EN ALGUN LUGAR DE LA MARCA....

FILO DEL INVIERNO

En su apogeo, Filo del Invierno era casi tan grande como Quervarr, sin embargo, hoy en día esta villa está habitada por un quinto de su población original. Es la aldea de los conflictos y problemas.
Es una expresión común en el Valle que 'Filo del invierno tiene bien clavados los cuernos de Beshaba' y no es muy alejado de la realidad, es la villa de la mala fortuna donde las plagas, pillajes e invasiones están a la orden del día.

Desde la última ocupación orca, la aldea ha venido en declive, la peste y los constantes ataques de hobgoblins y orcos de las colinas han obligado a algunos habitantes a huir de la aldea a lugares más seguros. Sin embargo, un porcentaje importante de la población se niega a huir y se mantiene firme en sus hogares. Este grupo está convencido que Filo del invierno se levantará de las cenizas.

Entre sus edificios destacan una capilla de Lazhander, un molino, un aserradero en desuso, una herrería, una carnicería y una carpintería, sin embargo lo que aún atrae visitantes al lugar es su Posada 'La cocatrice que grazna' es un torreón rectangular de varios pisos de altura, construido en madera maciza y piedra. El personal es acogedor y entusiasta y la comida es simple pero abundante. Sirve como fortaleza y refugio cuando se presentan problemas. La posada es famosa por su ambarina de sauce, una fuerte sidra conocida a lo largo y ancho del norte.

A primera vista, Filo del Invierno parece un pueblo fantasma, más de 3/4 partes de sus edificios están abandonados y cualquier viajero puede descansar en una de las casas abandonadas (y en su mayoría semi-destruídas), la gente es suspicaz con los forasteros, pero una vez este demuestra sus intenciones, es bien recibido y tratado como un igual. Debido a los constantes ataques orcos y goblins, los lugareños han aprendido a combatir y manejar armas, muchos han muerto, pero siempre logran repeler a los invasores.

 Muchos afirman ver en algunas noches una bestia que acecha las cercanías de la aldea y roba las cabras y ovejas de los pastores, sin embargo, la criatura solo se ha visto un par de veces y por muy pocas personas, muchos creen que se trata de cuentos inventados para asustar a los niños.

Sus habitantes son tramperos cazadores y pastores, viven de la carne. Los cultivos de cereal y verduras se hace a una escala muy pequeña debido al peligro que representa alejarse demasiado de la aldea.

Filo del Invierno era gobernado por un guerrero que combatió junto a Bruenor Martillodeguerra durante la recuperación de Salón de Mithril, pero antes del invierno, cayó presa de una emboscada de orcos que acabó con lo que quedaba de guardias locales y con su vida, desde entonces la aldea es gobernada por los más ancianos del pueblo.

Los propios lugareños aportan recursos y mano de obra para la construcción de una empalizada que ayudará un poco para mantener a raya a los orcos incursores.

Actualmente unos héroes han recuperado el esplendor y gloria de esta marchita zona. Kroner el alto es el más destacado de ellos al haber sido nombrado Sheriff del Condado, seguido por la princesa de la tribu del águila blanca Dalla, Elden el guardabosques, Dangmar el enano enigmático y un huraño mediano llamado Gonkar piel de Oso.

Este variopinto grupo ha conseguido restaurar el equilibrio climatológico en este agreste valle al derrotar a un poderoso Lich y su torre infernal acabando con el frio extremo en esta parte de la región. Gracias a esta proeza los pastos vuelven a surgir y la población se ha duplicado en apenas un mes, llegando artesanos y peregrinos acompañados de sus familias en busca de un futuro prometedor, gracias a un llamamiento general ofreciendo tierras y propiedades a aquellos que las quieran.

Tras acabar con la horda de muertos vivientes, el cementerio fue sellado y la seguridad de la villa quedo bajo el competente mando de Kroner. Actualmente la empalizada de madera tiene una altura de 3 metros y ha sido reforzada por un muro de piedra de más de un metro, gracias a un equipo de ingenieros enanos atraídos por las historias de Dangmar.  En la Torre vigía, el edificio más alto de la aldea, construida de piedra sólida, se esta montando una balista.

Población actual: 450 (91% humanos, 6% Semielfos, 5% otras razas).

