Partida Rol por web

-Las reglas nomas…+responde tras una breve pausa+ Durante la peña, nada de disciplinas y no armar quilombo. Si queres hablar, solo pedilo en voz alta y se te deja el escenario. Cada quien es responsable de lo que dice, lo mismo que de lo que calla… Eso sería todo lo importante. Ahora te toca contarme a vos. Tenes acento de gallega. ¿Qué haces acá?

Sebas escuchó con pesar la respuesta de Yani, por alguna razón no había logrado contactar con ella y lo más posible que fuera un error suyo,seguro que el resto del grupo se sentirían decepcionados por los pobres resultados del malkavian.

- Bueno señorita, y compañeras. -con tono irónico- El sordo se va a respirar otros aires, si acaso molesté, ruego su perdón pero si quieran hablar de los acontecimientos que inundan la ciudad, sepan que el sordo se esforzará por leer - cambiando a un gesto un poco lascivo- los labios de tales bellezas.

Tranquilamentte se da la vuelta y busca con la mirada a algún conocido cercano para ver que hacen, mientras camina por la sala, observando a los diferentes grupos.

Las dos mas normalitas murmuran un par de apagados “chau”, pero nada surge de los labios de Yani, mientras sus ojos relucen..

En tanto, al volverte notas que hay conocidos por todas partes. Al parecer todos han llegado finalmente, cuando ves a Selina en el mismo grupo que esta Lucas. Este se conforma de ellos dos y otros 4 tipos, todos con chaquetas de cuero y un aire serio, intimidante. La gallega luce su simpatia con uno, que mas o menos parece estar hablando con ella, mientras los otros tres y el recien llegado se dedican a observar al resto atentamente, como si vigilaran a la concurrencia. Dado su pinta hay que decir que encajan muy bien en el perfil de “patovicas”, siendo incluso mas intimidantes que los de la puerta si se los mira bien, por su porte tranquilo y confiado. Lucas no desentona. La unica que parece medio fuera es Selina y solo por ser mujer, ya que su ropa (un ceñido pantalon y top de cuero) van acordes… Ellos saben encajar algo mejor, parece ser.

Los demas de la banda estan dispersos y notas que si bien hay uno por cada grupito conversador, no hay ninguno que se repita. Tambien que el unico grupete desatendido son los 8 o 9 "estirados" de trajes elegantes...

Los que comparten con el la novedad en el grupo parecen que se manejan bien, han encontrado el grupo donde aparentemente encajan, Sebas siente un pequeño conato de celos al ver a Selina usar sus armas con uno de aquellos tipos, pero al instante vuelve a buscar al resto de los que les lideran en aquella misión , Ernerto y Lucrecia, incluso busca con ahínco a Pablo. Ellos son los que le inspiran más confianza...

¡Caramba de los carambas!, maldigo para mí mismo. Si no fuera por esa Eliana... pero ni modo, no vale la pena llorarle al árbol caído. Hay muchas personas aquí para distraer mis ansias de conocimiento. Sólo un punto de las declaraciones de la pelirroja me llaman la atención: otra desaparición misteriosa, parecida a la de mi manada, y a muchos kilómetros de Tucamán. Sospechoso ciertamente. Si las dos historias están conectadas, si son una sola, la cosa se pone de lo más jodida. ¿Quién demonios estará detrás de todo esto? 

-ufff. Es una larga historia. Resumiendo, tuve un novio que no me convenía y me mudé aquí buscando un futuro mejor.Resopló mientras volvía los ojos hacia arriba,Lo que pasa es que no imaginaba que ese futuro incluyera la muertye y que mi sire me abandonara. Hizo una pequeña pausa durante la cual dirigió su mirada a Ernesto.-Tuve la suerte de que Ernesto me encontrara y se ocupara de mí.De no ser por él no estaría hoy aquí.Volvió a mostrar una amplia sonrisa, ¿Y tú?, ¿Porqué estás aquí?

Lucrecia está hablando con un grupito cerca de la entrada, dos chicas y un chico de aspecto gótico. Pablo por su parte hace lo propio con un grupito de 2 y 2 no muy lejos, en la grada derecha. Aunque vestidos más normalitos, todos ellos portan una banda morada en el brazo.

