Partida Rol por web

Frente a una fuente con crangrejos, varios tipos diferentes de peces asados y patatas cocidas, se reúnen nuestros cuatro protagonistas...

- Bueno caballeros. – Comienzo la charla. Ahora toca poner en común todo lo que sabemos y preparar el golpe de esta noche. – Konrad y yo hemos encontrado unos rollos de película que quizá puedan ser interesantes… o incluso contener pruebas incriminatorias contra esos sectarios. – Deposito encima de la mesa los rollos encontrados. – Tienen fechas o títulos en español, pero no soy capaz de leerlo. Si alguno de ustedes conoce el idioma y tiene a bien de traducírnoslo. Ah, tampoco hemos sido capaces de ver el contenido de las películas… Estaban en la tienda de fotografía que hay junto al castillo. El dueño es uno de esos tipos raros. – Acabo de explicar. Me recuesto en la silla mientras pincho una de las patatas cocidas que tan buena pinta tienen.

- Además hemos recibido un aviso de que nuestros sospechosos se reunirán esta noche en el castillo. Será nuestro momento de actuar asi que tenemos que idearlo bien. Estaremos sólos pero si conseguimos alguna prueba el patrullero George ha jurado y perjurado que se la hará llegar a su jefe y al resto de policías para que vayan a detener a todos estos tipejos. –

Un resumen muy breve y rápido… pero hasta que no nos cuenten sus descubrimientos y comencemos a planear qué hacer, es mejor que no entre en más detalles.

- ¿Cómo les fue a ustedes? -

El señor Bangs escuchó atentamente las palabras de Dilinger mientras con ayuda de unas buenas tenazas daba cuenta de los cangrejos.- No creo que pueda ser de ayuda en ese campo. Aunque muchos digan que el latín y el español se parecen, la realidad es que no son ni tan siquiera parecidos.- Apostilló.

Siguió sorbiendo el contenido de los caparazones hasta que Joe termino.- Nosotros por nuestra parte descubrimos, aunque sería más apropiado decir que el señor Welles descubrió algunas inquietantes noticias sobre nuestro querido criadero de cocodrilos.

Ups.

Konrad ojeó los recortes de prensa, sonriendo de forma sarcástica

- Vaya, no carece de ironía todo este asunto. Acabar sirviendo de comida para las mismas criaturas a las que alimentabas con carne humana. Respecto al historiador, ¿han encontrado algo más?

Asiento con la boca llena de cangrejos y patatas, me cuesta un rato tragar todo lo que llevaba rato masticando. Tras dar un largo trago a la cerveza por fin puedo articular palabra.

- No tenemos nada más sobre el historiador, lo que perdimos fue la pista de la tal Sheila Winslow, la periodista que firma el artículo del criadero. Estuvimos en un tris de que nos pusieran en contacto con ella... una pena. Con lo del español también estoy apañado, no tengo nociones del idioma. Habrá que llevarlo a traducir.

- Cada vez hay más gente metida en el ajo. Esto parece una enorme conspiración... no me gusta un pelo. - Comento. - Al tal Donald Houlton le hicieron desaparecer de forma profesional... como si se hubiera tratado de la banda de mi hermano... - comento entre murmullos meditando. La verdad es que usar cocodrilos es un buen plan que jamás se nos habría ocurrido.

- Bien. - Continúo agitando la mano para alejar tales pensamientos de mi mente. - Tenemos un grave problema entre manos. ¿Qué hacemos ahora? ¿Intentamos conseguir pruebas contra esos tipos durante su reunión de esta noche? -

Konrad soltó una larga bocanada de humo mientras dejaba los recortes sobre la mesa, antes de responder

- Por mi parte podríamos matarlos a todos y ya está, pero no creo que así consigamos sacar a Colin de la cárcel, así que habrá que reunir pruebas, si.

Parece ser lo único que podemos hacer, si queremos sacar al joven Baxter de la cárcel.- Añade el señor Bangs confirmando lo dicho por sus dos compañeros.- Aunque tampoco sería mala idea volver a la Sociedad Histórica a rebuscar en sus archivos hasta que anochezca.

