Partida Rol por web

Levanté la cabeza para mirar como se levantaba Jack y negué con la cabeza, pues aquel día ya le había visto demasiados " suicidios " como para estar mínimamente sorprendida, pero estaba claro que sabía aprovechar el hecho de ser inmortal.

- Yo creo que en el fondo le debe divertir... - Respondí para después acercarme y tratar de ayudar a que se levantara aunque me iba a dar mucha grima escuchar como sus huesos volvían a recolocarse de nuevo.

Mientras ayudaba a Jack, escuché las palabras de Sandokán, pidiendo algo de información por lo que habíamos hecho, que por mi parte, creía que seguro que no era suficiente para ello y comencé a reconstruir las cosas en mi cabeza. 

- Primero hemos encontrado al alemán ese que puede hacerte hacer cosas que no quieres, controlarte, y después con un vampiro muy feo y Erik, quien estaba claro que no estaba con nosotros. Apareció Jack para salvarnos el culo en el momento preciso. Aquella mujer... - señalé a la que ahora estaba inconsciente de manera plácida para mi cabeza - es la mujer de la que se había enamorado el fantasma de la ópera y pensaba obligarla a creer que le quería para que se quedara con él.

Negué con la cabeza pues aquello me había parecido surrealista.

- Matamos a unos alemanes y luego Erik nos amenazó con matarnos y Ogú se enfrentó a él y bueno, al final desapareció tras recibir un balazo, así que no sé si se ha muerto o no, pero algo me dice que no... Aquí es donde sin querer agujereé la pierna de Ogú...

- Después nos separamos y encontramos ese chisme que volaba e intenté averiguar como funcionaba y me llevé al pequeño y a la mujer conmigo, aunque si no llega a ser por Chia, igual estaba haciendo de abono para los árboles. Ah y bombardeamos una torre alemana desde el aire... pero luego nos atravesaron el invento con las balas.

La verdad es que chia tenia la ligera sospecha de que el que habia caido era Jack, pero estaba tan cansada que entre la pelea y ogú se habia olvidado, hasta que escucho el crujir de huesos, y se acordo, momento en el que sonrió para si. Chia ya habia sentido la presencia de jack en la nave asi que no se sorprendio al verlo otra vez, aunque si tenia curiosidad de como habia vuelto a la vida.

- no te quejes, se te ve mejor que la ultima vez, y aunque me gustaria saber como has vuelto, aqui todavia quedan cosas que hacer.

Me alegra ver que estais todos bien dijo, para interrumpirse al ver a Ogú bueno, casi. Nosotros también tuvimos un encuentro con esa gente, la némesis de la Liga. comenzó a explicar su encuentro en las cuevas. El hombre polilla no dará problemas nunca más. Y la mujer robot... bueno, digamos que dejó parte de sí misma atrás.

Justo en ese momento los disparos de las naves en lo alto se hacen más espaciados y la fortaleza voladora alemana comienza a retirarse, por lo que puede decirse que han logrado controlarlo todo.

No obstante, el que parece en nada contento es Ogú, quien le enrostro a Jack haberle empujado. él trato de que entendiera que era la única forma de salvarlo, pero Ogú no quiere escuchar razones, así que Pendragon opta por otra estrategia. Cogeando entra al fuerte alemán y se demora un poco, pero cuando vuelve camina mejor y trae un pedazo de tela bajo el brazo y se lo entrega a Ogú. Se trata de una especie de bandera blanca con la silueta de la cabeza de un burro pintada en rojo. Pendragon dice:

- Por todo lo malo que te ha pasado, tu vas a poner tu bandera en vez de la de los alemanes en el fuerte. Tú ganaste.

Eso parece agradarle al cavernícola, por lo que también cojeando se va aponer su bandera. Pendragon les explica:

- Cuando Ogú visitó Camelot fue ordenado caballero y se le dijo eligiera un figura heráldica. No hubo forma de convencerlo de que el burro no era adecuado. Dijo que era "bunito".

Luego pendragon mira el hoyo del cañón alemán y les dice:

- Deberiamos hacer algo con este lugar para que no pueda ser utilizado nuevamente.

Sandokán asintió Estábamos a punto de liberar a los esclavos indígenas. Con su ayuda queríamos cargar con cuantos explosivos pudiéramos encontrar en esos cobertizos dijo señalando el lugar en que los alemanes guardaban aquellas peligrosas armas y volarlo todo de una vez. Salvo que tengais otra idea mejor, sugiero ponernos manos a la obra...

