Partida Rol por web

El acceso a la entrada de las cuevas es peliagudo. El suelo resbala, y yo cargo con Elizabeth a mi espalda y no cuento con las manos para apoyarme, ya que debo usarlas para sujetarla. Sin embargo, y a pesar de que un par de veces mus deportivas pierden adherencia brevemente, logro llegar hasta abajo sin contratiempos, al contrario que Kurt y una de las chicas nuevas. Igual que la ultima vez, ¿eh? -Observo esforzándome en sonreír, buscando levantar un poco el ánimo del grupo. Busco un lugar adecuado, donde el suelo esté seco y haya alguna roca en la que apoyarse, y siento a Liz. Me siento tras ella para que apoye su espalda en mi y le froto las manos para que le entren en calor. Vamos, cariño, despierta... -Le susurro, dándole un tierno beso en la mejilla- Me tienes preocupado...

al entrar la agradable sensacion de calides me distrae, resbalo y caigo. -להזזל!!-* me paro con dificultad -eso me dolio-  me saco el abrigo y se lo devuelvo a su dueño original -te lo agradezco mucho. no se sera necesario por ahora al menos, quizas te lo pida nuevamente despues- digo mientas me encojo de hombros. entonces escucho hablar a una muchacha a la que Mako llama Rina, "espirito...?" -disculpan mi interupcion, seguro soy una mal educada pero en estos momentos realmente la educacion no me interesa tanto como tener respuestas. Rina verdad? me llamo Roxana. a que te refieres con que el "espiritu del bosque" te lo dijo...?- pregunto cautelosa y curiosa

Otra vez ese sueño, pero en esta ocasión de una forma distinta y mucho más extensa. Parecía estar revelándose algo más de ese supuesto futuro, sin embargo, el mensaje de peligro parecía haberse convertido en uno que me instaba a alejarme y no intervenir, aludiendo que ya no había nada que hacer, que no debería estar allí.

¿Estar… aquí?

Abrí poco a poco los ojos, mientras notaba un beso en mi mejilla y escuchaba la suave voz de Ben, aunque no conseguí entender lo que me decía. Me erguí de repente, mirando primero a ambos lados, y después las manos que sujetaban las mías, que en seguida hicieron que me girara.

-Ben, ¿Qué es esto? – volví a mirar al frente, viendo a algunos de nuestros compañeros del castillo por allí, pero también otros chicos que no conocía.

El lugar era fácilmente reconocible, pero mi novio entendería que mi pregunta iba mucho mas allá del lugar en el que nos encontrábamos.

Estoy frotando las manos de Elizabeth, cuando siento que su cabeza reacciona, moviéndose ligeramente al principio. Me da un vuelco el corazón al ver que recupera la consciencia, que se encuentra bien. Se aparta súbitamente, irguiéndose y mirando a todas partes, completamente desconcertada. ¡Liz! -Llamo su atención con una sonrisa, feliz, momento en que me pregunta qué está pasando- Tranquila, tranquila, cariño. Despertamos en el bosque, unos antes y otros después, y tú... tú no despertabas, y estaba muy preocupado. -Le explico apresuradamente- Creo que estamos en el futuro, tal como nos dijo Beni. Ella debe habernos traído hasta aquí. Pero también hay más gente, y ellos no saben nada de todo esto. Creo que son como nosotros, pero sin haber descubierto su naturaleza, al menos es a lo que veo más sentido. -Estiro mis brazos para poner una mano en su pierna y otra en su espalda- Y bueno, parece que el castillo sigue existiendo, pero creen que no es seguro, así que hemos regresado a las cuevas. ¿C-cómo te encuentras?

Me encontraba tremendamente desconcertada, y aunque la explicación de Ben arrojó algo de luz a lo que estaba pasando, tenía muchas preguntas.

-Veo a todos pero… ¿Himiko? ¿Se quedó en el castillo? ¿Y eso de que el castillo no es seguro? ¿Por qué lo creen? ¿Habéis soñado algo sobre ello? ¿Habéis soñado con la chica de la barca? – tomé aliento tras aquella retaíla. – Perdona, demasiadas preguntas. – suspiré y puse mi mano en su mejilla. - No te preocupes, yo estoy bien… Pero, ¿Cómo es eso de que yo era la única que no despertaba? ¿Cuánto tiempo lleváis despiertos? – pregunté tratando de disimular mi temor.

Liz empieza a hacer preguntas. La imposibilidad de dar respuestas con las que yo mismo pueda estar satisfecho hace que me agobie un poco, sobre todo porque no me he molestado en hacérmelas yo mismo antes.

