Partida Rol por web

Te adentras esquivando los grandes escombros en la entrada del Torreón. Hay unas escaleras que descienden justo en la izquierda. Las escaleras bajan unos cuantos peldaños de roca, y allí se esconde un cofre de madera con bisagras doradas y brillantes.

El cofre parece tener una buena cerradura y parece que alguien la ha estado forzando, sin embargo el cofre está cerrado.

Minsk intenta forzar el cofre con saña con el fin de abrirlo con las ganzuas (no se si me daran algún bonificador) y...

A) se abre y mira lo que hay dentro

B) no se abre y sube arriba en busca de armas orcas para dañar el cofre.

 Ve a los siete infiernos tonto animal. Piensa el malherido valletano cuando el caballo se aleja.

 Cuando su compañero se acerca al torreón, Querelar se acerca para ver un poco la disposición de este, mientras se aferra y examina la gravedad de la multitud de herids que ha recibido.

Escuchas el respirar de tu compañero como se acerca a tu posición, mientras tú te dedicas a forzar la cerradura. Gracias a una de esas ganzúas, y a la fortuna, consigues abrir el gran cofre. En su interior puedes hallar varios objetos de valor:

• 6 botellas de vino
• Bolsa con 150 p.o
• Bolsa con 550 p.p y 235 p.c
• Espada larga muy ligera y de bella factura -la empuñadura y la guarda son un águila con las alas desplegadas- Espada larga de gran calidad (+1)
• Vieja camisa de mallas llena de cortes y desperfectos -valor sentimental para el viejo y poco más-
• Arco largo compuesto y carcaj con dos flechas

El elfo, codicioso, carga la espada en su cinto y se levanta letamiente com si nada hubiera ocurrido.

QUERELAR, VEN AQUÍ- guita- he encontrado los vinos y algunos objetos más, ven a saquear lo que puedas

Ya tenemos los vinos, ahora solo tenemos que volver con los vinos y demás trastos.

Esta espada será mía, nadie me despojará de ella

 Cuando el humano ve como el elfo va aqueando el botín, con ansias le deja hacer. Y antes mi tildó de ruín por unas palabras...

 Luego el pequeño vial, parecido  las pociones de sanación que tantas veceshabía ingerido en el pasado. Se dirige hacia ella y la toma.

 - Necesito sanar mis heridas, un poco por lo menos, sinó en mi estado, cualquier percance me puede dejar fuera de juego.- Dice aferrándose un flanco con la mano opuesta.

 Descorcha el vial e ingiere su contenído.

 Tras lo cual da un vistazo por los alrededores, una vez examinado los restos comenta.

 - Partamos antes no anochezca.

¿Casi nos matan por ese viejo y solo cojes ese vial? la verdad es que no entendo a los humanos, estas flechas parecenbastante buenas, y ya que e cogido yo la espada...- Tras esto le tiende las flechas al humano

 Querelar mira estrañado al elfo.

 - Primero lleguemos, y luego ya nos repartiremos lo que haya por repartirse.

 Sin más pone en u mochila las botellas de licor y distintos bienes, tantos com quepan en ella. Una vez llena, llena la bandolera y mira al elfo.

 - Partamos.

Minsk carga con lo sobrante y va tras el humano rápidamente

Este arma es demasiado buena para un simple hermitaño, primero me aseguraré de que no sea un archimago como el decía, sino me la quedaré

 El humano mira al elfo. En el monasterio no le enseñaron moralidad.

 - Antes que nada tenemos que llegar a nuestro destino, luego actuaremos en funcion de lo que podaos, ylo que no podamos, hacer.

El Valletano, decide echar un ultimo vistazo por los alrededores, sin embargo no llega a encontrar nada de valor ni nada llamativo. Al darse cuenta de que está perdiendo demasiado tiempo, vuleve con su compañero, el cual ya está dando ligeros movimientos que una espada de bella factura -la empuñadura y la guarda son un águila con las alas desplegadas-. Se la envaina, y para no perder mas tiempo ambos guardan todo el botín en sus respectivas mochilas. De camino hacia la casa del ermitaño, el Humano, siente como se la han cerrado algunas heridas (+3pg).