Ernesto es quien goza de la compañía más rara. Son dos chicos casi al costado del escenario, de aspecto francamente patético, muy parecidos al Yona... Ambos lucen armas, ropas Adidas y en fin, todo el look de "villeros". También obviamente los rostros morenos con labios gruesos, casi simiescos. Solo les falta tener el celular con el volumen al máximo y la cumbia villera.

-Para vigilar... +admite el muchachon que habla con Selina+ Igualmente me gustaria que me contaras algo mas. No hace falta que resumas, tenemos tiempo... o lo hacemos+responde con un tono inquisitivo, picado al parecer por la historia, aunque no parece que baje la guardia. No obstante, en eso alza la vista por encima tuyo, mirando algo la puerta.+ Ah joya... llego el que faltaba...

Lucas no consigue mucho más, ya que el mutismo del grupo en que esta Eliana, solo se ve interrumpido cuando ven venir una parejita que recién llega, la cual parece ser el motivo de sensacion para el interlocutor de Selina.

Son un muchacho delgado de lentes, quien saluda a diestra y siniestra suavemente, acompañado de una atractiva mujer de ropas holgadas, aunque algo más madura que las demás en la sala. Ahora se percatan que la mayoría de las reunidas parecen ser veinteañeras o incluso de menos (salvo Lucrecia), pero esta tiene al menos una década más que el resto, o lo tenia antes de su abrazo.

-Bien, con el Yum ya podemos comenzar la reunion. +añade el grandote, mirando a sus colegas, quienes asienten y empiezan a separarse.+ Vamos a charlar despues, galleguita. ¿ok?

-¿Para vigilar?, no sabía que corriéramos peligro...Iba a continuar hablando cuando una pareja entró en el local y su "acompañante" cambió el rumbo de la conversación.-Debe ser alguien importante si le estábamos esperando... En fin, que vigiles bien y luego seguimos hablando.

En tanto Sebas ubica al resto, el grupo donde estaban Selina y Lucas se desbanda... Los grandulones empiezan a gruñir en voz baja aquí y allá a los distintos sectores, indicándoles sentarse. Al parecer, la reunión va a comenzar.

Ernesto se separa de los negritos con quienes hablaba y al ver a los pajaritos perdidos les hace un gesto con dos dedos, indicando la grada izquierda para que se acomoden. Por su parte se queda cerca del escenario, ya que como uno de los jefes seguramente le tocara hablar de los primeros.

Resulta curioso, pero los anarquistas pese a todo su aspecto de rebelditos sin causa, son organizados. Incluso obedientes. Uno esperaría más anarquía, más gritos, pero todos se comportan bastante tranquilos dentro de lo que cabe. Han sido domados, o bien es alguna estrategia.

Los demás miembros de la manada del Che se van reuniendo también a la izquierda, como si ya fuera su “lugar”, separándose de los demás. En general todos lucen sus caretas sonrientes… ¿pero habrán conseguido algo?

Sebas se acerca al lugar donde se supone que está su lugar y con un pequeño gesto de disgusto saluda al resto esperando oir, alguna noticia de más interés de las que él ha obtenido en su intercambio de palabras las chicas.

Obedeciendo lo más posible, más por seguir la corriente que por realmente querer hacerlo, me acercó a las gradas de la izquierda, como lo ha indigado el Che. Aunque he alcanzado a escuchar una que otra cosa, no me siento para nada satisfecho de lo que ha sucedido hasta ese momento. ¿Qué he sacado el claro? ¿Sé algo más sobre el paradero de mi manada de lo que sabía hace cinco minutos atrás? Y ahora me preguntó qué tendrá el Che detrás de todo esto. Se proponé a hablar, ¿pero sabe algo que nosotros no, y que desde el trascurso del tiempo no nos ha contado? Tal idea me hace sentir mal, casi fúrico.

