Partida Rol por web

Gaaki aguardaba, con los brazos cruzados y una mueca de fastidio. Sólo cambió su expresión cuando escuchó, sorprendida, como Heskan traducía la antigua inscripción.

—No creí que pudieras leer ni siquiera la lengua común. Estás lleno de sorpresas para ser un bárbaro.

Se volvió hacia el resto, suspirando con aire impaciente.

—¿Ya habéis satisfecho vuestra curiosidad, Mercenarios intelectuales? ¿Ahora podemos irnos?

El barbaro se encoje de hombros ante los comentarios de la semiorco - Sabes que estás muy guapa cuando te enfadas Gaaki - dice Heskan tratando de irritarla - a mi lo que me interesaba era encontrar una taberna, pero me parece que ha pasado mucho tiempo desde que hubo una abierta - enfatiza sus palabras mirando alrededor.

—Sabes que estás muy guapa cuando te enfadas Gaaki —le dijo Heskan.

Gaaki miró a Heskan con un gesto de desconfianza, insegura de si estaba hablando en serio o sólo se burlaba de ella. Era difícil leer el lenguaje gestual de alguien con la cara de un dragón en miniatura. Una imagen de ella y el dracónico juntos pasó por su mente y la profunda impresión que le causó la decidió a no volver a pensar en el asunto.

—Pues si nos quedamos más tiempo aquí verás cómo me pongo realmente hermosa. —espetó con brusquedad.

—A mi lo que me interesaba era encontrar una taberna —continuó el bárbaro—, pero me parece que ha pasado mucho tiempo desde que hubo una abierta.

—No me extraña que la taberna haya cerrado —repuso Gaaki—. Los no-muertos y los lagartos caníbales no son buenos clientes.

 Erick salió de su ensimismamiento, para escuchar la conversación entre Gaaki y Heskan. Luego miró al resto de sus compañeros, y dijo:

-¿Entramos al templo?

Erick aún no había satisfecho su curiosidad, y tenía que saber por qué demonios aquella civilización, capaz de construir semejante ciudad, había desaparecido. Algún rastro tenía que haber.

Gaaki miró a Erick con una expresión de extrañeza.

—¿Qué te interesa tanto de un templo dedicado a un dios que no es el tuyo? ¿No deberías querer quemarlo o algo así?

Miró al templo con aprensión.

—Estos sitios suelen estar repletos de trampas y perdimos a nuestro pícaro, ¿recuerdas?

El grupo decide al fin dejar a tras la estatua y subir por las escaleras del templo, una cuesta que se hace pesada pero que al fin superan para poder explorar el interior.

Ante ellos había un largo pasillo, pero no tanto como para no ver el final de este. Al otro extremo había una puerta doble de metal dorado. La forma de la puerta era muy peculiar ya que su forma recordaba al rostro de un dragón, pero este no era el único detalle destacable ya que a lo largo de todo el pasillo había en sus paredes escritos y pinturas muy bien elaboradas que parecían narrar la historia de aquel lugar.

Comunicado con este pasillo habían diversas habitaciones sin puertas que de seguro encerrarían otros secretos…

Mientras caminaban hacia el templo Damaia iva sancando sus propias conclusiones, las cuales compartio con el grupo.

-Si esta ciudad adoraba a Io debe ser de la epoca de la guerra entre Dioses y Primordiales. Y segun lo que reza la estatua la ciudad no solo adoraba al Dios dragon si no que estaba bajo su protección... Supongo que cuando el Io se dividio la ciudad quedo sin su protector y sus enemigos acabaron con la civilización... O simplemente entraron en declive sin una deidad protectora.

Miro los adornos de las paredes pasando la mano por los muros como si pudiesen contarle lo que habian vivido. Sabia que lo que iva a pedir podia ser demasiado para el barbaro pero era el unico que entendia los escritos.

