Partida Rol por web

Tras un breve descanso el grupo había seguido caminando para abandonar cuanto antes aquel lugar. El paseo no fue muy largo pues ya habían cruzado mas de medio cementerio cuando fueron atacados y este tramo contaban con la calidez del Sol.

Al fin el grupo salía de aquel cementerio maldito para volver a pisar verde. Los náufragos fueron envueltos otra vez por sonidos de animales salvajes y vivos. Tras lo vivido el grupo sintió por vez primera paz, incluso en ese tramo de bosque parecía haber una tranquilidad que no se encontraba durante los primeros días de travesía. Quizás fuera que como el cementerio cercaba gran parte de la isla el bosque que quedaba al otro lado no estaba tan poblado de aborígenes si es que los había. Aquel parecía un lugar seguro donde dormir una par de horas.

Tras el merecido descanso el grupo siguió su caminar por el bosque, el cual no duro mucho pues la espesura del bosque se estaba terminado. Para sorpresa de todos el camino terminaba ahí si es que no querían terminar cayendo al vacío. Un barranco de barios metros de altura impedía seguir caminado.

Desde la altura a la que el grupo estaba podían ver una gran ciudad de tonos amarillos y blancos pero que por los rallos del sol parecía estar hecha de oro y plata. La ciudad estaba cercada por el barranco que la envolvía casi al completo y cataratas caían hacia la abandonada ciudad pero esta no se inundaba, al parecer por contar con algún tipo de desagües que desviaban el agua por debajo de tierra a otro sitio.

Aun así la humedad del lugar y su abandono daba la sensación de envolver con un tono verde marino el lugar.

Esta ves el grupo debería descender metros de altura para poder visitar la desértica ciudad, pues bordearlo no parecía una opción pero podían intentar buscar donde hubieran mas asideros a los que agarrase y que no fueran resbaladizos.

 Alain  observó ensimismado la ciudad en ruinas desde las alturas. Una civilización antigua que encerraba secretos. El arcano empezó a darle vueltas al sistema de evacuación de agua.

- ¿Subterraneo? - pensó

Parecía una ciudad que había progresado. Seguramente tendrían algun sistema de transporte. ¿Un barco? Aquello podría ser su salvación y el billete de salida de aquella isla.

- Por una vez estamos de suerte... o eso parece. ¡Ese lugar debe de esconder muchos secretos! - el mago estaba excitado, y por primera vez parecía tener de nuevo ese brillo de curiosidad en sus ojos.

La emoción del momento le hizo adelantarse y comenzar a descender, cuando no era precisamente el más adecuado para encabezar la marcha.

- ¡Vamos! Tengo que verlo desde más cercaaaaAAAAAH!

Alain se precipitó hacia el vacío después de un tropiezo, con la inexperiencia propia de un académico cuya excursión más "exótica" había sido a buscar un libro de rituales al sótano de la biblioteca. El mago extendió los brazos y se agarró a un saliente en el último momento.

  Alain, concentrado, cerró los ojos y murmuró palabras arcanas a la vez que se soltaba del saliente abriendo los brazos en cruz.

Para sorpresa de todos, el arcano comenzó a flotar como si fuese una pluma y cayó con gracilidad.

Solo hubiera faltado una canción de Pock de fondo para cerrar la escena mientras Alain dejaba escapar una ligera sonrisa. Eran uno de esos momentos donde tantos años de duros estudios dedicados a las ciencias arcanas le hacían subir el ego al joven mago.

- Diablos Alain, vigila donde pones los pies o te vas a despeñar - el dracónido empieza el descenso bastante seguro de si mismo, ¿quizás demasiado? Las escaladas siempre se han de tomar con precaución, pero ahora parece en su elemento y no puede dejar de dar la nota para ver si Damaia se fija en él - muchacho, fijaté en mi, mira donde apoyo los pies. Seguro que puedes hacerlo - dice con una sonrisa tratando de dar ánimos al mago.

Poco a poco el arcano desciende asta que es perdido de vista. Como si fuera una pluma desciende sin precipitarse y desaparece de vuestra vista por la nube de humedad de las cataratas y la lejanía. En pocos minutos el mago estaría en tierra firme.

- Esto está chupado muchachos, bajad sin miedo - dice el barbaro desde abajo que ve al resto de sus compañeros que bajan con bastante prudencia.

Parada sobre el borde del acantilado, Gaaki observaba la caída a sus pies con gesto de desconfianza. Las palabras de aliento de Heskan poco hicieron por inspirarle ánimos. Suspiró con resignación y comenzó a descender, con cuidado.

