Partida Rol por web

Andrew había esperado que Sonul se levantara, ya que estaba vigilando a aquella mujer. Tras recibir el mensaje, por toda respuesta, tomó un sorbo de su bebida. No sabía si Sonul lo habría visto o entendido, pero tampoco importaba.

- En cinco si no regresa - dijo en voz baja a Zephirus sin acercarse al Legión ni hacer un gesto de más, antes de que su compañero pudiera hacer algún amago de levantarse si veía a la Nephilim irse.

Siguió con su bebida echando un ojo a Jenna, por si acaso necesitaba apoyo.

Jenna continuó absorta en su conversación con aquellos hombres, ignorando que tanto Andrew como Zephyrus habían entrado en el local e incluso tomado asiento en las cercanías.

A la joven corp le resbaló la broma machista y con una cordial sonrisa centró su atención en el hombre que sí había reconocido a Natasha.

-¡Sí! ¡Hace poquito que llegó a la estación! -exclamó alegremente Jenna, como si en verdad estuviese impaciente y deseosa de reencontrarse con su amiga- ¡Muchísimas gracias! ¡Prometo invitaros a una ronda! -exclamó en tono feliz- Entonces... ¿hacia dónde se encuentran las oficinas?

Tan absorta estaba, que Jenna no se percató de la mujer que se levantó y se alejó.

Parecía que la aproximación de Jenna, junto con el uso de sus sensuales habilidades para obtener información, habían sugido efecto. Aquel kaltorano comenzaba a "cantar" lo que sabía de Natascha, cosa que provocó en la corp el estar totalmente alerta para no dejar nada al aire.

-Llegó hace unos días...una semana como mucho. Y parecía ser de aquellas importantes, porqué venía acompañada con un par de guardaespaldas de los grandes. No se dejado ver demasiado, la verdad. Y por el poco movimiento en el edificio, creo que está aquí de paso. Pero no sabemos nada más...

Andrew y Zephyrus también escucharon aquella descripción de la corp que les había enviado el mensaje. Parecía ser poca cosa lo que les había explicado el kaltorano, pero algo en su interior les dijo que aquella mujer manejaba algo importante. Y su encargo, podría también serlo.

El kaltorano parlanchín le indicó la localización donde parecía estar instalada la desconocida, algo que con la geolocalización del mensaje ja sabían, y parecía que el trabajo estaba hecho. 

Jenna dudó en hacer alguna pregunta más, por si algo se le escapaba a aquel kaltorano, pero notó como una mano se aferraba al antebrazo y tiraba de ella para obligarla a sentarse junto a aquellos hombres.

Era el otro kaltorano, animosamente accelerado por el draz, que con ojos vidriosos y vitoreado por el corp del trio, intentaba obligarla a pasar un rato con ellos y conseguir quién sabe qué de los encantos de Jenna.

-Venga preciosa! No dejemos esa ronda de la que hablas para más tarde. Merk solo sabe hablar de trabajo...es un plasta! Pero te aseguro que con nosotros, te lo pasarás en grande... HA, HA, HA, HA!

Aquella zona era bastante más tranquila a la que se encontraron al salir del hangar. Aún siendo un lugar de la estación con bastante circulación de personal, era fácil seguir a aquella mujer y pasar desapercibida. Entre el ir y venir de la gente, la habilidad evidente de Sonul por aprovechar las esquinas, las sombras y todo aquello que le fuera útil para no ser detectada en su acción de persecución, la "presa" de la nephilim no era consciente de ser observada.

Tras salir del local y caminar un centenar de metros, la mujer se internó en el edificio que, minutos antes, habían estado observando Jenna y ella. Era el mismo edificio donde se encontraban las oficinas de Natascha.

Era momento de decidir si voler con el grupo o internarse en el edificio y "toparse" con aquella mujer. Si no perdía el tiempo y era rápida, podría alcanzarla antes que llegara a los pisos superiores.
 

