Partida Rol por web

Cuando desenrollas la carta, reconoces la extraña letra del demonio, un amasijo de símbolos y garabatos caóticos que solo cobraban sentido en la mente del destinatario; una especie de lenguaje cifrado que Varimathras empleaba para comunicarse en secreto con sus Deathstalkers. Los símbolos se agrupan para formar un lengua perfectamente legible.

"Saludos, Shi ni Amon. Seguramente el Maestro Apotecario Fanerell te habrá entregado esta carta, junto con las órdenes de viajar hacia Northrend para iniciar una serie de escaramuzas y ataques de guerrilla. Te he seleccionado personalmente para esta misión y solicité tu incorporación a nuestra Dama Oscura, la cual accedió. Esta es una misión oficial, y vuestra superior al mando, la Comandante Forestal Blackfeather, informará regularmente a Undercity. Sin embargo, quiero que seas tú el que me informe a mi no solo de la actividad de Northrend, sino también de las actividades de tus compañeros de grupo y de tus superiores. Los Renegados somos susceptibles a la traición, y hay que mantener un control.

También tengo otra misión; el Gran Apotecario Putrens, que muchas veces ha trabajado con los Deathstalkers, está muy interesado en los experimentos que llevan a cabo los doctores del Azote, especialmente los de un doctor que se hace llamar Putricidio. Por lo visto está investigando formas de mejorar las abominaciones, y Putrens quiere tomar nota de sus investigaciones. Se de buena tinta que, aunque el profesor Putricidio trabaja en la misma ciudadela del Rey Lich, mantiene varios laboratorios por todo Northrend. Encuentra uno de esos laboratorios, e informa de todo lo que encuentres allí.

Cuento contigo para esta misión. No me falles"

Al parecer las maniobras políticas entre los renegados eran tan comunes como entre los vivos, si no más debido a la longevidad de aquellos. A pesar de ello lo de mi raza éramos pocos dados a las intrigas ya antes de nuestro terrible destino, y en mi caso se agudizó con la no vida.

Cumpliré las órdenes, veamos donde me lleva eso… Aunque no se como espera Varimathras que me comunique con él sin que el correo pueda ser interceptado, debería haberme proporcionado algún medio seguro…Tampoco se como espera que descubra si un laboratorio pertenece a uno u otro doctor, no creo que tengan los nombres puestos en las puertas… Aunque no me corresponde cuestionar las ordenes.

Esta carta debo destruirla en cuanto tenga un instante de asueto…

Descabalgando torpemente al tercer intento, Hachaquebrada observa como  un sequito de guardianes elfos los reclaman para guiarles  para su reunion con el tal Lor temar no-se-que-mas. Hachaquebrada nunca habia sido muy bueno con los nombres en su vida y, ahora siendo un renegado no iba a cambiar.

-... Pues que espere.. por mis barbas!- gruño, todabia encima del dracohalcon.- este enano esta intentando bajar de esta criatura que no para de aletear....-

Cuando al fin toco suelo, meso su barba, acaricio su calva limpiando asi el sudor que le habia ocasionado el ajetreo de desmontar a la criatura. con pasos seguros y decididos,Hachaquebrada llego a la altura de los   escoltas en el momento que comienzan a andar por peticion del trol.

-... impacientes...- penso, mientras los seguia .- ...tanta prisa por saludar al regente ...a ver si se dan esta prisa cuando el Azote vuelva a atacar sus puertas..-

Por fin Hengel había conseguido desmontar, con su gracia característica.

Menos mal que pelea mejor que monta, pero eso suele ser inherente a los enanos.- pienso mientras nos guían. Al parecer el enano era tan poco sociable como yo, pero él gustaba de expresarlo en voz alta, posiblemente por eso fuéramos tan diferentes.

Nunca se sabe quien puede ser t aliado…

Los guardias os escoltan a través de la ciudad. El sitio es un hervidero de actividad; hay obreros y constructos llevando materiales y realizando reparaciones por todas partes. También hay muchísimos soldados, vigilando que ninguna de las criaturas que habitan en la parte occidental de la ciudad entre para dar problemas. Hasta hace poco, había sido el príncipe Kael´thas Sunstrider el que se había encargado de la gobernación de la recién conquistada Silvermoon, pero él había partido recientemente hacia las tierras de Draenor, prometiendo a su gente que les traería una fuente inagotable de energía arcana que saciaría su sed de magia para siempre. En su lugar, había nombrado regente a Lor´themar Theron, un príncipe de una casa nobiliaria menor. 

