Partida Rol por web

-Algo preocupado si que estoy, pero lo estaré menos despues de preparar esto bien.- Asenti con decision

Hay que reconocer que este equipp tan raro que nos hemos montado no tenía mucha lógica, nos faltaban cosas como un hacker, walkies etc etc 

Asi que deje de pensar a lo oceans eleven y lleve la conversacion a un punto mas positivo:

-Voy a hacer una lista de materiales que mereceria la pena que llevaramos con nosotros, por ejemplo unas linternas y pilas.

Anote esto en la hoja de papel y luego levante la cabeza hacia Sabina y emití un suspiro.

-Sabina no hay razon para estar nerviosa o tener miedo. El miedo es solo un freno, solo piensa en lo que vamos a hacer y que no hay vuelta atras. Es por el bien de nuestro futuro, y debemos luchar por ello.

Yo tambien estaba nervioso, pero como todo deportista de competicion, sabia las herramientas mentales que debia utilizar para dar el máximo antes de un gran partido.

No, si miedo no tengo....y nerviosa si hay que estar, si no lo estuviese estaría loca. ¿no crees?—dijo mientras se sentaba en un sofá a esperar al resto. De todos modos creo que no nos conviene "fliparnos" con lo que hay que llevar y esas cosas. No puede ser tan dificil entrar en la facul. ¿No viste el video ese de la uni de Valencia? al parecer una parejita se coló en la uni y les grabaron desde la calle digamoooooos bailando el mambo horizontal. Ahora la chica sonreía más tranquila. Y no creo que ellos entrasen con linternas ganzuas y tal... Lo más sencillo es lo más fácil de hacer

Después de saludar al perro de Hellin y a Sabina y a Martin con un leve gesto con la cabeza. Hellin me agarró la mano y me llevó hasta su habitación. La cosa parecía más seria de lo que en principio había pensado.

Dentro de su habitación me giró y le preguntó en bajito. - Dime que te pasa, que tienes una cara de susto que se te nota a la legua, y eso me jode, ya que se borra tu sonrisa.

Cierro la puerta para tener más intimidad y que nadie nos escuchara. No sabía por donde empezar a contarle todo, yo seguramente no me creería si fuera él pero ¿A quién más se lo podía contar sin que se riera de mi? O quizás él también se reiría. 

- No sé por donde empezar.- Le digo sinceramente, sin soltarle la mano. - Yo no creo en estas cosas Ricardo, lo sabes... Pero he visto algo en los chinos de aquí al lado.- Digo abrazándole, recordando los hechos. - Había una niña en camisón... Tu sabes el miedo que me dan las niñas así. Al principio pensé que estaba perdida, que no pasaba nada. Le intenté ayudar pero hablaba en un idioma que yo no entendía. Y... Se acercó a mi... flotando. - Esa última palabra apenas la susurro, pensando que me tomaría por loca. Pero él me conoce lo suficiente como para saber que yo no suelo pasar miedo. Y esto era de verdad. 

Noto muy cerca a Hellin y lo único que puedo hace escuchando sus palabras, en con mis manos colocados en su cintura la hago sentarse en su cama y yo mientras me pongo al lado.

- Tranquilízate que casi ni te entiendo. Se la notaba nerviosa, debía de estar pasándolo muy mal. - ¿Estas segura de que la niña estaba flotando? Más raro es que estuviera en camisón en la tienda de los chinos pero no se que decirte. La abrazo para que se sienta arropada y le digo. No te preocupes, tendrá alguna explicación, quieres ir a la comisaría por si hay alguna desaparición que coincida con lo que tu has visto?.

-Hombre prevenido vale por dos, ademas nosotros no vamos a colarnos para bailar el "mambo horizontal", vamos a robar un examen- entrecomille con mis manos.

Y viendo que no iba a obtener mucha ayuda por parte de Sabina me dedique yo solo a completar la lista, como ella decia, tampoco hacia falta fliparse. Pero hay varias cosas bastante sencillas que nos podrian hacer la vida mas facil alli dentro: linternas, mecheros, una navaja multiusos, una camara de fotos...

