pasó entre él y la Dama hace escaso tiempo bajo estos techos. Un tanto incomodo por la situación que se ha creado, el clérigo, trata de mantener la calma y que no cunda ningún tipo de pánico.

Asiente a Gárret, apoya una mano sobre su hombro y comunica que será mejor que vayamos todos a descansar mientras estudian a la Dama.

-La llevaremos a la Casa Señorial. Reuniremos a todo consejero o hallegado que pudo tener e intentaremos que todo se solucione de la mejor manera posible- Grifo espera a que uno por uno vayáis abandonando el Templo. No da opción, de momento a que Caesar utilize su contundente maza.

Hay mucho por resolver aún, y hay que tomar una decisión rápida ya que Curuvar y el Capitán Hojaflecha peligran por su vida cada segundo que pasa..

Detectas un aura mágica en el collar de la mujer, lo que deduces que es un objeto mágico. Pero no percibes ningún tipo de sospecha que te indique que haya podido ser hechizada o embrujada.

 Gárret se queda al lado de Grifo, inspeccionando el interior del templo hasta lo que le llega la vista, mientras los demás salen del templo poco a poco, incluso algunos como Caesar empiezan a remolonear, tentando grandiosamente a sus suertes.

Antes de suicidarse por no seguir sufriendo, el gnoll hechicero mencionó  la tumba de Shraevyn, ¿crees que puede tener algo que ver con el escondite de los bandidos?, yo, al ser nuevo en la ciudad, no conozco nada aquí...

Ay algo que me une a esos bandidos más que a ningún otro de estos aventureros, no hace mucho tiempo, uno de ellos mató cruelmente a mi hermana, ha venido aquí para buscarle, ejecutarle y llevarme sus manos, en realidad no me importa mucho lo que se haga con la dama...

 Querelar, al percatarde de que la Dama de Fuego mostraba un objeto con poder arcan su atención se posa en él, en el colgante. Intentando descubrir el origen de la magia que contiene. También presta atención en el símbulo que representa.

El colgante pertenece a la escuela de conjuración. Mantiene las mismas cualidades que el hechizo curar heridas leves. Surge una cierta amistad con Silvanus ya que en una de las hojas que adornan el objeto se aprecia la Hoja del Dios.

Además de esto, detectas un aura poderosa de la escuela de encantamiento. Todos los encantamientos son conjuros enajenadores y ha diferentes tipos de encantamiento. En este caso todo indica a que ha sido sometida a un hechizo de compulsión. Sin embargo, el aura la percibes tan borrosa que no consigues descubrir de que hechizo o poder se trata.

 Querelar contemla el devenir de la escena con una creciente sensación de pesar dibujada en su rostro, pero se abstiene de intervenir de una u otra forma, dejando que sean las autoridades competentes las que ejerzan su trabajo.

 Al final centra su mirada hacia Hima, y cuando este parte, a Grifo.

 Cuando nos convidan a salir, el joven se levanta y se acerca al sacerdorte.

 - Quisiera hablar con vos, a solas, por favor.

Está bien, no conviene hacer esperar a Curuvar... vayamos a la casa señorial entonces dicho lo cual se levanta de su asiento y sale de la sala.

Observaba y escuchaba todo lo que la gente a mi alrededor decía sin entrometerme. No era necesario ni conveniente dado que había , llegado a esa situación sin quererlo y, básicamente, por mi impulsiva necesidad de ayudar a los demás especielamente si se trata de personas heridas.

Justo a mi lado Hima habló y sacó a tema la soledad como posible causa de los actos de la juzgada.

Cita:

Sonreí sin poder evitarlo pues a mi mente acudieron recuerdos demasiado vivos acerca de Óscar, mi verdadera razón para estar allí en ese momento. Nunca había tenido claros mis sentimientos hacia él. Nunca había sentido amor por nadie así que era algo totalmente desconocido para mi. Pero la amistad que nos unía a ambos... la calidez de nuestros encuentros, el deseo de reencontrarnos a diario...
Le echo de menos, de eso no cabe duda, le echo de menos incluso más que a mi familia y, por Silvanus que nadie sepa que estoy pensando esto ahora mismo o no tendré hogar al que regresar, pienso mientras observo marcharse a Hima.

