Partida Rol por web

La Sociedad Fénix

El Resurgir (Capítulo 1)

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21/11/2010, 22:30
Durand Rosseau

Durand bajó del carruaje y tomó la mano de su esposa, la miró un segundo, pensando en lo fácil que sería para ella descargar el tambor de un revolver en cualquier fulano enemigo de la república, pero que las leyes sociales le pedían que fuera otra persona que no era ella: alguien indefensa y que necesita ayuda hasta para bajar del carro.

Menuda sorpresa se iban a llevar.

El caballero francés ofreció su brazo a la muchacha y apoyándose con la siniestra en el bastón, se acercó a la cola para entrar en la casa.

Con una bonita sonrisa para el público, se inclinó hacia su esposa, Adrienne, y entre dientes le dijo:

-Oh...maldición, había olvidado lo pomposo de estas fiestas sociales.

Su sonrisa se ensanchó.

-...Desde aquellas fiestas con los negros en cueros en África, bailando alrededor de la hoguera, esto me sabe a poco.

Al cabo de unos minutos, llegaron frente al mayordomo. Durand se tocó el ala del sombrero con dos dedos, a forma de saludo.

-Desde luego.

Tomó las invitaciones y se inclinó para ofrecérselas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Sea pues, me pongo en ello.

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21/11/2010, 22:49
Director

Cuando parecía que iba a apretar el gatillo, algo distrajo su atención. Sonó un disparo, pero no era el suyo. La bala le hirió en el brazo, y le hizo bajar el arma. Antes de que pudiera reponerse de la sorpresa, una sombra surgió de la puerta por donde habían venido, con un revólver humeante en la mano derecha y un bastón apretado bajo la axila del otro brazo.

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21/11/2010, 22:51
Doctor Watson

El doctor venía tan elegante como siempre, con su bombín marrón y los guantes de lo mismo. Se acercó unos pasos mientras Moran se tocaba la herida. Sin dejar de apuntarle, se agachó junto a Candance, y le ofreció la mano para ayudar a levantarla.

-¡Moran, no se mueva! -dijo, en tono inquisitivo.

Miró un momento a la turca.

-¿Está usted bien, señorita? -preguntó.

Notas de juego

Un poquito más...

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21/11/2010, 22:54
Sherlock Holmes

Holmes no podía más. Estaba luchando a la defensiva contra tres matones, y por cada golpe que daba, recibía uno o más. Por encima de los sicarios, pudo ver como los otros estaban detrás de Moran, y habían soltado una de las cajas al ver a Watson con el revólver. Su revólver. Sabía que volvería para dárselo. Era una vieja costumbre, que obligaba a su compañero a meterse en los mismos líos que él.

Desde donde estaba, bloqueando un ataque con la porra, habló con desesperación.

-¡Watson, ayuda!

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21/11/2010, 22:58
Director

El doctor apuntó de nuevo con la pistola, disparando por la espalda a uno de aquellos sicarios. Luego siguió otro disparo, que hirió a otro de los atacantes en el hombro. Aprovechando el desvío de aquella amenaza, Moran miró a los tres sicarios que seguían allí, el del montacargas y los dos de la caja. No podía disparar con el brazo estropeado.

-¿A que esperáis? ¡Acabad con ellos!

Quedaba claro que le tenían más miedo a él, o las posibles represalias del profesor Moriarty, que al revólver del doctor, al que ya solo le quedaban un par de balas. Así que mientras Moran se quedaba en segundo plano, los tres hombres se abalanzaron sobre Candance y Watson, blandiendo una palanqueta, una navaja y unas nudilleras, respectivamente.

Sin embargo, Candance se dió cuenta de que, mientras se acercaban, pasarían por delante de otra de las lámparas de gas del almacén.

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21/11/2010, 23:06
Director

El disparo de Artemis rasgó el aire con un zumbido, y voló un centenar y medio de metros hasta la rodilla del hombre que escapaba, quebrándosela de un tiro. Cayó al suelo con un alarido, pero el ruido quedó apagado por algo parecido a un zumbido característico y creciente. Un cántico de guerra nandi.

-¡Compañía, formen en cuadro, primera sección, respondan a los disparos! -exclamó el capitán.

El ruido de la corneta ahogó durante un momento el sonido de las lanzas chocando contra los escudos. Luego, los casacas rojas, disciplinados, formaban en cuadro mientras un grupo de ellos se emboscaba aparte, devolviendo los disparos a los tiradores de los matorrales, y abatiendo rápidamente a dos de ellos.

Artemis se dió cuenta de que iban a quedar fuera del cuadro, y de que tendría que arrastrar a su padre unos metros hasta allí. No se fiaba mucho de la puntería de los soldados, y más cuando dispararan en salva.