- ¿Ir a la comisaría? ¡Ni de coña!- Esa para mi era la última opción del mundo. Si la niña esa ha querido matar al dependiente, pues por algo será. Lo malo es que yo si que no le he hecho nada... ¿Qué le pasa conmigo? Igual solo quería ser mi amiga... Pero de lo que no cabe duda es de que viva no estaba, metería la mano en el fuego y no me quemaría. Intento respirar lentamente para calmarme. - Richy, sé lo que he visto. Esa niña no era como nosotras... No estaba viva. Cuesta de creer, lo comprendo. Pero al menos ya te lo he dicho. Si después de robar el examen no acabamos en la cárcel... ¿Podrías pasar la noche aquí conmigo? Estoy asustada. Y la única explicación que veo a eso es que todo haya sido producto de mi imaginación, que he de reconocer que no me falta. ¿Podríamos ir al chino ahora? Les decimos que vamos a comprar algo...- Digo agarrándole el cuello para darle un abrazo. - Porfa...- Cierto era que me daba miedo volver, pero también me podía la valentía y la curiosidad. Aparte, con Ricardo me sentía más fuerte y segura.

Da igual para qué. Lo complicado es entrar...y ese par entraron.—Sabina se agachó junto a su perro y comenzó a arrascarle la panza— No se, yo llevaría solo una tarjeta de crédito o un carnet para abrir la cerradura del despacho, un mechero por si hay que hacer saltar alguna alarma de incendios para que el vigilante vaya a otro lado y lo más importante: unas birras en lata. Para utilizarlas como excusa en caso de que nos pillen. Ya sabes Sabina cambió la voz para imitar a un grupo de gente nerviosa "ups...nos han pillao tíos...corred...hostia....guardad las birras" y esas cosas. Siempre nos va a caer menos por entrar para corrernos una fiesta que por entrar a copiar un examen.

Oh lo lamento... Dijo en un breve susurro. Siento la molestia que le he causado y muchas gracias. Pensé... Ainhoa se dio cuenta de quizá no era adecuado explicarle a aquel desconocido lo que había pensado de él en aquel momento. No sé, es tan tarde que no pensé nada bueno. No me había dado cuenta y pensé en algo peor. La verdad que ha sido usted muy amable y muchas gracias por entregármelo. De nuevo sus manos comenzaron a calentarse y su corazón empezó a relajarse, pero aún seguía asustada. Se había llevado un buen susto después de todo y ahora que se había dado cuenta de que había sido tonta, sus mejillas se tornaron de un leve tono rosado.

Guardó la cartera en su bolso, volvió a dar las gracias al hombre y le dijo: Pues muchísimas gracias una vez más, y buenas noches. Y temiendo volver a separarse de aquel hombre y pensando que sus temores pudieran volverse a hacer realidad, se marchó lo más rápido que pudo en dirección al metro. Quería llegar a casa de Hellin lo antes posible.

Por el camino comprobó que el resto de sus pertenencias aún siguieran allí, y se apretó bien fuerte su bolso contra su pecho. No quería ni que la violaran, ni que la robasen, ni tampoco que se la volvieran a restregar...

No lo iba a negar, la cara de Hellin me asustaba y quería que volviera a ser la misma de antes, el fuerte abrazo en el cuello, hace acelerar las pulsaciones, no solo por todo lo que estábamos viviendo sino por estar con ella.

- Vale, olvida lo de la comisaría. Le dije mirando fijamente a la cara y sujetando su rostro con mis manos. Salimos ahora de tu cuarto y les dices a Sabina y a Martín que tenemos que ir a comprar tabaco o cualquier excusa convincente para que no nos sigan, y te acompaño al chino, ¿te parece? y sin lugar a dudas si quieres me quedo esta noche contigo. El día había empezado con un examen, y al final la noche terminaba con Hellin, lo único malo que estaba un poco nerviosa por lo que había visto, pero algo es algo.

