Partida Rol por web

Señores, es extraño que no haya signos de esos malolientes seres con los que hemos luchado. Eso significa que o bien no entran en la torre o entran por algún otro sitio.

Os propongo que antes de avanzar, busquemos el rastro que hayan dejado atrás, ya que en algún sitio deben vivir o tener sus cosas... ¿que os parece?

Mientras los aventureros discutían asuntos variados, Clevor pensaba y admiraba la calidad de los tapices que cubrían la sala. Al oir la oportuna intervención de Shana, se giró hacia ella asintiendo con una media sonrisa, aunque sin dejar de fruncir el ceño. Tenemos por un lado la recordada y sangrienta batalla de Kardû movió la mano en la que sostenía el escudo haciendo un ademán hacia los tapices que ilustraban el enfrentamiento entre orcos y enanos. Por otro lado, la fiesta de la vendimia de Elor'Oden, en la ocasión en que fue maravillosamente fructífera, recordada también por sabios e historiadores. Con su espada larga señaló los tapices que representaban momentos festivos y alegres.

Shana, parece que la clave del movimiento de las estátuas es el orden en que se haga. Creo que debe tener relación con el orden cronológico de los mencionados sucesos. Volvió a dejar caer ambos brazos a los costados y siguió mirando los tapices.

Tormenta, intenta recordar algo sobre los dos hechos, pero nada de ello le sonaba si quiera.

Clevor, es una buena idea, pero no tengo ni idea de los hechos que hablas.

Podríamos entrar por donde dices o bien volver sobre nuestros pasos, y buscar por donde entraban los goblin, si es que lo hacían y confirmar si hay otra forma de entrar, ¿que parece que hagamos?

La ultima frase del druida trae consigo  nuevamente el silencio a la estancia. De nuevo  todos os quedáis prendados de la belleza de los telares, los detalles de las estatuas, en busca de algún detalle que os haya podido pasar por alto.

De repente, sin previo aviso; la enorme hacha de la estatua de la entrada se derrumbó cerrando la única vía de escape para vuestro grupo. Mientras  el hacha hacía caer gran  parte del techo y la pared contigua, las paredes de la estancia donde os hayáis parecen cobrar vida propia. Ante vuestros ojos la habitación comenzó a llenarse de  un millar de ratas negras como el carbón, que salían de todas la grietas que había causado el derrumbe. De detrás de los telares, de detrás de las estatuas, de las grietas de las esquinas, de todas partes comenzaron a llover ratas.

Esta marabunta de roedores se revolvió enfadada y , en pequeños grupos comenzaron a observar  con intenciones poco agradables al grupo de aventureros que allí estaban.

Clevor estaba sopesando las opciones para mover los tapices en el momento en que la maraña de ratas avanzó desde todas direcciones con intención de atacarlos. Nuevamente observó a Jerra a punto de ser atacada por estas criaturas y le advirtió rápidamente Quitate de allí Jerra! mientras levantaba su armamento y se aprestaba a destripar a los animalejos.

Maldición. Enjambres de animales pequeños y traicioneros. Rápidamente me viene a la memoria una situación parecida - No hace mucho tiempo, en Maestric, tuvimos que enfrentarnos a varios grupos de arañas. Mis compañeros enanos no paraban de estrellar sus hachas contra aquellos insectos sin conseguir hacerles daño. Un escalofrío recorre mi espina dorsal. Si estas ratas y aquellas arañas tienen algo en común... Jerra, Tormenta, si tenéis algún hechizo que golpee a varios enemigos a la vez, no dudéis en usarlos

La Genasi reacciona demasiado tarde a la advertencia de su compañero y en un suspiro se ve envuelta en una oleada de ratas....

Kettembar se repliega cerca de shana intentandole cubrir todo lo que pueda, enfentandose contra el enjambre de ratas que tenian más cerca. Levanta su espada y la descarga cargada con energia mental que envuelve al wilden, intentando aplastar el mayor número de ratas posible. Mientras, se concentra para crear un vínculo invisible entre las demás ratas cercanas.

Las bestias comenzaban a rodear a la maga que los acompañaba, que parecía envuelta en sus pensamientos y enajenada de la situación. El joven líder se concentró el tratar de defenderla nuevamente, ya que se trataba de una compañera que usaba pocos pertrechos defensivos. Ya sin preocupaciones por las baldosas que podía pisar, con la mirada focalizada en la horda de animalejos inmundos que se abalanzaban contra ella, se lanzó nuevamente a la carrera apretando los dientes con fuerza y preparándose para asestar un golpe furioso acompañado por el impulso que acompañaba el movimiento de su cuerpo y sus pesadas armaduras.

gyahhhhhhhhhh!

Raudo como un felino que atrapa a su presa, el wilden  asesta un  demoledor golpe al grupo de ratas que amenazaba a Shana, causando bastantes bajas entre la marabunta de roedores que se agolpaban en ese grupo.  Al mismo tiempo, con un gesto amenazador  azuzó  los otros dos grupos que avanzaban desde la derecha, para que   le atacasen a el y así defender al resto de sus compañeros.

Por su parte, Clevor temía por la vida de la genasi. Y al ver que  su  advertencia había caído en saco roto,  apuró su paso y , en dos grandes zancadas, se plantó al lado de la maga para intentar  evitar  que las ratas la atacasen. Su golpe terminó aterrizando en la base de la estatua del elfo bardo, ante el cual la jauría de ratas chilló a unisono  como una vieja puerta...

Reaccionando a las acciones de los dos aventureros, los grupos de ratas que había azuzado Kettenbar saltaron hacia el sin remordimientos. Un centenar de afilados dientes y  garras, asestaron golpes al wilden. El grupo que habia sufrido el embite del guerrero , reaccionó  ferozmente asestando mordiscos y arañazos. Por suerte, los otros dos grupo de roedores, atropellandose unos con otros no acertaron a traspasar la armadura del wilden.

Mientras tanto, el grupo de ratas al que se habia intentado enfrentar Clevor, miraba con sus centenares de diminutos ojos rojos al humano y a la genasi, como si decidieran que presa cazar. Un chillido  alertó a los contendientes de dicha batalla de que ese grupo de ratas   atacaba. Revolviéndose en el hueco que tenían, lanzaron sus dientes hacia Clevor, en respuesta a su intento de malograrlas. Por suerte para el señor de la guerra humano, las ratas no traspasaron su ferrea armadura....

Tormenta, preocupado por las enfermedades que las ratas puedas atraer, decide utilizar el fuego para purificarlas y decide invocar una semilla ardiente sobre la estatua, existente en E9.

Gracia Clevor por la ayuda.

Dice estas palabras mientras invoca el poder de las tormentas apto seguido descarga un rayo sobre las ratas.