Partida Rol por web

La sombra del Norte

Capítulo 3: Bree

Cargando editor
14/02/2017, 00:54
Hunkel Saeta de Hierro

El explorador enano, se mantuvo en la estancia atento a lo que sucedía, escuchando aquí y haya, no había solicitado ningún tipo de comida y bebida y lleva algo de víveres encima para cenar mas tarde, a la par de agua, aunque bien lamentaba no haber traído también su cerveza, una poca no haría daño.

Su plan era mantenerse atento a lo que sucedía allí, y no retirarse a las alcobas hasta que el ultimo de ellos lo hubiese hecho. Incluso en su momento, si nadie hacia guardia, el las haría sin duda, aunque lo mas seguro, por la actitud de algunos como el elfo, es que si se llevasen a cabo, y en dado caso, gustoso descansaría a un costado de la puerta de su cuarto, con la ballesta cargada y recostada a su derecha y su hacha en su regazo.

Cargando editor
14/02/2017, 07:58
"Aceroamargo"

"Un tahur..." pensó Aceroamargo echando un vistazo al hombre de púrpura, vigilandolo atentamente durante unos momentos*.- Bueno, pues mis monedas no se las llevará.- Concluyó el joven, que no pensaba acercarse a alguien que había desplumado ya a dos y estaba dando buena cuenta del tercero.- Tened una buena noche, y más suerte si volvéis a intentarlo con las cartas.- Se despidió antes de volver a retirarse junto a sus compañeros a terminar la cena.

- Cinco piezas de oro para el que le gane una mano a las cartas a aquel hombre.- Dijo mientras se llevaba un trozo de pan a la boca.- Pero creo que es un timo. ¿Tu que dices, Aeth? ¿Sabes algo de cartas? ¿No te llaman esas cinco piezas?- Dijo bromeando con el Dorwinrim; pero al girarse hacia él vio su rostro agrio y la mirada envenenada que le lanzó. Reparó en que conservaba junto a sí el saco de las alhajas de las criptas. Aceroamargo quedó extrañado por su actitud, apenas había reparado en Aeth desde que entraron en Bree, hasta aquel momento.- ¿Ocurre algo?

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Tiro percepción, por si le pillo alguna trampa o algún movimiento extraño al tahur.

Cargando editor
14/02/2017, 14:50
Mithdúlin

Cuando ya había comunicado a sus compañeros la orden de establecer turnos de guardia durante esa noche, Mithdúlin se dispuso a hablar con Aceroamargo. Sin embargo, cuando bajó las escaleras para reunirse con él, vio que ya estaba reunido con Dimrod, por lo que intuyó que ya no sería necesario explicarle nada. Desandó el camino escaleras arriba, agradecido de poder dormir al fin. Le hubiese gustado inspeccionar más a fondo el lugar y averiguar qué se traían entre manos los jugadores de cartas y el pequeño grupo que les observaba atentamente.
Entró en la habitación y se reencontró con Rossuon, que había subido antes que él queriendo aprovechar al máximo las horas de sueño. Intentó no hacer ruido, y se preparó para dormir con sus pertenencias cerca. Echó un último vistazo al joven dúnadan; esperaba de verdad que no le guardase rencor, pues había notado que no parecía muy contento con la idea de pasar parte de la noche vigilando. Había escogido esa última guardia precisamente para que pudiese dormir del tirón y estar ambos descansados y alerta. Además, el elfo gustaba de despertarse temprano, por lo que no le importaba tomar aquel turno.
Pronto notó como el cansancio y la cena hacían efecto sobre su agotado cuerpo, que notaba tan pesado como una roca, y cayó en un profundo y merecido sueño.

Cargando editor
15/02/2017, 10:22
Aular Robleviejo

Otro de los venenos de la civilización ; el gusto por el oro de los demás y cualquier método vale para quedarse con el .Reniega por lo bajo y evitando la mesa como la peste se  dirige  a una de las habitaciones que les han destinado , al tomar las escaleras  lanza un hasta mañana desganado y sin ni siquiera esperar una respuesta sube .entra en la primera habitación donde aun quede una cama libre y se echa  a dormir sin ni siquiera desvestirse y con las armas a mano . 

