Ustedes comienzan juntos. Cuando estén listos sus historiales, arrancamos en esta escena la introduccion.
(Falta el de Theon)
Perdón si tardo un pelín estaba pensando bien en el personaje... que como vereis ha pasado primero de ser humano a elfo y ahora probablemente a ser una elfa. Su diosa también me parecía algo importante y he escogido a Atenea, pensé en Ares, pero esté parece más para un alineamiento maligno por su disfrute de las matanzas...
Ya casi está, por fin me decidido y aseguró que no volveré a cambiar ni el nombre, deidad o sexo de mi personaje XD...
Terminado, espero que sea suficiente y sirva, he interpretado un poco lo que implicaría ser un Alma predilecta del dios de la guerra y las matanzas Ares.
ok, cuando esten listos los historiales comenzamos....
Ya empece con los otros dos "duos" :D
No te preocupes, yo espero :)
Terminé... estaba justo editando el post anterior porque no me salieron vuestros mensajes. Empezamos cuando querais.
Cita:
Luego de visitar el tempo de Ares, y hablar con un sacerdote llamado Marcel Irdagon llegas a un acuerdo.
Segun Irdagon te cuenta, últimamente en el templo de Ares han recibido quejas de un importante fiel que habita en el bosque cercano, al sur de la ciudad.
Nuestro querido fiel, Rajj su nombre, nos ha informado acerca de que en los alrededores de su solitaria cabaña, se han visto con demasiada frecuencia una extrañas criaturas aladas. Como si se tratara de grifos o alguna bestia semejante.
El sacerdote ha estado buscando alguien que pueda ir a destruir el nido de estas aves o de lo que fuera que se haya establecido en la zona.
Si sales por la calle sur, en unas horas encontraras la cabaña de Rajj...
Luego de aceptar el trabajo, que será pagado , por el propio Rajj con doscientas piezas de oro y con dos pociones mágicas que el propio Marcel Irdagon te entregará, el sacerdote de Ares te pide que lo sigas...
Ven conmigo jovencita. Susurra. Mi hermano podrá quizás acompañarte.
Después de caminar por media ciudad, llegan a una posada donde puedes ver a un sacerdote vestido con las ricas vestimentas que lo indican como fiel al gran sol Apolo.
Junto al sacerdote, un joven humano vestido con una armadura y portando una enorme espada a dos manos, se encuentra mirando tímidamente a todos lados.
Los sacerdotes de tan variadas religiones se abrazan y besan antes de presentar a sus acompañantes.
Hey querido Irdagon como has estado! pregunta el sacerdote de Apolo.
Mejor me perjudica, retruca el clerigo de Ares. Aun no me invitas a probar de tus nuevas cepas y de esos quesos que me has prometido querido primo! agrega con una voz grabe..
Y asi, luego de saludos amistosos, Zenram Godhand y la joven elfa Niamar, timidamente primero y con más animosidad al salir al fin de la ciudad comienzan su caminata en busca del nido de alimañas...
Luego de visitar el tempo de Apolo, y hablar con un sacerdote llamado Anibal Linardtom llegas a un acuerdo.
Segun Anibal te cuenta,... últimamente en el templo de Apolo han recibido quejas de diversos ciudadanos, que informan no poder adentrarse con seguridad en el bosque al sur de la ciudad de Khare.
Se han visto con demasiada frecuencia una extrañas criaturas aladas. Como si se tratara de grifos o alguna bestia semejante.
Estamos buscando alguien que pueda ir a destruir el nido de estas aves o de lo que fuera que se haya establecido en la zona.
Luego de aceptar el trabajo, que será pagado [al finalizarla como es costumbre del templo], con trescientas piezas de oro el sacerdote de Apolo te pide que lo sigas...
Ven conmigo joven. Susurra. Mi hermano podrá quizás acompañarte.
Después de caminar por media ciudad, llegan a una posada donde puedes ver a un sacerdote vestido con las oscuras vestimentas grabadas con runas de oro que lo indican como fiel al dios Ares
Junto al sacerdote, una joven elfa que portando una enorme espada a dos manos, se encuentra mirando tímidamente a todos lados.
Los sacerdotes de tan variadas religiones se abrazan y besan antes de presentar a sus acompañantes.
Hey querido Irdagon como has estado! pregunta el sacerdote de Apolo.
Mejor me perjudica, retruca el clerigo de Ares. Aun no me invitas a probar de tus nuevas cepas y de esos quesos que me has prometido querido primo! agrega con una voz grabe..
Y asi, luego de saludos amistosos, Zenram Godhand y la joven elfa Niamar, timidamente primero y con más animosidad al salir al fin de la ciudad comienzan su caminata en busca del nido de alimañas..
El joven Zenram camina junto a la extraña platicando animosamente de todo y de nada, acostumbrado ya a la vida aventurera, de pronto se detiene abruptamente y reacciona...
jajaja, pero que tonto, por que caminar cuando puedo llamar a mi fiel Trekther, mi caballo, si no tenéis inconveniente podéis montar conmigo, Trekther es fuerte y podrá sin problema con ambos.
La eterna sonrisa en el rostro de Zenram se hace mas amplia buscando que la elfa se sienta mas cómoda...
Parecía que de nuevo tendría trabajo y podría desentumecer los músculos tras una semana de viaje, la anticipación de la futura confrontación contra las criaturas despertaba su espíritu guerrero, pero no solía estar muy acostumbrada a conversar con los que la acompañaban, de todas formas aquello no parecía importar a mi dicharachero compañero que hablaba animado del multitud de cosas y de nada a la vez.
