Partida Rol por web

La última cena: Crónicas Giovanni

Escena 2: La gran cena

Cargando editor
08/06/2016, 06:36
Abdul Al Hazim

El mayordomo nos lleva hasta una pesada puerta que abre, para dar paso a una única mesa, donde nos esperaban ya varios comensales. Trece, la misma cantidad que nosotros. Cada vez me gustaba menos eso. Llevo mi mano a la empuñadura de mi espada y observo a todos los que están alrededor de la mesa, quedándome atrás y dejando que los demás hablen. No sabía quienes eran esas personas, pero parecían estar aguardándonos celosamente, y la forma en la que Lothar nos presentaba no era para nada tranquilizadora.

Miré a los ballesteros. En cuanto intentemos escaparnos (porque eso no iba a terminar bien) nos masacrarían. Defenderse había quedado fuera de las opciones. ¿Por qué había llegado hasta aquí? La verdad es que no sabía. Suponía que porque ninguno de los demás invitados, que ahora parecían tener los mismos pensamientos que yo, había mostrado ganas de irse, y yo hice lo mismo. Quizá debería haber levantado mi voz antes, ahora era tarde.

Miré hacia atrás. Lothar había cerrado la puerta tras nuestro y no había escapatoria. Lo único que podía hacer era observar, esperando a ver qué querrían estas personas con nosotros.

Cargando editor
08/06/2016, 12:36
Relicta, el Abandonado

La espera había sido larga, pero finalmente se abrieron las puertas que daban paso al lujoso salón de banquetes de la fortaleza. La música, la suntuosidad del mobiliario y la exquisitez de los ropajes de algunos de los comensales, inundó los sentidos del fraile franciscano. Si Giuliano no hubiera seguido la senda de Nuestro Señor Jesucristo, bien pudiera haber sido uno de los invitados sentados a la mesa de Claudius Guiovanni.

El fraile bajó la cabeza en un aprendido gesto de sumisión religiosa, mas era en parte vergüenza lo que le hizo desviar la mirada. Vergüenza por vestir una sotana harapienta y cubierta de polvo ante la augusta presencia del señor del castillo; pero también vergüenza por haber accedido a apartarse de su santo camino por vivir, ni que fuera por una noche, las ventajas de su sangre noble.

Un escalofrío de terror recorrió sus cansados huesos. El miedo a la condenación, arraigado en su alma desde su más tierna edad, clamaba iracundo desde el centro de su corazón. ¿Qué estás haciendo, Giuliano...?, se preguntaba, ¿por qué has accedido a penetrar en esta guarida de libertinos y pecadores...? El sienés levantó la mirada para contemplar a los presentes, que observaban a los recién llegados desde sus tronos, como dioses sopesando la valía de unos pobres mortales. ¡Yo podría haber sido uno de ellos!, se contestó furibundo, solo por esta noche, ¡seré uno de ellos!

Cargando editor
08/06/2016, 16:15
Pietro Pagliuca

Encerrado, como un perro con un grupo de perfectos desconocidos. Eso fue lo primero que pensó, con respecto a todos esos hombres y con la mujer. No les conocía de nada y no sabía que pintaban allí, aunque comenzaba a dudar del motivo para el que le habían llevado. No conversó con el resto de personas, se mantuvo en silencio en aquella angosta habitación, con una mano puesta sobre el mango de su espada por lo que pudiera pasar.

Por suerte nada pasó, tras un incómodo tiempo de espera el mayordomo llamado Lothar volvió a aparecer, para llevarlos a ver al señor. Caminó atento, mirando a los lados, preparado por si tuviera que pelear en alguna ocasión. Sin embargo no lo parecía. Todo transcurrió con una relativa normalidad, cuando llegaron al salón en el que se encontraba al fin el señor Guiovanni. Sin embargo las palabras de Lothar perturbaron al mercenario ¿él formaba parte del mismo grupo que aquellas personas? No, desde luego que no. Él era diferente y no podía haber ningún sentido en invitarlo junto a ellos. Obviamente pasaba algo que aún se le escapaba pero que en breve descubriría. Prefería no decir nada, para evitar quedar como un ignorante y prefirió prestar toda la atención posible a lo que sucedía a su alrededor para ir sacando consecuencias.

