Partida Rol por web

Después de que los Grumm volviesen a cargar a los animales, la comitiva ya estaba en marcha para volver a la posada. El y Olaf había limpiado las botellas de vino lo mejor que habían podido, separando también lo comestible de la bazofia que solo se comería un troll. Kramghrat  le había cortado la cabeza al troll que había tumbado de dos martillazos para luego exponerla al sol y regalarse a Grenn. Aquellos niños tenían mucho que aprender todavía de la vida, era mejor que lo hicieran cuanto antes, al fin y al cabo una mala enfermedad o un mal golpe se los podía llevar en cualquier momento. Se ocupó de transportar el cadáver de Kraner con la mayor ceremonia posible, en cuanto pudiera enviaría una misiva a Khazad Dum para su familia.

Camináis de vuelta a la posada, en silencio. Los hermanos están sobrecogidos por la hazaña, una mezcla de satisfacción y horror por los recuerdos. El norteño, permanece como siempre, tosco en la mirada y silencioso en las palabras. Cuando accedéis al Gran Camino del Este, veis a una pareja singular caminando en vuestra dirección. Reconocéis a ambos a pesar de la distancia. Thorin, vuestro amigo enano y Aramis, el norteño que vende miel en la posada.

De pronto, por le Gran Camino del Este, aparecen a lo lejos, el grupo de enanos que estáis buscando. Kramghrat y Olaf, acompañados por el norteño Matrhluich y los dos hijos de los Grumm. Llevan unas mulas cargadas con cosas.

Al frente de los seis bueyes cargados de leña viajaba Kramghrat tirando de una de las bestias, la cual sujetaba por la argolla que llevaba a la nariz con un trozo de soga. A los lados avanzaban los dos hijos de los Grumm, en alguna de las bestias cercanas podía verse un pequeño cofrecillo, algunos cajas de madera raídas, de las cuales parecían sobresalir botellas de vino. Cerraba la comitiva Matholuich el Dunadan local, de la bestia que llevaba delante colgaba una pequeña parigüela donde una forma parcialmente amortajada descansaba sobre ella, por la complexión y el tamaño debía ser un enano.

El capataz no hizo ademán ni tan siquiera de pararse, no estaba de humor para tonterías y mucho menos para soportar a Thorin ni a aquel viajero que se hacia pasar por mago. Si le había conseguido tomar el pelo a Thorin allá él, no se merecía más que penurias después de lo que había provocado sus múltiples negligencias.

Veo llegar al fanfarrón de Kramghat al frente de la comitiva. Se acerca a nuestro lado sin ademán de pararse. Veo lo que parece ser un cadáver, aun sabiendo que igual no me contestan les pregunto. ¿Estais bien? Estabamos preocupados por vuestra integridad ¿Que os paso?

     -- Aunque se que es posible que a Kramghrat no le guste me paro ha hablar con Thorim...

     -- Gracias por preocuparte pero nada malo nos ha sucedido, aunque los sentimientos que traemos son enfrentados por un lado traemos el cadaver de vuestro antiguo compañero y eso nos entristece aunque ahora por fin descansara como todo enano se merece, por otro lado hemos limpiado la cueva de Trolls y con ello hemos conseguido rebajar el peligro que hay en la zona, asi que esta noche lo celebraremos alegremente y como creo que tú iniciaste esta aventura parte de esta celebracion tambien te corresponde, asi que esta noche acompañanos tomando una merecida cerveza y como el ambiente será de alegria tu amigo tambien sera bien recibido...

   -- Alargo el paso hasta llegar con el grupo a la posada pues debemos descargar los animales...

   -- Miro como el padre celebra el regreso de sus hijos, se abrazan y en la mirada de este se ve el orgullo que siente por ellos, pienso que algun dia este regreso pueda ser el mio...  

Dirigiéndome a Olof - Muchas gracias amigo, esta noche nos vemos en la celebración pués. Si no os importa llevare a mi nuevo amigo[B] ya que el no dudo en ayudarme a salir en vuestra búsqueda por si estabais en peligro.[/B]

Muy gentiles enanos, no hace falta invitarme a nada. Y lo más importante. Lamento vuestra perdida.

Yo con que estéis todos los hermanos reunidos tengo suficiente.

El humano, dio la vuelta, y lo mismo que había caminado hacia un lugar, camino hacia otro. Un día, realmente extraño.

Un enano que se preocupaba por sus hermanos, y los hermanos que parecían capaces de cuidarse ellos solos. Incluso habían dado cuenta de varios trolls, algo fuera de lo común.

Empezaba a pensar que era terriblemente difícil entender a aquellos seres.

El enano si se paró, se limitó a refunfuñar por lo bajo lanzándole una mala mirada a Olaf. Estaba claro que él no iba a compartir mesa con aquellos dos, mucho menos festejar nada, ahora el otro enano era libre de hacer lo que quisiera con quien quisiera.

     -- Confio en la gestiones de Kramghrat pues hasta ahora nos ha ido bien con ellas, ayudo a descargar y sino pasa nada descanso hasta la noche, que bajo a beber una cerveza y celebrar el regreso de la expedición sanos y salvos con todo aquel que quiera sentarse conmigo...