Autoridad: Concejo de ancianos. Sheriff Kroner el alto

LUGARES DE INTERÉS

- Posada la cocatrice que grazna: Es un torreón rectangular de 4 pisos de altura de madera y piedra maciza, es la única posada de la aldea y ha visto mejores días. Es frecuentada por lugareños que se reúnen a comer y beber en algunas noches y de cuando en cuando algún forastero llega ya sea en busca de aventuras o por probar su famosa bebida la Ambarina de Sauce, una sidra fuerte pero dulce. La posada es propiedad de Marcio Mertall y atendida por sus tres hijas Lucrecia, Altina y Pristina.
La posada sirve como centro defensivo, cuando se presentan problemas, la gente se acuartela en su interior, convirtiendo la posada en un fuerte casi inexpugnable. En su interior, en el subterráneo se encuentra el almacén de la aldea y las armas se almacenan en una de las habitaciones.
- Torre vigía: Es el edificio más alto de la aldea, es una torre esbelta construida de piedra sólida, constantemente hay 2 voluntarios en su parte superior, acompañados de una campana que hacen sonar en cuanto ven alguien o algo acercarse.
- Capilla de Lazhander: Kern Aspeberg es el guía espiritual y líder de facto de la aldea desde que falleció el alcalde, es un anciano venerable muy calmado, por momentos se olvida hasta de su propio nombre y de los que lo rodean. Es muy entregado a Lazhander y a veces reza a Chauntea por que las tierras dentro de la aldea brinden cada vez más cosecha.
- Molino y panadería: Richard Alvernue es el encargado de moler el poco grano que se cultiva cerca a la villa, guarda en su depósito los excedentes para la época de invierno y es el encargado de fabricar el pan y bollos con los que se alimenta la gente.
- Aserradero abandonado: En su momento de apogeo, Filo del invierno era exportador de madera trabajada, pero ya nadie atiende el aserradero porque ya nadie se aventura por madera al interior del bosque.
- Herrería: Folton Cox es el herrero de la Aldea, junto a su hijo aprendiz Felon atienden las necesidades del pueblo en cuanto al hierro se refiere: Clavos, herraduras, chazos, herramientas. Fabrica algunas armas de vez en cuando pero no es muy bueno trabajando el acero.
- Carnicería: Cornon Cox es hermano del herrero Folton y es el encargado de preparar, alistar y suministrar la carne que compra de los cazadores, el venado es el animal común en las tierras, pero desde la llegada de lobos a la zona, el negocio ha estado cayendo en picada.
- Carpintería: Andros Megum es el encargado de hacer las reparaciones de las casas y fabricar muebles nuevos por encargo, es estricto con su hijo adolescente Asley Megum y desea que algún día herede la carpintería y los dotes de su padre. Es viudo, su esposa desapareció hace algunos meses en uno de los ataques orcos y es dada por muerta.
- Curtidor: Ortis Cassara es quien atiende el negocio, compra las pieles de los animales que venden al carnicero para prepararlos, vive con su esposa Landa Cassara y sus dos niños Oti y Sortos.
- Cárcel: La cárcel, un pequeño edificio con 3 celdas pequeñas y una grande, actualmente se encuentra abandonada. Hay cosas más importantes que preocuparse por algunos crimenes pequeños, por no decir inexistentes.
- Casa de Coerce Meglash: Es una casa a las afueras de la aldea, la gente sospecha de él como un brujo y le culpan de la la maldición que sufre la aldea.
- Cementerio: La cripta fue sellada hace unos meses debido a la aparición de muertos vivientes.
- Tienda de Otto: Tienda en quiebra, sin embargo aún hay algunos artículos que se pueden vender un 25% más caro que los precios normales del mercado. Es el único lugar donde un aventurero podría encontrar cosas no tan mundanas, desde un par de frascos de agua bendita hasta un par de armas de gran calidad.

PERSONAJES DESTACADOS

- Alton Buenbarril: Es un mediano paladín de honor dudoso y reputación de borracho y mujeriego, lucha apenas para mantener su status de paladín, ya que es un bebedor empedernido y un mujeriego entusiasta, prefiere las mujeres Elfas y Humanas y no gusta de las medianas, se le ha visto apostando también y es la antítesis de un paladín estereotipo. A pesar de sus vicios, Alton ha jurado ligar su honor al bienestar de Filo del invierno, sin embargo los males que acechan a la villa son mayores que sus capacidades. A menudo se les ve explorando las cercanías. 
- Coerce Meglash: Coerce es un Semiorco solitario que habita a las afueras de Hondosauce, un montaraz renuente y solitario que no busca ser querido por la comunidad, aparece en la aldea únicamente cuando necesita algo en específico.
- Mastrom Cleish: Es el sabio y mago de la aldea, siempre está dispuesto a ayudar a la aldea ya sea mediante sus conjuros o mediante sus manos calludas. Es un anciano respetado y temido a la misma vez, siente cierta rivalidad con Kern el clérigo por su posición superior en la jerarquía de mando, pero nunca pasa de discusiones en la mesa por diferentes puntos de vista para afrontar un problema. No desea mal a nadie y no tiene enemigos, es bastante reservado y la mayor parte del tiempo está encerrado en su casa leyendo sus grandes y preciados tomos que guarda en una habitación secreta para evitar el saqueo de los orcos. Tiene a Lucrecia Mertall como aprendiz y a un niño prodigio con el uso del arte que adoptó como hijo cuando lo vio en Quervarr hace un par de años. Es uno de los pocos que conoce más allá de Filo del Invierno.
- Kimir Cleish: Es un niño de 13 años, hijo adoptado por el mago de la villa, estudia junto a su padre al menos 6 horas diarias y prefiere seguir leyendo que salir a jugar con los otros niños. Ha demostrado ser un niño capaz de superar con creces a su padre, destinado a grandes cosas.

