Partida Rol por web

Dario no se da por vencido, así que sube los empinados escalones, pasando junto a Ratash, y desde arriba vuelve a cargar su arco y disparar. La flecha, sin embargo, vuelve a desviarse demasiado.

Al ver a la criatura tuvo claro que había que ir a por ella, aunque estaba bien atrincherada. El tiefling no quería estorbar los disparos de Saethe, razón por la que esperó un momento a que ella disparara y entonces movió hacia aquél ser con el mayal bien alto, descargando hacia abajo con toda su fuerza logrando así un buen golpe en todo el hombro. Le gustaría causarle una fea herida, además viendo su aspecto no parecía que fuera de los que se rendían.

- ¡Habla o acabaremos contigo!

Dijo para darle aunque fuera una mínima opción de evitar una lucha contra todos ellos.

Saethe acribilló al demonio a tiros. Uno de ellos iba dirigido a la cabeza pero el bichó se movió y acabó recibiéndolo en el pecho.

-Muere, bicho!

Una de las flechas de Saethe logra clavarse en el pecho de la criatura, aunque parece ni inmutarse. Yash, por su lado, da un fuerte golpe también al ser, e igualmente nota como aunque hace daño, no es ni de lejos tanto como creía.

El ser, mientras tanto, parece reírse de vuestros fútiles intentos.

—No sois rivales para mi —escucháis todos en vuestras mentes—. Este templo es ahora mío. Pretendía esperar a que los otros intrusos salieran para acabar con todos, pero me han cansado vuestras intromisiones mortales.

Nefertari vio como las armas de sus compañeros eran ineficaces o poco efectivas por lo que no dudaría sus recursos sagrados, para superar sus defensas.

---Bueno,sí las armas no funcionan probemos con la magia... murmuro dejando a un lado la ballesta, sin embargo mis compañeros estaban en medio...-Chicos,mis hechizos no funcionaran sí estais en medio,salvo que os guste arder en llamas...

Viendo el poco impacto que estaban teniendo las armas de sus compañeros, el sentido común la avisó de que allí, quien más podía hacer, era la paladina. Auren dio un paso atrás, dejando espacio, y conjuró sobre Nefertari, pidiendo el favor de Shelyn para ella.

Mientras Ratash vuelve a cargar su ballesta, incapaz de lanzar ningún hechizo sin arriesgarse a hacer más daño a sus compañeros que a la criatura, el div se fija en Nefertari. No tiene nada que ver con que pueda ser la enemiga mas peligrosa —cosa de la que no tiene ni idea—, sino que su belleza es un insulto para él.

En su lengua, pronuncia un encantamiento manteniéndose atento a la maza de Yash, y en cuanto lo hace la mano espectral se mueve hacia la paladina, tocándola en el pecho sin que ésta pueda evitarlo. Al momento, nota como parte de su belleza se esfuma a medida que su piel se marchita ligeramente.

Viendo la gran dureza de la criatura a la que se enfrentaban parecía que debía de ser derrotada con magia. El tiefling no tenía más que su mayal y sólo podía pegarle fuerte o arriesgarse a tirarlo al suelo que era otra opción que podría desarrollar después. Con su arma trató de golpear en el pecho del enemigo pero la bola de espinas fue demasiado alta dando contra la pared, Yash entonces se fue hacia un lado para dejar espacio al brujo, que tenía en sus manos el poder que el grupo necesitaba ahora.

- Darío, espérate a que Ratash haga un conjuro.

Le pidió al especialista aunque desconocía los planes de éste para los siguientes segundos. 

Nefertari sintió como parte de su esencia vial o juventud era persudicada, y no pudo más que sentirse impotente ante tal ataque y si antes tenía alguna duda entre utilizar la invocación de su poder sagrado, dicho ataque despejo cualquier duda.

- ¡Ajjj!!!! ¡¡¡este ultraje lo pagaras caro...!!!! Rugio la joven paladina mientras se lanzo sobre la criatura demoniaca. El filo de su esbelta cimitarra empezó a brillas con luz sagrada mientras dibujaba un arco hacia el pecho de su oponente. Pero el resultado de tan temerario y vehemente ataque, por el daño que le causo, solo hizo que fallara estrepitosamente. 

Auren consideró que lo que le había hecho aquel ser a Nefertari era abominable. - ¿Cómo te atreves, sucio y asqueroso? ¡Te vas a enterar! - 

Poniendo una mano en el hombro de la paladina, le otorgó la fuerza de un enorme animal, de un toro bravo que cargaba contra su enemigo con todo su peso como apoyo. - ¡Danos tu fuerza, Dama! - 

Tras escuchar los comentarios de mis compañeros me acerco con cuidado al combate mientras agito las manos como sí quisiera desentumecerlas,me mantengo en una distancia suficiente para que mis hechizos puedan alcanzar a mi enemigo.

---Eh tu! Pervertido, el único con derecho a tocar senos y traseros soy yo, asi que deja de manosear los senos de mi compañera!!!

Nefertari, enfurecida por la pérdida de su belleza, se lanzó sobre la criatura con, tal vez, demasiado ímpetu. El filo de la cimitarra, sin embargo, quedó lejos de dañar al div, que ni siquiera se vio apurado para tener que esquivarlo.

Tras el infructuoso ataque, Auren otorga más poder a la paladina, esperando que así pudiera causar un daño mayor cuando lograra dar al ser. Ratash, mientras tanto, se mueve más cerca del combate, esperando poder lanzar su hechizo para prender fuego al ajeno. Por su lado, Yash intentó golpear de nuevo, aunque con escaso éxito esta vez.

Saethe gruñó cuando Yash se le puso delante pero ya era demasiado tarde para detenerle, asi que se movió de cara a colocarse en una posición ventajosa para cambiarse al lado de Auren. En aquel había demasiada gente.

Dario, incapaz de encontrar un hueco entre todos sus compañeros, se queda tranquilamente observando, como si aquello fuera un espectáculo. Saethe, mientras tanto, vuelve a disparar contra el div, demostrando buena puntería pese a lo complicado de la posición; sin embargo, la flecha que consigue encajar en la criatura, parece no hacer prácticamente ningún daño.

El monstruo, viendo que empieza a estar rodeado, parece empezar a difuminarse ante vuestros ojos. La arena comienza a rodearle, como un vendaval, y en pocos minutos se ha levantado una tormenta de arena a su alrededor, que cubre toda la sala y os impide la visión más allá de 5'.