Partida Rol por web

Los dos enemigos restantes vuevlen a abrir fuego contra sus víctimas, vaciando el cargador de sus armas.

Una bala perdida vuelve a golpear a Raivoros, pero esta vez su chaleco absorve todo el daño. Ha tenido suerte por una vez.

-Estoy hasta los cojones de vosotros, morid cabrones.

Raivaros hace una ráfaga contra uno de los matones, pero sus disparos se pierden en la lejanía.

Lyra no se rinde, es una guerrera nata:

-¡Vais a morir sucias ratas!

Así que sale corriendo con todas sus fuerzas a la vez que dispara y se cubre tras el siguiente saliente de las rocas, que es casualmente donde se encuentran los enemigos.

Dispara a uno de ellos a bocajarro, y le alcanza en el brazo derecho, con el que empuña el arma. Por suerte para el pistolero, solo le alcanza de refilón y no pierde el brazo.

Los dos amtones intentan abrir fuego contra la temeraria guerrera que se acerca a ellos, pero para su desgracia sus armas están sin munición.

El hombre herido duelta su arma y se lanza a golpear con los puños a Lyra, mientras el otro intenta desesperadamente recargar.

Sin embargo, el aslatante no tiene distancia suficiente para cargar y antes de atacar tiene que saltar la cobertura tras la que se encuentra, lo que unido a su brazo herido hace que su golpe sea increíblemente lento y Lyra no tenga que ni molestarse en esquivarlo.

Raivaros dedice cubrir a Lyra.

El ataque de Raivaros impacta contra una roca del fracmento de muro tras el que se encuentra su objetivo y lo carboniza.

Lyra observó cómo el hombre intentaba golpearla y reaccionó en un abrir y cerrar de ojos:

¡Esta es la mía!

Sacó su cuchillo se avanlanzó sobre su oponente e intentó cortarle el cuello. Sin embargo el cuchillo se le escapó de las manos antes de golpear a su objetivo.

El hombre que recargaba su arma sigue a lo suyo, mientras el que se ha decantado por el cuerpo a cuerpo embiste a Lyra con todas sus fuerzas.

Sin embargo Lyra se aparta y este último tropieza al abalanzarse sobre la mujer, cayendo de morros al suelo y quedando aturdido.

Raivaros volvió a intentar una ráfaga contra el mismo objetivo.

Dos impactos en el brazo izquierdo del objetivo bastaron para ponerlo mirando al suelo. Sus disparos, guiados por una magna fuerza, habían derretido el brazo de su objetivo hasta despegarlo del cuerpo y éste había estalaldo en llamas.

Lyra no desperdició su oportunidad, sacó su hacha y con todas sus ganas arremetió contra el hombre tendido a sus pies.

-Ya no volverás a moverte sucio rastrero

Y con un brillo en los ojos descargó el golpe sobre él.

Con un rápido movimiento, el hacha de Lyra desciende sobre la pierna de su enemigo. Sin embargo, este trata de esquivarlo, pero en vano, ya que tropieza y coloca su cabeza en mitad de la trayectoria. Se oye un sonoro crujido y el arma se incrusta hasta la mitad de la cara del pobre desgraciado.

Raivaros se guarda su rifle, se acerca al hombre que tenia la Uzi, le apuñala en el cuello con su cuchillo, para asegurarse de que está muerto, y le roba su Uzi y la munición para Uzi que tenga (tiene que tener, estaba recargandola XD)

se hacerca a Lyra y le dice:

-Vayamonos ya mujer, esto atraerá mucho la atención de mas indeseables, dejemosles que nos cubran las espalda sin que lo sepan mientras roban los cuerpos de estos hombres que osaron levantar sus armas ante nosotros.

Mientras habla, se acerca al jefe, lo remata igual que al anterior, coje su escopeta y toda la munición para ella que encuentre, y se la pasa a Lyra.

Ambos supervivientes saquearon a los caidos, y tomaron lo que les parecía útil.

Tras unos minutos de búsqueda, Raivaros no encontró nada que le llamara la atención: las ropas eran de mala calidad y estaban rotas y ensangrentadas, y sus armas oxidads o golpeadas en exceso. No recoge balas, pues para él no son de ninguna utilidad, y tampoco encuentra dinero. En pocas palabras, ha perdido el tiempo buscando.

Lyra tiene mejor suerte: el hombre de la escopeta usaba un modelo similar a la suya, y encuentra 18 cartuchos que puede usar. También encuentra un paquete con un mechero de gas y 6 varillas de lho (tabaco hecho con hierbas aromáticas suabes que produce cierto efecto relajante). También encuentra 6 tronos de oro.