-Seria interesante descifrar todo esto. Heskan... ¿Podrias intentar leer algo de lo que aqui pone? Quizas tambien podamos entender los dibujos... Y Gaaki, no te preocupes si las trampas aun estan activas quiere decir que aun no han saqueado el templo y quizas encontremos algo que nos sea util para salir de aqui.

 Alain apenas oía la conversación de sus compañeros. Aquel sitio cada vez le fascinaba más, aunque la mención a Pock le hizo parpadear y volver a la realidad.

- Gaaki tiene razón... este sitio podría tener trampas. Intentaré detectar si hay algunas de... naturaleza mágica.

El mago comenzó a andar hacia la puerta con forma de cabeza de dragón por el pasillo, murmurando palabras en bajo y con la mano extendida frente a sí. Al pasar junto a las habitaciones, acercaba la mano en esa dirección. Andaba despacio, concentrado, percibiendo las alteraciones en el tejido arcano.

A Heskan le parece que ya ha leido mucho por hoy, pero no puede negarle nada a Damaia, así que guarda su hacha a la espalda y se pone a ello, tratando de descifrar los escritos en las paredes.

- Bien dicho, Gaaki, si quedan trampas, puede que quede tesoro, quizás saquemos algo de este naufragio.

Mientras Damaia intenta estudiar las pinturas más próximas, Alain hace un chequeo del lugar. La magia en aquel lugar se percibía en todo momento, aunque no resultaba el mismo tipo de magia hostil que el arcano pudo percibir en el cementerio.

La corsaria por su parte estaba empezando a adentrares en la historia de la ciudad, una tarea que duraría horas incluso con la colaboración de Heskan en las traducciones.

Lo primero que la tiflin sacó en claro era que aquel era la casa de campo de dios Io y que la ciudad estaba bajo su protección. La pirámide no solo era un templo, sino que parecía ser su vivienda cuando visitaba el mundo, teoría que dedujo al ver en una de las pinturas la figura de un dragón con las alas extendidas y apoyado sobre sus cuartos traseros, haciendo justicia a las palabras anteriormente descifradas: “…todo aquel que se entregue a la fe de Io recibirá su protección como la refrescante sombra de sus alas”. Aquel debía ser Io pues la figura del dragón resultaba muy confusa, el animal tenía todos los rasgos de los dragones que conocía pero no pertenecía a ninguno de ellos.

 Alain escuchó las investigaciones de Damaia y Heskan e intentó recordar lo que había estudiado sobre el dios dragón y sus templos. ¿Realmente el mismo Io se había encarnado en aquel lugar?

Erick, apoyado sobre su lanza como si fuese un bastón, escuchó absorto todo lo que se decía sobre aquel curioso lugar, al mismo tiempo que buscaba en su mente algún resquicio de todo lo que le habían enseñado en su orden y todo lo que había leído por su cuenta, intentando recordar algo relacionado con lo que escuchaba de la tiflin. Por un momento, Erick volvió a ser un niño, hambriento de conocimiento, todo el dolor de su cuerpo y las experiencias de combates vividos no hacía mucho, desaparecían totalmente para dejar lugar a su curiosidad.

A raíz de los primeros hallazgos, Alain sigue investigando pero más en la profundidad del sentido religioso que la historia. Evidentemente Io se encarnaba en aquel lugar con la forma de “el primer dragón”, aunque sus apariciones no eran frecuentes, una vez cada cien años para el calendario de los mortales para avivar la llama de la fe. Al parecer aquellas gentes habían sido su primera creación y sentía un cariño especial.

Unos pasos más a delante Alain podía ver la lucha de Io contra el primordial Erek-Hus  y como de debajo del hacha del primordial habían resurgido dos nuevos y distintos dragones, sus hijos Bahamut y Tiamat. El final de Io terminaba ahí, pero no la historia de la ciudad. La cual había perdido a su protector, ya que sus dos mitades eran incapaces de llegar a un acuerdo y gobernar juntos la ciudad a causa de sus diferencias y carácter individualista.

