Partida Rol por web

Vincent estaba tan alterado como lo estaba yo. Ambos éramos capaces de detectar el latido del humano y sabíamos que no debería estar allí.

Parece que el plan de Catalina para acabar contigo continua en marcha y no se detiene.- Susurré a mi compañero mientras centraba mi atención en la ventana para comprobar si algún otro humano entrometido andaba por allí.

Ya conoces a Catalina...- susurró Vincent tras unos segundos en los que parecía estar en otro lado- nunca cejará en su empeño, es retorcida y mentirosa... me espero cualquier cosa de ella...

Aprovechando la ocasión en que Drácula se encontraba distraído al mirar por la ventana, decidió dar fin a aquella situación. No había venido para esconderse tras un armario. Esperaba encontrarse con Drácula cara a cara. Así que decidido tomó agua bendita de una mano y un crucifijo de otra. 

Abrió la puerta y lanzando el frasco hacia dónde se encontraba Drácula enarboló el crucifijo:

-Volverás a las llamas del infierno del lugar del que nunca debiste salir.

Van Helsing... el maldito humano se encontraba justo allí, una ira descomunal se adueñó de él... quería destruirlo, sus colmillos se afilaron, pero el dichoso humano portaba un crucifijo... no podía soportar aquella visión, su sóla presencia ya le quemaba.

Si hubiera tenido algo de tiempo me habría reído completamente a gusto con una sonora carcajada. El gusano humano había caído en mi trampa y ahora moriría entre mis manos con la inestimable ayuda del advenedizo de Vincent, quien no tenía más opción que ayudarme mientras pensaba que todo aquello era por obra y culpa de nuestra querida baronesa.

Por desgracia no lo tenía, pues como comprobé en nuestro anterior encuentro, el humano era hombre de recursos, como demostraba que hubiera acudido a su cita con la muerte ataviado con uno de esos malditos crucifijos. Así que el lugar de reírme decidí volcar la mesa junto con los vasos que había sobre ella e interponer la entre su camino y el mío mientras le decía.- Sólo un golpe de suerte decantó la blanca hacía tu lado en nuestro anterior encuentro. Esta noche todo será completamente diferente, humano.

El profesor ignoró las palabras de aquel gusano. Si esperaba ofenderle de aquella manera erraba enormemente. Había matado a la señora Pomfrey y eso no podía quedar así. El recuerdo de su cuerpo tendido entre sus brazos le hizo :

-Asesinaste a la señora Pomfrey, y me querías a mi. ¡Cobarde chupasangre! Aquí estoy. 

El profesor sacó un frasco de agua bendita y abriéndolo lo lanzó contra Drácula.

-Arde en el infierno.

Van Helsing roció sobre Drácula agua bendita en forma de cruz, con tal resolución que el vampiro fue incapaz de impedir que le cayese encima, nada más hacer contacto con su piel esta ardió, provocándole unas severas quemaduras acompañadas de un enorme dolor.

Van Helsing era muy peligroso y sabía utilizar sus armas... tendría que ser cauto pero implacable.

El dolor que me subió desde el brazo cuando el agua bendita me tocó fue tremendo, aunque nada comparado con la caricia del sol con la que me obsequió en nuestra última visita.

Has sido utilizado y ni siquiera lo sabes, necio. Si mi objetivo en Londres hubiera sido tu muerte ya haría días que habrías dejado de existir.- Le contesté a Van Helsing en cuanto pude controlar el tremendo dolor que me embargaba.

Luego, justo antes de saltar sobre el cuello del humano le recordé a Vincent. - Nuestra querida Catalina te ha enviado a este gusano para eliminarte. ¿Te parece que acabemos con él antes de centrarnos en nuestro autentico problema.-Luego ataqué. Cogería a ese gusnao por el cuello y le arrancaría su corazón aún palmitante de su pecho.

El conde estaba más que decidido a acabar con Van Helsing, había sido humillado en su propia tierra, había sido destruido... él... el príncipe de las tinieblas por un simple humano. Pero había tenido al paciencia suficiente como para elaborar su plan y saborear su venganza... cuanto disfrutaría derramando la sangre de aquel gusano.

De manera que tras calcular la distancia se dispuso a lanzarse directamente hacia el cuello del profesor, sin esperar a Vincent que parecía seguir sumido en una especie de trance.

Van Helsing vio como con rapidez se acercaba aquel malnacido. Seguía tan mentiroso y manipulador que siempre.

-Seguís jugando a tres bandas, conde Drácula. Nunca os salió bien y ahora no será la primera.

Como un relámpago el conde se echó sobre él.

Van Helsing era realmente ágil y rápido, especialmente cuando se trataba de su propia supervivencia pero el conde tenía tanto rencor acumulado en su cuerpo que las habilidades felinas del profesor, no pudieron evitar que el conde se le abalanzara encima apresando su cuello entre sus poderosos dedos tratando de asfixiarlo y proporcionarle la mayor agonía posible.

Había deseado vivir este momento desde que volví a alzarme de las cenizas en las que el gusano humano me había convertido. Tenerlo atrapado, con su cuello entre mis manos y apretar hasta que incapaz de respirar se ahogase ante mis ojos.