Gracias a la muchedumbre, pasó más desapercibida de lo que esperaba, por lo cual pudo ganar terreno y acortar distancias entre ambas. Aquella desconocida era torpe o no le importaba que la siguieran. Puede que fueran ambas cosas. No había sabido ocultar su reacción ante las preguntas de la capitana, y es posible que pensara que lo había disimulado bien. También cabía la posibilidad de que le estuviese tendiendo una trampa, pero la nephilim había decidido que los pros superaban a los contras. Además no sólo para la misión, sino para ella misma: si quería integrarse con el resto de las especies y cumplir su misión para su progenitor, debía ganarse la confianza de aquellos especímenes.

No disminuyó el ritmo cuando vio a su presa entrar en el edificio. Más bien al contrario, gracias al control de su cuerpo aumentó la segregación de adrenalina en sangre y avanzó más rápidamente mientras todo su ser se tensaba y se ponía en estado de alerta. Con unas zancadas atravesó las puertas de la oficina y se internó, dispuesta a capturarla antes de que llegara a su destino final. Si se daba la suficiente prisa, la acorralaría en el elevador.

Tal como había planeado, Sonul animó sus pasos para acercarse disimuladamente hasta la mujer. La idea de atraparla en el ascensor, le ofrecería la posibilidad de poder tener una "charla" intensa y en un espacio reducido. Y la nephilim sabía que en los espacios cortos, trabajaba mucho mejor.

Sin perder ni un solo segundo observó como la mujer entraba en el ascensor y, coordinando sus movimientos de forma casi felina, llegó hasta los escaso 2 metros cuadrados del habitáculo elevador. Por unos segundos, Sonul se alegró de su proeza. Solo faltaba unas buenas preguntas y...

Las puertas comenzaron a cerrarse pero antes de llegar a bloquear en ascensor, unas grandes manos escamosas detuvieron el cierre. Al abrirse de nuevo las puertas, dos corpulentos legionarios entraron en el elevador. No vestían de forma militar, por lo que Sonul dedujo que trabajaban como guardaespaldas o algo parecido.

Aquella situación descolocó a la nephilim, ya que su idea de "encuentro" con aquella curiosa mujer, había cambiado por completo. Pero lo que sorprendió por completo a Sonul fue lo que sucedió a continuación.

La mujer, sin comentar nada al respecto, apretó el botón de paro del ascensor. Acto seguido, y como si de una robótica coordinación se tratara, los dos legionarios se giraron hacia Sonul mientras la mujer le dedicaba unas palabras.

-Y ahora, me vas a explicar por qué me estás siguiendo?

Andrew se tensó un poco. Era posible que Jenna pudiera controlar la situación, pero iba a tener que estar alerta por si se le iba de las manos. Controló la posición de Sonul y el tiempo que hacía que se había ido tras su objetivo.

Parecía que Jenna ya le había sacado a esos tres todo lo que sabían, así que en cuanto se cumpliera el tiempo o la cosa se complicaba para su compañera se levantaría (dejando unas monedas si es que no se habían pagado ya las bebidas) con Zephirus e iría al encuentro de Jenna.

- ¡Jen!. ¡Jen! - no les daría ocasión a esos tres a que reaccionaran -. ¡Cuánto tiempo!. La de cosas que tengo que contarte - le diría con jovialidad, agarrándola del brazo y saliendo del establecimiento.

Jenna asintió con vehemencia a la explicación del hombre, sin perder la sonrisa, como si él simplemente constatara lo que ella ya sabía o sospechaba.

-Sí, ésa es ella sin duda. -respondió a su vez alegremente- Tuvo la suerte de encontrar un buen puesto... -agregó en un tono más confidencial.

Antes de que pudiese hacer o decir alguna cosa más, el kaltorano más cercano tiró de ella repentinamente, tratando de que se sentara con ellos. Tras la sorpresa inicial, Jenna esbozó una nueva sonrisa juguetona.

-¡Me encantaría! Pero se me ha hecho tarde y ahora aún debo encargarme de unos negocios antes de ir a ver a mi amiga... ¿Qué os parece si os invito a una ronda por ahora? Luego tendremos más tiempo para conocernos. -agregó guiñándole un ojo al hombre que le sujetaba la muñeca con firmeza.