Negué con la cabeza al ver como Jack no tenía mucho problema en conseguir que a Ogú se le pasara el enfado y negué con la cabeza, porque era como si fuera un niño grande al que con unas pocas palabras y un poco de perspicacia se pudiera manejar con facilidad.

- Si llego a ser yo, aunque lo hubiera hecho por mi bien, le hubiera arreado.. - Pensé mientras veía cómo Ogú parecía haberse desenfadado rápidamente. 

No me habías pasado tampoco desapercibidas las palabras de Sandokán, aunque claro, para mí que contra aquella gente seguíamos en desventaja, porque lo que se dice al marino no le había visto aún hacer algo " fuera de lo común " en cuanto a las posibilidades de una persona, y a mí, seguro que tampoco me habían visto porque no podía más que otra cosa, por lo que yo seguía viendo la balanza más que desequilibrada.

- Me parece perfecto. El niño seguro que agradece reunirse con los suyos, aunque alguno tendrá que llevarse a la mujer en brazos y os aseguro que cuando despierte os romperá los tímpanos, que es una histérica que habla en francés encima...

Heh  sonrió Sandokán Seguro que Yañez estará encantado de encargarse de la señorita, ¿verdad, amigo mío? preguntó Sandokán a su segundo, palmeandole la espalda con fuerza

Chia recuperaba sus fuerzas poco a poco, pronto acabaria aquel viaje, volveria a su pais para cobrar su recompensa, esperaba que su hermano siguiera a buen recaudo en la nave voladora, si no, no habria conseguido nada, y la pocima prometida y la libertad de karameneh. beno, al menos su padre habia sido expulsado. lo cual era un gran triunfo.

-creo que ya estoy mejor, parar ese trasto con mi chi estando tan cansado no fue demasiado buena idea, pero parece que ya velvo a sentir fuerza en mi, comencemos a cargar la dinamita, tengo ganas de acabar con esto de una vez.

Había que poner manos a la obra y rápido, así que comienzan a liberar a los esclavos de los alemanes, lo cual es recibido con claras muestras de alegría, cantos y bailes por los nativos. Las condiciones en que les hacpian trabajar eran deplorables, e incluso muchos de ellos no pasaban de ser cadaveres caminantes por la falta de alimento. En verdad lo que ocurría ahí era algo totalmente inhumano.

No obstante sus condiciones, esa misma gente es la que les ayuda a cargar los explosivos para volar ese hoyo que para ellos ha de ser similar al infierno. Por ello, en menos de dos horas logran colocar cargas n todos los sectores necesarios en la excavación.

Por su lado, el Albatros se encuentra algo dañado por el combate aereo, por lo cual la nave aterriza en la sabana cercana para reparaciones. Debido a esto se enteran que Strogoff se encuentra bien, pero reposa para recuperarse. En canto al hermano de Chia se encuentra encerrado en en una cueva tapaeda, guardada en todo momento por los mangani de Tarzán.

El otro que también tiene buenas noticias es el pequeño nativo que ha andado en todo momento al lado de Mina. El se encuentra con su madre y padre, teniendo un feliz reencuentro. Sus padres no se encuentran en las mejores condiciones, pero ahora ya nada importaba porque tenían a su pequeño con ellos.

Ya tienen todo listo y sacan a toda la gente de las inmediaciones del lugar, mientras Yañez se encarga de la mujer francesa - como le ha pedido Sandokan - y tiran la linea de cable eléctrico para detonar las bombas.

La explosión fue inmensa, lavantando rocas a varios metros de distancia. Los nativos usados como esclavos recibieron esto con obaciones y bailes, mientras que ustedes podían sentirse felices por haber evitado que eso se transformara en un cañón que podía destruir las vidas de muchos personas alrededor del mundo.

Pero la alerta parece no terminar, porque justo en ese momento escuchan un fuerte y extraño ruido, los cual le hace pensar que los trucos de los alemanes no terminaban. No obstante, ante sus sorprendidos ojos, en medio de la selva se materializa lo que parece ser una pequeña caceta de madera de color azul con un cartel que dice: POLICE BOX PUBLIC CALL.

Y ahora que?- pregunto chia alerta- otra maldita maquina?acabemos con ella- Chia no sabia leer ingles y no entendia lo que ponia en aquella caja azul, y como ahora se encontraba ya con fuerzas, habia pensado en patear es ultimo invento aleman, por eso se preparo para atacar.

