Partida Rol por web

- Hora 10:00 a.m. - Votaciones -
El día continuaba oscuro a pesar de que las horas avanzaban. El encapotado cielo no dejaba penetrar la luz del sol. Como de manera siniestra, estuviera avisando de la muerte de alguien mas. Y así fue. A las diez de la mañana, hora en que se volvian a reunir para votar a un culpable por todo lo que estaba sucediendo, encontraron otro cadaver.
Con la ropa y carne desgarrada, yacia en el suelo el cuerpo inerte de aquel que tenia por mision, robarnos una sonrisa. Oscar el payaso, estaba muerto.
Mas aun, la sorpresa fue cuando encontraron entre sus ropas una misteriosa llave. Thelma la reconocio de inmediato. Esa llave se le habia perdido hace tiempo y no habia pensado en que un invitado la tuviera, sino que los fantasmas estaban jugando con ella. Pero no, el payaso la tenia.
La llave daba al sotano de la mansion Grinshaw. Thelma inspeccionó para averiguar que tramaba el payaso en aquel lugar, y de regreso, trajo con ella, a dos pobres victimas que estaban encadenas en el oscuro, humedo y frio sotano que el siniestro payaso habia transformado en cruel calabozo para su divertimento personal. Estaban alli, encadenados, y ahora a salvo con ustedes otra ves, el Jefe Warren, y el Medium Regulus, ojerosos y con mal aspecto, pero sorprendentemente vivos!...

Sorprendentemente sobrio (y el primer sorprendido era él mismo) el cazador se desperezó en su asiento a la mesa del comedor. 

-Vaya, sean bienvenidos de nuevo al mundo de los vivos, señores... -dijo al ver entrar al medium y al jefe de policía. -Jefe Warren, espero que no esté demasiado cansado, después de su involuntaria estancia en los calabozos. Creo que le necesitamos más que nunca. Y supongo que el reducido número de personas que queda le facilitará enormemente su tarea investigadora... Lo espero por nuestro bien, especialmente por el mío, evidentemente.

Al acabar su frase, Sir Robert levanta un vaso mediado de lo que parece licor de alta graduación en dirección a los dos recién llegados y después se bebe su contenido de un sólo trago. Cuando acaba, su cara forma una mueca de sorpresa, mientras acerca el vaso a su nariz y lo huele con gesto de sospecha.

-¡Diablos...! ¡Este whisky de mierda ya no me hace efecto...! Hmmm... ¿Me habré vuelto inmune al alcohol...?

-Bienvenidos de nuevo, señor Warren y señor Castellyr -dije, con una ligera sonrisa-. Parece que esta vez la tragedia, caprichosa ella, nos ha devuelto a alguien sano y salvo. Ayer ya estaba al tanto de que nuestro querido Oscar era quien se llevaba consigo a otros y por eso le pregunté abiertamente a él si creía que ustedes dos estaban bien. Sin embargo, creía que el payaso les estaría protegiendo y no que les mantuviera encadenados. ¿Alguna idea sobre cómo desenvolvernos ahora? No quedamos muchos y, por lo que sabemos, al menos quedan dos bestias con vida: los hombres lobo y una criatura capaz de arrancar corazones. Además de eso, sabemos que hay un pirómano todavía actuando.

Que aquel payaso hiciera tal cosa, lo desanimo, al parecer todos en ese mansión tenían oscuros secretos a los que agarrarse, pero al menos ahora eran de nuevo dos mas frente a todo lo que estaba sucediendo.

-Que Oscar fuera un loco que torturaba y raptaba no me lo esperaba, disfrutaba charlando con él... Esto se me escapa de las manos, si me disculpan un momento. -Milton finalmente bajo de su asiente y se dirigió hacia la cocina a proveer de una tila y palmar su malestar, por no saber ver las señas y el peligro en plena nariz.

         - Que bueno que siguen vivos señores!  Por favor tomen asiento y un poco de agua ... y cuente nos por favor lo que paso con ustedes?   ¿Como les atrapo Oscar y que hizo con ustedes ese cobarde y sádico payaso? -    Dijo la joven acróbata mientras que les ofrecía un vaso de agua que había traído alguien del servicio de la cocina a petición de Samara, quien al escuchar las opiniones de Sir Smith y el Dr. Bradley respondió al respecto:

         - Que bueno que entretuvo hace un rato al payaso señor Bradley, porque si no pude haber confiado en su imagen y buenas palabras y tal vez hubiera acompañado encarcelada a los caballeros o mucho peor! 

