Partida Rol por web

Los dos enemigos restantes abrieron fuego mientras seguían avanzando, y antes de que los candidatos a adepto se dieran cuanta, otros dos nuevos venían por el pasillo frontal y varios más aparecieron a los lados, entre los restos de techo y antiguos bancos. Estaban rodeados.

La lluvia de fuego que se sucedió a esta visión obligó a ambos a esconderse tras la mesa de piedra hasta que tuvieran que parar a recargar, pero parecía que ese momento no iba a llegar nunca.

Uno de los disparos, posíblemente de una escopeta, atravesó la mesa de piedra y rozó a Raivaros. Por suerte el impacto se dispersó al atravesar la mesa y no le causó daños mayores.

De repente, entre los ruidos de disparos, se escucha un sonido diferente: las ruedas de un coche. Después un derrape, y por último un atronador sonido perteneciente a un lanzacoetes.

Raivaros y Lyra aún están demasiado ocupados agachando la cabeza para preocuparse en mirar quién ha sido, y el sonido de una ametralladora les hace darse cuenta de que la cosa se pone peor.

Entre el caos, Lyra descubre algo que hasta entonces no habían visto: bajo la mesa del altar que Raivaros volcó para usar de cobertura, el suelo no es de piedra, si no que es de madera. ¡Y suena hueca!

Raivaros le dice a Lyra:

-si se te ocurre algo avisa, yo puedo distraerlos un momento con el ruido de mi respirador, a si que tu dirás que hacemos, no se me ocurre nada.

En medio de toda aquella destrucción Lyra se detiene un momento y observa pensativa el suelo de madera.

-Raivaros, mira esto - dice con una tranquilidad excesiva dada la situación. -Es problable que esto conduzca a un pasadizo, puede ser una tampa y que halla más hombres esperándonos abajo, pero ahora es la única salida que tenemos.

-¿Puedes darme unos minutos? Voy a intentar abrirlo, distráelos como puedas

Lyra busca rápidamente alguna forma de abrir lo que ella piensa que es una trampilla, pero no encuentra nada. Desesperada, ya que no se le ocurre otra cosa que pueda salvarles en esa situación, saca su hacha y golpea la madera podrida.

Los brutales hachazos parten las tablas del suelo, lo que hace que las dos personas sobre ellos se precipiten al vacío.

Caen unos metros y se sumen en la más profunda oscuridad. Parece que están en un piso subterráneo de las ruinas, o tal vez un sistema de alcantarillado. Solo son suposiciones, porque ellos no ven nada.

Raivaros se incorpora y saca su esfera incasdencente, y ayuda a incorporarse a Lyra.

-Tenemos que salir de aqui, antes de que nos encuentren, con suerte, nos darán por muertos.

Y observa con detenimiento donde ha caido.

Ahora que ambos pueden ver, se levantan del mullido suelo donde han caido, y descubren que es cieno. A juzgar por el olor, se encuentran el lo que en sus tiempos fue el sistema de alcantarillado de la ciudad.

Gracias a la esfera de Raivaros, que se coloca sobre su hombro para poder tener las manos libres (sí, tienes una especie de tornillo en tu hombro para sujetarla XD) ven que la galería solo se extiende en una dirección, ya que la que pasaba por debajo de la pared derruída del templo corrió la misma suerte que la estructura de la superficie.

La primera salida a la superficie se encuentra tan solo a un centenar de pasos, pero los túneles se abren ante ellos como una gran telaraña que se extiende bajo la ciudad. La mayoría se encuentran derruídos, pero muchos aún pueden ser recorridos.

-Yo creo qe deveriamos caminar por el sistema de tuneles un rato Lyra, ya que si salimos de aqui por una salida cercana nos encontraremos otra vez con esos indeseales.

Dice Raivaros mientras se sacude la suciedad como puede de la ropa con poca suerte ya que todo está muy sucio, le desagrada mucho estar allí, pero morirá si no continua con esa empresa que tiene entre manoa, hechando de menos su trabajo en su celda, facil, sencillo y monotono.

-Estoy de acuerdo, es demasiado pronto, hace tan sólo unos instantes que entramos así que no hemos podido alejarnos mucho de ellos.

Hay algo que no me convence de estos túneles....

