Partida Rol por web

Khuran permite huir a la criatura; total, con las habilidades de rastreo de Talos, pueden tratar de seguir su rastro después.

Viendo que quizás con un grito no sea suficiente, Khuran decide lanzar otro potente grito sónico, acudiendo para ello a todo su poder divino.

Talos se aleja magullado por los tremendos goilpes a la vez que activa la poderosa corona que espera le proteja durante el resto del ataque.

Claro, ¿por qué activar una corona protectora ANTES de que te atropelle un dinosaurio? No hombre no, mucho mejor activarla DESPUÉS, cuando ya te ha dejado medio muerto, total, si no me espachurro un poco seguro que Khuran se aburre...

El clérigo refunfuñó algo, pero nadie del grupo pareció hacerle mucho caso.

La magia de Khuran consigue derribar a otra de las criaturas y Thindiel logra hacer huir a la restante tras un fogonazo de su poder.

Rabiosos, las dos criaturas que quedan se lanzan a arrollaros. Ambas pisotean a Thindiel y una de ellas pasa por encima de todas vuestras posiciones...

Decidido a acabar con las criaturas, vuelvo a avanzar hacia la que está entre Mako y yo lanzando dos rápidos tajos. El primero logra abrir una fea herida que se agrava con el fuego, pero el segundo, tras el movimiento de la bestia, logra evitarlo. Antes de que pueda embestir de nuevo, vuelvo a clavar mi estoque en llamas en su blando vientre.

Te estás haciendo refunfuñón como las viejas, Khuran.

Dice el pícaro mientras con una pirueta se lanza a por el Dinosaurio y le atraviesa el tendón de una pata de ladoa a lado.

El monje salta a un lado, intentando esquivar los pisotones de la gran criatura, mientras golpea con sus puños repetidamente en su enorme pierna.

Khuran, confiando en su fortaleza y su armadura, clava su lanza en el suelo y espera que aquella enorme bestia se ensarte en ella.

Pero la gruesa piel de la criatura hace que la lanza apenas le cause ningún daño.

Los dinosaurios os pasan por encima y aunque uno de ellos se lleva heridas leves, prácticamente os dejan llenos de golpes y moratones. Sin embargo en cuanto desaparece la polvareda vuestros esfuerzos combinados terminan con otro de los seres. El constructo corre para ayudar a Thindiel y recibe un golpetazo pero el dinosaurio también.

Thindiel aprovecha la ocasión para retirarse y freír el cerebro del animal con todo su poder mental.

A pesar de los moratones y golpes recibidos, por fin parece que solo queda una de esas bestias. Con una mirada, hago un gesto a Talos mientras sonrío Vamos a conseguir esas pieles de una vez. acto seguido me lanzo en una carrera directa hacia la bestia para, en el último momento, hacer una finta y clavar el estoque, aunque no tan profundo como pretendía

Khuran, tras ser pisoteado y vapuleado por uno de aquellos enormes bichos, parece estar ligeramente desorientado.

Tras despejarse el polvo levantado por la carga del dinosaurio gigante, Khuran ve que Talos está prácticamente a su lado.

Acercándose al pícaro, Khuran pone las manos sobre su espalda y sus heridas se cierran completamente.

Ale, si quieres cargar contra un dinosaurio, no habrá un momento mejor que este.

Talos espera a que la magia divina haga su efecto y murmurando un agradecimiento al clérigo se lanza a la refriega de nuevo, posicionándose junto al espadachín y hundiendo el estoque cuan largo es en la axila de una de las patas.

El dinosaurio arremete contra el constructo mientras Varanil se le acerca y recibe un empellón de la criatura, pero Varanil logra darle un preciso golpe. Poco después Talos ejecuta un golpe preciso contra el dinosaurio.

Khuran se acerca a Varanil y le cura de sus heridas, no sea que el dinosaurio, en un ataque de furia, decida pisotearle definitivamente.

El constructo astral continúa golpeando fuertemente al dinosaurio y finalmente, el último de los animales cae al suelo...

Talos, ¿crees que podrías seguir el rastro de los otros dinosaurios heridos antes de despellejar estos? Quizás podamos conseguir alguna piel más, quién sabe.

Mientras dice esto, Khuran impone sus manos sobre Thindiel para sanarle de los pisotones recibidos.

A pesar de la paliza que me habian dado los dinosaurios, al toque de Khuran, un calor ya reconocible invade mi cuerpo y va restituyendo mis fuerzas. Todos los moratones y heridas que cubrían mi cuerpo se disipan de inmediato, como si no hubieran estado nunca.

Todavía con las hojas goteando sangre, miro a Khuran y poso una mano sobre su hombro mientras asiento a su comentario, justo antes de volverme hacia Talos para ver si es capaz Al fin y al cabo, sería una pena que después de este combate no obtengamos todas las pieles que queríamos ¿no?