- Hora 11:00 a.m. - Receso -(uso de poderes)
Se hacen las 11 de la mañana y nadie ha votado. Ante la indesicion toman otro receso. Thelma y Thomas ya se empiezan a movilizar para preparar el almuerzo. Mas de uno toma una siesta de 15 o 30 minutoa ya que han estado desvelados toda la noche.
Cuando se reunen en la guarida de los lobos esperando que Thelma y Thomas les avisen del almuerzo, encuentran alli, inerte y sin vida alguna, el cuerpo de Doctor Bradley, al cual como a muchos otros, le han despojado de su corazon. Lo que ya no sorprende a nadie. O casi nadie.

Cuando se reunen en la guarida de los lobos esperando que Thelma y Thomas les avisen del almuerzo, encuentran alli, inerte y sin vida alguna, el cuerpo de Doctor Bradley, al cual como a muchos otros, le han despojado de su corazon. Lo que ya no sorprende a nadie. O casi nadie.

De vuelta de contemplar el horrible crimen y después de pasarse mucho tiempo sentado y en silencio, el cazador se levanta repentinamente de su asiento, dirige su mirada al hombre bala y, con un fuerte golpe sobre la mesa que hace temblar los cubiertos y tintinear los vasos y platos, le suelta:

-Alguien ha silenciado al buen doctor. Está claro que se acercaba demasiado a la verdad... ...Y eso no podía permitirse, ¿No es así? ¿No es así, Judd?

-¡Judd, yo le acuso! Creo que usted es más peligroso de lo que aparenta. Mi voto será para usted, señor.

Dicho lo cual, se levanta y con decisión sale del comedor en dirección al despacho.

          - Vaya sir Smith ... parece que ha sacado las uñas ... sin duda yo les pido caballeros que en primer lugar cubramos el cadaver inerte del doctor  y en segundo lugar y como se veía viendo es usted el primer sospechoso de los restantes debido a que usted ha traido a ese supuesta criatura salvaje con nosotros ... y sin lugar a dudas esas criaturas han traído la muerte! -    Por favor señores acabemos con esta tragedia de una buena vez!! -   Exclamo molesta e indignada Samara mientras cubría con su abrigo el cadáver del doctor y rezaba junto a él

Townsend se entretuvo, o distrajo, todo ese tiempo atareándose llenando copas, trayendo comida o atendiendo a los pedidos de los invitados. Invitados que se pasaron todo ese tiempo matándose unos a los otros. Ni siquiera se atrevía a hablar para no ser el blanco de sus sospechas o algo peor.

Había ido a buscar una sabana para tapar al doctor, aunque quedaban pocas ultimamente a causa de la cantidad de cadaveres que habia en toda la mansion. Pero la acrobata se habia encargado de ello, por lo que dobló la sabana y la dejó a mano. Pronto le encontraria utilidad. Por lo que se dedicó a ayudar a Thelma con la mesa. Solo para no pensar que los que se sentarian seria potenciales asesinos o monstruos.

-Vaya sir Smith ... parece que ha sacado las uñas ... sin duda yo les pido caballeros que en primer lugar cubramos el cadaver inerte del doctor  y en segundo lugar y como se veía viendo es usted el primer sospechoso de los restantes debido a que usted ha traido a ese supuesta criatura salvaje con nosotros ... y sin lugar a dudas esas criaturas han traído la muerte! 

 El cazador mira a la mujer sorprendido por la vehemencia de sus palabras. Mientras sujeta su sempiterno vaso con una mano, tamborilea nervioso sobre la mesa con la otra, como asimilando lo que acaba de oír. 

-Tiene usted razón, madame... Es cierto que yo soy en buena parte responsable de haber traído a ese ser abominable a estas tierras civilizadas. Y soy el primero en culparme. Desde el primer momento estoy intentando ahogar mis remordimientos en las consoladoras nieblas del alcohol, pero, al parecer eso ya no me funciona... -el cazador adopta un gesto melancólico mientras mira para su vaso y, después de unos instantes de duda, lo deja en la mesa y lo aparta de él. 