- Agradecido por su invitación señor Giovanni. -

Sin embargo no se sentó, se mantuvo erguido y en pie. Con la mirada atenta a todo lo que allí le rodeaba. Se sentía incómodo, no era su lugar aquel y tampoco era su tipo de gente. Apoyó su mano sobre el pomo de su acero, fingiendo que estaba en una posición de descanso, sin embargo era para permanecer alerta.

Cargando editor
08/06/2016, 19:15
Miguel Briand Aranda

Entramos tras una larga espera a la gran sala.

El labio partido de Roderigo me hizo sonreir sutilmente. No por diversión, si no por que cada acto que el ser humano declaraba sobre los que consideraba inferiores me afirmaba mas aun que, en esta vida, solo somos escoria. ¡Joder! Si los mismos animales respetan un estatus y se guían solo por su hambre. Un lema de " solo lo necesario". Y nosotros allí... viviendo como reyes mientras los músicos y demás sirvientes, probablemente comerían las sobras que yo dejase.

Pero había que aparentar. Me habían invitado a una fiesta. Había que disfrutar. Al fin y al cabo esa era mi meta en la vida... disfrutar al máximo. Ya habría tiempo para condenar al señor Guiovani, si había que hacerlo. O quizá aquella sirviente tan pechugona esta noche me sirviese de almohada. Sea como fuera esta noche seria memorable.

Memorable si el amigo Arabe no lo estropeaba. Sus ojos mostraban ansiedad y los nervios no son buenos para un guerrero. Así que mientras que los demás se presentaban al señor de la casa y yo esperaba mi turno, me acerque lo suficiente al amigo del otro lado del estrecho  para tranquilizarle.

- Su nerviosismo me asfixia, amigo... los demás pueden no haberlo notado, pero le entiendo. Somo como ratones entra las patas del león dormido. Tan solo relájese... de momento.- Digo entre dientes, sonriendo, sin apenas mirarle para que apenas se notara.

Cargando editor
08/06/2016, 23:41
Abdul Al Hazim

Uno de los presentes, que había venido conmigo en el viaje, se acercaba a mi y me susurra que me calme, por ahora. Desde luego sus palabras no sirvieron para deje de imaginarme qué cosas querrían estas personas, pero me recordaron que aún no nos habían dañado. Quizá no lo harían. Quizá su cometido fuese otro.

Dejé de acariciar el pomo de la cimitarra. Por ahora.

Notas de juego

Cargando editor
09/06/2016, 12:56
Kavi

Ingreso a aquella gran habitación que mas bien parecía como si fuese un salón real,aunque nunca había conocido uno había escuchado historias,luego veo que Lothar cierra la puerta y parecía que fuésemos gatos encerrados y odiaba sentirme así.

Después de que nuestro anfitrión se presento ante nosotros,tome asiento mientras observaba como podría escapar de allí mismo,no por nada venía sobreviviendo tanto tiempo,si de entre todos nosotros alguien iba a sobrevivir ese sería yo.

Me siento mientras miles de planes para escapar se me venían ocurriendo en la cabeza,solo esperaba que ninguna de mis sospechas se confirmasen. Aún así me quedo quieto y espero la oportunidad se presentaría solo,tenía que esperar y eso pensaba hacer.

Cargando editor
10/06/2016, 06:39
Alexei Baróti

Como noble que soy, noto la diversidad de personajes en la mesa y realmente a pesar de que el señor Giovanni es un hombre de nobles raices me cuestiona el asunto de que en su mesa haya personas que no parecen estar al nivel del gran señor,  pero bueno, este grupo en si es muy distinto, guerreros, soldados, la única persona que parece de noble cuna es la duquesa, es curioso tanta diversidad. Y a la vez, la incomodidad en mi cuerpo al entrar en este lugar y esa sensación tan desagradable frente a Lothar, ese hombre nos presenta de manera que no me da confianza...

Un gusto venir ante su presencia señor, estoy seguro que será una velada magnifica.

Añado  tratando de tomar puesto cerca del señor Guiovanni

Cargando editor
10/06/2016, 06:53
Marianna

La Joven  hace un gesto de saludo formal como usualmente las mujeres educadas lo hace y se acerca a la mesa, a pesar de que se nota asustada.

Es un honor compartir la mesa con ustedes....

 

Cargando editor
10/06/2016, 06:55
Claudius Giovanni

Oh mi señora, es evidente que tenemos ese tema pendiente- dice de manera amable mientras a medida que se acercan a la mesa un criado cercano les pasa una  copa de vino de muy buena cosecha- pero sigan  y unanse a nosotros, la noche es joven y hoy será una gran velada.