Himiko no está aquí, s-supongo que se quedaría, no lo se... -Digo, avergonzado- Los demás no lo se, no he hablado con ellos de eso, pero al menos yo sí he soñado con la chica, un sueño largo, mucho más que la otra vez, y al final me decía que no debía estar aquí. No se qué significa. -Liz se disculpa por preguntar tanto, pero niego con la cabeza, quitándole importancia, a pesar de que soy yo quien se siente mal por no tener mejores respuestas que dar- Yo fui de los últimos en despertar, parece que los demás llevaban ya un rato despiertos y decidiendo qué hacer. Además... -Susurro unas palabras muy bajito, para que nadie más las oiga- Y cuando decidieron ponerse en marcha, cargué contigo hasta aquí. Te puse mi chaqueta para que no sufrieras hipotermia con el frío y la inactividad, como me aconsejó esa chica de allí, que parece saber del tema. -Le digo señalando a Katarzyna.

Cita:

...parece que las hermanas van de jefecillas por aquí, apoyadas por Kurt. O puede ser sólo sensación mía.

- ¿No... queda... nadie en el castillo? - pregunté con el corazón en un puño a Rina cuando explicó lo que había visto - Entonces, ¿es cierto? sucedió...

Me senté apenas tres segundos sobre una roca resoplando, llevándome ambas manos a la cara, y volví a levantarme, inquieto. Ahora mismo todo parecía volverse muy negro ante nosotros.

Entonces Roxana se dirigió a la Kitsune, preguntando cómo era posible que Rina hubiera hablado con un espíritu.

La condescendiente y amable sonrisa que había presidido mi rostro en todo momento hacia los desconocidos se tornó ahora un rictus serio mientras me interponía entre Roxana y Rina, mirando a la joven morena fíjamente a los ojos, colocándome entre ella y la Kitsune. Negué en silencio moviendo muy lentamente de lado a lado la cabeza.

No voy a permitir que nadie perturbe a Rina de nuevo. Eso no va a pasar.

Rina estaba concentrada en tratar de comprender el significado del texto grabado en la roca.

- Solo aquellos que están dispuestos a pasar por las puertas - repetí en voz baja.

De nuevo pudo adivinar el significado de la inscripción, igual que en su anterior visita. Apreté la mirada fija en Roxana, instándola a no volver a preguntar nada a Rina, luego relajé mi gesto para volver junto a ella.

- Bien hecho Rina-chan, descansa quieres... - busqué discretamente el roce de su mano con mis dedos.

Cuando escuché a Elizabeth, me volví apresuradamente.

- ¡ Liz ! - Benjamin la acurrucaba y trataba de orientarla con toda su atención.

Dejé que la pareja intercambiara unas palabras antes de acercarme y agacharme en cuclillas frente a la chica, con una sonrisa sincera.

- ¡Que bueno oírte de nuevo Elizabeth! - di un toque amistoso sobre su rodilla con la palma de la mano y asentí ante las explicaciones de Ben - Creo que el profesor Yamamoto quedó al cargo de Himiko.

Me coloqué paralelo a Elizabeth y fui señalando al grupo que había aparecido junto a nosotros.

- Katarzyna, Roxana, Erik - dije señalando a quienes había tratado.

me senti ofendida ante la manera en que Mako reacciono, quizas mas de lo normal por ser solo una adolecente, en sirael somos muy directos, no perdemos el tiempo con convenciones sociales, si quieres preguntarle a alguien desde tu auto donde queda una calle simplementes dice  el nombre de la calle en forma de pregunta, por ejemplo "bialik?", nada de "disculpe señor" o de "buenas tardes" o "perdone la molesta", es una perdida de tiempo y en nuestra cultura no se considera de mala educacion actuar asi, en cambio si se considera molesto reaccionar de manera arisca, misteriosa, egoista... -mako con un simple "no es adecuado" o "no ahora" es suficiente. no necesitas penetrarme con tus desafiantes miradas...- luego me giro hacia Benjamin- me puede decir alguien que esta pasando aqui? que es eso de "como nosotros" y de "estar en el futuro" que es lo que "sucedio"? que onda con los espiritus? estamos todos en el mismo barco y merecemos tener pleno conocimientso de nuestra situacion!-reclamo ofendida

Que Liz despertara alivió al grupo, pero la Kitsune  se quedó contemplando la escena desde una distancia no sólo física, sino emocional, la chica, mantuvo un silencio gélido, y volvió sus ojos negros a esa inscripción ¿estaba antes?, no podía recordar, era extraño, muchas cosas parecían estar diluyéndose, aunque podría ser el cansancio.