El pirata malayo sonreía satisfecho de poder haber llevado a buen término aquella peligrosa tarea, feliz por la dicha que embargaba a todos aquellos esclavos liberados. Nunca había soportado la crueldad del hombre blanco, que pensaba que las vidas de aquellos que eran diferentes podían ser usadas a su antojo.

Pero de pronto, algo ocurrió. Un extraño objeto, una construcción de madera de vivos colores, surgió de la nada ante ellos.

¿Alguien tiene idea de qué demonios es eso? preguntó en voz alta, buscando con la mirada a alguno de sus compañeros que pudiera explicarlo...

Me alegré al ver a toda aquella gente al fin libre, pues no se merecían lo que les estaban haciendo. Una cosa, era que no tuvieran nuestras costumbres y que vivieran en la selva, pero no por eso eran menos personas y aquel trato era lo más repulsivo que se le podía hacer a nadie.

El niño salió corriendo en cuanto vio a sus padres a los que me acerqué y aunque no pudiera entender lo más mínimo les sonreí, pues me alegraba de que al fin estuvieran juntos.

- Pórtate bien... - Dije al pequeño dándole un abrazo para después dejarlo en el lugar donde debía estar que era con su familia.

Ayudé en lo que puse con lo de los explosivos, pero si normalmente ya podía hacer poca fuerza, después de la montaña de golpes que me había dado con el trasto volador, aún me costaba más moverme.

- Al fin... - Pensé cuando vi estallar aquello y entonces pensé en que ya podría regresar a casa, aunque claro, recordar que seguro que la policía me estaría esperando por asesinar a alguien a quien no había hecho el menos daño... No sabía cómo iba a salir de esa.

Pero no, parecía que la cosa no se iba a quedar aquí porque de repente apareció aquella cosa que me dejó con la boca abierta, como al resto, aunque eso de Chia de querer acabar con las máquinas me hizo algo de gracia, aunque no la suficiente como para cambiar mi cara de estupefacción.

Antes que cualquiera de ustedes intentara destruir esa caja, la puerta se abre y sale un sujeto delgado, vestido de traje y abrigo marrones, ademas de unos extraños zapatos parecidos a los que usan los chinos. El hombre les sonrie y les dice:

- Me parece que he llegado al sitio correcto... Espero no estar interrumpiendo nada... ¡Señorita Murray, señor Pendragon! me alegro de verlos nuevamente... aunque para ustedes soy un perfecto extraño, lo cual me suele ocurrir muy seguido...

Entonces les da la mano a cada uno y se presenta simplemente como "El Doctor". Cuando ha cumplido con las formalidades, les dice:

- Bueno, al grano ¿Está con ustedes un hombre de las cavernas llamado Ogú?.

El cavernícola escucha su nombre y se acerca sin entender nada. Entonces el Doctor le avisa a alguien en el interior de la caja que lo han encontrado, alo que de inmediato del interior aparece un chico pelirojo de unos 10 años. Al verlo, Ogú sale rengueando a su encuentro y le abraza con alegría.

El cavernícola les dice:

- Ser mi amigo mío de mí. Estar perdío pero agora estar kon Ogú.

El Doctor le explica como si fuera lo más natural del mundo:

- Lo encontré perdido en las calles dela vieja Atlantida y me contó que su cinturón se había estropiado y había viajado ahí sin poder volver, así que lo traje en mi nave y reparé su cinturón espacio-temporal. Ha estado muy preocupado por su amigo, es un muy buen chico.

Apenas pude moverme del sitio, sino que me quedé observando toda la escena prácticamente con la boca abierta y sonreí cuando vi que Ogú estaba feliz, pues si no me equivocaba era lo que estaba buscando.

- ¿ En la Atlántida? - Lo murmuré en voz alta, pero no esperaba ninguna respuesta, sino sólo me chocó el escuchar aquello, pero si Camelot había existido en realidad como estaba claro que había sido, no entendía por qué aquella ciudad perdida no podía haberlo hecho.

- Al fin parece que las cosas vuelven a su cauce.

Me alegré por el cavernícola e imaginé que su despedida estaría próxima pues ahora volvería con los suyos, que sin duda, se merecía un descanso, aunque al menos esperaba que se quedara lo suficiente como para que un médico le echara un vistazo a su pierna.