- Messalon: A diferencia de su eterno amor platónico Risiel, Messalon Elsemielfo es más sociable. Explora los alrededores del valle y permanece en contacto con la aldea trayendo información y vendiendo los animales que caza. El carnicero es su mejor cliente

- Marcio Mertall: Dueño de la posada 'La Cockatrice que grazna', posee las habilidades, conocimientos y recetas para preparar la bebida más famosa del Oeste de la Marca: la ambarina de sauce, una sidra de sabor fuerte y dulzongo. Marcio posee una pata de palo, su pierna derecha tuvo que ser amputada luego de recibir un flechazo durante una incursión orca, posee el cabello corto y negro y habla bastante rápido, tiene 3 hijas que lo ayudan a atender la posada.
- Lucrecia Mertall: Hija mayor de Marcio, es bastante fea, pero bastante carismática es es aprendiz del mago local, ella piensa que la magia es una buena opción para mejorar las bebidas y la comida que ofrecen en la posada. Es muy grande y fortentosa y sus enormes pechos intimidan hasta el más valiente, se dice en broma que Alton se ha perdido ahí en más de una ocasión. Una verruga en el pómulo derecho destaca en su redonda cara.
- Otto: Otto es un solitario y regordete hombre barbado y bonachón, tiene un gran sentido del humor y es quizá el más cálido y expresivo con los forasteros, es dueño de la tienda de Otto y es el hombre más adinerado de la aldea, a pesar que su tienda está en quiebra, de vez en cuando vende algún objeto que le llena sus bolsillos de nuevo. Su fortuna se la debe a los Zhents, durante su ocupación, Otto les compraba objetos raros a un precio casi regalado.

Una nueva caravana llega en el día de hoy. La historia de Elden ha atraído a curiosos, mercenarios y aventureros algunos contratados por la mismísima Alustriel, para investigar la extrañas desapariciones que han ocurrido en aquella parte de la región. Los rumores sobre la historia de un grupo de aventureros  entre los cuales se hallaba un enano llamado Crum han suscitando gran interés, ya que la mismísima Alustriel ofrece 1000 medialunas de oro por cualquier tipo de información que ayude a hallar el paradero de su grupo.

Así mismo se ha designado oficialmente a Kroner como Sheriff  de Filo del Invierno. En dicha caravana llega la misiva oficial nombrándolo como valedor de la justicia encargado de hacer cumplir la ley. Tanto Kroner como Dangmar y la princesa Dalla se presentan en la entrada principal de la Villa para recibir la caravana.

Esa temporada había sido extraña para Kroner por varios motivos. Por un lado, convivía con dos mujeres al mismo tiempo. Dalla, con quien ya habían pasado a una instancia más... íntima pero que a la vez no podían formalizar por cuestiones protocolares de la Tribu; y con Slayer, que no dejaba de reclamarle que estaban demasiado tiempo en aquel pueblo de mala muerte, y que la gloria no se cosecharía sola. A lo que el explorador coincidía. Y por eso era el primero en alistarse cuando debían realizar alguna incursión o reconocimiento en zonas peligrosas.

Por otro lado, parecía que había captado algún tipo de mando o liderazgo que ni hubiera esperado obtener. En ningún momento lo quiso, pero muchas personas se acercaban a él buscando protección o le avisaban de algún peligro... o sospecha. Por momentos, demasiado. Y lo peor es que parecía alimentar eso por ir a buscar alegre los peligros. Si iba a morir, sería con la gloria del combate, y no en la cama muerto de frío. Varias veces lo nombraron con la palabra Sheriff, una que tuvo que preguntarle a Dangmar, porque en su pueblo no existía. Y sintió algo que mezclaba orgullo y peso.

El sabio Dangmar se había convertido en un compañero digno y preparado para sus andanzas, a pesar de sus cortos trancos. Era fiel y duro como la piedra, además de saber cuestiones que ni remotamente conocía el norteño. Por ello, muchas veces oficiaba de consejero, más porque el cazador buscaba su inteligencia y sabiduría que porque el otro lo quisiera. Tal vez eran más parecidos de lo que la apariencia mostraba.

Aún le pesaba la desaparición de Elden, con quien tanto había compartido, pero mucho no podía hacer. Había intentado buscar indicios de cómo ayudarlo, pero nunca sacó nada en limpio.

Y ahora llegaba la caravana, y era algo nuevo para todo el pueblo. Nunca había llegado una tan grande, y por los rumores de quienes se habían adelantado a ésta, traía noticias importantes además de aventureros.

-¿Vendrá gente preparada? Necesito que nos movamos de aquí... pronto se va a volver monótono...- dijo el humano, mirando a la distancia la caravana que se acercaba.

Junto a él estaba la bella Dalla, y Dangmar.

Para Dangmar en cambio la situación no había sido tan complicada.

-Mmmmmm -asintió a las palabras de Kroner.

