Partida Rol por web

Bhain estaba preocupado en su foro interno, pero como buen guerrero y mejor enano había escondido todo ese miedo y preocupación por una capa compuesta a partes iguales por determinación, cabezonería y obstinación.

Tenemos que avanzar, no queda otro remedio, tal como dice Romulo, yo estoy con el . Si las sombras se pueden esconder en las paredes pues avanzaremos por el centro, además entre tanta oscuridad es dificil de ver a esas cosas, debemos hacernos con mas luz o seremos un blanco fácil para ellas

El grupo se aproximó a la reja. Los muertos, al descender, no habían provocado ningún ruido... Lo cual indicaba que probablemente hubiese un mecanismo que activase la retirada del enrejado ahora firmemente sujeto. Aparte de eso el mediano constató que no había escaleras para bajar, sino un par de saledizos que permitirían alcanzar el fondo en un par de saltos. Un fondo situado a unos dos metros escasos y que, viendo el pasillo, obligaría a los más altos a ir un tanto agachados.

La mano de la maga permaneció abierta con el colgante depositado en ella. La cadena colgaba entre sus dedos y su mirada permanecía fija en la piedra, abstraída de todo a su alrededor, sin pestañear hasta escocerle los ojos. Su cuerpo se tambaleó por unos instantes y tuvo que agachar su cuerpo y ponerse de cuclillas para no caer. Su rostro era el de una muerta: si no fuera por la pequeña lágrima que dejó escapar, pareciera que sus ojos también se habían secado. Las voces de los demás sonaban a hueco en su cabeza ("...o seremos un blanco fácil para ellas") las últimas palabras del enano le hicieron reaccionar, las pupílas de sus ojos volvieron a dilatarse y recobró la compostura irguiéndose sobre sus propios talones. Se colocó el colgante y su murciélago lo olisqueó. Por un momento, el mamífero parecía refrotarse cariñosamente con él. Puso la mano en la joya cubriéndola por completo, como protegiéndola inconsciéntemente, como aquella que acaricia la última reliquia de un ser querido. Nuevamente el dedo índice de esa misma mano volvió a rascar las orejas de su pequeño amigo en su escote. Y así permaneció Mama mirando ausente al grupo en espera de sus decisiones y cuando la paciencia le colmó un grito nervioso salió de su boca increpando -"¡QUERÉISSS ABRIR ESSSA REJA DE UNA PUTA VEZ MALDITOSSSS PALURDOS!" -la maga mostraba sus negros dientes apretados llenos de verdadera rabia y la barbilla altiva asomaba entre sombras por su capucha.

la cara de Mama era todo un poéma, el enano temió que se fuera a derrumbar, penso en decirle algo, peor su mente se quedo en blanco, no se le ocurria nada, asi que se la quedo mirando conmo un tonto ai mientras ella estaba agachada, y cuando vio resbalar algunas lagrimas por su mejilla, hizo como si no las hubiera visto, asi no se avergonzaria ella... Sumido como estaba en estos pensamientos no vio el cambio que s eprodujo en Mama

Cita :
-"¡QUERÉISSS ABRIR ESSSA REJA DE UNA PUTA VEZ MALDITOSSSS PALURDOS!"

Cuando escucho toda esa desolacion salir en forma de furia, Bhain se alegro y una sonrisa se dibujo en su rostro. - Ya habéis oído a la dama, busquemos la manera de abrir esta reja.

Bhain predicando con el ejemplo empezó a buscar por los alrededores el mecanismo que abría esa reja

El druida escuchó a la maga y un escalofrío le recorrió el cuerpo. Que le habría pasado para reaccionar así... finalmente se encogió de hombros, no se le ocurría como ayudarla, así que se dedicó a buscar la forma de localizar lo que fuera que abría la reja - Remo, amigo... - murmuró - ... a ver si me dices por donde pasaron esos esqueletos. Necesitamos saber donde tocaron - le explicó como si se tratara de un ser humano - Vamos confío en tí -

Bhain se agachó junto a unas piedras de la esquina. Remo, inquisitivo, se aproximó por su lado derecho. El perro arrimó su hocico hacia una de las piedras que formaban la pared, pero el enano ya se había percatado de su presencia. Era un buen trabajo en piedra, un pulsador casi imperceptible si no fuera para un enano que además sabía que tenía que existir algo similar.

"Venga, preparémonos para el combate y que el que esté más cerca abra la reja", susurró Arthedain, empuñando su espada. "No tiene sentido perder más tiempo."

Silvania, como siempre, tomaba una posición de espaldas a sus compañeros, bien atenta a su entorno con el arco ligeramente tensado. Aquel lugar le hacía exagerar sus precauciones.