Cargando editor
17/02/2017, 16:08
Director

Poco a poco, varios miembros del grupo se fueron marchando a las habitaciones para descansar cuanto antes pues el sueño y el cansancio pesaban tras la duras y largas jornadas de viaje a las que habían sometido sus cuerpos. La noche anterior, había estado marcada por el sobresalto de los espectros y la inquietud de que más siniestras figuras les abordaran durante el resto de la noche saliendo tras la densa niebla que les había extraviado. Estos hechos provocaban que no hubieran podido descansar, y quienes durmieron un poco tuvieron sueños oscuros. Dimrod y Eoden terminaron de planificar la ruta y también se retiraron a las habitaciones, el eriadoriano aprovechó para aconsejarles que no tardaran en ir a dormir, pues al alba continuarían su camino.

Aceroamargo regresó con el grupo tras charlar con los hombres que observaban a los jugadores de cartas y les comentó lo que opinaba sobre el llamado Tahúr Púrpura, quien había puesto una recompensa de cinco monedas de oro para aquel que lograra ganarle en una partida. El numenoreano no quitó la vista del espigado jugador vestido de púrpura y le observó con detenimiento, encontrándose con su mirada en más de una ocasión. Pudo percatarse como el jugador miraba hacía ellos de vez en cuando, y aunque no notó ninguna trampa en su juego, sí que pudo ver como desplumaba tranquilamente al otro hombre. Una media hora más tarde, el otro hombre se despidió del Tahúr Púrpura estrechándole la mano y regresando a la mesa de los otros cuatro hombres. Aceroamargo pudo darse cuenta entonces de que aquel pobre infeliz se encontraba al borde del llanto tras perder todo su dinero. Aceroamargo volvió a cruzar una mirada con el ganador, y éste le sonrió abiertamente y le hizo una discreta seña para que se acercara a la mesa. 

Cargando editor
17/02/2017, 16:54
Thund

Thund había permanecido callado como habitualmente. Pero esto se había acrecentado desde que tuvieran el enfrentamiento con los Tumularios. Más su pesadumbre desapareció al llegar a Bree y saber que dormirían en una Posadas. El hubiera preferido una casa hobit pero al menos no estaban al aire libre.

Thund miro extrañado cuando Hunkel insinuó que prefería dormir al aire libre. Cosa extremadamente extraña para un enano. De echo el no había dormido a gusto mientras había dormía al aire libre.

En Bree estuvieron dando vueltas de aquí y para allí momentos que aproveche para saber dónde estaban las herrerías. Los mercados. Posadas. Y demás tiendas.

De repente vimos a unos soldados de los cuales el Númenoriano no se fiaba o quería hablar con ellos y así lo hizo. Thund paseo con ellos recordando las guardias, las caminatas y los combates.

Llegaron a la posada que les comentaban y después de pagar las habitaciones y dejar las cosas en la habitación bajo con sus compañeros a cenar. Comió bien y en cantidad, bebío cerveza que ya la echaba de menos y vio como jugaban a las cartas dos parroquianos. Al parecer había un reto con uno de ellos. Pero el no era jugador y menos apostando así que paso del tema y al terminar de cenar volvió a la habitación sabiendo que había que ha de guardias. Por lo que le dijo a Mithdulin:-Mithdulin, yo haré la segunda guardia o en la que no quiera nadie. Por otro lado uno debería estar en el pasillo, pero el otro debería estar fuera controlando las ventanas de las habitaciones. Ya que la Dama no nos dejara entrar en su habitación.

Notas de juego

EDITADO: Gracias Rufo por el comentario... es lo que tiene hacerlo desde el movil... :(

Cargando editor
17/02/2017, 21:51
"Aceroamargo"

El joven Númenoreano aceptó con resignación castrense el turno de guardia que le tocase en suerte, tanto daba, y además aquello iba dentro del sueldo que, cada vez con menos remilgos morales, se ganaba como vulgar mercenario. Aceroamargo se quedó un rato más en la mesa, observando al que llamaba "el Tahúr Púrpura". Al jugador no le pasó desapercibida la vigilancia del joven, pese a que este no fue capaz de advertir ninguna trampa o triquiñuela entre carta y carta. Quizá tan solo se tratase de un hombre extremadamente experto en los lances de aquel juego y con una racha de suerte por encima de la media, o tal vez era demasiado astuto y rápido como para que alguien se percatase de sus trucos.

