Partida Rol por web

Mientras escuchas el relato, de pronto Sarah nota un ruido a su izquierda, donde estaba el ghoul vigilando. Un rapido vistazo le muestra que el sujeto no se encuentra parado cerca de la esquina de la casa, como hace un momento...

Escucho con atención lo que cuenta la voz, preguntándome si todas las historias que había escuchado en el pasado sobre los sacrificios humanos y esas cosas eran en realidad vástagos. Hasta que en un momento dado, dejo de seguir la conversación por un ruido a mi lado.

El ghoul de Javiera no estaba. -...Fuck.- La sangre empieza a calentarse en mi interior y redirigirse a mis brazos, mientras me posiciono en la puerta de la cabaña y le doy tres golpes para alertar al interior. Antes de que termine la acción, mis manos habían sido reemplazadas por las zarpas negras de un depredador.

-creo que aun crees que puedes tener una - mira la cruz que pende de su cuello, y luego sus ojos desdeñosos  suben a los de él, escuchando su advertencia, sabía que los vampiros podían beber sangre de otros, y que de hecho beber hasta la esencia  de uno, te hace adquirir sus habilidades y sus debilidades también,  pero es también uno de los mayores pecados entre los vampiros... beber el alma marca el aura del diabolista por la eternidad...¿a que clase demonio se iban a enfrentar?. Supay... claro, ahora lo recuerdo.

- Supay, el demonio, la señora de los muertos y  la maldad pura, la oscuridad superior a toda oscuridad - susurro, acariciando su barbilla y mirando a Antonia, ella debía saber mejor contra qué se enfrentaban, un se que podía contra vampiros antiguos sin mayores problema, era terrible. 

- tienes algo más que decir?- interroga una vez más al vampiro.

Tiago esboza una sonrisa triste, cargada con mucha mas emoción de la que cabria esperarse, y tambien muchisimo dolor... Alguien que ha visto y sentido algo mas alla de lo que normalmente trae aparejado el abrazo. Pero no sigue el tema, al ver que no podrian comprenderlo. Simplemente contesta.

-Mucho mas... No se si no entendieron, pero hay algo mas...

En eso, se sienten tres golpes firmes en la puerta, y enmudece. Abre los ojos intensamente, en alerta. 

-... ¿Que pasa?

Don Orlando, que habia permanecido escuchando impasible (probablemente ya habia oido todo antes) comienza a extender unas negras y afiladas garras de sus manos.

-Ñamembu pora... +masculla+... Ahi'ta. ¿Onde dejaron la lancha?

La primogenita se incorpora. A pesar de la ternura y sensualidad de su apariencia, el rostro esta serio. ella cierra sus puñitos delicados, conteniendo las emociones en puja de su interior. Algo captado en las palabras de Tiago no le ha sentado nada bien, es evidente, pero se esfuerza por mantener la serenidad. En vez de contestar a Orlando, mira a Javiera y Laura, mientras interroga a Sarah.

-¿Que pasa? +repite, como un eco de Tiago, aunque con una voz femenina y firme.

Al escuchar las palabras de dentro de la cabaña aprieto los dientes. -No estamos solos.- Dije desde afuera, mientras miraba para ambos lados sin saber dónde estaban los enemigos. -¿Serán más Gangrel? Si es así, también podrían haberse fusionado con la tierra para que no los vea.- Pensé de forma precavida. No me movería de ahí hasta no estar segura.

Solos, ya no estaban, y fuese lo que fuese que estuviera afuera, podría hacerlos mierda, si era lo que el chico estaba contando,  además, de que anunciaba de que había algo más, que ellos no habían reparado. Javiera clavó de nuevo sus ojos en el vampiro, y juró internamente que si aquella treta era una trampa, ella antes de morir, le arrancaría los cojones...

- Laura, quedarte atrás, - le ruge a la neonata y saca su  machete, lista para un posible ataque, confiando que Sara podría detectar lo que se acercaba además de don Orlando.

-Hijuna... No lej digo io. Vayamos pa' la lancha. Aca no podria peliarr ni una mano e'truco!+insiste el veterano. Realmente, con los 5 que son en la salita, apenas sobra espacio para moverse. Mucho menos para cualquier clase de gresca que no fuera mano a mano, e incluso eso seria un amontonadero.

Se muerde el labio, pensando algo, y mira a Tiago.

-No terminamos con vos... asi que nos vamos. Rapido. Javiera, hacete cargo de él querida. Laura, Don Orlando, ayudenla a ganar tiempo mientras todos se van al embarcadero. Voy a adelantarme. Puedo ir mas rapido sola y soltar el barco. No hagan nada estupido... si es esa cosa, corran, nada mas.

Mientras habla, abre la puerta, donde entra el chiflete, aunque el fresco nocturno apenas se siente en las desnudas pieles de las chicas no-muertas y sus compañeros. Sarah esta tensa afuera, mirando a todos lados. No se ve al ghoul que viniera con la novata Laura por ninguna parte... No se ve nada mas alla de donde llegan las luces de la modesta cabañita, casi en general. La luna se ha ocultado tras las nubes, sumiendo todo en penumbras.

Antonia se humedece los labios, mientras la vitae corre por sus venas, potenciando su ya fuerte y hermoso cuerpecito, aprontandose a correr una carrera... sin duda, de las mas dificiles de su existencia.

- ok, pero ns vamos todos ahora - la vampiresa corre hacia la puerta, y se parapeta en ella, mirando por la ventana - vamos, a moverse - una vez más, saldría corriendo, una vez más, su existencia se perpetuaría por un acto cobarde como la huida. Laura comprendería que si deseaba llegar a los 20 años como vampiro, esa sería su actitud en general, a menos que tuviera confianza en que ganaría.