Por lo que pudo seguir deduciendo Erick, aquellas gentes recibieron lo que denominaron “El Castigo Divino”, que por como lo describía el muro debían ser atentados de dioses malignos y príncipes demonios. Con que propósito lo habían hecho era un misterio.

Lo que más llamo la atención del caballero fue la representación de hombres que parecían hechos de metal plateado y que portaban en el pecho el escudo de su diosa Erathis. Al parecer los primeros colonos llegaron a la ciudad para conquistar o trasmitir sus buenas intenciones, pero que sin querer causaron más bajas al pueblo al trasmitirles enfermedades contra las que no tenían cura. A estos caballeros se les apodaba “Los Diablos del Gran Azul” y se les describía como humanoides con caparazón de brillante material plateado.

Habían pasado ya horas tras tantos hallazgos, descifrar y llegar a conclusiones, todo ello tras la imprescindible traducción de Heskan para poder continuar.

Heskan echa un buen trago de su pellejo de agua suspirando por la cerveza que aún tardará en venir. - Voto a... - detiene la frase a mitad con temor supersticioso de nombrar otro dios en un templo dedicado a Io - ... esto de hablar tanto da casi tanta sed como matar. - En su tono de voz se nota el aburrimiento y la irritación que comienzan a crecer, y que ni siquiera la presencia de Damaia logran ya mitigar.

—Bien dicho, Gaaki —dijo Heskan—, si quedan trampas, puede que quede tesoro, quizás saquemos algo de este naufragio.

Ofuscada, Gaaki se apresuró a corregir al bárbaro.

—Eso no fue lo que quise… —pero se interrumpió, comprendiendo que cualquier aclaración sería inútil. Sus compañeros estaban decididos a descubrir el misterio de aquellos antiguos restos y nada los disuadiría de ello.

Resignada, se sentó sobre una piedra y se puso a masticar una hierba con gesto de mortal aburrimiento, mientras Heskan y Damaia se ponían a traducir las inscripciones de las ruinas.

Después de una hora, se decidió a hablar, incapaz de seguir soportando toda aquella cháchara sobre dioses, dragones y hombres de metal.

—Todo esto es muy educativo ¿Pero hay alguna mención sobre algún tesoro? Si lo había, seguro que esos “hombres de metal” se lo llevaron hace mucho tiempo.

El tiempo habia pasado casi sin darse cuenta mientras estudiaban los muros y se dio cuenta que sus primeras conclusiones no estaban tan mal encaminadas. Como dedujo en un principio tras la separación de Io en dos la ciudad se vino a menos.

-Osea que otros dioses y seres poderosos se aprobecharon de la situación cuando la ciudad perdio a su dios protector.

Damaia observo a Gaaki y a Heskan que estaban claramente aburridos y cansados de tanto parloteo.

-Muy bien, no se si los "hombres de armaduras" se lo llevarian todo o no, pero si queda algo de valor entre estas paredes sera para nosotros. Alain no ha detectado magia hostil en la cercania pero aun pueden haber trampas mecanicas asi que ir con ojo... Investiguemos las habitaciones.

La capitana predico con el ejemplo acercandose a la primera puerta para examinar su interior.

Damaia empieza esta vez a investigar las habitaciones del lugar. La tiflin entra en la primera sala sin fijarse demasiado, enredándosele el pelo al entrar apresuradamente con la red de una araña.

La tiflin entra en la habitación aunque a primera vista no consigue ver nada que llame su atención el polvo acumulado durante siglos le da un acceso de tos y no puede continuar observando. Pero mientras se recupera hace un gesto a sus hombres con la mano para que se animen a pasar y ver.

Heskan no necesita más invitación, mucho mejor lo que haya más adelante que seguir traduciendo para el resto.
Avanza hacia donde Damaia le indica.