Cuando hubo acabado de desplumar a su enésima víctima, sonrió a Aceroamargo y le hizo señas para que se acercase. El joven se sonrió para sus adentros "¿buscando al siguiente incauto?, pues en mala poza has tirado la caña". Jamás había sido asiduo de juegos como aquel, ni siquiera de apuestas más inocentes o con más clase, debido a su disciplinada y elitista educación. Además, el oro no era un reclamo para él; quizá esas cinco piezas doradas que prometía a quien le derrotase fuesen cebo suficiente para otro tipo de hombres dispuestos a arriesgar su propia plata en una poco prometedora partida contra aquel tahúr. Pero no para Aceroamargo; el oro no le tentaba y estaba seguro de perder mano tras mano con aquel hombre. No le valía la pena.

Sin embargo, el personaje le despertaba gran curiosidad. Nunca, hasta aquel viaje, se había visto mezclado con gente de aquel tipo. Se acercó a él, en respuesta a sus señas. La cota de malla le adornaba el pecho, y la espada larga le pendía al cinto; además le sacaba más de una cabeza al jugador. No, aquel hombre no intentaría nada, aparte de tratar de desplumarlo "legalmente" con aquel célebre juego. El joven estaba seguro de no tener nada que temer de intercambiar unas palabras con aquel hombre. Sin embargo, su mente le aconsejó precaución. Probablemente, aquel tipo se ganaba el pan engañando a gente que no lo consideraba una amenaza.

- Una noche fructífera, por lo que he visto. Os felicito. Aunque yo me andaría con cuidado, aquellos hombres no parecían muy contentos de haber perdido con vos. ¿Sois de por aquí o la Guerra os ha traído hasta Bree?- Preguntó el joven, con tono amable, sin llegar a sentarse, pues no quería que su interlocutor interpretase aquello como una invitación a una nueva partida de cartas.

Notas de juego

Thund había permanecido callado como habitualmente. Pero esto se había acrecentado desde que tuvieran el enfrentamiento con los funcionarios.

Malditos funcionarios... ya han invadido hasta la Tierra Media! xD. Cuidado con el autocorrector ;) 

Cargando editor
20/02/2017, 00:56
Aeth Umbradacil

La primera noticia que captó verdaderamente la atención del explorador fue cuando Aceroamargo regresó hablando sobre el tahur al fondo de la posada, que ya había librado a varios parroquianos del peso de sus monedas bajo la promesa de un premio mucho mayor.

Aeth se sintió peligrosamente tentado de retar al jugador, visiblemente atraído por la promesa del oro, pero no tenía un pelo de tonto. Por un lado sabía bien que nadie pondría en riesgo esa cantidad de oro si no estaba totalmente seguro de que no perdería, y por otro él ya tenía su propio premio, que superaba por mucho la cantidad de oro con la que el tahur atraía a los incautos.

Observó por un rato más como Aceroamargo se interesaba por el tahúr, seguramente motivado por aquél sentido de la honradez y honor que ya había mostrado antes y que a Aeth le había provocado arcadas; pero finalmente también él mismo se levantó de la mesa y se dirigió a su habitación en busca de un sueño reparador que le permitiera continuar el viaje al día siguiente. Aún no tenía claro donde gastar el oro, pero lo que sí sabía era que prefería abandonar aquel pueblo de refugiados cuanto antes; y al fin y al cabo no solo era más seguro continuar acompañado por la cuadrilla reunida por Dimrod, sino que mientras continuara siendo parte de sus mercenarios, Dimrod aún le debería un sueldo. Con estos pensamientos en la cabeza Aeth se acostó en el camastro, aún allí devotamente abrazado al saco de monedas.

Cargando editor
20/02/2017, 14:45
Gramj Haïa

El enano no pudo resistirlo más. Quería una cerveza, y aunque fuera en solitario, en aburrido silencio y sin alguien con quien conversar, la tomaría solo, así que la pidió: - Algo que aligere el gaznate lleno de polvo del camino de este aguerrido viajero, que necesita espantar sus fantasmas en la espuma de una buena cerveza.