Selina se dirigió hacia la zona donde estaban sus compañeros. NO dijo nada a nadie, simplemente caminó hacia allí despacio mientras observaba como a su alrededor se formaban los distintos grupos.
Pensaba en como había ido todo desde que llegó a aquella ciudad y en las últimas palabras que Ernesto le había dirigido.Tenía muchas decisiones que tomar, y algunas eran muy importantes, más de lo que habría imaginado en un principio.

Rapidamente la gente se pone en su lugar. El chico de lentes se aproxima al escenario, mientras las luces bajan.

Entonces un muchacho sale de atras de los instrumentos. Las lonas caen y se alzan los aplausos de la tribuna, mientras él avanza con su guitarra al frente de las luces. Es rubicundo, delgado y de aspecto algo endeble. Lentamente empieza los acordes, mientras sus compañeros de banda acomodan atras con la soltura que da la practica. 

La cancion se desliza de sus dedos, firme no obstante, arrancando sonrisas y un respetuoso silencio atento del publico. No hace falta mas para saber que ese es Kevin, sin lugar a dudas.

A pesar del virtuosismo que va desplegando, Lucrecia y el resto de la banda, desvian la mirada y parecen mas atentos a sus pies o a las otras gradas que al escenario. La segunda al mando les chista en tono bajo.

-No muy atentos, chiquitos, mantengan la cabeza...

Los primeros acordes se incrustan en la cabeza de Sebas, curiosa elección de melodía le sonaba a una triste canción de hace más de 20 años.

Sebas escuchó el consejo de Lucrecia y imitó al resto mirando al suelo mientras sonaba la música.

A pesar de que el tal Kevin era bastante guapo, Selina le hizo caso a Lucrecia y desvío la mirada hacia el techo donde los reflejos de las luces del escenario le ayudaron a disfrutar sobremanera de la actuación.
Había escuchado aquella canción en cientos de ocasiones, pero era la primera vez desde que descubrió el mundo de las sombras. Fué fascinante, parecía que podía encontrarle otro sentido a cada palabra, a cada acorde. Su cabeza se llenó de imágenes evocadoras de algunas de sus víctimas.El sufrimiento y el placer que había conocido desde que fuera abrazada la embargaron, y pensó en las palabras de Ernesto y en las decisiones que aún tendría que tomar.
 

La música es embriagadora e invita a perderse en ella, pero en estas circunstancias dejarse llevar por el amor al arte no es un buen asunto. Trato de desviar la vista, de no dejarme llevar por el perfomance, concentrándome más bien en observar en lo que sucede a mi alrededor, en sorprender cualquier conducta por más inocente que sea de mis acompañantes.

Lo mejor será mantener los ojos abiertos, me digo, quizá no me equivoqué en pensar que alguno de estos sabe lo que está sucediendo.

Selina y Lucas logran sobreponerse al efecto, aunque no por eso las palabras dejan de llegarles mientras Kevin y su banda llenan de música el local. Ambos pueden observar que la mayoría del grupo Sabbat, con excepción de Fabiana y Pablo, también miran para otro lado. Es difícil atisbar de las demás gradas, pero en gran medida siguen el ejemplo de estos últimos, dejándose atrapar voluntariamente. O quizás, ignorantes de lo que hay en juego

Sebas es otro de esa lista. Quizás más sensible (o vulnerable) a los grandes estímulos por su condición “especial”, queda prendado de la melodía… y sus ejecutantes.

Al terminar los últimos acordes se eleva el aplauso de la gente, junto a los gritos de algunas vampiresas. Es fácil entender que muchas de estas neonatas no han dejado atrás su humanidad ni los impulsos de la misma. Pero tras dejar unos instantes a estas expresiones de afecto, el rubio cantante alza la mano.

-Paz… paz. Gracias. Quería empezar la noche, con algo que nos ponga en la misma frecuencia. Como saben, no es común que todos nos reunamos. Pero esta vez, amigos, la pieza nos llega a cada uno. Cedo la palabra a un amigo de la casa. Ernesto.

Su forma de hablar coincide con la expresión. Por otro lado, si bien habla fluido, es indudable el acento extranjero en la voz, lo cual le da un deje extraño en el ambiente.