Como nuevo representante del Clan Melairsen en aquella ciudad, Dangmar había utilizado su propio carromato de viaje y la readaptada vieja dependencia de Otto para establecer su destilería, donde, pese a los estereotipos de los enanos, más que producir cerveza (que también) generaba sobre todo vinagres y salsas, de una calidad más que aceptable. Había desarrollado un negocio y una tienda decente, y en aquellos momentos estaba buscando aprendices tanto para la clerecía como para el almacén, buenos aprendices enanos que trabajaran durante el periodo designado de una década antes de poder ser considerados aptos para el servicio a los dioses: un buen sistema enano tradicional, pero impensable para los humanos.

-La monotonía no durará mucho, me temo -dijo tranquilamente, como solía opinar- Este pueblo es ahora sólido. Eso raras veces significa también seguro.

El enano no buscaba en aquellos momentos la aventura ni el mentorazgo, pero estos acababan llegando a su regazo de todas formas. No era especialmente popular como clérigo, ya que oficiaba a la manera tradicional enana: en formaciones de recinto, sin un púlpito, los trámites entre dios y enano realizados sin tener en cuenta por necesidad a quienes estuvieran en el lugar. Algo que resultaba árido para la mayoría de los locales, pero comfortaba a mucha de la significativamente menor población enana, que podía presumir de tener su propio guía que seguía las Viejas Costumbres, incluso en aquella ciudad. Así que trabajaba para los hombres, trabajaba para los dioses y, en ocasiones y cuando le era requerido, trabajaba como intermediario y acomodador entre los hombres y los dioses. Tal y como él lo veía, trabajo era trabajo.

La figura del enano, mucho más retaca (si bien fornida) que la del flamante nuevo sheriff de la villa, no destacaba entre los demás: vestía con ropas sencillas y holgadas que le disimulaban el físico de velludos y poderosos brazos, y sus rasgos y su carácter no eran especialmente destacables. Lo único que le diferenciaba era que se había dejado el cabello algo más largo y algo de barba, tras sus hazañas, buscando parecer algo más atractivo, ya que iba siendo hora de ir tratando de buscar pareja y sentar la cabeza.

No había tenido mucho éxito hasta el momento, en aquella dirección.

El viaje había sido largo pero los caminos eran seguros y no habían tenido problemas importantes en llegar desde Luna Plateada hasta Filo de invierno. El haber sido enviado por Alustriel tenía sus ventajas y le habían habilitado un carruaje en el que pudiera ir cómodo. Muchos le miraban con envidia por las comodidades que tenía pero pocos sabían que vigilaba el camino a través de los sentidos de su familiar asegurando que llegaran todos los aventureros de una pieza. Las pocas veces que había visto dificultades, se habían adelantado a ellas gracias a las instrucciones del semielfo al líder de la caravana y organizando una emboscada a las criaturas que pretendían atacarlos. No se había implicado en aquellas escaramuzas de bajo riesgo pero las había seguido con atención a través de los sentidos Argolan para evaluar a aquellos aventureros que se dirigían a Filo de Invierno por el mismo motivo que él.

Dejó de observar a través del búho y le mandó volver con él cuando en el horizonte divisó la villa. Cogió su mochila, se la echó a la espalda y bajó del carruaje acercándose al líder de la caravana que en menos de una hora llegarían y que enviara un mensajero para anunciar su llegada. Le palmeó la espalda satisfecho y dejó que Argolan se posara en su hombro.

- Por fin hemos llegado y desde aquí comienza un nuevo modo de vida, alejados de las comodidades y la protección de Luna Plateada. le susurró al búho que miraba al frente. Avanzó con decisión a la cabeza de la caravana para ser de los primeros en entrar a la villa.

Comprobó el trabajo que habían realizado en la empalizada haciendo sonreir al semielfo, sin duda habían trabajado y mejorado las defensas contra las posibles amenazas y en lo que podría ser la torre de vigilancia observó como unos enanos trabajaban. Asintió conforme y observó cómo tres personas les esperaban en la entrada.

Se adelantó al resto de la caravana con unos movimientos dignos de su raza materna y se presentó ante los tres que les esperaban. Ante ellos se encontraba un semielfo de cabellos cobrizos que caían sobre sus espalda, sus ojos plateados se clavaban en ellos mientras los estudiaba y su sonrisa resaltaba su belleza natural. Sus vestimentas eran robustas y de muy buena calidad, sin duda le diferenciaba de entre toda la gente que estaba a su alrededor. Bajo su mochila de viaje había una capa oscura partía de sus hombros y ocultaba parcialmente una cimitarra de plata que colgaba en su cintura y al otro lado colgaba una varita. Era reseñable también que para llevar una espada no llevara ningún tipo de armadura. Una bolso caía de forma lateral sobre su lado izquierdo y los más avispados podrían entrever que albergaba un libro. En su hombro se apoyaba un búho que les miraba con curiosidad.