A los pocos metros de descenso, cometió el error de mirar hacia abajo, sin prestar atención al resbaladizo saliente sobre el que ponía el pie y se desplomó al vacío. Cayó varios metros, hasta que, braceando desesperadamente pudo asirse a una saliente, con las puntas de los dedos.

Se afirmó a la pared rocosa con manos y pies, esperó a que su corazón se calmara, respirando profundamente y continuó el descenso, maldiciendo para sus adentros.

Esta vez se esforzó en localizar los puntos más propicios para poner las manos y los pies. Aquello lo suficientemente espaciosos y estables para aguantar su peso y finalmente consiguió llegar al fondo del precipicio sin más percances.

Miró hacia arriba, a sus compañeros indecisos, mientras se limpiaba el polvo de roca de las manos.

—No escuchéis al dragón de bolsillo —les dijo—. Mirad bien lo que hacéis u os vais a romper el cuello.

Erick contempla la ciudad maravillado... UN RASTRO DE CIVILIZACIÓN. Sin duda eso era por lo que su diosa lo había mandado allí, Erathis había perdido contacto con un pueblo fiel a ella y quería saber por que había pasado, o bien ya lo sabía y quería reestablecerlo y vengarse... Erick estabc onfuso, no sabía muy bien que le tocaba hacer ahora, pero sin duda esa ciudad era lo que su diosa tenía para el.

-Una ciudad... - dice Erick maravillado-, bajemos, tengo muchas cosas que investigar.

Sin mediar mas palabra, Erick se agarra al borde del barranco y comienza a bajar. Las prisas le jugaron una mala pasada, pues resbaló de las piedras en hasta tres ocasiones, pero consiguió agarrarse a un saliente y continuar la bajada. A pesar de lo torpe de su descenso, consiguió llegar al suelo bastante rápido.

Damaia observa la majestuosa ciudad, sin duda un simbolo de civilización mas avanzada que simples chozas en mitad de la jungla, lo cual por supuesto no queria decir que sus habitantes no sean hostiles.

-Es un descenso peligroso tened cuidado.

La capitana fue la ultima en iniciar el descenso, para cerrar la marca. La mayoria bajaron bastante bien, salvo Erick que iva agarrandose de salientes para no precipitarse, seguramente la armadura le jugo una mala pasada. La tiflin descendio con cuidado pero de forma continua, y viendo que Heskan se esforzaba por captar la atención le dedico una palabras.

-Gracias por mostrar el camino mas seguro, a sido muy util para el descenso.

Al fin todo el grupo consiguió bajar a la ciudad. Alain llevaba un rato esperando a sus compañeros y conteniendo sus ganas de investigas a solas, pero la espera había terminado y una ciudad les aguardaba.

Las ciudad abandonada era de considerable tamaño, sus ruinas una vez contenían vida y sin lugar a dudas debía estar muy poblado en su momento de mayor esplendor. A pesar de los siglos aun habían canales por las calles para cuando llovía y aun quedaban edificios con todas sus paredes pero deterioradas y sin tejado. Por encima del mar de ruinas se podía ver un edificio mucho mas grande en forma de pirámide escalonada, posiblemente te tratara del templo y la residencia de monarcas o sacerdotes.

Cita:

El dracónido se hincha de orgullo, mientras una sonrisa de felicidad asoma a su cara sin poder evitarlo. - Véis como estaba chupado - dice cuando el resto ha culminado el descenso. Aunque ensimismados en las edificaciones no parecen hacerle mucho caso.

Ciudades piensa, demasiado sobrevaloradas... claro, que hay tabernas, cerveza, partidas de dados, peleas, um, puede que sea una visita interesante después de todo.

 - Estaba empezando a aburrirme - dijo Alain con una sonrisa irónica.

El arcano volvió la mirada hacia la ciudad desconocida, de nuevo con ese brillo de curiosidad en sus ojos.

- Se que deberíamos tener cuidado... ¡pero no puedo esperar a investigar! Es posible que incluso encontremos una forma de regresar. Parece una civilización avanzada en temas fluviales, seguro que tenían una industria naval.

 Alain comenzó a caminar hacia la gran edificación que se veía a lo lejos, sin duda el núcleo de la ciudad. Pero se paró de repente, recordando algo.

- La curiosidad me mata por llegar a esa pirámide escalonada, pero deberíamos ser más cautelosos. Miraré si alguien ha pasado por aquí antes.

Acto seguido, el mago comenzó a explorar el camino que llevaba hacia la pirámide, examinando posibles huellas, ramas pisadas y otros detalles del entorno.