Definitivamente  Chia no entendia nada, Pero se alegraba de ver como todo el mundo iba reuniendose con sus seres queridos, una lagrima resbalo por su megilla oculta parcialmente por aquellas gafas de sol de las que no se desprendia, despues de todo ella no tenia una familia con la que reunirse, y cuando todos volvieran a sus casa ella volveria a quedarse sola, la alegria por sus compañeros y la tristeza por la soledad que vendria se unian en ella, finalmente sonrio, ya habria tiempo de pensar en la soledad, por ahora disfrutaria de la compañia de aquellas personas a las que tanto apreciaba.

- parece que pronto se encontrara con su familia.- dijo a sus compañeros

Máquinas del tiempo, aparatos voladores, seres inmortales, la Atlántida y Camelot...   Sandokán meneaba la cabeza incrédulo. Ya lo había dicho muchas veces aquel día, y durante todo el viaje, pero cada vez que pensaba que lo había visto todo con aquella compañía, algo nuevo lo soprendía.

¡Me encantaría conocer el futuro, debe ser un lugar lleno de nuevas sorpresas! admitió el pirata malayo. Había vivido muchos años en su propia época, visto las grandes maravillas que la naturaleza escondía en selvas y arrecifes, recorrido todos los mares del mundo y luchado por la libertad contra un sinfin de enemigos. ¿Por qué no ver cómo acababa todo?

Ogú comienza a contarle atropelladamente todo lo que ha vivido con ustedes durante el viaje y las cosas que ha visto. También les presenta al muchacho, que no pasaba de ser un chico normal, solo que con el extraño nombre de Mampato, y que se sorprendía de conocerlos a cada uno de ustedes. Cuando vio a Jack quedó sorprendido, seguramente porque no se esperaba encontrar de nuevo al rey que conoció en Camelot.

Pero como era de esperarse, el misterioso Doctor y Mampato estaban ahí para llevar a Ogú a su casa, por lo que debía despedirse. Con algo de pena, el cavernicola comienza por Jack:

- Mí kontento de ver tú, aunke me alla impujao mí. Kuida mucho tú porke siempre está haciendo herida fea.

Jack se ríe y le da un abrazo a Ogú. Después le toca a Sandokán:

- Ñor Sindikal, mi dice ke tu ser mui baliente y amigo de Ogú. Mí rekuerda tú simpre y kontar a golagola cuento de Sindikal Tigre.

Después le dice a Yañez:

- Mí entretuvo mucho kon juego de karta ke Ñañes enseñar. Mí ace juego en mi kasa pa akordame de tú.

A Chía le dice:

- Achí, tú ser juerte y güena pa la peleita. Mí te echa de meno mucho kuendo este en kasa mía de mí.

También se despide de Frankenstein.

- Tú ser feito, pero güenito por dentro. Tú siempre ser amigo mío de mí.

Al final llega a Mina:

- Mí kiere mucho tú, Mimina, y mí te echa mucho de meno. Kuida mucho tú y a chikoko bunito de tú.

Había llegado el momento de la despedida y sin poder evitarlo me emocioné tanto que incluso mis ojos se volvieron cristalinos amenazando con ponerme a llorar si la cosa se alargaba mucho.

- Cuídate Ogú, eres un hombre muy valiente y también te echaré de menos. - Le di un fuerte abrazo como despedida y después un beso en la mejilla, agradeciéndole todo lo que había hecho por mí. - Le contaré tus historias a mi pequeño, no lo dudes.

Se me escaparon un par de lágrimas aunque seguía sonriendo pues si algo había valido la pena de aquel viaje era el haber conocido a toda aquella gente que de verdad merecía muchísimo la pena.

- Y vete a un médico que te mire la pierna ¿ vale?

Ese era capaz de dejarse la bala eternamente ahí dentro.

Chia le estrecha la mano a Ogú- lo mismo digo amigo mio- Chia busco con la mirada a Karameneh, seguro que ella queria despedirse de Ogú, se habian hecho muy buenos amigos hasta tal punto que habia conseguido que esta se riera, como no la vio en ese momento pregunto- ¿quieres que le de algun mensaje a Karameneh?

Ha sido un honor conocerte, Ogú. respodnió Sandokán estrechando el brazo del fortachón como hacían los guerreros. Sigue siempre tan noble, amigo mío, pues esa cualidad la posees de sobra, y serás recordado por ella.  ¡Buen viaje!