- Muy buenas mis señores. Muchos somos los que reunidos bajo el estandarte de Luna Plateada y la Venerable Dama Alustriel para estudiar las desapariciones de diversos héroes en la zona. Me llamo Eryn Ilargi, miembro de la Guardia Sortílega de Luna Plateada y enviado como representante de la Dama. ¿A quien tengo el placer de dirigirme? y ¿Tendríais a bien abrir paso al interior de vuestra villa a la Caravana y dirigirnos a un lugar público dónde la gente se pueda reunir? les preguntó sin perder su sonrisa. Una vez se presentaron prosiguió y les dieran permiso. Se giró hacia el líder de la caravana para que dieran paso hacia el interior. Mientras avanzaban se dirigió al que se había presentado como Kroner y a quien la misiva iba dirigida. - Habéis echo un buen trabajo con las defensas de la ciudad. Cuando partimos de Luna Plateada me dijeron que la Villa no se encontraba en buen estado y no había muchos habitantes. Y sin embargo, veo que también habéis aumentado la población. Asintió con aprobación. - Sin duda meritorio de un reconocimiento. No pudo evitar sonreir al decirlo y espero mientras la caravana entraba y poco a poco los habitantes de Filo de Invierno se acercaban curiosos. 

- Si me permitis ahora que la caravana y gran parte de vuestros vecinos se han agrupado, es una buena ocasión para realizar el anuncio que me han encomendado. respiró hondo y sacó un momento su varita y realizó un complejo movimiento y volvió a guardarla sin dejar de sonreir, después del propio bolso dónde llevaba un libro sacó un pergamino enrollado y rompió el sello de la Dama Alustriel ante ellos. Desenrolló el pergamino y sonó su voz con un volumen elevado para que todos escucharan el contenido del pergamino.

- Atención a todos los habitantes de Filo de Invierno y a aquellos que han venido en la caravana:

A muchos les sorprendió que el semielfo ni siquiera moviera los labios. Una vez finalizado, hizo una reverencia ante Kroner y le entregó el pergamino para que lo comprobara. - Imagino, que no te sorprenderá esta decisión, me he fijado cómo muchos de los habitantes te miraban mientras la caravana entraba. Buscan sin duda tu liderazgo y si durante el día disponéis de tiempo, me gustaría escuchar vuestro relato sobre lo ocurrido con la amenaza nigromántica y si supierais algo de las desapariciones. se había dirigido en todo momento al recién nombrado Sheriff pero había dedicado varias palabras y gestos amables a sus dos acompañantes.

He aprovechado la mayoría del viaje en la caravana para meditar con los ojos cerrados de vez en cuando me asomo a las afueras para apreciar con mis ojos azules como están las formaciones de nubes en los cielos siendo este un lugar completamente nuevo para mí. Mis oídos captan entre la brisa los sonidos del bosque además del constante relincho de los caballos y sus cascos redoblando en la marcha, hacer esto me ha ayudado a mi concentración para el manejo del Ki así como mi preparación mental y marcial

"Recuerda: El poder reside en el accionar, sin corromper tu yo... pero tu como tal, no eres nada, sino la compleja conjución de un todo. Eres parte de todo aquello que te rodea, que te toca directa e indirectamente entiende que no puedes hacer nada sin afectar al todo..."

Analizar las palabras de mi maestro, es la lección diaria para encontrar el camino y mi evolución a la iluminación más profunda. Hoy que llego al "Filo de Invierno" comprendo esas palabras de una manera simple: estoy a millas de mi hogar, al cual no puedo volver, ahora envuelta en un tema que nada tiene que ver conmigo directamente y aun así, acá esta mi yo, que es parte de ellos, así como ellos son parte de mí, mi presencia acá, no fuese posible sin ellos en este instante.

Tras la llegada al fin del final del viaje teniendo la recepción en la Villa "Filo de Invierno". De inmediato el Señor Eryn Ilargi hace el nombramiento público del señor Kroner como Sheriff del lugar, hasta ahora solo ha recibido halagos por lo cual es probable que no sea una mala decisión este nombramiento.

Elden se había mantenido con el rostro cubierto, pasando desapercibido cerca de Kroner, pero el tufo a alcohol lo delataba. Vio al elegante semielfo que hacía entrega formal del edicto de la Dama Alustriel nombrando a Kroner, Sheriff de aquellas tierras. 

Las palabras de Eryn sobre las desapariciones hicieron mella en el otrora valiente elfo, llegando a él los recuerdos recurrentes que tanto ansiaba olvidar dándole a la bebida para hacer su vida más llevadera. El enano, si había un enano y otros más con el, se llamaba Crom o Crum. Muerte y desolación es lo que hallarían...

Saliendo de su ensoñación, exclamo justo lo alto para que los que estaban cerca lo escucharán: ¡La niebla! La niebla se los llevó, Kroner!- mirando con ojos suplicantes a su amigo- Huiddd de la niebla!

Terminando con el acto fuera de sí Elden, intentando el resto de los camaradas  minimizar el impacto en los nuevos colonos que llegaban.

Con un cabeceo de Kroner a Eryn, le indico que le siguiera a la posada mientras exclamaba a los recién llegados: ¡cerveza gratis! Las dos primeras rondas! palmeando cariñosamente la espalda de Dangmar. Ya sabía lo que venía a continuación...