- los lobos no nos atacaran, no necesariamente, mientras no hagamos daño al bosque, los espíritus y criaturas de él  no nos harán daño, ni se llevaran mis recuerdos - no había respondido a la joven hebrea, Makoto la había interceptado, la joven que apenas respondió cuando la llamó por su nombre, ladeó su rostro y la contempló en silencio, no la comprendía, no se molestaba en hacerlo, ¿por qué habían traído a este grupo de nuevos?, ¿quién les enseñarían? ¿y si eran un peligro como ella?, ¿quien lo controlaría?. Hasta donde sabía, era una carga peligrosa. Sus recuerdos, de pronto se hicieron valiosos.

- aunque te dijera, me cuestionarías.. racionalmente intentarían negar lo que digamos, no vale la pena hacerlo de momento - se gira, sus nudillos rozan los dedos de Makoto, extrañaba su calidez, sonrió, pero dio unos pasos hacia la puerta. Ahora comprendía porqué nuca les daban respuestas concretas, o eso quería pensar - abran bien los ojos, y estén atento a lo que pasa, lo que sus sentidos  perciben, aunque sea  algo fuera de la lógica, es lo que realmente sucede - se mordió el labio inferior y fue entrado en la puerta. Beni no estaba, pero confiaba en que su maestra les dejara algún mensaje.

Había entrado junto el grupo, el camino parecía resbaloso por la humedad que salía de aquel lugar. - Aguas termales - pensaba deduciendo tras el aumento de temperatura que se notaba a medida que se adentraban al lugar.

Se mantenía callado observando al grupo, a pesar de tener libertad sentía como si fuera un rehén de la situación. Aun el recuerdo de las habilidades del bajista Kurt y de Makoto permanecían en su mente marcando oscuras ideas frente a si daba una opinión o se volvía a encabronar por la situación. Las palabras de Roxana eran fuertes, y eso ponía un poco nervioso a Erik haciendo que trague saliva y unas gotas de sudor recorran su frente mientras recibía el abrigo que le había dado. - No hay problema - susurro despacio mientras se apartaba de la conversación entre la pareja oriental y la hebrea.

Rápidamente se hizo un costado acercandosé a Katarzyna, por lo menos ella era parte de los nuevos que permanecía tranquila o eso era lo que aparentaba; y además le resultaba agradable su presencia y su voz. - Esta chica no vio lo que hacían, porque no se calma o se calla - pensaba mientras observaba a Roxana, recordando y asimilando todo lo que venía sucediendo.

La voz de Makoto al pronunciar su nombre lo hizo prestar atención al muchacho que cargaba con su novia, ella parecía haber despertado y se encontraba reuniendo la información que habían ganado sus compañeros. - Hola - comento mientras dedicaba una sonrisa y saludaba con movimiento de mano desde el lugar donde estaba parado.

- Vaya pasada de cuevas, ¿que no? - Dijo mientras entraba, de los últimos, con paso pesado y mirando alternativamente a unos y otros. Había tanta tensión ahí dentro que se podía apuñalar con una navaja. Si había algo peor que estar en un bosque con un grupo de desconocidos con ¿Poderes? -¿Los iba a llamar poderes? Le daba risa pensarlo- era estar con ese mismo grupo en un lugar cerrado.

Se apartó hacia un lado de las caverna, buscando un sitio en el que poder sentarse y descansar, porque estaba reventado del paseo por la nieve. Lo suyo no eran las caminatas de varias horas para ir de un punto a otro, sino los sprints para desaparecer cuando ya no se podía hacer otra cosa.

- ¿Y ahora qué, chavales? - Preguntó en general - Cubierto el tema de morir de frío, ¿Qué viene ahora? ¿Hacer hogueras y contar historias de miedo? ¿Comer malvaviscos? ¿Ir a molestar a los capullos del otro campamento de inadaptados y robarles su mascota? - Omitió lo que pensaba, pero por su tono quedaba implícito que esperaba que alguno de los veteranos les diera algún tipo de respuesta ya que había sido por ellos por lo que habían llegado hasta allí. Buscó a Gia y alzó las cejas, inquisitivo, cuando sus miradas se cruzaron -  Vosotros diréis.