Hubo un momento de alta tensión al cruzarse las miradas de Andrew con las de aquel kaltorano hiperactivo por la droga. El hecho de aparecer en escena e intentar llamar la atención de Jenna, fue asimilada de forma negativa por el miembro del trio. Era como si de repente, alguien robara el pastel de la boca, sabiendo que realmente tendría muy buen gusto.

-Eh, tú, porqué no te largas a otra parte. Esta preciosidad está con nosotros y...

Las palabras chulescas de aquel hombre comenzaron a bajar de volumen al observar como, tras Andrew, aparecía una enorme sombra corpulenta. Zephyrus imponía allá donde fuera y, en aquella ocasión, fue una intimidante razón para dejar que la corp, aún y sus palabras amigables, pudiera liberarse de la tenaza machista de aquel kaltorano.

Sin perder mucho más tiempo Jenna, Andrew y Zephyrus salieron al exterior del local. El mecánico del grupo pudo consultar, sin ningún tipo de problema, donde se encontraba Sonul. Las coordenadas de su geolocalizador la situaba en el edificio donde debían encontrarse con Natascha. Por algún motivo, que aún desconocían, la mujer a la que perseguía su compañera, se había dirigido hacia allí. O puede que se encontrara en aquella localización por algún otro motivo?

El legionario propuso sus próximos pasos.

-Puede que sea mejor encontrarnos con Sonul de nuevo. Si tiene problemas, puede que necesite ayuda.

- Tienes razón, grandullón - Andrew se encaminó a la situación en la que se encontraba Sonul -. Está en el lugar de encuentro. Jenna, salió siguiendo a una mujer, ¿tienes idea de por qué la vigilaba?.

Andrew tenía la intención de encontrarse con su compañera, pero no a lo loco. Antes de entrar en el edificio de oficinas, echaría un vistazo por si veía algo sospechoso o vigilando cerca de la entrada. Luego entraría.

Mientras, envió un mensaje a Sonul para indicarle que iban a su encuentro. No llamaría, para evitar que sonara su comunicador y la delatara.

La situación se había vuelto mucho más amenazadora en apenas unos minutos de lo que había sospechado, pero debería haberlo visto venir. Se había confiado demasiado y ahora iba a sufrir las consecuencias. Aún así, no mostró preocupación en su rostro. Buscó una posible salida a la situación, y creía haberla encontrado. Gracias al control que ejercía sobre su cuerpo, y ayudado por la tensión de la situación y el ejercicio anterior, comenzó a sudar. Aquello le daría parte de lo que necesitaba. Miró lentamente a sus tres acompañantes, dejando que pasaran unos segundos.

Luego usó su capacidad psiónica para provocar un ataque mental sobre uno de aquellos enormes guardaespaldas. La manifestación de dolor debería ser suficiente para manipularla y tomar el control de la situación.

-Las armas biológicas se emplearon durante la guerra, pero han sido olvidadas en vuestra historia. Buena parte de kaltoranos y legionarios murieron después de las batallas por heridas infectadas o contagio en los encuentros con mi especie. El índice de mortandad fue bastante elevado, ¿sabes? He seguido cultivando cepas de virus experimentales, con la esperanza de superar a mis antecesores. Y siempre los llevo, literalmente, conmigo misma. -usó entonces su capacidad psiónica sobre uno de aquellos gorilas que la acompañaban. La expresión de dolor sería lo suficientemente útil para ella.

-Parece que actúan tan rápido como mostraban los ensayos sobre el tejido. -dijo mirando al legionario afectado. -Puedo daros el antídoto, pero antes necesito algunas respuestas. -volvió la mirada a la corp. -¿Quién eres tú? ¿Y por qué huiste cuando preguntamos por esa corp? -volvió a ejercer la misma influencia psiónica, esta vez sobre el otro guardaespaldas, para presionar a la mujer.