Si Curuvar puede darme nueva información sobre Óscar y está en la Caa Señorial, yo también debo ir allí y averiguar cuanto me sea posible... pienso decidida a dejarme llevar por la multitud hacia el lugar en cuestión, decidida a intentar seguir mi camino o a encontrar esa espada en cuestión.

Espera Metghar voy contigo.Rápidamente sigo los pasos de la exploradora.

El hechicero guarda su maza y se une a la comitiva...

La sala exterior va quedando vacía al poco tiempo de que Grifo diera como finalizada la reunión. Los guardias se encargan de dejar todo en orden, y por último unas señoras con ropas mundanas, y como es costumbre en el pueblo, limpian los restos de sangre que han quedado esparcidos por el suelo.

El camino hacia la Casa Señorial es sencillo de encontrar ya que el edificio sobresalta sobre todas las demás viviendas. Methgar, Racalín y Caesar se dirigen hacia allí, mientras que Miyanuviel sigue los mismos pasos, pero un poco más retrasada de estos tres. Por último, Querelar decide hacer una pausa para hablar con el sacerdote.

Cuando los presentes empiezan a mover sus pasos para dirigirse hacia la Casa Señorial, Grifo y tú encontráis un pequeño hueco para intercalaros en una privada conversación. El sacerdote inclina una rodilla para encontrarse a tu altura y una de sus manos libres queda apoyada sobre tu hombro.

-He oído que fuistéis capaz de derrotar una manada de Gnolls con vuestra habilidad, eso demuestra el fiero interés que tienes por tomarte una venganza. No seré yo quien frene tus pasos, escucha tu corazón y siente lo que te dice tu hermana, solo eso podrá llevarte hasta el final... Mira hacia el lado en el que los presentes van despejando la sala, y ve que uno de los guerreros le llama para hablar a solas. Antes de dirigirse hacia él aprieta su mano contra tu hombro. No puedo nombrarte el lugar exacto de esa Tumba, pero fué derrumbada hace más de cincuenta años tras una gran batalla, lo siento.. Todo indica a que va a inclinarse para marchar. La mujer que estaba sentada ahí, la de cabellos rojos*, creo que vino de un valle conocido como el Valle de la Sombra, la Tumba no quedaba muy lejos de ese valle.... pero derrocha toda esperanza-

Finalmente te deja a solas y se encara hacia el caballero de tez oscura, presentado como Querelar en el concilio.

Cuando los presentes empiezan a mover sus pasos para dirigirse hacia la Casa Señorial, decides detener tus pasos para buscar con la mirada a Grifo. El sacerdote se encuentra con un pequeño mediano, Gárret.

Parece que también estaba hablando en privado, pero eso a ti parece no importarte demasiado..

Grifo se cruza de hombros frente a ti y, te indica honestamente con una de sus manos a que le sigas. Ya a la par de tus pasos se interesa.

-Hay algo que no deja de rondar por tu cabeza, ¿cierto?-

 Querelar asiente ante la pregunta del sacerdote.

 - Cierto, sr. Grifo, cierto.- Hace una pausa mientras termina de reflexionar como ordenar sus palabras.- Verá, durante el juicio he lanzado un hechizo menor. No es que sea un gran maestro del Arte, pero no obstante este hechizo menor me ha permitido rebelar cierto... hallazgo.- Hace una breve pausa.- El caso es que, a parte de detectar que el colgante con el símbulo de Silvanus tiene alguna habilidad sobrenatural, había una aura mágica en la Dama de Fuego, una aura residual.

 Contempla la reacción del sacerdote antes proseguir.

 - Mucho me temo, a mi pesara, de que no iba del todo desencaminado cunado durante el juicio comente que tal vez la Dama había sido coaccionada de algún modo arcano. Esta aura residual tenía los tintes de la magia usada para encantar, para hechizar y manipular. Creo que la Dama de Fuego no ha sido más que otra víctima en esta aciaga historia, creo que ha sido dominada mágicamente para que cometiera esos actos.- Contempla de nuevo la reacción de Grifo.- Otro detalle... la magia que usaron con la Dama era poderosa, eso sugiere que posiblemente haya alguien en la sombra, y muy poderoso me temo, y que desconocemos. Igual que desconocemos el motivo que le ha conducido a atacar la urbe. Temo que el haber contenido esta pequeña horda de maleantes y trasgoides no ha sido más que el inicio de los problemas...