Al ver que la puerta se abría y la primogénita Brujah empezaba a correr hacia el barco seguida por Javiera no dudo en seguirlas. -Fuck them si piensan que me voy a quedar cubriendo la retirada.- Pienso mientras gano velocidad. Por supuesto no iba a poder alcanzar a la celeridad de Yuste, pero no me quedaría atrás.

Antonia mira la oscuridad atentamente, mientras se detiene al lado de Sarah a esperar que todos salgan, pero esta algo deslumbrada por el paso de luz a oscuridad, y no percibe nada, igual que Javiera... Esta sale seguida por Tiago, y detras Laura junto a don Orlando, el cual casi que husmea la noche. Pero todos estan parecidos.

No es de extrañarse que la sorpresa sea general, cuando de golpe aparece en el area iluminada una figura felina, la cual no muestra el menor miedo frente a los 6 vastagos. A nadie en ninguna parte de la america latina, le es desconocida la imagen de un Jaguar, aunque claramente muy pocos esperan (o desean) verlos en persona, y sin una reja de por medio. 

Pero acá, solo el frio aire de la isla y unos cuantos metros los separan. 

Mira seriamente al grupo... y en especial a uno, uno que se queda duro completamente. Ni un sonido sale de sus fauces, cuando carga rapidamente contra ustedes, con las garras extendidas!

-...cague fuego...+es lo unico que escapa roncamente de su boca, paralizado por la sorpresa y el miedo.

Pero es el único que esta en la mira y cae en el hechizo de la despiadada mirada de la bestia, mientras el resto tratan de salir de su ensimismamiento, siendo por mucho la mas presta Antonia... aunque no tanto como el jaguar, por muy poco.

La amenaza les acariciaba la nuca, Javiera podías sentirlo, intuir esa sensación de que todo estaba mal y que pronto lo verían los estragos , la muerte, el miedo, que para seres como ellos, era inconmensurable para los humanos, por eso al ver esa figura felina, sigilosa y protagonista de los más terrible males en los mitos latinos. Javiera se detuvo, y por unos segundos, sus ojos se fijaron en esos ojos felinos...

¿será ella?.. estaban cagados...

Su mano fue al machete, si iba a morir, que fuera batallando, pero su primer reflejo sería escapar...

Antes, cuando aún era una simple estudiante de secundaria, compartí clase con un norteño. Hablaba tan golpeado que todos creían que todo el tiempo estaba enojado. Cuando muralista, un yucateco se acercó a preguntarme qué significaba el quetzal que estaba dibujando, y yo le tuve que preguntar que me intentaba decir varias veces hasta que se fue, ofendido. Cuando llegué a Buenos Aires, el acento argentino (tan estereotipado en México) me dio bastante de qué reírme los primeros días. La palabra “quilombo” de Tiago aun me hizo alzar una ceja.

Hijuna… significa… oigan, dijo… ¿No les digo yo, quería decir? ¿e’truco? ¿etruco? ¿eunuco?

Mierda, eso fue peor que escuchar a un cubano. Mordiéndome el labio inferior (y hay que admitirlo, la solemnidad del momento y las palabras previas de Javiera junto a un muy convincente machete) me hicieron contenerme. Recordar que Tiago dijo que esa cosa bebía solo sangre de vampiro ayudó bastante. De solo imaginármela bebiendo sangre de un brazo cual Mercedes y su…

¿Oigan, donde está él?

Me giro sobre mí misma. ¡Chingada madre, no lo veo!

- Don Orlando, vamos – lo conmino a ir conmigo, comenzando oficialmente a preocuparme.

Recordé a Javiera mirar la cruz de Tiago. En México demasiados tienen la mala costumbre de ponerse rosarios cual vil crucifijo al cuello, sin idea de la simbología. Hasta ahora no pensé en que representaba realmente un crucifijo, aparte de un mártir sobrevalorado.

Aun creo que tengo alma.

Aprieto los puños, inspirándome fuerza y valor a mí misma, antes de hacer uso de lo que otros llamarían celeridad, cuando un felino aparece. Si, felino. No, no un dulce gatito, sino un jaguar. Un fucking jaguar. No ruge ni se mueve, sino que se nos queda mirando. Casi con inteligencia, en una visión tal que a cualquiera que se la contara me preguntaría qué maría acababa de fumar.

Ay wey…

- ¡Tiago!

Ni miedo, ni duda, ni rabia. El enorme animal avanza con saltos silenciosos y feroces, directo a su presa. Todos estan congelados de espanto y nadie es capaz de moverse, cuando el felino de mas de 150 kilos se abalanza sobre Tiago, atacandolo con sus garras. 

Su ropa vuela a un lado, cayendo en tiras sobre Antonia, tras el primer golpe. Un rapido segundo ya no tiene tela de por medio, y raja su carne morena en el vientre, salpicando de vitae a Javiera que esta a su diestra.

Un tajo profundo, horrible. Incluso ella, que vio muy de cerca el horror de un hacha esgrimida por una bestia, nunca habia visto una herida de esa magnitud... de un solo golpe. 

-NO!!! +grita Antonia, evidentemente asustada. Pero de todos es la mas rapida en sobreponerse y estampa dos puñetazos en el costado del animal. 

La imagen es bizarra. Esos brazos tan blancos, finos y suaves, moviendose a una velocidad que son casi un borron, mientras ella grita fuera de si. No tienen ningun efecto desde luego, en el fornido cuerpo de la criatura, pero esta desvia su atencion hacia la joven primogenita. Si alguna vez un "gatito" tuvo expresion de asombro, fue ahora. Pero esta distraccion brinda un segundo valioso para que ella añada.

-JAVIERA, SACALO DE ACA!