Mientras observaban el edificio donde realizarían el encuentro con Natascha al día siguiente, y al que desconocían el porqué Sonul se había metido, Andrew enviaba un mensaje a su compañera sin obtener respuesta alguna. Y aquello no sabían si tomarlo como una buena o mala situación. 

Esperando la respuesta de Jenna, Andrew y Zephyrus vigilaban las entradas y salidas del bloque de oficinas. Nada que saliera de lo común. 

Y Sonul sin responder...

Andrew se impacientó.

- Si no contesta es por que no puede - aventuró -. O porque está en un apuro. Deberíamos entrar.

Tras soltar el seguro del arma, pero sin sacarla, Andrew se encaminó al edificio con paso rápido pero atento a que no hubiera nadie por los alrededores que les vigilara o pudiera suponer un peligro para ellos.

Tenían que encontrar a Sonul y darle apoyo si lo precisaba.

Jenna dedicó una bella sonrisa a Andrew y se apresuró a acompañarle.

Ya en el exterior Andrew le dijo que Sonul se había ido tras una mujer. Jenna negó con la cabeza.

-Lo ignoraba, yo estaba concentrada en obtener información. -observó cómo el kaltoran enviaba un mensaje a la nephilim... sin éxito.

Tras ello, el hombre se dispuso a entrar rápidamente al edificio. Jenna le tomó por el hombro delicadamente.

-Tranquilo. -le dijo con mirada seria- Estoy de acuerdo en que debemos entrar, pero hazlo sosegadamente o puede que la metamos en un lío de verdad.

La joven comenzó a caminar hacia el edificio mientras consultaba apresuradamente sobre el nombre de la corporación dueña del local.

La mujer mostró una ligera sonrisa. Se había transformado en otra mujer diferente a la que había había observado Sonul en el local. En el restaurante mostraba una apariencia tímida, silenciosa y desapercibida, cuando ahora se mostraba segura, dura y decidida en sus acciones.

-Buen intento -dijo al mismo tiempo que posaba una mano sobre la espalda de uno de los legionarios que la acompañaban. 

Acto seguido, aquel legionario agarró con fuerza una de los brazos de Sonul y apretó como si de unas tenazas se tratara. A este movimiento, el segundo legionario se abrió la chaqueta para sacar una pistola que bien podría reventarle la cabeza de un solo disparo.

-Lo preguntaré una última vez: por qué me sigues?

Andrew respiró profundamente un par de veces para apaciguar sus nervios. Quería saber qué le había sucedido a Sonul y si estaba en peligro. Ya habían perdido contacto con Nadya y no deseaba perder a un nuevo miembro de la tripulación de la Suzaku.

Siguiendo las indicaciones de Jenna, entraron al hall del edificio tras consultar quién gestionaba todo el complejo. Por lo que pudieron averiguar, era un grupo de empresas que tenían sus oficinas allí o, como el caso de la tal Natascha, las habían alquilado por una temporada. Nada relevante de su rápida consulta.

Miraron a un lado y a otro, esperando encontrar alguna pista de donde podía estar su compañera. Solo una cosa les llamó la atención: uno de los ascensores se encontraba detenido entre el segundo y tercer piso.

En cuanto Jenna entró y notó que el ascensor estaba detenido entre suelos, se giró hacia sus compañeros.

-Parece que están manteniendo una conversación privada. -dijo en voz baja- Por eso no recibió tu mensaje.

Jenna meditó un momento sobre qué podían hacer.

-Iremos a la tercera planta y pulsaremos el botón de llamada. El ascensor se encontraba subiendo, y tan pronto como retome su marcha se detendrá allí antes de continuar el trayecto. -les miró preocupada- Si en cualquier momento escuchamos sonido de lucha, abriremos las puertas y la detendremos por la fuerza si es necesario.

Andrew asintió al plan de Jenna.

- Podría funcionar - miró alrededor pensando algo -. Suelen tener cámaras de seguridad dentro, ¿no?. Quizás pueda conectar mi terminal y acceder a la cámara del interior. Así sabríamos qué está pasando.

Dicho esto se puso manos a la obra.