Y cuando alzó la vista, vió a una marea negra que surgía de las lomas, por delante y por detrás, y que cargaba hacia adelante. Guerreros nandi sedientos de sangre británica, preparados para lanzas sus venablos, y con las lanzas de acometida empuñadas junto al escudo. Pinturas y plumas de guerra hondeaban al viento, y ya en el centro del cuadro, la bandera británica y la de la compañía del capitán Stanhope, como respondiendo al desafío.

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21/11/2010, 23:10
Candance Urquart
Sólo para el director

¡¿Como se atrevía!? En su tierra una masa iracunda habría desmembrado a aquel arrogante anciano solo por hablarle así, le había dado una patada!!! A ella, a la que algunos consideraban una diosa. Nunca nadie se había atrevido a ponerle una mano encima. La aparición de aquel elegante hombre la detuvo en el impulso de calcinar a su oponente solo con mirarlo.

Asintió aliviada a la pregunta de su salvador, un breve respiro antes de escuchar el agobiado ruego del señor Holmes ¡Los maleantes parecían no acabarse nunca! Inspiró y al exhalar, se concentró en la lámpara hasta hacer reventar la tubería y escupir una fuerte llamarada sobre los esbirros.

Estaba asombrada de la naturalidad con la que dominaba su don, el cual había trabajado desde la infancia y hasta este momento le había costado tanto dominar/controlar. Esta súbita facilidad la excitaba, hasta el punto de que le hubiera gustado hacer algo más artístico y espectacular, pero no era el lugar ni el momento. Bastante raro iba a resultar ya lo que había hecho a la escopeta.

- Tiradas (1)
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21/11/2010, 23:31
Doctor Irvin Ness
Sólo para el director

. ¡Por la flor de Escocia! - Dice sorprendido al abrir el maletín y ver el guiso que tenía dentro.

Inmediatamente ve al gigante lanzarle un tajo y hace el movimiento reflejo de interponer las manos para parar el golpe, poruqueIrvin no tiene hueco para esquivar dentro del Ornicóptero, y sin darse cuenta, al interponer las manos, lo que hace es interponer el maletín con la bomba.

- THSEEEE!!!!!! - El impacto no llega a caer ni sobre el ni sobre el maletín, el gigante frena el golpe a tiempo. El ama de llames comienza a gritar histérica al igual que sus criados, al ver que el doctor realmente esta loco, como una puta cabra- ¡¡¡¡ATRÁS, ATRÁS!!!!

El gigante se pone blanco y frena el golpe al ver que como atice al maletín revientan todos.

La dama de llaves da un grito agudísimo, que parece que vaya a reventar los cristales.

- ¡¡ ATRÁS INSENSATO, QUE REVENTAMOS TODOS!! Dice Irvin. Parece una amenaza pero la realidad es que el doctor solo lo anuncia como un hecho empírico. El gigante retrocede un instante, lo suficiente como para buscar un nuevo flanco para meter el sable. Pero quizá eso dé tiempo suficiente en arrancar de una vez y salir de ahí... Irvin vuelve a intentar arrancar, aún con la bomba en la otra mano, sin pensar que eso va a explotar dentro de muy poco...

- Tiradas (1)

Notas de juego

CRITICAZO DEL AMOR EN ESQUIVAR!

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21/11/2010, 23:31
Director

El mayordomo cogió las invitaciones y miró el nombre de los invitados. Luego les miró a ellos, alzando una ceja inquisitorial. Parecía incómodo por la situación, como si no entendiera aquel descaro tan evidente y ultrajante, máximo cuando otros invitados de mucha categoría aguardaban para entrar.

-Disculpe, monsieur. Pero no le puedo dejar entrar. Aquí dice que estas invitaciones son para el señor y la señora Marchand. Y ustedes no son el uno ni la otra.

Un criado especialmente corpulento esperaba detrás del mayordomo, dispuesto a empujarles para sacarles de la puerta, si era necesario. No habían comenzado con buen pie.

- Tiradas (1)
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22/11/2010, 00:08
Director

James Watson alzó el revólver, apuntando ahora a aquellos hombres, mientras Holmes pegaba en la cabeza al sicario restante de los tres contra los que había peleado, saltándole un diente con el impacto. Cuando el doctor amartilló la pistola, Candance solo tuvo que levantar la mano.

El poder de la Lágrima de la Zoroastro hizo que el fuego, contenido en la esencia de la materia misma, surgiera desde dentro de la lámpara, proyectando un chorro de fuego perfectamente definido, casi dirigido, que se retorció aumentando de temperatura de tal manera que la piel de aquellos hombres se fundió como si fuera de caramelo.