-Podría buscar excusas... Como que fue la insistencia de mi querido amigo Sir Lloyd la que me convenció (no sin fuerte resistencia por mi parte) para exhibir a esa bestia en su casa... Pero no. Soy un caballero. Un Lord británico. Mi honor me obliga a asumir mi responsabilidad. Si no la hubiesen matado ustedes cuando yo me hallaba... eeeh... indispuesto, yo mismo lo habría hecho.

El cazador calla un momento, ordenando sus pensamientos y dirige inconscientemente la mano hacia el vaso. Cuando está a punto de cogerlo, se para y vuelve a alejar su mano. 

-Pero esa es la cuestión, mi estimada amiga -continúa, levantando un dedo como si estuviera dando una conferencia el la Real Sociedad Británica de Cazadores. -La cuestión es que la bestia está muerta. Pero los asesinatos siguen... ¿Y cuál podría ser la conclusión de estos hechos? Pues que el aswang no es el único culpable de las horrendas muertes que en este lugar se han producido... No... Como bien indicó el difunto doctor, entre nosotros hay más de un asesino... O asesina...-comenta, clavando sus ojos en los de la acróbata.

-De modo, que, para concluir mi argumentación, le diré que no tengo la seguridad de acertar con mi última votación, pero, por otro lado, existe una probabilidad bastante buena de que acierte... Me gustan las apuestas. Y en esta está en juego mi vida. De modo que apostaré. No le quepa la menor duda, señora mía.

Su mano se lanza como un relámpago a por el vaso que había dejado en la mesa. Lo agarra con ira y lo acerca mientras en su rostro se dibuja un salvaje rictus de triunfo.

Milton estaba de vuelta y vio que el cazador había perdido su resaca solo para acusarlo injustamente. -Ya veo, pero le puedo asegurar que yo no tengo nada que ver con la muerte del doctor o cualquier otra. Es mas ambos llegamos a un buen apretón de manos. Si ha sido asesinado, seguramente a sido con intencion de acusarme, cosa totalmente ridícula, pues nuestras asperezas fueron limadas ha las primeras horas de esta noche. -Se sentó con su acostumbrada pipa. -Pero si vamos ha hacer acusaciones sin fundamentos, creo que con usted es mas sencillo aun: trae a la bestia, se suelta durante el apagón, se emborracha durante gran parte de este extraña y loca noche, apenas parece interesado en todo lo acontecido y ahora viene a acusar sin pruebas siquiera, solamente señalándome tras la muerte del Doctor quien el primer día me acuso de algo que mas tarde el mismo se retractaría. -Dio una bocanada a su pipa. -¿Sabe que? Creo que esto ha sido preparado por usted, se ha cansado de esperar, a visto que sus bestias no han terminado su trabajo y a querido eliminarlo para luego culparme a mi y matar dos pájaros de un tiro. -Eso es, hazle sudar. -Señor mio. Su treta a llegado a su fin. O llegara pronto en cuanto el señor Kipling tenga a bien abrir votos. -Miro al resto de los presentes, estando seguro de sus palabras.

-Pero si vamos ha hacer acusaciones sin fundamentos, creo que con usted es mas sencillo aun: trae a la bestia, se suelta durante el apagón, se emborracha durante gran parte de este extraña y loca noche, apenas parece interesado en todo lo acontecido y ahora viene a acusar sin pruebas siquiera, solamente señalándome tras la muerte del Doctor quien el primer día me acuso de algo que mas tarde el mismo se retractaría. ¿Sabe que? Creo que esto ha sido preparado por usted, se ha cansado de esperar, ha visto que sus bestias no han terminado su trabajo y ha querido eliminarlo para luego culparme a mi y matar dos pájaros de un tiro. Señor mio. Su treta a llegado a su fin. O llegara pronto en cuanto el señor Kipling tenga a bien abrir votos.