Con eso miró a Thund y Hunkel. Eran descendientes de la misma sangre, y nada más mirarle sabrían que estaba pidiendo que le acompañasen a estar un rato entre hermanos.

Cargando editor
20/02/2017, 15:43
Thund

Estaba apunto de subir a la habitación. Cuando vio en la barra a Gramj y el camarero preparando una, al parecer, rica cerveza. Así que se dio media vuelta y se acercó sentado donde al lado de Gramj y diciembre el:- Pon me a mi otro cerveza, así limpiare un poco más el Polvo del camino.

Cargando editor
21/02/2017, 22:05
Galastel

Mientras los enanos fraternizaban en la compañía de las jarras de cerveza que el tabernero les había servido, Aceroamargo se había acercado a la mesa del tahúr para entablar una conversación con él. Cuando el numenoreano se estaba acercando a la mesa, el jugador se puso en pie y le esperó junto a su silla. Alargó su mano hacía Aceroamargo para que se la estrechara y después hizo un movimiento para ofrecerle asiento, cuando el joven soldado rechazó sentarse, el tahúr se quedó también de pie.

-Mi nombre es Galastel. -Se presentó. -Aunque creo que por aquí ya me llaman "El Tahúr Púrpura", me temo. -Se lamentó. -¿Sabéis jugar al Ahyaire?, creo que por aquí lo llaman Cambio de Marea. La apuesta por partida son dos piezas de plata, poco para lo que se puede llegar a ganar. -Añadió señalando las cinco piezas de oro que mantenía junto al mazo de cartas.

Galastel era muy amable, y tenía un tono de voz muy sugerente que, junto a su presencia, invitaba a darle confianza. Mantenía una alegre sonrisa y unos modales muy correctos durante toda la conversación. Era un joven rubio y muy apuesto, cuyo aspecto era impecable, sus ropas púrpuras eran de buena calidad. No parecía preocuparle que alguien pudiera hacerle algo para quitarle el dinero y se encogió de hombros cuando se insinuó que los hombres no parecían muy satisfechos con el resultado de sus apuestas contra él. Respondiendo a las preguntas de Aceroamargo.

-No soy de por aquí, en realidad voy camino de Fornost. -Mantuvo un breve silencio, como si fuera a explicar algo más pero finalmente rehusó hacerlo. -Es una larga historia. -Comentó con una amplia sonrisa.

Cargando editor
22/02/2017, 09:35
Gramj Haïa

Brindó con Thund, amigablemente. Tras eso, dio un largo trago tras lo que exhaló con fuerza, demostrando lo que disfrutaba de aquel brebaje. Hacía caso omiso del tahúr, ya que eran siempre un negocio, y ellos trabajaban para ganar dinero, no para perderlo. Jugar contra ellos era regalarles una paga que no habían ganado con el esfuerzo. Un enano pragmático. Como la mayoría de los de su raza. Eran así, y así seguirían mientras hubiera alguno entre ellos con aliento suficiente como para demostrar que estaba vivo.

 

De todas maneras, le hacía sospechar: - ¿Este tipo está buscando con quién viajar? ¿O pretende algo más? Su mirada de soslayo era suspicaz, pero no correspondía a él, permitirle que les acompañasen. Podría ser interesante, ya que seguro que traía problemas, pero no era lo que deseaba. Necesitaban un viaje tranquilo, ya que el camino les interponía obstáculos a cada paso. No quería además arrastrar un lastre que fuera más "peso" para sus hombros. De todas maneras, le picaba la curiosidad. Los intereses de un tahúr suelen ser viajar para timar en otra parte ya que pueden haber agotado los incautos de un sitio o se han granjeado demasiados enemigos como para ser prudente permanecer demasiado tiempo en la zona.

Cargando editor
22/02/2017, 15:47
Thund

Thund brindo con su compañero con aquella cerveza aguada. Pero.daba igual. Aún quedaría bastantes días para probar una cerveza como la hacían los enanos.
Así que la saboreo mié tras miraba al rededor y decía a su compañero:-te apuntas a hacer la segunda guardia.

Cargando editor
22/02/2017, 16:37
Gramj Haïa

Chocó su peltre con el del hermano y añadió: - Hagamos guardia pues.