Notas de juego

Estoy pendiente de los jugadores que no han hecho presencia, sin embargo eso no impide a los demás rolear.

Cargando editor
10/06/2016, 06:57
Lady Theophana

Oh ¿no son encantadores? - dice la chica joven  hermosa y de aspecto algo desorganizado. Unos 16 años, bastante esbelta y con ojos preciosos los mira- nunca me imagine tan buenos mozos presentes, me siento tan afortunada de compartir con vosotros.

Dice con una gran sonrisa.

Oh por favor, la timidez no es buena en una fiesta, seguid... seguid...

Cargando editor
10/06/2016, 07:07
Lady Amisa

Dice otra mujer muy cercana a la chica vestida con finas telas de origen extranjero. Oh querida Theo estoy segura que así será, aunque no es muy cordial aquello. Ríe un poco. Debo reconocer que tengo curiosidad de conocer alguno de los presentes. 

Cargando editor
10/06/2016, 07:13
Lord Wenceslas

Un hombre elegantemente vestido se levanta y dice con una copa.

Es un honor estar ante su presencia señores, soy Lord Wenceslas a su servicio, espero poder conversar, bailar y divertirme esta noche, veo que muchos de los presentes tienen tanta curiosidad como nosotros de conocernos...

Pero por favor,  algo de música sería genial para continuar con la velada.

Cargando editor
10/06/2016, 07:19
Anfitrion

Cuando el hombre pide aquéllo los músicos comienzan a tocar y cantar. El ambiente festivo es evidente muchos se levantan y les invitan a unirse.

Muchos los miran pero aún no hablan.

Además de Lady Theophana, Lady Amisa y Lord Wencelas, hay otros personajes que se levantan ante ustedes y les invitan a seguir.

Cargando editor
10/06/2016, 07:29
Lord Casmir

Es un placer conocerles, Lord Casmir para servirles. Dice el hombre con aspecto solemne con una larga barba  y una túnica negra con detalles plateados.  Hace una reverencia educada.

 

Cargando editor
10/06/2016, 07:31
Lady Jadviga Almanov

Una mujer en extremo elegante  y solemne, su vestido de todos los de la sala es el que se ve más trabajado, con finos apliques y materiales, se levanta con una sonrisa. Soy Jadvigna Almanov,  me siento honrada de tener la presencia de ustedes en esta sala, espero compartir interesantes momentos con ustedes.

Cargando editor
10/06/2016, 07:36
Matrona Violetta

Evidentemente- dice una mujer que tiene una máscara y que hablar suena con voz algo gruesa - es un privilegio estar en su mesa señor.

Cargando editor
10/06/2016, 07:39
Leopold Valdemar

Un honor contar con vuestra presencia en este espacio tan fino y exquisito. Dice este hombre que  tiene  presencia de ser un comerciante rico. Soy Valdemar, y  estoy  emocionado, !ciertamente Emocionado por compartir experiencias con ustedes!, la vida de un hombre de mundo no es fácil y me encanta conocer personas que puedan añadirle un poco de emoción a mi vida.

Cargando editor
10/06/2016, 07:42
Marchettus El bravo

Mi nombre es Marchettus el bravo- dice un hombre vestido como un soldado, cota de cuero, y espada, su postura es propia de la de un hombre de batalla- y para mi es digno estar en esta mesa junto a ustedes y nuestro anfitrión el señor Giovanni - alza la copa- he recorrido grandes terrenos para venir a esta mesa.

Cargando editor
10/06/2016, 07:48
Gabril

Un hombre  estranjero con una tunica simple, y con exageradas joyas. Recorrer hasta aquí con mis caballos ha sido un asunto glorioso, lo cual espero compartirlo con ustedes en esta mesa.... Un honor. Hace un gesto bajando la cabeza.

Cargando editor
10/06/2016, 07:52
Bajazet Al-nazir

Un hombre con acento extranjero, con piel morena y con rasgos angulosos que tiene elegante traje de cedas turcas dice. Señor Giovanni, todo lo que venga de usted estará bien recibido de este servidor, esta cena será muy disfrutada, y espero que todos la disfruten tambien. Su lenguaje es un poco torpe pues se nota que la lengua no es la materna.