- Sí...- Digo incorporándome y saliendo por la puerta. 

Veo que Martin está haciendo una especie de lista la cual ahora mismo no me interesa para nada, quizás mas tarde. 

- Oye, vamos un momento a comprar una cosa aquí al lado... Ahora volvemos. Seguid con la lista y después nos lo explicáis todo. ¿Vamos Ricardo?- Digo abriendo la puerta para salir de casa. Sirius parece que tiene ganas de salir y me acompaña. - Esta bien... Tu también vienes.

Antes de salir miro a Lupin y echo un vistazo a Guizmo. - Ten cuidado con Guiz, que mi zorrillo no es muy amistoso.- Le digo a Sabina. - Hasta ahora. 

Con decisión Hellin se había despedido de los invitados de su casa, y al final el perro nos acompañaba, eso me gustaba, seguro que le transmitía mayor tranquilidad.

Les dije a los chicos, un - Volvemos enseguida. Y salgo por la puerta con la persona con la que ahora me apetecía seguir estando a solas.

- Bueno, ¿dónde cae el chino? Le dije a Hellin. Sobre todo estate tranquila, que no va a pasar nada, y vemos que es lo que viste.

Vaya no se me ocurren muchas cosas mas...

Tras haber caido en la cuenta de varias cosas basicas pense que la puerta del despacho del departamento de matematicas estaria cerrada, Sabina habia mencionado algo acerca de unas ganzuas... pero aunque fuera una broma, si que es verdad que en algun momento nos encontraremos alguna puerta cerrada.

No se se lo expondre a los chicos.

Cuando Hellin salio por la puerta me despedi con un "Vale, pero no tardeis" Suspire y mire a Sabina.

Dejando un instante de silencio hasta que sono el ruido de la puerta cerrandose.

-Hacemos cafe? Va a ser una noche muy larga.

Sabina aguantó la situación con una sonrisa. Ricardo se iba con Helena a la calle. La noche perfecta (oh yeah) pensó con amargura. Claro que era boba. 
Bueno, nos vemos.

Eh....no sé donde tiene la cafetera y me da palo estar buscando en sus armarios—respondió la chica mientras se quitaba un mechón del rostro, ahora algo más serio Como para intentar alejar los pensamientos de aquello continuó hablando. Pues eso, en mi insti eran bastante macarrillas y abrían las puertas de la clase con el carnet de la biblioteca. Si pasamos por mi casa antes de ir a la uni (o mejor, lo dejamos para mañana por la noche y hoy solo lo preparamos) puedo coger alguna radiografía de las de prácticas. Será más fácil.

-No es una mala idea, yo por el momento he pensado en unas pilas, unas linternas, una camara de fotos asi pequeñita de las digitales...

Mientras decia eso empece a abrir cajones en la cocina hasta tratar de dar con una cafetera. Y desde alli le hable a Sabina.

-Y llevar ropa comoda, porque igual hay que saltar verjas.

La chica se acercó a la cocina con el perro a sus pies. Realmente no la hacía ninguna gracia que estuviesen abriendo y cerrando las puertas de una casa que no era suya...pero la hacía menos gracia pensar lo que estaban haciendo Ricardo y Helena. ¿Como podía pensar que una chica como ella y un chico como ...? Hombre, en teoría Ainoha tiene un smartphone de los buenos, y cuanto menos cosas llevemos mejor. ¿No crees?

-Si bueno lo que sea.-  Comente distraido.

No encontre la cafetera (al fin y al cabo no era mi casa) pero encontre algo de cafe soluble y prepare dos tazas de agua en el microondas y haciendome algo de hueco mire a Sabina a los ojos y dije honestamente.

-Pero tu estas segura de querer hacer esto ¿no?

"DING"

Era el sonido del microondas, quitandole hierro al asunto