Cargando editor
23/02/2017, 10:03
"Aceroamargo"

Aceroamargo evaluó a aquel hombre: Modales refinados, ropajes de calidad y un carisma innato. Tal vez fuese algo más que un simple tahur. Las tretas con las cartas bien podían proporcionarle plata y oro con el que costearse su elegante aspecto, pero los modales y las maneras no se pagaban con monedas.- A mi me llaman "Aceroamargo". Curioso rumbo lleváis, hacia el Norte cuando la guerra empuja a todo el mundo hacia el Sur.- Comentó, evitando señalar que ellos mismos seguían el camino hacia Fornost.- Debéis de ser igual de bueno con la espada que con las cartas si os arriesgáis a viajar hacia el Norte solo y con una bolsa abultada.

El joven Numenoreano sonrió al hombre, tratando de parecer amigable antes de rechazar su proposición de una partida.- No se jugar a las cartas, llamen como llamen al juego en Bree, me temo que el único resultado posible sería aligerar un poco mi bolsa para engrosar un poco la vuestra. Y como podréis imaginar, eso es algo que no me urge que ocurra.- Añadió afablemente.

- Sin embargo, me gustan las historias, sean cortas o largas.- Dijo haciendo referencia a las anteriores palabras del tahur.- Y no me importaría invitaros a... ¿Una cerveza? ¿O quizá algo de vino, me atrevería a suponer? Más refinado que la cerveza.- Aventuró "Aceroamargo", un plebeyo, generalmente, elegiría cerveza y alguien de más alta cuna se decantaría por el rojo licor. Aunque claro, siempre había excepciones, y eligiese lo que eligiese el hombre no se podría asegurar nada con total certeza.

Cargando editor
24/02/2017, 22:53
Galastel

-Tan curioso como vuestro nombre, maese Aceroamargo. -Replicó el tahúr con una sonrisa al comentario sobre su rumbo con vistas al Norte. -Pero creo que razón no os falta en vuestras observaciones. Mucho me temo que los Valar me bendijeron con tanto talento para las cartas como obtusa habilidad en el manejo de armas. Y no es que esté haciendo amigos precisamente... -Dijo señalando con las cejas en dirección a los cuatro hombres que consolaban a quien había desplumado hacía unos instantes. -Pero así es el juego de azar. En fin, en realidad estoy buscando unirme a algún grupo que viaje hacía la Fortaleza del Norte. He visto que vos viajáis en gruesa compañía, ¿no incluirá esa ruta vuestro camino?

La negativa de Aceroamargo a jugar una partida fue tomada por el joven tahúr con cierta decepción, pero le restó importancia con buenos modales y pidiendo disculpas a Aceroamargo por la insistencia. Hablaba de tal manera que Aceroamargo se sentía como si hubiera defraudado a un viejo amigo. No volvió a proponer otra vez la partida y se esforzó por mantener la misma sonrisa cordial, aunque su cara reflejaba cierta aflicción que sólo se vio mejorada cuando el numenoreano le propuso un trago.

-Ciertamente, no me sentaría mal un descanso del juego, ya que de todos modos no parece haber más rivales a estas horas. -Se lamentó. -Si conseguís convencer a ese tacaño tabernero de que aligere su barril de Dorwinion os contaré todo cuanto queráis saber. -Bromeó, pues en realidad aceptaría de buen grado cualquier copa de vino especiado al que Aceroamargo le invitase.

Cargando editor
25/02/2017, 19:13
"Aceroamargo"

Trato hecho, amigo.- "Vaya, Dorwinion... por lo menos no bebe como un plebeyo... Veamos que más tiene que contar" pensó el joven, al tiempo que alzaba la mano para atraer la atención del mesonero. Bien podía permitirse unos tragos de tinto de Dorwinion, tal vez aquel tahur tuviese algo interesante que decir o alguna información que valiese la pena; como fuese, era una compañía agradable que con sus modales y forma de hablar traía a Aceroamargo recuerdos del hogar y otros tiempos más alegres. Además hacía siglos que no se regalaba el paladar con un buen tinto.- ¡Mesonero! Una jarra de Dorwinion y dos copas, si os place.- Requirió al que servía las mesas.