El aviso no sorprendió al enano; los contenidos de la caravana le habían sorprendido bastante más, pero ulna vez considerado el género que transportaban no es que resultase tan rara una proclama. Kroner había sido básicamente el sheriff en todo menos en nombramiento oficial, y todo el mundo lo consideraba como tal. Aquel documento no venía a ser sino política de hechos consumados.

Lo que no quitó que Dangmar no quisiera observarlo, porque formalidades son formalidades.

-Si me lo permitís...

Dijo, tomando el pergamino de manos del nuevo y flamante sheriff, sacando una lupa para gemas y examinando el documento con cuidado.

-Mmmmm, hmmmm-mmmmmh, hhhmmm... -murmuró mientras inspeccionaba, para sentir y tenderlo de vuelta- En efecto. El sello es legítimo, e inconfundible. Felicidades, Sheriff. En cuanto a las presentaciones... Dangmar. Dangmar Bron Melairsen, sr. Ilargi. Por supuesto, les serviremos de escolta y podrán organizarse en la villa según sus necesidades, y en cuanto a lugar para reunión, lo más conveniente sería-

"¡La niebla! La niebla se los llevó, Kroner! Huiddd de la niebla!"

-ah. Sí, como decía, podríamos...

"¡cerveza gratis! Las dos primeras rondas!"

El enano se sacudió por unos momentos, pellizcando, los senos nasales junto al puente de los ojos, con estos cerrados. Si podía terminar la frase, sería muy afortunado.

-acompañarles a la taberna, donde estarán a resguardo de las inclemencias del tiempo y podrán socializar y conocer a nuestros locales -la plaza mayor sería una alternativa adecuada en una zona de clima menos horrible pintoresco- Y lo que dice mi camarada, Kroner, es cierto... las dos primeras rondas están convidadas. Por favor, disfruten.

No era un gasto que no hubiera previsto, y no era un gasto que no pudiera abarcar. Mientras que el oficio de aventurero podía ser lucrativo a su manera, Dangmar era el propietario de un negocio y era un hombre soltero sin familia que mantener, sin grandes gastos en su vida, así que sufría la maldición del bien acomodado de tener que sobrellevar los pagos, cosa que por lo demás tendía a hacer sin mayor cargo. Así era la vida.

-No para tí -le dijo a Elden, dándole un casi inexistente toque con el dorso de la mano- Para tí habría infusión, u otra bebida digestiva, y algo de comida caliente y sólida.

Sin embargo, que sus faltriqueras pagaran el escote quería decir también que no iba a estimular el alcoholismo de su camarada: tendría una noche pagada, pero se aseguraría de que fuera una noche limpia en lo que a él se refería... y otra ventaja de ser el que paga es que la gente que recibe el dinero tiende a asegurarse de que sean tus deseos los que se cumplen.

Observo al enano que arrebato a Kroner el pergamino, un consejero quizás, y certificaba la veracidad del documento a pesar de saber que toda la comitiva venía de Luna Plateada y se había presentado como Guardia Sortílega de esta, pero trató de no darle importancia pues un evento de mayor interés acababa de suceder. Poco después de mencionar las desapariciones apareció una persona casi cubierta en su totalidad y comenzó a soltar desvarios. Desvarios que anotó en su mente pues aquel hombre a pesar de estar borracho parecía haber sufrido a horrores en esa niebla. Quizá sólo lo hubiera soñado pero es algo que preguntaría a sus interlocutores.

Asintió a Kroner cuando le hizo señas de que le siguieran a lo que podría ser la taberna, se giró hacia el jefe de la caravana para que organizara la mercancia e invitara a los aventureros a ir a la taverna y se acercó al enano para hablar con él. Pero se detuvo cuando este se giró al que había aparecido y que por su olor debía haber bebido desde el día anterior para negarle la bebida pero se alegró de que no le negó la entrada y le aceptaba en el interior dándole de comer. Debían de ser cercanos.

Habló con el enano del camino y los pocos incovenientes que habían tenido durante el trayecto, una simple charla trivial para romper el hielo antes de entrar en materia una vez llegaran a la taberna. Al estar todo seguro con una comunicación simple se despidió de Argolan para que este volase libre hasta el día siguiente por la mañana. Los lugares cerrados le incomodaban y no le iba a poner en aquella tesitura cuando posiblemente los ruidos en la taberna iban a ser elevados. Preguntó al enano por los trabajos realizados y como los habían organizado.

- Me ha sorprendido mucho ver el estado en el que esta la villa. Cuando partí me dijeron que era una posición difícil de defender y que necesitarían ayuda, pero no he podido evitar ver como unos enanos trabajaban en la torre. le dijo.

Marcio Mertall, y sus tres hijas os reciben en "La Cocatrice emplumada". La cerveza corrió gratis las dos primeras rondas alegrando el corazón de los recién llegados y aminorando la dureza del viaje.