La tarde muere y empieza a nacer la noche cuando os acercáis a la casa del Ermitaño. Aún hay luz suficiente como para poder ver el sendero que os guía hasta la casa. Ahora mismo, a vuestra derecha, se encuentra la entrada de la improvisada cueva que debieron de cavar los mismos Goblins a los que les distéis caza, y de la que vosotros salistéis.

Unos metros mas alante, y torciendo de nuevo a la derecha se encuentra la vivienda del Ermitaño. Del techo, sale un humo denso.

 Sin más el valletano llama a la puerta.

 - Ya regresamos. Los bribones hans sido ajusticiados.

Querelar, todavía estas herido de gravedad, tienes algún medio para curar esas heridas- dice el elfo antes de que nadie contestara a la puerta- sino sería conveniente curar esas heridas tuyas, o ir en busca de un curandero.

 Querelar mira al elfo. Y niega con la cabeza.

 - No me queda nada de nada, y estoy vivo gracias a la poción que me diste durante el combate... sinó me la huberas ofrecido yo ahora no estaría aquí provablemente. Gracias.

Interrumpiendo vuestra conversación, escucháis como al otro lado alguien os está abriendo la puerta.

La puerta se abre..

El anciano abre la puerta y como si oteara al horizonte se recoloca las gafas. Parece que no os ha visto, hasta que pasan algunos segundos que a vosotros os parece demasiado largos, no hos ve. -Ahhhhh... pensaba que no volvería a veros mas por aquí, Hehehe...-

Se hace un par de pasos hacia trás para colarse al interior, y os deja la puerta abierta para que paseis. -Decidme, ¿habéis recuperado mis cosas?...- El anciano camina, ayudándose de su cayado hacia su mecedora que permanece al lado del fuego de la chimenea.

 Querelar entra en la choza.

 - Seguimos unos rastros que encontramos en la la gruta. Al parecer un gran orco y sus secuaces trasgos, se hicieron con lo que había en vuestra bodega. Hubo combate y fue duro.- Tras una pausa.- Traemos lo que encontramos.

 Imponiendo más enfasis en sus palabras prosigue.

 - Valerio necesita del licor, no nos podemos demorar mucho.

El anciano se mece en la mecedora, y va consumiendo de su pipa mientras escucha -aparentemente atento-, las palabras de Querelar. -Podéis quedaros con todas mis cosas.. puf, puf, puf. Se enciende su pipa con un vela, y la sacude para apagarla y tirarla hacia la chimenea. Creo que ganaremos todos. Vosotros obtenéis botín de balde, a mi no creo que me molesten mas esos Goblins durante una buena temporada, y Valerio tendrá su vino..-

Se fija en el elfo, que está apoyado en el marco de la puerta sin decir nada y de pronto dice: -Venga, marcháos de aquí, no quiero volveros a ver en mi vida. ¡Largo!- Coge su cayado y señala hacia la puerta.

Quizá su nuevo comportamiento os sorprenda un poco, pero en cierto modo tiene toda la razón.

 Querelar asiente.

 - Sea pues. Que los años te traten bien en un futuro, viejo.- Dice sin tono descortes.- Nosotros nos vamos ya. Antes de que Velerio muera de un infarto. Adiós.

 Sin más el herido humano se gira y emprend el camino hacia el pueblo fantasma donde aguarda Valerio.

Adios semi-humano, espero no volver a verte nunca mas, en fin, Minsk carga con suc cosas de nuevo y se dirige hacia la posada de Valerio a toda prisa...

A prisa Querelar, esos nobles se estarán impacientando, este arma es muy buena, no me estraña que ese viejo enfureciera... jajaja.

El elfo camina con la mirada clabada en su nueva compañera de combates, este arma es muy buena para estar hecha por manos humanas, será obra de enanos o elfos solares.