Partida Rol por web

Subes rapido la pequeña escalinata y quizas ese valor desesperado de quien se sabe acabada te da nuevas fuerzas, o la fortuna decide cambiar. Pero tu hoja encuentra lugar en la pata del jaguar, abriendo un tajo finalmente!

No es ni mucho menos suficiente para detener a la bestia, pero esta tambalea. Y el zarpazo que quizas hubiera acabado con Antonia falla, rozando sus dorados cabellos...

La enloquecida Brujah continua aporreando a la bestia con todos su ser, moviendo los puñitos contra la mole. A pesar de la fuerza del felino, esas blancas manos son muy duras, y hacen resonar los huesos de la criatura, quien las mira casi sorprendido de la tenacidad con que se atraven a enfrentarlo...

Me levanto a la noche siguiente sintiendome algo mejor en comparación, pero aún así bastante hambrienta. Al parecer la sangre que perdí ayer es vitae que tendré que conseguir otra vez.

Voy hacia la cabaña y empiezo a golpear la puerta. -¿Laura? ¿Estás? Tenemos que salir a cazar algo.- Dije. Me moría de hambre. -Hay personas en el embarcadero ese, ¿no?- Pensé mientras me preguntaba cuántas presas tendría que agarrar para alimentarme lo suficiente.

Aún no creía que se hubiera salvado, estaba segura que estaba muerta, literalmente, ya sea por el jaguar, ya sea por Antonia cuando se cansara de golpear al felino, pero eso no quitaba su deseos más profundos de proteger a su amiga, y volver a arremeter contra la criatura con todas sus fuerzas, mientras Antonia no escatimaba violencia contra el jaguar.

El jaguar salta hacia atras, cayendo de pie en la cubierta de popa, como corresponde a un buen gato. Esta algo sorprendido por la tenacidad de las mujeres... mucho mas combativas de lo esperado.

Sus ojos verdosos se entrecierran con odio, mientras se concentra levemente. Puedes ver como el tajo que le hiciste en la pata comienza a cerrarse... ¡Esta sanando!

La enloquecida Antonia por fortuna, no esta para contemplaciones y le quita tiempo. Salta y tambien cae en la cubierta, casi agazapada. Ahora mismo, ella es una Bestia no menor a la que tiene enfrente. Vuelve a arremeter a puñetazos contra el jaguar, quien alcanza a evitar uno de sus golpes pero igual recibe los otros dos. La muy maldita...

Ahora o nunca. La desesperacion de la primogenita a hecho que logren acorralar al felino ahi atras. No tiene donde seguir esquivando. Es el momento de encontrar la forma de librarse de el de una vez por todas... 

Mientras Sarah espera que la dormilona Laura responda y se levante, la sorprenden.

-Jijuna... no si andescapo... +comenta una voz familiar. Caminando con paso recio viene el viejo Orlando. No se lo siente hasta que esta bastante cerca como para poder distinguir el cuasi-fosforecente matojo de pelo blanco que adorna su cabeza. Las luces de dentro no estan prendidas, pero esa seña es inconfundible. Mucho mas la voz. 

Se detiene bajo la lluvia, a unos metros. Su tono es cauteloso y extrañado.

-Pense jabia rajao con laj amiga, muchacha... ¿qui hace aca?

Lo habían acorralado, y aunque las heridas de esa criatura estaban sanando- ahora hubiera deseado que Sarah hubiera estado ahí, para que usara sus garras - no había que darle tregua, y Antonia, en su locura, no iba a hacerlo, entonces,ella tampoco. Javiera de dos zancadas fu hasta el jaguar, aún sentía extraño la piel colgando de su de vientre, pero eso no era importante, ahora que blandía el machete para golpear de nuevo al jaguar.

Al ver a mi sire volviendo del bosque no puedo contener una sonrisa. Alzandome de brazos le contesto. -Las Brujah nos dejaron atrás. Se fueron en su bote mientras nosotras peleabamos con el jaguar.- Respondo. -Espero que no le moleste que hayamos usado su por un día. Preferimos volver hoy con más tiempo, ya que tenemos que conseguir un bote que nos lleve.-

La combinación de golpes de Antonia con el oportuno machetazo de Javiera, hacen gruñir de disgusto al Jaguar, a la par que abren de nuevo sus heridas

Es imposible saber lo que piensa, pero de forma casi inteligente mira los rostros de ambas, como recordándolos. De pronto exhala un rugido formidable, que tira hacia atrás los cabellos de las mujeres,…y salta al agua!

No exhibe el miedo normal de los felinos al líquido, de hecho flota adecuadamente, mientras el yate sin control se aleja. En pocos instantes queda oculto por la falta de luz, desapareciendo de vista….

Es increíble. Pero parece que han sobrevivido, contra toda posibilidad, una noche mas.

Ahora solo resta calmar a Antonia. Sin su enemigo adelante, la primogénita se vuelve hacia lo único amenazante que queda en el yate. Lo unico que esgrime algo para dañar

Vos.

