Partida Rol por web

Tras pasar por la puerta, el grupo apareció en un bosque, a lo lejos se veía el castillo en la majestuosidad de la noche y las luces del mismo parecían estrellas. De todas formas no les costó escuchar algo diferente, cascos, muchos cascos de caballos, no los suficientes como para ser un ejercito pero si para ser un grupo de 20 jinetes aproximadamente.

Al cabo de unos segundos ven que en realidad no son jinetes, sino son centauros y los mismos los están acorralando.

En ese momento uno de los centauros camina un poco más y los recibe con una reverencia.

Mi nombre es Bane, soy el líder de esta tribu y ustedes están invadiendo nuestro territorio... no solemos meternos en asuntos de magos al menos que nos toque directamente y ustedes están aquí así que nos concierne.

El centauro se queda mirando a Stelmaria.

Es la primera vez que veo un mago sacando a pasear a su gatito al bosque a estas horas, si se perdieron podemos ayudarlos, pero no podemos permitir que se quedan cerca de este lugar por más tiempo.

Cuando me levante del suelo mire a mi alrededor, el bosque prohibido estaba ante mi y el castillo se veía en la lejanía, Aria me venia siguiendo así que fue a la primera que vi, después fueron llegando todos los demás y empecé a escuchar cascos de caballos.

Los centauros…pensé para mi misma.

Empezaron a rodearnos y uno de ellos se adelanto.

Bane, el jefe, parecía muy enfadado, me adelante y les dirigí un gesto de silencio a los demás.

-disculpadnos, estábamos estudiando a los unicornios y se nos ha hecho tarde al intentar encontrar el camino de vuelta, ¿podríais, por favor, acompañarnos hasta la entrada del bosque? Nos hemos perdido y llevamos horas dando vueltas…-dije intentando poner voz mas de niña por si se notaba por mi apariencia que ya estaba en el séptimo año.

Esperaba aparecer en alguna de las salas de ese castillo, sin embargo, fuimos a parar bastante más allá. Apenas habíamos intentando orientarnos cuando mis agudos sentidos me advirtieron de que algo acechaba en la espesura del bosque.

No hubo que esperar demasiado. En cuestión de segundos una cantidad nada despreciable de seres mitad hombre, mitad caballo nos estaba rodeando. De forma inconsciente llevé mi mano a la empuñadura de la espada de plata.

- El comité de bienvenida, que gran entrada Finch...

Se presentó el líder de esa camarilla de monstruos y se mostró taxativo, pero no agresivo. La mano que sujetaba la empuñadura se relajó.

Entonces, de forma inesperada, la pequeña Luna dio un paso adelante y mintió al líder de los hombres-caballo. De no ser porque él mismo era de naturaleza totalmente incrédula, bien podría haber tragado con ese cuento. Era una buena excusa.

Vaya vaya... esta chiquilla, además de galletas, tiene recursos.

Se acercó muy despacio hacia dónde Luna se encontraba por si esos bichos trataban cualquier tipo de maniobra violenta. No iba a permitir que nada le ocurriera a la chiquilla.

Sabía que apareceríamos en los terrenos, Finch lo había dicho, pero no que fuéramos a encontrarnos con alguien tan pronto. Al ver la escena y escuchar a los centauros y la respuesta de luna, me adelanté, despacio, y me coloqué a su lado.

Al alcanzar a Geralt aproveché para apretarle el brazo y lanzarle una mirada silenciosa: no convenía que aquellos seres nos vieran como una amenaza y su mano en la empuñadura podía ser eso perfectamente. 

Me di cuenta de lo que Luna pretendía decir, pero aquellos centauros parecían muy inteligentes. No eran como Potrillo, desde luego, Potrillo era pacifista y éstos se notaba de lo que eran capaces, pero sí parecían igual de inteligentes. No se tragarían lo de que fuéramos más niños. Algunos podían pasar pero otros eramos claramente de los más mayores e incluso había adultos. 

-Disculpadnos si nos hemos adentrado en vuestros territorios -comenté con voz calmada, haciendo una ligera reverencia, tratando de mostrar nuestra inferioridad-, como dice mi compañera, estábamos estudiando a los unicornios y nos perdimos como habéis deducido.

-Muchos somos estudiantes nuevos, venimos de otros colegios en otras partes del mundo y no conocemos esta zona -aventuré, deseando en lo más profundo que realmente hubiera más colegios como ése-, al igual que algunos de los profesores que nos acompañan -terminé, haciendo un gesto con la mano que abarcara a todos mis compañeros- si nos pudierais conducir a algún lugar conocido, os estaremos muy agradecidos y no volveremos a molestaros. 

De repente nos encontramos en un Bosue de aspecto ligeramente siniestro pero lo que más me llamó la atención fueron esos seres que nos dieron una gélida "Bienvenida".

- ¿Que diantres son esos seres mitad hombre y mitad caballo? - me pregunto.