Aramis volvamos a la posada. Esta noche tomaré algo con mis hermanos, le guste o no al testarudo de Kramghat.Doy la vuelta y me dirijo a la posada, donde descansaré hasta la noche cuando bajaré a tomar algo aceptando la invitación de Olaf.

Camináis de vuelta a la posada, donde siguen los mismos clientes que cuando os marchasteis. Los hijos de los Grumm corren con su premio a enseñárselo a sus padres, después, claro está, de descargar todo lo que habéis traído. Math ayuda en la tarea a descargar, silencioso y tosco como siempre, para luego, acompañaros para tomar una cerveza. 

El olor a pollo asado en la posada es realmente alentador. Los Grumm trabajan a toda velocidad, para servir bebida y comida a los que allí están presentes. 

Kramghrat ayudó a descargar y guardas las bestias en el establo, luego entró el cadáver de Kraner amortajado para dejarlo en la habitación, muy posiblemente mañana se lo llevase. En un momento dado entró en las cocinas para hablar con Bura Grumm sobre las hierbas encontradas, lo que estaba claro era que tenía cosas mucho mejores que hacer que sentarse con aquellos dos. Antes de despedirse se acercó a Olaf echando mano al cinto.-Lo prometido es deuda, la paga de un mes por unas pocas horas de trabajo.- le entregó una moneda de plata, zanjando así su contrato con el enano.-Luego nos vemos.- le indicó al Dunadan antes de dirigirse a las cocinas ha ocuparse de sus asuntos.

Aramis vio que había la misma gente que el día anterior, camino y hablo con los habituales, y en menos de una hora estaba saliendo por la puerta.

Su plan era marcharse temprano, y al día siguiente empezar temprano con sus planes. No había sido un mal día y al fin y al cabo.

Pero seguir a los enanos, con sus problemas, no es que le fuera especialmente agradable, estaba claro que no andaban muy bien de la cabeza.

     -- Bien si no quieres sentarte con nosotros luego no veremos, aunque sigo pensando que Thorim también forma parte de este logro y ademas el conocía a Kraner como tú, quizá quiera darle el ultimo adios como vas ha hacer tú, deberias ofrecerle esa posibilidad al menos...

   -- Mientras hago una seña para que me sirvan algo de comer y beber... 

Cojo las tres bolsas de cuero gastado y examino las hierbas. No tenía mucho conocimiento de ellas, pero con suerte las conocería. Sobretodo si eran de la zona.

La primera bolsa tenía unos frutos secos, los toqué, los olí y tras examinarlos un poco sabía de que se trataba.

- Esto es el fruto del Winclamit, se suelen tomar para aliviar conmociones.

Los volví a guardar en su bolsita de cuero y abrí la siguiente. En ella había unas cortezas de un árbol. La saqué y la examiné con detenimiento. Cuando me lo acerqué a mi nariz para olerla, lo separé rápidamente por su mal olor.

- Esto son cortezas de Delrean, ahuyenta a los insectos.

Aparte la bolsa de cuero y cogí la última de las que me había enseñado. Otra corteza. La acerqué a mi olfato despacio, pero al no oler mal, la dejé allí un rato mientras intentaba detectar el olor. Luego la miré y la toque.

- Esto es corteza de Taynaga, sirve para esterilizar.

Asentí con la cabeza en silencio a Kramghrat mientras bebía una cerveza en compañía de los enanos. Con mi mirada, veía como iba de  un lado para otro de la taberna.

Sonreí artificialmente cuando Kramghrat se acercó a mi con algunos objetos en su mano. Estaba claro que volvía a querer información de precios y que luego no me vendería nada. Esto estaba empezando a cansarme. Pero la visión de un negocio productivo en un futuro, me daban fuerzas para sonreír y disimular mi desagrado por su presencia.

- Los yelmos dorados pudieran costar unos 21 moneda de plata cada uno. No son gran cosa, pero son bonitos. Los cintos y las túnicas mejor que las tires, nadie te daría nada por algo usado de esa manera. Los dos brazaletes con joyas, no estoy seguro pero pudieran costar entre 21 monedas de bronce cada uno. El collar, ya sabe que no soy experto en joyas, pero yo daría por él entre 28 monedas de oro. - Abro los joyeros y observo lo que contienen. Están llenos de baratijas y monedas de plata. - Esto podría pagarte entre 35 monedas de plata. 

     -- Nos sentamos alrededor de la mesa y cuando todos tenemos una jarra en la mano, me levanto y alzando mi jarra propongo un brindis:

   -- Por la liberación de la cueva y los compañeros caidos...

   -- Bebo un largo trago mientras espero la reacción de mis compañeros de mesa...

Tras el descanso bajo al salón y veo a Kramghat y el resto celebrando su vuelta. Por lo que escucho a Olaf habían salido vencedores de la cueva, eso sí, con una víctima. Me acero a ellos.
Me alegro de veros. Aunque perdisteis a uno y es el segundo compañero que Kramghat pierde en diascomento a Olaf.
Luego miro a Kramghat Se que no quieres verme viejo amigo, pero brindo porque estés bien.