-Ja! -exclama el cazador, posando con fuerza el vaso en la mesa-. ¡¡Ésta sí que es buena!! Como usted mismo ha dicho, señor, yo me he pasado buena parte del tiempo intentando olvidar, sumido en los vapores de mi buen amigo, el whisky. Así que no veo cómo he podido matar a nadie... La verdad es que si no fuera porque ahora estoy sobrio (para desgracia mía), seguramente ni participaría en las votaciones. Pero las cosas son así... Voten ustedes contra mí. Pero, por favor, Thomas -dice, dirigiéndose al mayordomo-, asegúrese de que en los calabozos haya alguna botella de licor del bueno y no de esta mierda que estoy bebiendo últimamente.

Milton simplemente asintio ante las ultimas palabras del Cazador. -Si ya se quedo sin argumentos y acepta su castigo no hay mas que decir. -Miro entonces al mayordomo. -Por cierto si en el calabozo va haber buen vino, por aquí algo de Coñac no estaría de mas. -No vamos a ser nosotros menos que, aquellos que se pudren en un mohoso sotano, faltaría mas.

Thomas se mantuvo en un rincón, mirando hacia todos lados como un búho asustado. Prefería que se estuvieran lanzando palabras de discordia a que alguno empuñara algún arma, pero de todos modos, no le gustaba el cariz que tomaba todo ello.

-No se preocupe señor Stephenson, los calabozos son... cómodos- no eran unos salvajes-. Ahora mismo le traigo su coñac señor Judd- y partió raudo a buscar algo que hacer. Pronto volvió con un vaso para el hombre bala y otro para el cazador, su bandeja tembló un poco pero logró controlar el movimiento dejando la bandeja en la mesa. Se despidió con una inclinación de cabeza y se volvió a alejar, buscando un rincón donde nadie le perturbara.

Permanezco en silencio, apartada en un rincón y aguardando a que Sir Herbet o alguno de sus invitados requiera de mis servicios mientras escucho la discusión entre el Hombre Bala y el Cazador, tratando de formarme una idea sobre cuál de los dos puede ser el culpable.

- Hora 12:00 mediodia - Votos -
Era mediodia, Thomas y Thelma se preparaban a servir el almuerzo cuando el Jefe Warren regreso con Ventura de los calabozos diciendo que tenia un indulto para ella ya que le veia completamente inocente. Tambien levanto su arma y le dijo a Thomas que lo encontraba culpable y que no podia dejarlo escapar de la mansion. Acto seguido, le disparo en la cara al Mayordomo. Todo esto con autorizacion legal de la reina misma, que constato mostrando unos documentos legales al abogado. Luego de mover el cuerpo de Thomas, volvian a encontrarse en el comedor para almorzar y votar a un culpable nuevamente, pero esta ves, Warren no se presento, mas aun, lo encontraron muerto en la guarida de los lobos, con la carne y ropas desgarradas, como ya era habitual.
Los demas se dispusieron a votar mientras comian el almuerzo.

-Esto ha sido una autentica masacre. He hablado con los muertos. Y ninguno sabe nada, mas, son todos inocentes ¡Mentira! Replique para mis adentros, ¡Mentirosos! Pero nadie me escucho, solo mi conciencia... Estimados, ¿Lograremos salir con vida de aqui?...- interrogó...

-¡Aquí se muere ya todo el mundo y esto no puede seguir así! ¿Es que nadie piensa en quiénes limpiamos la sangre?

La muerte de Thomas, mi amigo y compañero de servicio desde hacía muchos años, había terminado por quebrarme. Lo peor de todo es que ahora me tocaba a mí limpiar toda la sangre de los cádaveres. Por fortuna, aquel lunático jefe de policía había muerto después de asesinar a mi amigo.

-¡Cuando esta reunión termine, alguien tendrá que ayudarme a limpiar todo esto! -exclamé, alterada, yéndome del Comedor-. ¡Esto tiene que quedar como los chorros del oro!

-¡Cuando esta reunión termine, alguien tendrá que ayudarme a limpiar todo esto! ¡Esto tiene que quedar como los chorros del oro!

-¡Ja! No cuente conmigo para eso, mi estimada señora... Creo que su querido Thomas era un licántropo y que sus compinches se han vengado del pobre señor Warren de la horrible forma que ya nos resulta tan familiar... No me extrañaría que uno de esos monstruos abominables sea Judd...

Por cierto, que no sé si darle la bienvenida a esta alegre reunión, señorita Ventura. ¿No tendrá, por casualidad, alguna información que nos pueda ser útil?