No me encuentro en mi ambiente así que decido mantenerme en silencio para no decir algo que nos pueda comprometer a todos.

Veamos como reaccionan a las intervenciones de Luna y Artemis.

Disimuladamente mi mano se posa sobre la empuñadura de Aguja presta a actuar si fuera necesario.

Sonea había cerrado los ojos y aguantado la respiración por inercia al atravesar el "portal", pero mientras lo hacían recordó que su escudo podría evitar que se filtrara agua o le faltase aire, así que los abrió y lo primero que vio fue un extraño bosque que le provocó un calosfrío y unos jinetes acercándose a gran velocidad.

Sin embargo, al percatarse que no eran hombres simples cabalgando, la chica ahogó otro grito y se llevó una mano a la boca. Antes de que llegasen hizo invisible el escudo* para Geralt, Artemis y ella misma, para después guardar silencio y evitar meter en problemas a Lady Luna. Se quedó en su lugar escudriñando a esas cosas para averiguar lo que sea, desde lo mental hasta lo físico. 

Lord Asriel contemplaba apacible su entorno, veía el castillo con una sonrisa en su amplio rostro a lo lejos y trataba de ubicar ese mundo, aunque sus anfitriones atraían más su atención.

Centauros.

En aras de no empeorar la situación, no dio un breviario sobre aquellos seres, siendo claro que serían desconocidos para muchos. La situación era tensa y quedaba claro que existía segregación en ese mundo, cosa que anoto mentalmente, arreglaría eso después.

Miro en rededor de sus compañeros y noto que algunos se preparaban para lo peor, luego poso su vista en los centauros, había visto muchos, incluso esa especie le resultaba familiar, tan familiar como el nombre de Bane.

Pero las explicaciones de sus compañeros lo llevaron a poner los ojos en blanco, para sus adentros deseo que Artemis tuviera una buena explicación para una falla como esa en su dialogo, ya que el castillo se encontraba a simple vista y solo bastaría con ir en su dirección para dar con él.

Y al ver que el centauro llamado Bane menciono a su gato, aprovecho la situación, pero no mentiría, eso nunca.

Buenas noches –Realizo una reverencia imitando la de los centauros, sus ojos profundos se clavaron en los del líder. Bane, como explican nuestros discípulos, estamos en una expedición. Soy Asriel, y estos son mis compañeros. Tal vez sepa de mí, pero esa es historia para otro momento.

En nombre de todos los académicos de la academia Hogwarts, y a nombre de los que aún no dicen nada aquí, les pido su perdón, el castillo está a plena vista, pero a estas horas, nuestros ojos no disciernen los senderos de las ramas y con el fin de evitar cualquier accidente hemos dado a este sitio.

Toda ayuda sabremos devolverla.

Stelmaria ronroneo a su lado, sin mostrar el menor ápice de temor ante los centauros, sus ojos felinos reflejaban la poca luz estelar, de hecho parecía entretenerse. 

Pasó por aquel portal, el cual le llamaba mucho la atención (llevaba un día de muchas emociones). Cuando llegó al bosque no pudo evitar alzar ambas cejas de asombro, le recordaba al que rodeaba de Santoff Claussen, pero a diferencia de este no parecía que fuese un lugar acogedor.

Con la aparición de los centauros, las sospechas de Norte se confirmaron. Miró a los seres curioso, había leído algo sobre seres de la antigua Grecia que eran mitad hombres y mitad caballos, pero no esperaba nunca encontrarse a alguno de ellos. Decidió permanecer callado, los demás ya habían hablado y Luna a su juicio era la única que podía más o menos salir airosa de esta situación.

- Oh, rayos...

Dije por lo bajo, al ver que nos rodeaban criaturas mitológicas que jamás pensé que vería salvo en libros y películas. Gracias a todas las deidades de todas las religiones - y por qué no, de todas las dimensiones - que Luna había reaccionado rápido. Estas criaturas, si bien no habían actuado agresivamente, no se veían del todo apacibles, al contrario, estaba convencida de que, si desearan hacerles daño, ni toda la inteligencia ni la magia ni la fuerza de mis compañeros y mía juntas podrían detenerlos. Decidí seguirle el juego a Luna y Artemis, y añadí, en mi mejor acento francés:

- Mi nombge ez Magie, eztagíamos muy agadezidos zi noz guían, s'il te plaît, ¿oui?

Me quedo asombrado con esos seres que nos han salido al encuentro. Son completamente extraños y desconocidos para mi. Nunca me enfrento a un enemigo sin haberlo evaluado bien antes así que dejo que los que los conocen mejor entablen conversación con ellos. Prefiero quedarme en un segundo plano, eso sí, con la mano apoyada en la cazoleta de la espada.

El centauro cabalga hacia el grupo y se mueve un par de veces como un general observando al ejercito enemigo, pero luego frena y mira a Luna a los ojos.

¿Eres la Lunatica Lovegood? 

Bane la mira de pies a cabeza.