 Gárret comienza a caminar de nuevo, para visitar  la casa señorial y allí buscar a la mujer de cabellos rojizos que de momento era su única pista para encontrar a los asesinos de su hermana y de mucho ciudadanos de la ciudad.

Una vez se aproxima a la casa señorial se acerca a las puertas dispuesto a cruzarlas sin tener en cuenta ningún obstáculo que se le pudiera poner por delante.

Las manos del sacerdote reposan juntas tras su espalda mientras guía sus pasos, ahora más lentos, por un camino empedredado y menos usado transitado por la gente corriente. Escucha con atención cada una de tus palabras mientras te hace cruzar por un arco para entrar al interior del Templo. Finalmente, cuando decides contemplar la reacción del clérigo de Silvanus éste se detiene para contemplar el símbolo de su deidad, adornado en lo alto del edifcio.

-....el enemigo pronto volverá para vengarse. Con el Capitán herido y la mayoría de nuestros soldados caídos no tenemos ninguna posibilidad de vencer. Aguas Fuertes caerá para siempre. Grifo parece derrotado por dentro, a pesar de haber vencido la batalla sabe que pronto se reagrupará el enemigo y que la victoria no será posible. Tras una pausa, parece recuperar la esperanza y decide guiarte con sus palabras por el camino más corto. Mira hacia ambos lados para asegurarse de que nadie os está escuchando. Curuvar quiere agrupar a un grupo de aventureros para encontrar un objeto muy valioso y querido por todo el continente. Una sacerdotisa llamada Fiura dice saber donde se encuentra el lugar para encontrarlo, por suerte es una vieja Hermana y la conocemos. Apoya una de sus manos sobre tu hombro. Fareûn necesita heróes Querelar el místico, propongo a ti y a los otros guerreros que acudieron esta mañana al Concilio a que partáis al anochecer hacia Aguas Profundas.. se os ofrecerá buen equipamiento, caballos de guerra, todo lo que necesitéis estará en vuestras manos, igual que el fururo de este pueblo..-

 Querelar siente como tras cada plabra, un peso va cayendo y aposentándose en ellos. Grifo le pedia mucho. Y yo que quería ir de aventuras, y ahora que las tengo se me hacen bastante pesadas.

 - Partir... esta noche.- De repente las heridas que áun seguían abiertas se le hicieron muy patentes, al igual que el vacío arcano y el cansancio de las últimas batallas.- Sin lugar a dudas alguien tiene que hacer este viaje, por pocas que sean las garantías...

 Querelar posa sus ojos en los de Grifo.

 - ¿Y destino aguarda a la Dama de Fuego? Este hallazgo que he hecho, puede ayudarla en su comprometida situación? ¿Podría visitarla?

Grifo suspira al oir de nuevo el nombre de la Dama. Sospecha que tus intuiciones sean las verdaderas y eso sería un fracaso para todo el pueblo por no haber dado cuenta de ello. -Dudo cual será su futuro. Has hecho un trabajo fantástico, pero me temo que no será suficiente para convencer al pueblo. El pueblo la quiere muerta, todos creen que nos ha traicionado.. y ahora tengo mis dudas tras haberte escuchado, Querelar-

-El pueblo quiere respuestas y las quiere antes de que anochezca. Niega con la cabeza al saber que esta noche quizá tengan que quitarle la vida a una pobre e inocente mujer. Ve a visitarla, la tienen prisionera en los sótanos de la Casa Señorial. Si has descubierto algo más ven a verme antes de que anochezca..- Se despide de ti con un apretón de manos en el hombro y gira sobre sus pasos, hacia los exteriores del Templo.

 Querelar contempla el rostro de Grifo. Hace ademán de querer decir algo más, pero finalmente desiste. Tras una breve reflexión contesta.

 - Espero poder regresar pronto con noticias interesantes. Me dolería tener de presenciar como la turba mata a una víctima.

 sin más el joven valletano, maltrecho aún por las heridas, y agotado de este día eterno, abandona a paso rápido hacia la casa Señorial