Asiente con un cabeceo, cambiando el peso de los pies. Suavemente responde

-Andiavese pasa... Nel mbarcadero ah de hallar alguno. Le va a tene que esplica que hajen aca en esa facha, pero son guena gente. Siguro la tiran pa la ciuda'.

Se lleva una mano a la cintura, mirando al oscuro bosque que los rodea. El aire silencioso ya no es opresivo como anoche. La lluvia que cae y los empapa por completo cae calida, pegandote las ropas al cuerpo.

-No... no ejperaba que noj vieramoh di nuevo. +comenta de pronto+ Pensé haria la vida aya en Santa Fe, con el principe y eso, o te iriaj pa tu casa.

Habían espantado al jaguar, Javiera pudo "respirar" tranquila, pero el peligro para ella no había terminado, Antonia seguía en ese estado, y su frenesí no reconocería amigos, aliados, nada, sólo la sed y la furia. Javiera dio unos pasos hacia atrás, pensó en soltar el machete, pero su instinto de  supervivencia se lo impidió, ese machete puede evitar que ella la consumiera y con eso, terminara con su reputación y de paso, con su vida. 

- Antonia, reacciona! - exclamó, dado otros pasos más hacia atrás, si era necesario, se lanzaría al agua y nadaría a la orilla, aunque ahí podía estar el jaguar. Estaba atrapada...- Antonía! - gritó su nombre de nuevo, esperando su siguiente movimiento.

La sonrisa se borró de mi cara. -¿Qué voy a ir a hacer a USA?- Le pregunté a Don Orlando. -Por lo que se, podría estar peor que acá. Mejor elegir el mal conocido.- Suspiré inutilmente. -Aunque no puedo decir que Santa Fé sea bonita. Después de que se fue usted, el hijo de puta de Diego me tiró 5 años a las cloacas.- Dije bajándome la capucha y mostrándole las antenas de cucaracha que había desarrollado.

-Cuando pasaron las años me empleó como azote. Mi posición mejoró un poco, pero Santa Fé está al borde de la guerra entre los Brujah y los Toreador y el bando que me reclutó no va ganando.- Era un poco raro contarle mi historia a alguien, pero de alguna forma sentía que Don Orlando era alguien que conocía desde hace mucho, a pesar de que nunca me terminó de educar como vástago al cien por ciento. Recordé que en un momento estuve resentida con él, pero al aprender un poco más de mi clan me di cuenta de que era normal y que no era tan grave. Así empecé a reconciliarme mentalmente con el viejo. -En fin, ahora me mandaron aca no se por qué. Linda ciudad, por cierto, Buenos Aires. Me tratan mejor que en Santa Fé. Estaba pensando en quedarme.-

Miro a una, luego al otro, vuelvo a mirar tratando de entender el flujo de la conversación pero sin información previa de la vida de Gabardinas y con el acento de don Orlando es imposible. Me río de puro nervio, sintiéndome más y más tonta minuto a minuto.

Yo que creía que los yucatecos y hipsters eran hardcore con los acentos.

¡¿Fueron cinco años en las cloacas?!

No hay plaza pública, ni Tlatelolco ni el mercado de Tepito, que derrote esa madre. Sigo escuchando. Al parecer los toreadores también andamos en guerra, nuevo detalle que a Mercedes se le escapó. Culera sire que terminé por tener, pienso del puro coraje. Me había tratado tan bien que solo quería agradarle, pero tras la noche pasada estoy... ¡que quiero partirle la madre!

- Tampoco sé ni qué madres estoy haciendo aquí - por fin me atrevo a hablar - Lo único que me dijo la jodida de Mercedes fue que hiba a "pasar tiempo de calidad con otros neonatos" - expreso, haciendo comillas con los dedos.

Al escuchar a Laura me reí con ganas. -Que la inocencia te dure.- Dije burlándome de ella, aunque también era cierto que la pobre estaba pasando por un momento duro. -Si, yo no tuve inocencia, ¿cierto?- Pensé mientras recordaba como negaba mi vampirismo en mis primeras noches. Luego Orlando se fue y me dejó sola, luchando contra el Sabbat. Y ganamos. Ayudé a Diego y a su Camarilla a resistir, pero hubiese sido mejor unirme al Sabbat y no pasar esos 5 años en las cloacas, con los que me recompensó el principe.

- Para lo que sirve - exclamé con gesto despectivo - ¡Un pinche jaguar volador! ¡Un pinche jaguar que tenía más inteligencia que un pinche bolseador de la Plaza de la Tecnología! - gemí de pura frustración - ¡¿En que madre de mundo perdido vine a caer?!

Me tiemblan las manos de puro coraje, especialmente porque es cierto, Mercedes me vio la cara, y muy bien. Seguro tras verme con Tango-Alegre ya pensaba en esto, si contenta no se veía. ¡Esa jija de la chingada, ahora sí que me la iba a pagar!

¿Ahora como madres le hago para regresar? ¡Y eso si regreso!

Doy varios giros sobre mí misma, frustrada. Fantaseando con los gritos que le iba a pegar a mi sanguinaria sire. ¡Donde vuelva a intentar darme otra copa de sangre como si no me hubiera jodido me la madreo!