Deseaba verle agonizar, que notara como su patética existencia se le escapaba sin poder hacer nada para remediarlo. Y aunque hubiera agradecido la ayuda de Vincent, lo cierto era que iba a disfrutar cada segundo intensamente.

Aquel ser endemoniado mantenia sujeto al profesor por el cuello. Comenzaba a asfixiarse debido a enorme presión que ejercía con sus poderosas manos. Sin embargo Van Helsing no iba a dejarse tan facilmente asesinar. Se escurrió entre sus manos y logró zafarse. Se aproximó hacia la chimenea y cogiendo el atizador enfrento a Dracula.

Van Helsing era rápido y ágil como un felino, por eso a pesar de que Drácula lo tenía sujeto del cuello consiguió zafarse casi en extremis dejando que el conde pensase que lo había extrangulado para después aprovechar la lee relajación y salir de su alcance saltando una de las mesas escritorio. Y hacerse con el atizador... de prolongarse más aquel combate quien tenía las de perder era el profesor así que sin dar respiro al vampiro lo atacó con él apuntando directamente al corazón

Mientras ambos combatientes se jugaban el todo por el todo en aquel ataque, Dracula dispuesto desarmar y sacarle el corazón al humano y Van Helsing decidido a hacer justicia ensartando al vampiro con el atizador, Vincent que hasta ese momento había permanecido ausente, como en una especie de letargo mental pareció ir despertando, tomando conciencia de donde se encontraba

El profesor arremetió aunque con poca fuerza sobre su adversario. Fue directo al corazón, aunque ligeramente descentrado.

Van Helsing estaba resultando un gusano tremendamente escurridizo. Me hizo pensar que ya estaba ahogado para que aflojara mi presa y se escabullo entre mis manos.

Por desgracia para él no era rival para mí y con suma facilidad esquivé el atizador con el que pensaba ensartarme y en la continuación de mi movimiento lancé un tremendo puñetazo destinado a su vientre. Por muy escurridizo que fuera, más tarde o más temprano se agotaría y mi venganza sería por fin consumada.

Van Helsing recibió el puñetazo en el estómago de bocajarro con tanta virulencia que sus rodillas fueron incapaces de sostenerlo cayendo al suelo, al tiempo que el atizador se escurría de su manos y caía al suelo a unos metros de distancia dando varios botes, dejándolo indefenso. El daño producido por aquel golpe le provocó una hemorragia interno que le hizo escupir sangre al suelo.

El profesor sentía tanto dolor que era incapaz de moverse, a lo único que acertaba era a permanecer arrodillado sujetándose el estómago como si fuera partirse por la mitad, sudando copiosamente mientras trataba desesperadamente de no perder la conciencia y volver a tomar el control de su cuerpo.

Parecía que la cosa ya estaba resuelta... Drácula fue consciente del daño que le había provocado al humano, estaba indefenso y postrado a su pies... como debía de ser, largo tiempo había esperado por aquel desenlace... un premio que pensaba saborear, el aroma de la sangre inundó sus fosas nasales... aquel perfume que manaba de la boca en forma de una pequeño hilo de la boca de su enemigo, que entre temblores luchaba por controlar... que fácil le resultaría dejarlo seco

Por fin. 

Desde que despertase de la muerte en mi castillo de los Carpatos había deseado vivir este momento con cada fibra de mi ser. El gusano con suerte ocupaba el lugar que le correpondía, sangrando, postrado a mis pies con seguramente alguna hemorragia interna.

Iba a saborear cadamomento, cada segundo de lo que le quedará de patética existencia a aquel despojo. El aroma de su sangre llegó a mis fosas nasales y turbo mi mente, pues aunque sabía que no se lo merecía decidí darle al humano un final digno y en lugar de aplastarlo como la rastrera cucaracha que era dejaría que su sangre sirviera de alimento al mismísimo príncipe de las tinieblas.

El perfume de la sangre de Van Helsing comenzó a hacerse familiar... tremendamente familiar, había algo antiguo en ella... antiguo y poderoso... sí aquello ya lo había olido en otra ocasión, de manera inconsciente se acercó aún más al humano aspirando aquel perfume que emanaba de su fluido vital. Entonces la mente se le iluminó, aquella sangre aunque diluida entre la humanidad que emanaba del profesor, era harto conocida por él.

 Vincent... era la sangre de Vincent fluyendo por su venas... transmitida de generación en generación... por eso había podido vencerle en aquella ocasión, él era el descendiente humano de uno de los vampiros más poderosos que existían. Ahora comprendía muchas cosas, la foto de la niña humana... al mirara mejor al profesor cayó en la cuenta de que era una fotografía suya... Vincent entonces tenía que saberlo... aquel bocado representaría hacerse con el poder de Vincent y quizás mucho más, por primera vez vio a Van Helsing como algo más que un gusano... 

Van Helsing sintió como el conde se paraba en seco, parecía haber percibido algo... sintió su nauseabundo aliento muy cerca suyo... ¿Lo estaba oliendo? por el rabillo del ojo se dio cuenta que su mirada estaba fija en el pequeño charco de sangre que había escupido por la boca.