- De acuerdo. Vayamos a echar un ojo a ver qué encontramos. Pero deberíamos ir pensando un plan para esta noche. No podemos sencillamente aparecer por allí como si nada... Quizá disfrazarnos con alguna de esas túnicas... no sé. - Comento mientras me levanto de la silla y ando un poco por la habitación. Me siento entumecido después de tanto rato sentado.

- ¿Con túnicas? No sé si me veo enfundado en algo así.

Continuo rebañando los platos ya casi limpios y cuando acabo me siento tranquilamente con las manos cruzadas sobre mi estómago. Ya preveo que la noche va a ser movida y no me acaba de gustar la idea.

- No creo que funcione; esa gente tendrá contados sus miembros y sabrán si hay personas de más o impostores entre ellos. Creo que la mejor forma sería colarnos en el lugar de reunión antes de que ellos lleguen

La verdad es que Konrad ha propuesto una interesante idea. Colarse en el lugar antes de que ellos lleguen puede ser la única manera de sorprenderles. Asiento mientras me coloco el sombrero.

- Creo que nuestro amigo Konrad ha dado en el clavo. Quizá deberíamos aprovechar ya mismo para intentar colarnos en el castillo, explorar un poco y buscar un buen lugar donde escondernos a esperar a que lleguen esos desalmados. -

Observo atentamente a mis tres compañeros para ver si la idea de Konrad les convence y nos vamos moviendo ya.

Viendo que la idea toma cuerpo me llevo la mano a la frente sosteniéndola ante lo inevitable.

- Si tiene que ser así, me apunto, pero a ver donde encontramos una túnica de mi tamaño. ¿No llamaremos la atención entre ellos?

Konrad soltó una carcajada ante el comentario de Harper

- Harper, no me refería a disfrazarnos, sino a colarnos en el sitio antes de que lleguen. Mientras permanezcamos ocultos, no hace falta túnicas ni disfraces.

Si hay que entrar la idea del señor Summers me parece la mejor. - Confirma el viejo anticuario.- Hay que intentar hacerlo ahora que estará vacío y esperar a que llegue la noche escondidos dentro.

Acabada la cena, los cuatro se levantan y salen a la calle. Todo queda muy cerca, se aparca el coche cerca del castillo, un poco más abajo de la entrada al mismo.

Allí los cuatro se despojan de todo lo prescindible, es decir, todo menos linternas y armas*, y claro, los dos estudiosos sendos cuadernos de notas para apuntar nadie sabe qué pero por supuesto necesario.

El castillo se ha configurado a base de mortero y pequeños moluscos (coquina), data del siglo XVIII y según sabéis, se abre al público todos los días pero tan sólo una pequeña parte. Normalmente hasta las 17, con lo que casi a las 20 cuando llegáis, está cerrado.

Disimuladamente observáis que el estado de conservación no es muy allá. No se permite la entrada a los subterráneos, reza un cartel a un lado de la puerta cerrada con candado junto a la garita de compra de entradas al monumento. Para colarse hay que forzar el candado o directamente saltar la tapia a izquierda o derecha de unos 2 metros.

Por fortuna para vosotros, se acaba de hacer de noche hace apenas veinte minutos y una fina llovizna cae sobre San Agustín, haciendo que no haya viandantes prácticamente.

Konrad no se imaginaba a Harper y menos aún al señor Banks saltando la vaya, así que supuso que abrir el candado era la única opción. Pero parecía que aquel maldito trasto se resistía.

Observo la tapia y me doy cuenta de que podría saltarla fácilmente. Konrad se enfrasca con la cerradura, imagino que habrá pensado como yo, que Harper y Bangs no están en condiciones físicas de trepar una tapia.

Le dejo hacer pues ya me demostró en la tienda de fotos que esos cacharros se le dan mejor que a mí, pero esta vez parece que la suerte no nos acompaña. Creo que está haciendo algo de ruido así que vigilo las calles y ventanas cercanas para intentar interponer mi cuerpo entre Konrad y cualquier mirada indiscreta.