- Lo cierto es que hace tiempo que no pruebo un buen vino.- Se explicó.- Como bien decís, somos una buena tropa, gente brava.- Dijo señalando con la cabeza a los dos enanos que aún compartían una cerveza junto a la barra.- Pero me temo que si queréis saber más de nuestra ruta, deberéis dirigiros a maese Dimrod, que ya se ha retirado a dormir. Yo mismo no sabría deciros que dirección tomaremos al salir de Bree.- Mintió descaradamente, no iba a regalar información sobre el grupo y su destino.- Y bien os toca ¿Qué os lleva hacia Fornost en mitad de la Guerra? ¿Cual es vuestra historia? o, mejor aún ¿Como os las habéis arreglado para llegar hasta Bree solo y vestido como para un viaje de palacio, cargando oro además? Nosotros mismos tuvimos una o dos dificultades en el camino.

Cargando editor
26/02/2017, 00:23
Galastel

El posadero se resistió a servir la jarra del caro vino hasta que Aceroamargo le mostró la moneda con la que iba a pagarle, pues dudó que un viajero de aspecto desaliñado, por mucha calidad que aparentaran tener su vestimenta en un pasado, pudiera darse el privilegio de pagar una jarra de tan afamado brebaje. Sin embargo, el posadero finalmente se retiró a su despensa de donde regresó con una jarra cargada del vino que sirvió en la mesa del tahúr.

-Apuesto a que este avaro hombre ha mezclado el Dorwinion con otro vino de baja alcurnia para alargarle la vida a su barrica. -Comentó Galastel cuando probó un ligero sorbo de su copa, quien no pensaba que sus palabras iban a ir más allá de la broma que había planteado al atreverse a solicitar el vino.

-Un hombre de honor. -Comentó con un asentimiento de aprobación a la inteligente fidelidad que Aceroamargo demostraba al redirigir la cuestión de la ruta de la compañía hacía Dimrod. Galastel reconoció la mentira, pero tuvo la buena educación de no evidenciarlo, ya que consideraba completamente comprensible que Aceroamargo no quisiera revelar datos a un desconocido.

-Bueno, -hizo un ademán con la mano para restar importancia a su historia al tiempo que recogía la copa para dar otro sorbo, -mi historia es realmente decepcionante para vuestras altas expectativas como audiencia. Mis pasos me trajeron a Bree en buena compañía desde Rivendel, unos elfos que cruzaban Gran Camino del Este hacía los Puertos Grises me sirvieron como escolta para poder llegar hasta aquí. Desde entonces llevo una semana varado en esta aburrida ciudad a la espera de encontrar alguna oportunidad para llegar a Fornost en unas condiciones de seguridad. -Hizo una pausa en su relato para realizar una propuesta a Aceroamargo. -A propósito, ¿os importaría, mi querido amigo, hablar en mi favor a ese tal Dimrod para que acepte mi presencia en vuestra compañía?. A cambio puedo ofrecer un nutrido surtido de historias curiosas y divertidas para los descansos.

Cuando ambos vaciaron sus copas, Galastel se encargó de tomar rápidamente la jarra para rellenar las copas de nuevo. El tahúr había retirado el mazo de cartas a un lado y había devuelto las monedas ganadas a la bolsa a excepción de unas pocas  que dedicó a solicitar algo de comida para invitar a Aceroamargo.

-El motivo de mi viaje, -retomó mostrando una sonrisa nostálgica, -es visitar a un viejo conocido que reside en Fornost. Fue el último adversario que logró ganarme jugando al Ahyaire con el cual me une una gran amistad y mi deseo es visitarle. Me permitís, mi nuevo compañero, que os pregunté por la joven dama con la que os he visto llegar. - Preguntó con curiosidad.

Notas de juego

la jarra de vino cuesta 1 moneda de bronce.

Cargando editor
28/02/2017, 16:54
Gramj Haïa

El enano miró resentido, de soslayo al hombre. - Aceroamargo comparte vino con un extraño, y además le invita. A nosotros ... ni nos ha mirado.

Los enanos eran gente rencorosa y más adelante se lo haría saber.

Cargando editor
28/02/2017, 19:37
Thund

Digo a Gramj:-Bueno, ahora me toca invitarte a mi, Posaderooo!!!!!, otras dos jarras de buena cerveza!!!
La verdad es que no me había esperado tomar así cervezas, pero una vez empezado quien puede parar?...