Partida Rol por web

Thindiel, vista la resistencia al fuego, crea un proyectil sónico, algo menos proclive a encontrar resistencia.

Ambos despliegues sónicos parecen afectar severamente a la criatura, aunque el ataque psiónico le ha cogido más desprevenido...

Mientras me levanto, hago como si agarrara la noche que nos rodea mientras la envuelvo y lanzo como una bola a la cosa planta.

El sobrenatural ataque de Varanil acaba con la criatura que deja de moverse...

Tras aseguraros de que todo está tranquilo y calmar a los phanatones que se han alterado bastante, el resto de la noche pasa tranquilamente.

Talos se detiene con los brazos en jarra y la barnilla levantada.

¿Pero dónde está esa aldea? ¿no hay manera de saberlo más o menos? empiezo a pensar que estos bichitos viven en la propia Sasserine.

Al ver caer a la criatura Mako se deja caer al suelo, quedando sentado con las piernas cruzadas y sonriendo

Bueno, al menos mis compañeros son más que capaces de responder ante tanto ataque

Khuran empezaba a estar un poco escamado con esto de la Aldea de los Phanatones: habían estado andando durante medio día, y aún no habían llegado. El clérigo empezaba a preocuparse por llegar demasiado tarde a la embarcación y que los marineros no supieran nada de ellos. Además, era conveniente que volvieran a la colonia más pronto que tarde.

Antes de iniciar de nuevo la marcha, Khuran se encaró con los phanatones, tratando de sacarles algo más de información.

A ver, perdonad, pero decidme una cosa. Al paso que vamos ahora, ¿Cuánto tardaremos en llegar a vuestra aldea?

Khuran dio las gracias a Pelor por permitirle Hablar Con Su Lengua; esto hacía mucho más sencillo tradjucir los días, horas y minutos a aquellas criaturas y que él fuera a su vez capaz de entenderlo.

Thindiel camina parcialmente tranquilo. El tiempo transcurre de otro modo para los elfos, pero también es sabedor de la premura por reforzar la colonia.

Khuran comunica la respuesta de los Phanatones a sus compañeros.

Dicen que ya casi estamos, que llegaremos antes de la puesta del sol... creo que ahora dar media vuelta no tiene mucho sentido, ¿no os parece?

Sigamos.

Con un leve encogimiento de hombros, hago un gesto hacia los pequeños peludos Ya que hemos llegado hasta aquí, estoy con vosotros en que les sigamos hasta el final

Al cabo de unas horas de marcha, la excitación de los phanatones va en aumento, ya casi estáis llegando.

En efecto, tras unos árboles hay una población de estas criaturas. Los seres viven en los árboles, planean entre rama y rama y son muy ruidosos. En cuanto vuestros guías comienzan a hablar con su gente hay vítores, criaturitas que enseguida se acercan a vosotros y mucha agitación...

Sin tiempo para otra cosa, los phanatones os dirigen hacia el centro de su poblado donde os indican con gestos que os sentéis mientras comienzan a traer platos de frutas y unas bandejas con lo que parecen ser insectos fritos que están inesperadamente sabrosos...

Entre sonrisas camino por donde me dicen, mirando a mis compañeros alternativamente Vaya, es un pueblo muy agradecido ¿no os parece? digo sentándome en el lugar donde me han indicado.

Cuando comienzan a traer comido, primero la pruebo, un poco reticente a los alimentos de estas criaturas, pero al comprobar que están realmente ricos, me dejo llevar por la alegría y la fiesta, dejando que Khuran sea quien hable, pues a parte de ser el que mejor lo hace, es el único que los entiende. Cogiendo un puñado de insectos fritos, se lo muestro a Talos y Mako Esto está realmente exquisito. Prefiero no saber lo que es, no vaya a quitarme el hambre, jajajaja digo antes de llevarme el puñado a la boca.

Thindiel agradece la hospitalidad de las criaturas y comienza a comer algo de fruta con moderación.

Talos, animado, se sienta con el grupo y prueba cada bocado que le ofrecen, cuando tiene que hablar lo hace en voz baja, con sus compañeros, pues sabe que la diplomacia no es lo suyo.

Mako se sienta sonriente entre sus nuevos amigos, disfrutando de la comida mientras intenta hacerse comprender por los pequeños humanoides a base de amplios gestos. De hecho hacía tiempo que al monje no se le veía tan relajado.

Khuran sonríe y trata de parecer inofensivo durante el banquete; supone que están contándoles toda la historia del dinosaurio y como les ayudaron...

Para asegurarse de que en el banquete no se pierde nada de la conversación general, Khuran pide a Pelor que le Preste su Oído Divino para así, al menos, entender lo que dicen los phanatones.

Durante el banquete, Khuran trata de averiguar cómo se organiza su sociedad: si tienen un jefe, un Consejo, una de estas exóticas Democracias o qué. Una vez descubra con quién tiene que hablar para pedir que les echen una mano, usará el "Tongues" para exponerles la situación: el futuro ataque de los piratas a la isla, que nos hemos comprometido a defenderla, y si conocen alguna otra raza o tribu que pudiera unirse a los Defensores de Punta Arena. Y también si a ellos se les ocurre alguna forma en la que podríamos colaborar. Expongo, a grandes rasgos, las necesidades defensivas de Punta Arena, y trataremos de averiguar si pueden (y si quieren) colaborar de algún modo.

Enseguida, Khuran resulta ser el alma de la fiesta, conversando con unos, alardeando con otros y usando el poder divino de Pelor para hacerse entender, en un determinado momento, el líder de la tribu, Ketekek, habla con vosotros.

Impresionado no solo por vuestra hazaña sino también por vuestra cordialidad, ofrece enviar un grupo de sus guerreros más fuertes para ayudar a la colonia.

Al mencionar a otras tribus o recursos, os cuenta la siguiente historia:

Quizá podáis encontrar algo en el Templo del Jaguar. Era el lugar donde moraban los hombres gato, pero hace muchas estaciones que abandonaron el lugar. Era gente muy guerrera, así que quizá puedan tener alguna de sus armas en ese sitio.