Cayeron al suelo, revueltos, con la ropa parcial o totalmente carbonizada, convertidos en unas masas sangrantes que gritaban de forma horrorosa. Un espectáculo sin duda descorazonador, fruto de la ira de la pirokinética, y su cruel venganza.

Liberado de su lucha, Holmes corrió hacia el montacargas, que ya estaba a medio camino de subir a la calle, y se encaramo a él, recibiendo patadas del coronel Moran, y un intento de disparo. Watson, atento, disparó a la mano del arma, antes de que él y Holmes desaparecieran encajados en los ladrillos del techo, subiendo hacia el nivel de la calle.

Poco después, el sistema de seguridad del depósito de gas del museo se activó, cortando el flujo. La alarma de incendios seguía sonando fuera, y ahora se escuchaba sobre los horrísonos lamentos de aquellos hombres.

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22/11/2010, 00:17
Doctor Watson

Watson no salía de su asombro. Solo le quedaba una bala en el tambor, y no sabía si gastarla con alguno de aquellos hombres, para evitarles sufrimiento. Lo que si hizo fue mirar a Candance, con un rostro de incredulidad y a la vez rechazo.

-Por Dios, señorita. ¿Como demonios ha hecho eso?

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22/11/2010, 00:29
Candance Urquart
Sólo para el director

 El resultado de su ira la tenía profundamente impresionada, apenas se había percatado de la huída de Moran y Holmes.

Se colgó la joya y s aproximó a los cuerpos agonizantes, uno por uno impuso las manos sobre sus cabezas

-Que Dios te acoja en el paraíso y perdone mi pecado

Acto seguido morían.

Con las manos manchadas de la piel y la sangre de sus victimas se irguió frente a Watson y con los ojos vidriosos prendió sus dedos con la llama convirtiendo en polvo los restos pegados. Los ojos del doctor estaban clavados en ella, casi se podría decir que con repugnancia.

-Este es el poder de Ormazd, yo solo soy su instrumento.

 Hubo una breve pausa

-¿No deberíamos ayudar a su amigo?

 

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22/11/2010, 00:49
Doctor Watson

Watson miró lo que hacía. Era singular, y fascinante. Una mujer que podía controlar a voluntad la combustión espontánea, ese fenómeno médico tan inexplicable. Pero ella parecía no quemarse, y eso era lo extraño. A pesar de ello, la forma en que mató a esos hombres, le pareció poco honorable. Pero era una mujer, y las mujeres nunca se habían atenido al mismo código de honor que los hombres.

-Eso ha sido...

Iba a añadir "desagradable", cuando ella formuló la última pregunta. Entonces, cayó en la cuenta.

-¡Holmes!

Acto seguido, echó a correr escaleras arriba, con la pistola en la mano.

Notas de juego

Todavía tengo que poner más.

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22/11/2010, 00:53
Director

Watson lamentó su cojera al correr, subiendo lo más rápido que pudo, y buscando la salida de servicio. Abrió la puerta de metal, y cuando se asomó a la calle, le recibieron con un disparo, que no le dió de milagro. Watson se parapetó tras el muro, mirando afuera un momento, intentando saber a donde debía apuntar para devolver el disparo.

Candance llegó a su altura, y fue a asomarse, pero otro disparo le disuadió. La bala se estrelló contra la pared de enfrente, y no le permitió ver la escena más de un momento. Holmes estaba tendido en el suelo, y un sicario se ensañaba con él, mientras Moran se montaba en un volquete cargado con las obras de arte robadas, intentando escapar.

Había unos cuatro sicarios más en la calle, uno de ellos el de la pistola, que no quitaba ojo a la puerta.

Notas de juego

Falta el post de un PNJ

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22/11/2010, 01:07
Director

Notas de juego

Oye, si vas a arrancar el motor, me tienes que tirar:

  • Modificador de DES + Pilotar aeronave + 2 (pilotaje de vehículo especializado). En total creo que el MOD es +13
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22/11/2010, 01:13
Doctor Irvin Ness
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Arrancar!

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22/11/2010, 01:20
Inspector Lestrade

El aviso de alarma de incendios en el British Museum se había hecho de esperar... Incluso más de lo habitual en Holmes según las experiencias vividas desde hace ya demasiado tiempo, cuando comenzaron su asociación, que por otra parte, pese a los altos gastos que el ayuntamiento debía abonar por los daños, resultaba muy lucrativo para él en lo que a reputación se refería.

Lestrade suspiró adormilado, decidió esperar al aviso preparado, lo cual quedaba claro al llevar su abrigo puesto, caminó hasta el perchero donde estaba su bombin, con una mueca de fastidio y una vez se hubo puesto el sombrero, hizo un gesto a sus hombres - que le esperaban fuera de su despacho ya armados - para que lo siguiesen.