-Ya estamos otra vez – pensó el asesino algo cansado. Hacia escasos minutos que había estado al borde de la muerte y ahora no podía dejar de pensar en descargar eléctricas mientras miraba el pulsador de piedra.

Sus compañeros parecían que esperaban que el botón se activara solo o algo por el estilo ya que ninguno hacia ademán de ni si quiera acercarse. Gaius recordó que esto debía entrar dentro de sus competencias y sin mediar palabra se aproximo a la posible trampa. Rebusco y miró por si encontraba algún mecanismo dañino, solo cuando estuviera seguro de tal hecho accionaría el activador.

Gaius examinó con calma el pedazo de piedra. Aunque exteriormente se mostraba frío ante los demás notaba un hormigueo en la base de su estómago. Desde que habían entrado en este maldito lugar las cosas le habían ido de mal en peor y no tenía ningún motivo para pensar que mejorarían. El viejo Cranshack le había dicho una vez, en una taberna, que cuando la muerte avisa una vez no está bien tentarla de nuevo en el mismo día. Él ya había estado al borde del desastre dos veces... Maldición. No había trampa. O eso parecía. Meditó unos segundos. ¿Podría haber algo oculto que no hubiera visto? No lo creía. Con cierta resignación apretó el mecanismo.

Click...

La reja se abrió casi en total silencio... Gaius no pudo evitar que se le escapara un suspiro de alivio...

Mosest, al que parecía que le iba a echar humo la cabeza por el gesto pensativo que tenía, miró durante largo rato al interruptor, luego a Mama, y por fin dijo:

- Un momento, ¿los muertos saben darle a eso?.

Mama calibró durante unos instantes la pregunta de Mosest. Sabía que hasta los muertos vivientes más necios - esqueletos, zombis - podían seguir patrones sencillos de conducta: vigila esto, pulsa el interruptor si llega un invitado. Pero ¿huir utilizando un sistema mecánico? Aquello iba más allá de sus posibilidades. Lo cual solo dejaba una opción bastante preocupante: aquellos muertos vivientes helados desconocidos estaban dotados de inteligencia...

Será mejor que iluminemos la zona un poco antes de bajar ahi abajo - El enano miró a Moset -  parece que es nuestro turno - La tensión se olía en el aire y parecía que nadie se atrevía a bajar ahi abajo, asi a pesar de que no le hacía mucha gracia y no permitiendo que sus temores se reflejasen en su rostro, Bhain echo un vistazo antes de bajar y luego una vez hubo comprobado que no habia nada se deslizo hasta abajo

- Bien hecho - murmuró el druida al ver como Gaius abría la reja, aparentemente sin inconvenientes - Será cuestión de avanzar - comentó con seguridad mientras con un par de talonazos hacía que Remo saltara hacia el primero de los salientes

Un nuevo talonazo y un nuevo salto lo llevaron hacia el nuevo pasillo mientras su cimitarra en alto iluminaba el lugar. Aún montado, miro hacia adelante y atrás intentando ver, por lo menos en el alcance de su luz mágica, la forma y longitud del pasillo.

Mosest abandonó sus divagaciones y se puso a la vera del enano en cuanto él se lo dijo. No podía abandonar la expresión orgullosa de su rostro por poder luchar codo a codo con uno de los héroes de la arena.

Rómulo descendió de primero seguido por su fiel Remo. La altura era mínima y los improvisados escalones que formaban los salientes facilitaban la tarea tanto de bajar como de subir. El mediano alzó su cimitarra. La tenue luz mágica le permitió ver el túnel que se adentraba en la oscuridad. Por el suelo se amontaban huesos, a ambos lados del mismo, pegados a la pared. Muchas osamentas tiradas y recubiertas de una fina escarcha helada...

Cita:

...o quien había huído...no era un muerto viviente...

Una vez en el nuevo tunel, el mediano volvió a montar en su perro. Siempre prefería estar en contacto con su mascota, así los efectos mágicos que conjuraba afectaban a ambos y podía moverse más rápido.

El pequeño druida miró hacia arriba y arengó a sus compañeros, especialmente al clérigo que parecía tan interesado por avanzar - Y? no bajan? -

Bhain no se lo pensó dos veces y fué el siguiente en bajar, una vez abajo dejo que su vista se adaptase al nuevo sitio y luego echo un vistazo a su alrededor. El suelo estaba lleno de osamentas y Bhain observo el extraño camino que se abría entre los huesos.

- Sera mejor que bajéis, aqui abajo hay monton de huesos,