Lyra aprovecha la pausa para recoger su cuchillo e intentar arreglar su pistola láser, con un éxito aplastante: parece que el mecanismo no estaba estropeado, solo la batería mal conectada. La pistola vuelve a funcionar, y parece que su batería está intacta (para comprobarlo hace unos disparos de prueba).

Lyra recoge su cuchillo y se guarda los cartuchos y lo que encontró de los cuerpos, después se dirigió hacia su compañero:

-Tienes razón Raivaros, vayámonos rápido antes de que venga alguien más. -dijo en disposición de marcharse.

-¿Cómo están tus heridas, por cierto? Estos canallas te han alcanzado bien. ¿Necesitas algo?

-Estoy bien, es menos de lo que parece. Sigamos pues, nuestro viaje nos espera.

Dice Raivaros, mientras vuelve al camino para segir con su misión.

Finalmente se pusieron en camino. La pareja de aventueros se adentró en el túnel de mantenimiento, y tras caminar unos metros, encontraron una escalera que conducía a los niveles inferiores.

Descendieron durante horas, y tuvieron que parar a descansar en dos ocasiones. Pero finalmente, Infernis apareció ante ellos.

Una inmensidad de ruinas desérticas apareció ante ellos. Las corrientes de magma fluían como ríos de sangre entre la ciudad muerta, y restos humanos se apilaban entre los escombros. El calor y el hedor a azufre y putrefacción era insoportable. Pero allí estaba su objetivo, en algún lugar escondido entre las ruinas. Y el tiempo se le acababa a Raivaros.

Caminaron durante un tiempo en busca de alguien, sin éxito, y al final decidieron refujiarse en lo que parecía un antiguo templo al que apenas le quedaban tres paredes.

Cuando llegaron a lo que había sido el altar, una voz, procedente de sus espaldas, les asustó.

-¡QUIENES SOIS! SI NO OS IDENTIFICAIS O HACEIS UN MOVIMIENTO QUE NO ME GUSTE, ¡MORIRÉIS!

Se giraron asustados, pero allí no parecía haber nadie salvo ellos.

Lyra se puso inmeditamente en guardia e incoscientemente se llevó la mano al rifle.

-¡Tendrás que presentarte primero para poder preguntar nuestros nombres!

¡¿Dónde se esconde ese ingrato?!

 Era consciente de que estaban en gran desventaja y por ello trataba de desviar la atención de aquel hombre, quien quiera que fuese, para poder así ganar tiempo y hallar su ubicación.

Raivaros, intentó razonar con el hombre:

-Mire, solo somos un tecnosacerdote y una amiga. No venimos a causarle problemas.

Raivaros levantó las manos en son de paz y esperó la respuesta del hombre.

Parece que al grupo no se le da muy bien el intento del diálogo, y como respuesta, un objeto sale volando hacia ellos. Cae a un par de metros delante de la pareja de aventureros, y después bota en su dirección. Ambos saben lo suficiente de supervivencia como para saber que hay que correr antes de que la granada explote.

La primera idea que cruza sus mentes es correr, pero después piensan: ¿A dónde? Como un milagro, el altar aparece en sus mentes, y ambos se dan la vuelta y corren para cubrirse tras la mesa que tienen detrás. Raivaros es el primero en llegar, y se apresura a volcar la mesa para esvitar la metralla de la explosión. En el último instante Lyra se refujia junto a él, saltando la improvisada barricada.

La granada explota en mitad de la sala, sin causar daños a nadie. Una voz sigue a la explosión:

-¡INTRUSOS! ¡MATADLOS!

Tres hombres aparecen corriendo por el pasillo principal del templo, por donde vosotros vinísteis. Llevan pistolas y escopetas, aunque no parecen llevar más que un chaleco de cuero como protección.

Lyra echa mano de su rifle láser y dispara a uno de los enemigos.

-¿Son sólo tres? ¡Qué decepción!

La guerrera dispara sin apuntar y su ataque impacta en el muslo izquierdo del atacante más cercano, hacíendolo estallar en llamas.

Raivaros saca su carabina y dispara a otro diferente al de Lyra con cara de odio, bueno, toda la cara de odio que puede expresar con la mascara que tiene en la cara.

-¡Ya estoy harto de que intenten matarme hoy! ¡Es la tercera vez!

Sin embargo, duda en quién de los otros dos será su objetivo, y el disparo se pierde entre ambos.