El carruaje de policía les llevó hasta el museo en poco tiempo, de hecho costó más atravesar la masa de gente que salía aterrada por las calles de la ciudad, que llegar hasta allí. Lestrade bajó el primero con su revolver en su mano derecha y abrió la puertezuela para que sus hombres saliesen.

- Al callejón, - señaló con la mano que sujetaba el arma - si conozco algo a Holmes, estará procurando ser la mayor molestia posible para sus enemigos... - musitó caminando tras los policías, armados con rifles americanos winchester.

Y así era, el coronel Moran, un conocido sicario del profesor Moriarty huía de Holmes que peleaba contra dos matones, mientras otros dos disparaban contra Watson y una bella dama, que trataban de salir por la puerta de servicio.

- ¡Alto a Scotland Yard, coronel Moran! - sentenció con un grito que se hizo eco sobre los disparos de los matones - No me obligue a ordenar a mis hombres abrir fuego... - inquirió con firmeza, constatando que no dudaría en dar la orden.

Notas de juego

PNJ cameo de Adjany

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22/11/2010, 01:22
Director

Uno de los hombres de Moran, el de la pistola, se giró para apuntar a la policía. Fue lo último que hizo. El revólver de Lestrade impactó contra él, y décimas de segundo después, Clarky y el resto de bobbies le dejaron como un colador. Los otros tres hombres levantaron las manos, especialmente cuando Watson salió de detrás desde la puerta apuntándoles desde el lado, y dejando claro que no tenían ninguna escapatoria.

El que tenía un arma, la tiró al suelo. Una cosa era ser valiente, y otra muy diferente, ser un suicida. Moran sonreía, tocándose el brazo estropeado por dos disparos, perdida la pistola en el montacargas, ahora en manos de Holmes, que se levantaba con la nariz sangrante, como podía.

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22/11/2010, 01:26
Coronel Moran

El coronel iba a aplaudir, pero le dolía demasiado el brazo. La policía le vendría bien, por que le llevaría al hospital. Allí, intentaría escapar, pero eso era algo que no iba a compartir con los demás en aquel momento. Se limitó a sonreir socarronamente, poniéndose un cigarro en la boca, a sabiendas que no podía encendérselo él solo.

-Bravo, inspector -dijo, con cierta sorna- Después de tanto tiempo, es usted, y no Holmes, quien logra echarme el guante.

Echó una ojeada al montacargas. Watson ya estaba atendiendo a Holmes, preocupado por su estado. Entonces, aprovechando la coyuntura, el sicario más próximo a la puerta, ahora desarmado, echó a correr en aquella dirección, confiando en que una mujer vestida a la moda de París no iba a suponer ningún problema para escapar.

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22/11/2010, 01:35
Director

En el último empujón, el doctor dejó al gigante con el maletín en brazos, y Charles se apresuró a cerrar la escotilla, mientras el doctor encendía el motor del Ornitófero. Este zumbó, tembló, hizo ruido como de estar estropeado, o tener alguna pieza suelta. Segundos más tarde, las alas comenzaron a batir frenéticamente, y la catapulta se activó, mientras el frontal del tejado se abría como si fuera una puerta.

El Ornitófero levantó el vuelo, impulsado por la gigantesca fuerza de torsión, y el doctor manejó la palanca de control, con una risa estúpida en la boca. ¡Funcionaba! El gigantón se quedó mirando el artefacto al alejarse, fascinado, y el señor Homolka subió para verle con el maletín en los brazos. Sin decir nada, salió corriendo, y el gigante miró el artefacto, sin entender.

No hablaba muy bien el inglés, y era un tipo que solo servía para una cosa: matar e intimidar. Por eso, abrió la cartera para mirar su interior, y abrió mucho los ojos cuando vió que se trataba de dinamita. El reloj marcaba la hora menos cinco segundos... Cero.

-Scheiße -murmuró en alemán.

Mientras su domicilio explotaba, el doctor Ness se alejaba con su aeronave, sin mirar atrás. La deflagración hizo saltar por los aires al señor Homolka, y aterrizó sobre un charco que le manchó la frente. Su ropa despedía humo, y el tosió. Luego giró sobre si mismo, y vió como el aparato se alejaba por el horizonte. En el camino de la pradera, se escuchaba ruido de caballos y el silbato de la policía. Pero él seguía mirando a la fascinante aeronave en su vuelo.

-Nos volveremos a ver, doctor Ness -dijo.

Un segundo después, se metamorfoseó en un murciélago, y él también remontó el vuelo, aunque no tan alto, alejándose de allí.

Notas de juego

Una BSO de una peli que a ti te mola