-Sin embargo, esto puede ser un intrincado laberinto así que si nos adentramos en él marcaré el camino.

Dicho esto sacó su cuchillo eligió uno de los túneles al azar e hizo una señal en la pared.

Caminaron un rato por los túneles, dejando un marcado rastro por las marcas de Lyra. Por fín, tras varios túneles derrumbados o sin salida, encontraron otra salida funcional.

Tras subir por una esclaera de mano de metal oxidado, salieron de nuevo a la "superficie". A lo lejos segían escuchándose disparos, que retumbaban entre las ruinas. Ante ellos se encontraba un río de lava que les impedía seguir avanzando, y al otro lado de un improvidaso puente de metal, construído a cierta altura del río, un trapo rojo ondeaba al viento. En el trapo había dibujada una bala.

Raivaros caminó con cautela hacia el puente, y preparó su pistola.

-Mejor que continuemos, cuanto más tiempo pasemos aqui, peor será para nuestra vida.

Y así continuó su camino con Lyra hasta el puente.

Lyra siguió a Raivaros pero permaneció alerta, pues era un lugar perfecto para que les atacaran. Se paró justo antes de poner sus pies sobre el puente.

-Me parece que huele a combate -sonrió y preparó su rifle láser.

Cruzaron el puente sin contratirmpos y llegaron al otro lado del río de magma. El estandarte de la bala con fondo rojo no les parecía tranquilizador, y ambos llevaban sus armas listas para el combate (Lyra su rifle y Raivaros so pistola).

Al llegar al otro lado, otra gran extensión de ruinas se abría ante ellos. Sin embargo, en esta parte varias columnas de humo, como si de hogueras de campamento se tratase, se alzaban entre el esqueleto de la antigua ciudad.

Lyra exploró la gran extensión de ruinas con desenvoltura, pues el desierto de dónde ellla venía le había enseñado a hacerlo. Puso ojo avizor ante el posible encuentro con algún enemigo, ante la incertidumbre de un terreno desconocido.

Parece que estemos en medio de ningún lugar...

En silencio se acercó sigilosamente a las extrañas columnas de humo.

Raivaros sige agachado a Lyra con su pistola preparada, no sabia que hacer, pero sabia que habia que estar preparado, no habló, pues no queria llamar la atención de esas columnas de humno, en un principio pensó que serian de hogeras de campamento... pero ahora que pensaba en ello, habia que estar loco para hacer una hogera en el infierno, tenia que ser otra cosa...

Lyra guió a Raivaros por el desierto en ruinas, pero la cantidad de huellas que veía la hacían sentirse confusa. Durante un par de horas caminaron en círculos sin darse cuenta, y finalmente llegaron a una antigua fábrica abandonada.

Oyeron unos pasos, y ambos se ocultaron tan rápido como pudieron. El inmenso ruido de la maquinaria los hacía inaudibles a cualquiera que no estuviera a su lado. Era el ruido de un antiguo espíritu máquina agonizando. Un ruido lastimero y ensordecedor.

Los ojos de Raivaros se salieron de sus órbitas por un momento: en lo alto de los restos de una escalera central, se encontraba un rudimentario altar; y sobre este, un extraño objeto que Lyra nunca había visto antes. Raivaros por el contrario sí; en dos ocasiones. La primera en unos planos mal hechos, y la segunda en la foto borrosa de un servocráneo.

-Lyra, ese es mi objetivo, tienes que ayudarme a consegirlo por favor.

Le pide Raivaros a Lyra, necesitaba esa cosa o moriria...

-Lo malo es que no soy muy bueno en misiones de campo y no se me ocurre como cogerlo, sobretodo si biene alguien.

Raivaros habló todo lo vajo que pudo para que solo le oyese Lyra.

-Tranquilo, Raivaros, te ayudaré en todo lo que pueda, no va a ser fácil pero nos divertiremos un rato -sonrió Lyra trazando un plan.

Raivaros comienza a moverse, y pasa a esconderse a la sigiente columna y luego a la que va despúes de esa que está ya muy cerca de las escaleras, antes de cada movimiento, oberva bien todo el sitio, y si ve a alguien se espera en ese escondite. Cuando se mueve de columna en columna lo hace inclinado y a paso ligero sin miedo de hacer ruido.

-Cubreme.

Le dice a Lyra antes de comenzar a moverse.