Varios extraños grupos toman asiento en el interior de la taberna. Esta vez parecen haber llegado mercenarios, un par de compañías en ciernes portando hasta estandarte, una de ellas se hace llamar los plateados y la otra los Pateaculos. Sin duda intentando labrarse un nombre, son atraídos por la recompensa, también hay algún que otro aventurero curioso.

Los cuentos de los bardos y trovadores que llegan hasta Argluna narrando las proezas de la Compañía de Kroner y su poderosa espada, sumado a los rumores que relatan que dicha arma habla y posee grandes poderes han atraído también a curiosos y advenedizos. Sin duda, un arma así no puede pasar desapercibida.

Kroner estaba festejando como en su tribu sabían hacerlo: con bebida, comida y muchas risas. Se lo sabía un hombre alegre cuando entraba en confianza. Y lo que llamaba la atención, luego de su estatura, era el espadón que llevaba a la espalda en todo momento. Era una hoja elegante y que emanaba fuerza en sí misma.

Le agradeció sobradamente al tal Eryn, y cada tanto le daba una palmada en el hombro digna de un hombre acostumbrado más a la intemperie que a la civilizada Argluna. También, de vez en vez, para el ojo entrenado, podía ver ciertos contactos y miradas con Dalla, la otra norteña, que no dejaban mucha duda al respecto. No era la persona más disimulada, al menos en lo social.

Como legionario, sabía muy bien a qué se dedicaba la Guardia Sortílega, así que sentía mucho respeto por el interlocutor de Dangmar. Seguramente se entenderían de maravillas... o eso creía.

Para no interrumpir la conversación que estaban iniciando, pero sin dejar de prestarles cierta atención, Kroner se paseó por las mesas cercanas hablando con los demás, pero especialmente evaluando a los recién llegados.

Un elfo con atuendos de monje llama vuestra atención. Este parece no cortarse y os observa. Su mirada es pura y amigable. 

La compañia de plata está formada por lo que parece ser cinco humanos. Todos apuestos, de aspecto narcisista. Visten armaduras de cota de malla plateadas. Su líder lleva una placas de tono plateado, no sabéis si se trata de plata pura o de un baño de plata. Sus armas parecen ser de plata también. estilo

Un variopinto grupo de mercenarios de diversas razas está en otra mesa observando y estudiando al resto. Sus ropajes son oscuros y por sus rasgos, parecen gente curtida, acostumbrada a rajar y sajar. Hay un humana, semieoco, enano, semielfo y una mediana.

Dos figuras extrañas tan una bebida, por sus rasgos uno es un semieoco y la otra una humana, por sus ropajes parece una bruja o hechicera. Intenta pasar desapercibidos.

Se sentó en la mesa de Kroner, no era muy hablador pero si parecía ser un hombre de celebraciones, sin embargo le estaba dejando el hombro adormecido de los golpes que le estaba dando de forma amistosa. Siguió charlando durante un rato mientras alargaba su primera cerveza, pues no estaba acostumbrado a beber como aquellos que tenía a su alrededor, pero no perdía ojo en ningún momento al elfo que había hablado de la nieve. No podía esperar ya más y le preguntó a Dangmar:

- ¿Quien es la persona que hablaba de la niebla? Por la forma en la que le hablaste y le obligabas a comer un plato caliente debe ser cercano a vosotros. Su descripción es muy similar a la del elfo llamado Elden que mencionaron en Luna Plateada que formaba parte de vuestra banda. Elfo que también se suponía desaparecido. Si el ha vuelto es posible que encontremos al grupo perdido, aunque ellos estaban a gran distancia de vosotros y buscaban a una unidad de enanos. le dijo mientras seguía sin perderle la pista.

Escucho la oferta de cerveza gratis en la taberna y me muevo al recinto o establecimiento de la villa, les sigo semi distante a mi rollo es primera vez que piso este lugar por lo cual quiero ir tomando referencia de los establecimientos principales de la zona.

Entro al lugar y veo como todos se acomodan juntos en una sola mesa para escuchar atenta las palabras del Eryn refiriendose a un grupo perdido...

La taberna está a rebosar, entre el gentío observáis:

Una elfa con atuendos de monje llama vuestra atención. Este parece no cortarse y os observa. Su mirada es pura y amigable.

Un estandarte muestra a los que se hacen llamar “La Compañía de Plata” está formada por lo que parece ser cinco humanos. Todos apuestos, de aspecto narcisista. Por sus ropajes y atuendos hay un mago, un pícaro y 2 guerreros vistiendo armadura de cota de malla plateadas y el que parece ser su líder porta una armadura de placas de tono plateado, no sabéis si se trata de plata pura o de un baño de plata. Sus armas parecen ser de plata también. Miran con desdén a aquellos que consideran inferiores.

Un variopinto grupo de mercenarios de diversas razas está en otra mesa observando y estudiando al resto. Sus ropajes son oscuros y por sus rasgos, parecen gente curtida, acostumbrada a rajar y sajar. El grupo lo forma una mujer humana atractiva de pelo de tono carmesí y ojos esmeraldas parece una guerrera pos su aspecto fiero y su porte,  un semiorco, un enano, un semielfo y una mediana la rodean. Su estandarte es un rostro embozado con una máscara plateada.