Una creciente indignación dominó a Katarzyna al ver el roce entre Roxana y los japoneses. Podía tolerar el paternalismo de Makoto, acostumbrarse al estruendo de las hermanas, lidiar con la suficiencia de Giulia, e incluso tolerar al cretino de Kurt. Pero el hermético esnobismo que la japonesa se esforzaba en restregarles fue la gota que colmó el vaso. Los acertadísimos comentarios de T.J. le insuflaron aún más coraje para encarar la situación.. Se puso de pie de un salto, con su mirada fija en Rina.

- ¡Oh, bueno! - Katarzyna era bajita, pero su trabajo de guía turístico le había enseñado a hacer que la escucharan.
- ¡Mientras no me digas que estamos perdidos en un bosque helado! - su tono de sarcasmo era evidente.
- ¡O que lo de desaparecer o destrozar árboles es un hobby! - hizo aspavientos para destacar aún más la “ironía”.
- ¡Estamos hartos ya de lo de eso de “los nuevos”! - dedicó una fugaz pero franca mirada de comprensión a Roxana.

Dedicó un momento a ver las reacciones de los presentes, lo que le calmó un poco. No obstante, su estado aún acelerado le permitió continuar antes de que la interrumpieran.

- Escuchad. - Buscó con la mirada a Erik y a T.J., y luego miró a todos los presentes en general.
- O esto es una broma y sois lo mejores actores del mundo con los mejores efectos especiales. - bajó un poco la mirada.
- Unos que incluso entienden el polaco con el que ahora mismo os hablo. - soltó una brevísima risa negando tal posibilidad.
- O esta locura es verdad, y para salir de aquí tendremos que cooperar. - se sentó en el mismo sitio, quedando cabizbaja
- Así que empezad a contar todo lo que haya que contar: será lo mejor para todos.

Katarzyna se avergonzaba de haber perdido los papeles, algo harto impropio de ella, pero la situación le sobrepasó y quizás fuera lo mejor. Siempre le habían dicho que era bastante “perceptiva” y por más que quisiera negarlo (llevaba horas intentándolo), su instinto le gritaba que todo era demasiado real y perfecto para ser otra cosa que lo que, por desgracia, parecía.

Con la espalda apoyada en la pared se escurrió por ella hasta sentarse en el suelo. ¿Cómo podían hacer tanto ruido? ¿No les había explicado nadie nada? ¿Qué narices habían estado haciendo entonces durante todo el camino? A las hermanas les había dado tiempo de sobra a explicar la situación a Mike desde el encuentro con quien les introdujo en aquel mundo hasta la difícil decisión del día anterior. Buscó con la mirada a Mike y se llevó un dedo a los labios y negò con la cabeza poco antes de reclinarla y apoyarla en la pared cerrando los ojos.

Hacía más calor del que ella podía soportar y demasiado barullo de niño caprichoso y dramaqueen como para prestar atención a nadie.

Como si solo los pazguatos ignorantes tuviesen problemas.

Como después de aguantar esto no tengamos el cielo ganado va a arder Troya. Kya, ¿qué vamos a hacer si no está Rya ahí dentro? ¿De dónde vamos a sacar las respuestas? Joder,Kya que estos idiotas llevan horas haciendo las mismas preguntas una y otra vez, que no han avanzado una mierda...¿Y si nos pasa lo mismo? Nos quedamos hasta los restos con las mismas preguntas y ella... ella sigue así, siendo una especie de espíritu sin salir de ese limbo. Sin trascender... ay, mierda, no quiero llorar otra vez.

Rina camino hacia el arco y todos pueden ver como cuando la chica llega al arco se tropieza como si hubiera un muro invisible que no le dejase pasar, la inscripción brilla durante unos segundos cuando esta nota como el muro invisible le impide pasar

onidos de pisadas, no son muy pesadas pero si son muchas, seguramente sea una manada de animales. Tras unos 30 minutos caminando puede ver algo en la nieve, son pisadas de personas que se dirige hacia el sur pero no muy lejos de estas pisadas hay otras de animales

Kyara entró en esa cueva y no pudo evitar esbozar una sonrisa. Eran las cuevas del yuyu eterno y al menos podían obtener algo de respuestas, pero estaban todos allí y eso era un caos de ruido y, la mayoría, seguían haciendo las mismas preguntas que habían dicho mil veces que ya habían contestado que no tenían respuestas de ninguna forma.

Tenía que entrar en esas cuevas, pero al ver a Rina pararse frunció el cejo- ¿Qué pasa? -dijo mientras se dirigía hacia donde estaba y palpaba ese muro invisible- ¿No se puede pasar?