Abro anchos los ojos. ¡¿Hablando de sangre, como madres le voy a hacer?!

Miro nerviosa a gabardinas, dudando. No voy a matar a ninguna otra persona, bastante mal me siento con ese estudiante. De solo pensar en volver a matar a alguien así tiemblo. No... otra muerte no...

Cierro los ojos. Vuelvo a escuchar de fondo lo que me grité a mí misma cuando vi lo que había hecho. ¡Asesina! mi subconsciente me señalaba. ¡Asesina!

No quiero volver a hacerlo. Nada de sangre humana, ya no quiero. Ya no puedo.

- ¿Los vampiros... podemos chupar animales?
 

-Si, podemos.- Le contesté a Laura. Yo lo sabía bien, el tiempo que estuve alimentándome de ratas... -Pero preferiría humanos. Tienen más para dar.- Agregé. Aunque tal vez no ibamos a poder alimentarnos y después convencerlos de que nos den un aventón, así que tendría que ver.

Finalmente levanté mi capucha y la volví a poner cubriendo mi cabeza. -Me sorprende que la Toreador no haya dicho nada sobre mis antenas. Quizá hayan elegido mal su clan.- Pensé divertida. -Tendriamos que ir yendo.- Me volteé a Don Orlando. -Gracias por dejarnos pasar el día en su refugio.-

¿Qué Chapulín Colorado ni qué chingados? esas antenas y las garras tienen que ser una de las cosas más épicas que he visto. ¡A la mierda los X-Men, esto si es superpoderes, a huevo! Mi vena friki alucina. En mejores condiciones, creía que lo que quedó del trikini es un traje de superhéroe.

Eso y por fin darme cuenta que puedo ser "animalista" (de alguna forma se le tiene que llamar y no decir "vegetarianos" como en la mamada de Twilight) ya quiero dar saltos en el aire. Apenas me importa el trikini. Con lo que sea, pero sangre humana no vuelvo a tomar.

- Gracias por todo - Le habla a Don Orlando y de pura euforia me atrevo a responder también, adelantándome a la jerga que dirá y yo seré incapaz de comprender. Ni con habilidades extrasensoriales se puede lograr eso.

Vuelvo a mirarme el trikini. No, sí tendré que ver si logro entenderle... ¡Por favor, que a lo que voy a preguntarle se limite a decir sí o no, por favor...!

- ¿De casualidad no tiene una playera o algo que pueda prestarme? - le pregunto, con una sonrisa más avergonzada que nada.

Nada. Tus palabras chocan con el muro de rabia, miedo, hambre, que es la Bestia. Todo lo que queda de Antonia es el hermoso y desnudo cuerpo que te ataca con toda su fuerza.

El primer puñetazo golpea tu hombro. El segundo es demasiado apresurado y pasa junto a tu cuerpo con un viento. El tercero te impacta justo entre las costillas, sobre la herida previa, haciendo tus huesos crujir. Si no fuera por tu experiencia no creerías la fuerza que tienen esos bracitos que hace tan poco te acariciaban…

Pero no es lo más peligroso que te aporreen. Eso sana... Antonia se ha estado esforzando al máximo desde hace rato, cuando escaparan de la lucha. No debe tener mucha vitae para seguir usando su velocidad cegadora.

Si llega al límite tendrá hambre. Y difícilmente le quede cordura para ir a por las raciones de la heladera. Menos teniendo una comida mucho más sabrosa frente a ella…en tu cuerpo.

El anciano escucha la explicación de Sarah y su debatir con Laura sin decir nada. La gringa ha cambiado. No fue mala decisión dejarla abandonada a que aprendiera como eran las cosas. Se rasca suavemente la frente viéndolas, pensativo. Pero al final decide no corregirlas ni cambiar nada. ¿Qué sabia el? Eran otros tiempos..

-Di naa... si endi paeso ‘sta. +responde a ambas, por sus gracias, esbozando una media sonrisa.

Luego presta atención a las ropas de ambas, sin ruborizarse (aunque quizás lo haría si tuviera sangre) ni escatimar atenciones. Dentro de todo la gabardina y ropas de Sarah han quedado rotas, pero aceptables si se las cierra con fuerza, aunque despertara varias miradas si se las mira atenta. Resulta obvio que no fueron dañadas por accidente. Y la joven Toreador está prácticamente “en bolas”, a su modo de verlo. Lindo problema.

-Eh…crio que ta laj prienda de Tiago. Nu tengo parientela aca vite… ropa e mujer o fina. Ni nunca je. +sonríe, recordando los problemas que tuvo con su chiquilla al inicio, por ese tema. Pasa a un lado y se introduce en la cabañita, en el cuarto concretamente. Rebusca en n el armario, sacando una mochila no muy grande. Prende las luces para que la vean mejor.

Tiene algunas prendas, (un pantalón de jean algo gastado, 3 o 4 remeras, calzoncillos, poco más.) Se ve que Tiago viajaba con lo justo. Huelen decididamente raro, pero son más o menos la talla de Laura y aparte es eso o nada. 

La no-vida, no siempre es glamour como el que Mercedes le mostrara.