Dos figuras extrañas toman una bebida en otra mesa, por sus rasgos veis un semiorco de aspecto fiero y una humana que por sus ropajes parece una bruja o hechicera. Intenta pasar desapercibidos.

Otro grupo, estos formados por cinco elfos de aspecto extraño, no oriundos de la Marca Argéntea, permanecen en silencio, sentados en una mesa. Estudiando sin duda todo lo que les rodea. Parecen entenderse entre ellos como si estuvieran perfectamente coordinados.

Tras darse Kroner una vuelta por la taberna y una vez reunidos, sois interrumpidos por un mediano de aspecto fiero con piel de oso sobre su cabeza, empujando a Ennari la introduce en el reservado, donde se encuentran hablando sus compañeros con el semielfo llamado Eryn, interrumpiendo su conversación. Os giráis sorprendidos, mirando que es lo que sucede, cuando Gonkar aparece tras la azorada elfa de mirada pura y cristalina. Exclamando esté en tono orgulloso: Miraah Krronerr, felfa etaaa ollendoohss! Golpeando el pecho prosiguió el mediano, Yo Gonkar! oi tu hiistoria.

Tu hablaaa!

Kroner y el resto miran a la recién llegada con interés, hasta Elden levanta su sombrío rostro y la mira.

Kroner levantó la mirada, apreciando la belleza de la elfa, pero aún más alerta que un rato antes. Le sonrió y guiñó un ojo a Gronkar.

-Vaya... ¿qué encontraste Gronkar?- preguntó irguiéndose en todo su porte -¿Necesitas algo... cómo es tu nombre? ¿Había algo que te interesara de nuestra conversación- preguntó poniendo sus manos enganchadas en el cinto de armas de la cintura.

Para el ahora sheriff no le quedaba claro si había realmente algo que hubieran dicho que fuera tan interesante, pero era mejor hacer como que sí, por las dudas, que quitarle hierro al asunto tan rápidamente. Después de todo, parecía que los había estado espiando.

Que estuviera claro que era quienes querían decir y la comitiva que traían, a los ojos del enano, importaba poco: una formalidad era una formalidad. Las formalidades estaban para ser honradas y había buenos motivos prácticos detrás de ellas. Como en aquel caso, la formalidad de ser el pagano en lo que a tabernas y demases se refería.

"Me ha sorprendido mucho ver el estado en el que esta la villa. Cuando partí me dijeron que era una posición difícil de defender y que necesitarían ayuda, pero no he podido evitar ver como unos enanos trabajaban en la torre"

-Mmmm-hmmm. Se ha avanzado mucho. Es un lugar frio e inhóspito, pero ahora está desierto y la principal amenaza desapareció, así que es atractivo para aquellos en búsqueda de una vida estable.

Le explicó. Estaba bastante contento, contento y orgulloso, de que su gente hubiera llegado a aquella ciudad a establecerse y encargarse del amurallado. No tenía nada... o casi nada, en contra de los humanos, los elfos y otras criaturas por el estilo, pero nada como gente con la cabeza amueblada y que uno sabía por dónde abordar, culturalmente.

"¿Quien es la persona que hablaba de la niebla?"

Miró en dirección a Elden por unos segundos. Sacudió la cabeza levemente. También él, pudo reparar el guardia, andaba con una cerveza durante bastante tiempo, para las imágenes que suele tener la gente de los enanos de grandes bebedores, capaces de trasegar enormes cantidades de cerveza sin ningún problema. El pichel del enano de cerveza caliente y especiada era tomado con tranquilidad, a cortos sorbos.

-Le conocéis, entonces -concluyó- Sí. Su nombre es Elden, y sí, era uno de los miembros del grupo de aventureros que operamos por esta zona. En efecto, estaba desaparecido hasta que de repente... no lo estuvo -dijo, no revelando nada más a menos que no fuese exactamente preguntado. No era un tema que ele agradase- Si vais a hablar con él sobre los particulares, preferiría que tuvieseis un cierto tacto, es un hombre que ha sufrido mucho, y se encuentra recuperándose aún. Y aún-

El enano no era especialmente arisco, comparado con muchos de los suyos, pero tampoco era un conversador que pudiera considerarse fascinante más allá de los datos que pudiera aportar: la mayoría de la gente lo consideraba más bien aburrido como companía, a menos que su perfil fuera exactamente lo que uno buscaba. La conversación así que se vio interrumpida por la nueva aparición no fue gran cosa.

Dangmar alzó una ceja e hizo un gesto con la mano.

-Bien... tomen asiento, y preséntense. Mi nombre es Dangmar. Sean bienvenidos.

Indicó, senialando los asientos. No parecía especialmente impresionado por la belleza de la elfa o por la aparición de ninguno de los dos nuevos participantes, pero tampoco parecía decepcionado, o disgustado, de ninguna otra forma. Era la suya una posición muy neutral.