No hay duda, nuestro clan luchó codo a codo con ustedes el año pasado y como dije anteriormente no nos metemos en asuntos de magos.

Luego mira a Asriel y sonríe.

Entiendo que estén estudiando a los unicornios pero estas no son horas para estar en un lugar tan peligroso y menos en los territorios de mi pueblo.

Dobla las patas delanteras como haciendo una reverencia.

Los escoltaremos al camino hacia el castillo.

Los centauros forman dos filas y se ponen a los costados de ustedes, guiándolos camino al castillo.

Lo que puedes sacar en limpio de solo verlos es esto:

Al igual que los seres humanos, los centauros pueden ser de una variedad de colores, que van desde el más oscuro negro al blanco nieve. Tienen el cuerpo de un caballo, y el torso, los brazos y la cabeza de un ser humano. Los centauros no son mestizos, sino una especie completamente diferente.

Los centauros son habitantes de los bosques, y en cada país donde las manadas existen, la autoridad de los magos debe reservar zonas exclusivamente para ellos. Una de estas manadas vive en el Bosque Prohibido, en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por lo general, viven en manadas de diez a cincuenta individuos. Los centauros no quieren la mas mínima ayuda humana.

Cuando escuché la respuesta del centauro me relajé e hice automáticamente una reverencia al igual que había hecho él. 

-Muchas gracias por la ayuda. 

Entonces nos flanquearon y comenzamos nuestro camino hacia el castillo. Durante la caminata me acerqué a Luna.

-Luna -musité en voz baja, más para no molestar al bosque que por otra cosa- quizá lo mejor sería empezar por ver a la directora que nos comentaste. Una vez hablemos con ella, podremos ir a donde nos corresponda a cada uno, ¿tú qué crees? ¿podremos encontrarla ahora?

Su persona agradeció al cuatro patas y camino a su lado. Stelmaria tampoco se quedó atrás, siguiéndolos de cerca.

Aun así miraba de reojo a los dos patas más jóvenes, esas tres crías atraían su atención, sus ojos felinos no evitaban su contacto, mostraba levemente sus colmillos ante los sonidos del bosque.

Y con todo eso disfrutaba no estar encerrada en las guaridas, eran confortantes con el frio, más el clan estelar siempre tranquilizaba su corazón.

Cuando llegue al otro lado del portal caí a tierra y rapidamente me incorporé; mietras me levantaba pude reconocer unas silueras y escuchar unos pasos conocidos, los había escuchado muchas veces antes en el campamento mestizo, eran centauros.

Mientras nos rodearon pude observar como eran muy parecidos a los Ponnys salvajes que nos ayudaron en la batalla de New York que al propio Quirón. Antes de siquiera decir palabra Luna, Artemis y Asriel hablaron con los centauros, mientras otros de nuestro grupo llevavan su mano a la empuñadura yo solo sonreí.

Luego Bane se ofrecio a llevarnos hasta el castillo con una gran reverencia y yo poniendome a su altura lo mire y recorde un poco a mi maestro.

con una gran inflexión de respeto y agradecimiento dije: -Muchas gracias señor Centauro, le estoy muy agradecido por su ayuda- luego hice una reverencia y me acerque a Luna.

-¿En este mundo existe el centauro Quirón? Pregunte a Luna en un tono de voz bajo para no ser escuchado por los centauros.

Hice una reverencia a Bane y busque a Firenze con la mirada, había estado en la escuela dando clases de Astronomía cuando estaba en cuarto curso, si estaba entre los centauros no lo distingui

Artemis se me acerco y pregunto si podríamos ver a la Directora, la Profesora Mcgonnagall.

-era lo primero que quería hacer en cuanto llegásemos, seguramente nos ahorre trabajo diciéndonos donde esta el objeto-conteste.

Seguidamente, Percy se me acerco preguntándome en bajo si conocía al centauro Quirón:

-fundo una escuela de astronomía y que por eso Zeus lo coloco en el cielo como una estrella mas-digo señalando el cielo estrellado.

- Muchas gracias. - digo sin más cuando el ser decide escoltarnos hasta la Escuela de Magia de Luna.

Sigo avanzando con la mano cerca de la empuñadura de Aguja por si todo fuera una treta.

Al pasar al lado de la extraña criatura me rozo el ala del sombrero con los dedos y hago una leve inclinación de cabeza.  Sé reconocer a una persona honrada y sus honrosos gestos.

Seguí con suspicacia la conversación y las explicaciones de ese centauro. No parecía un ser traicionero, así que asentí y me mantuve cerca de Luna.

Cuando iniciamos la marcha rodeé los hombros de la pequeña con mi brazo y le hable en voz baja.

- Buen trabajo señorita Lovegood - me incliné hasta ponerme a su altura mientras seguíamos caminando - cuando hablemos con esa directora que mencionáis... ¿crees que podría facilitarme la receta de esas galletas?
Intenté poner una sonrisa amable, aunque probablemente se asemejaría más a una expresión siniestra.