Lo que más me llamaba la atención del guerrero que me acompañaba era su magnífico mandoble, lo demás ya lo conocía, un paladín reo de sus creencias y sus superiores si además servía a Apolo sería un virtuoso, suicida en el combate si con ello salvaba un alma. Incapaces de disfrutar con su trabajo, algo que por contra sus dioses si hacían cuando luchaban.
Casi había dejado de escuchar a Zenram cuando este sugirió lo del caballo, tardé unos segundos en reaccionar sonriendo abiertamente. - Perdona estaba algo despiestada, si tienes una buena montura porqué no aprovechar.- Por mi parte había perdido mi montura en el camino y no era la primera ,de modo que había dejado de ponerles nombre hacía tiempo más por comodidad que por cualquier otro problema sentimental.- Así podremos llegar mucho antes.- Esperaba que fuera más ducho que yo montando, porque aquella no era una de mis habilidades.
Fin del editado...
el mal del post cruzado XD
Atendiendo a la respuesta positiva de su ahora compañera, el paladín sujeta un pequeño y discreto medallon de Atenea que cuelga de su cuello y hace una pequeña oración...
Atenea permite que mi compañero me auxilie en mis deberes y me permita cumplir tu voluntad
En apenas unos instantes un hermoso caballo de guerra pesado comienza a materializarse aparentemente de la nada, al terminar el prodigio el audaz paladín sonríe una vez mas a su compañera y haciendole una cuidada reverencia añade señalando al caballo...
Os auxilio?
Salen a caballo de la ciudad de Khare siguiendo el camino hacia el sur. Pronto la ruta se ve rodeada de arboles. Grandes y altos pinos parecen alcanzar el cielo celando al propio Apolo con su inmensidad. El suelo, repleto de agujas, parece un manto verde digno de un rey.
Tras una hora de marcha y conversaciones pueden ver una bonita cabaña a un lado del camino construida con lustrada madera de pino. El sendero sigue serpenteando a lo lejos. Un corto camino de guijarros blancos llega hasta la puerta de la construccion.
El viaje había transcurrido tranquilo, incluso algunos podrían haberlo tildado de agradable, sin embargo mi mente en aquellos instantes no pensaba en aquellos terminos, la emoción del combate arrastraba todas las sensaciones inútiles y las dejaba apartadas centrándose en la preparación necesaria. Al llegar cerca de la cabaña donde nos encontrariamos con el tal Rajj mis músculos comenzaron a tensarse y relajarse inconscientemente, lo mejor sería caminar un poco para que mis piernas recuperasen la circulación, de modo que desmonté dejando a Zenram sobre su montura. - Parece que llegamos veamos que tiene que decirnos Rajj, nunca esta de más saber algo acerca de los peligros y enemigos a los que nos enfrentaremos.
Nada mas razonable. Contesta el paladín sonriendo.
Una vez se encuentra frente a la cabaña en cuestión el paladín desmonta de un salto sin demasiada dificultad, acercándose a la puerta de la construcción cierra su puño derecho y toca levemente en la puerta, lo suficiente para que le escuchen pero no tan fuerte como para ser molesto.
La puerta se abre y un hombre musculoso pero ya entrado en años bloquea el paso.
El viejo los mira por debajo de unos gruesos cristales y tras inspeccionarlos y mirarlos a cada uno durante un buen rato, se decide a hablar.
QUIEN LOS ENVIA Y QUE QUIEREN! grita de repente y sin ningun motivo.
Disculpad nuestra intromisión en la paz de vuestro hogar, mas nos trae aquí un asunto de la máxima gravedad ya que nos ha enviado Anibal Linardtom para intentar encontrar el nido de unas extrañas criaturas aladas, tan solo queremos asegurarnos que no representen un peligro para nadie...
Tirada: 1d20(+11)
Motivo: Diplomacia
Resultado: 8(+11)=19
QUE! COMO! ...Ese artero traidor y tramposo... susurra en voz supuestamente baja, pero que resulta tener mucha fuerza. ACASO LOS PRIMOS LINARDTOM NO SE HAN ATREVIDO A VENIR EH! AHJAJAJA.
VAMOS, PASEN ENTONCES. AUN ES TEMPRANO.
El viejo hombre, que viste una camisa derruida que no cubre sus ancianos pero gigantescos músculos repletos de tatuajes de criaturas serpenteantes les cede el paso.
El joven paladín entra en la casa ante la invitación de su anfitrión, mientras que su fiel caballo Trekther se coloca sin necesidad de que le digan nada a la entrada de la casa...
Aquel extraño recibiemiento fue tan sorprendente que no pude más que quedarme en la puerta junto al caballo de Zenram tratando de entender porqué aquel tipo les gritaba mientras les invitaba a pasar dentro de su humilde choza. Mirando atrás el camino algo desconcertada por si alguien estuviera escuchando o pudiera ser el receptor de aquellas voces finalmente me decidí por entrar tras los pasos del paladín. - Realmente no sé quienes son esos primos de los que habláis, pero si tenéis un problema con algún tipo de alimaña sería mejor arreglarlo cuanto antes. Nunca es temprano para realizar algo de ejercicio.
Mientras hablaba eché un vistazo a la morada donde el tal Rajj vivía dejando que este cerrara la puerta tras nosotros.