Veis aparecer ante vosotros la Aguja del Sol, donde se reúnen los gobernantes y generales de Silvermoon. Esta zona fue de las primeras en ser restauradas, y los cristales arcanos de color rojo sangre que coronan el palacio de color blanco brillan con intensidad bajo la luz de sol. Los escoltas os conducen al interior, ricamente decorado con sedas y motivos vegetales, y os presentan ante el regente, que en ese momento parece estar reunido con un mago y un forestal.

- Excelencia, los primeros enviados de Undercity han llegado.

El regente se gira hacia el escolta elfo, hace un gesto de disculpa hacia los dos hombres con los que estaba hablando y se aproxima. Lor´themar tiene una imagen imponente; alto, fuerte y ancho de hombros para ser un elfo, y de cabello blanco recogido en un curioso peinado. No lleva las telas y sedas que se esperarían de alguien de su rango, sino una armadura de placas de color rojo. Mantiene sus dos espadas a mano, listas para desenvainar ante cualquier peligro.

 - Oh, ¿ya? Os habéis dado prisa; vuestros compañeros no han llegado aún. No creo que se demoren demasiado. ¿Me permitís vuestros salvoconductos?

El contraste entre la zona en obras y esta parte es claro, ¿cuantos esfuerzos habrán gastado los elfos de sangre para reconstruir este pedazo de la ciudad, mientras el resto esta inhabitable?

La vanidad de esta raza me sorprende cada día.- pienso mientras los guardias nos anuncian.

Su sed de magia la puedo entender, yo tengo una sed parecida por la sangre de mis enemigos, pero lo material y superfluo, lo accesorio, es algo que siempre ha escapado de la comprensión de la mente troll.

Y ahora tengo que recibir órdenes de uno de estos cretinos, maldigo cien veces más el día en que acabé convertido en esto…

Por fuera apenas nada cambia mi apariencia, una leve contracción de los ajados músculos faciales tan solo, mientras aguardamos las palabras del regente.

El elfo gana algo más de respeto debido a su apariencia, un regente para tiempo de guerra.

Cuando termina de hablar miro con extrañeza a mi compañero, sin saber a que se refiere con los salvoconductos, esperando su reacción

Tras una leve vacilación entrego mi salvoconducto al regente, extrañado de que haga de comprobador él mismo.

De manera tosca, Hachaquebrada rebusca en su inseparable morral de campaña, lleno de potingues ,herramientas,piedras de pulir y  demas enseres que  son casi imposibles de reconocer. Al final, encuentra el salvoconducto   bastante arrugado pero con el  sello intacto.

Mientras su mirada de pocos amigos  seguia cada  movimiento del regente, Hachaquebrada entrega dicho documento  al elfo.

-..por todos los diablos...todo son papeles y firmas...- susurra para si mismo sin importarle que le resto le oiga.

Lor´Themar echa un vistazo a vuestros salvoconductos, los lee y os los devuelve.

- Todo en orden. Podéis dirigiros al puerto; allí habrá un barco, el Fénix Carmesí, que os llevará a Northrend. Preguntad por el Capitán Farath Tidalhunter. Él os indicará vuestros camarotes, aunque el barco no zarpará hasta que no lleguen vuestros compañeros. Si queréis, podéis dar un paseo por nuestra bella ciudad. Lo cierto es que no hay mucho que ver, pero las tareas de reconstrucción van deprisa. En todo caso, os deseo mucha suerte en vuestra misión. Ahora, si me disculpáis, tengo que atender unos asuntos.

El regente se retira y vuelve a hablar con los dos elfos. Uno de los guardias se os acerca.

- Os puedo guiar por la ciudad o escoltaros hasta el puerto, si lo deseaís.

Prefiero dar una vuelta por la ciudad, y no me importaría hacerlo sólo. Supongo que sabré encontrar el puerto.- Muevo la cabeza en gesto de saludo a mi compañero y salgo por la puerta a paso ligero.

No me gusta que estén siempre vigilándome, veamos como está la ciudad desde la que la dejé…

-... estupendo...- gruño,-.. primero dracohalcones y despues barcos.... ¿que sera lo siguiente? ¿ dragones?.- Fruncio el ceño como unica respuesta a la oferta del guardia elfo.

Acelero su paso para lleguar a la altura del trol, mientras salian del palacio. Si pudiese refrescar su gaznate con algo de cerveza helada de Ironforge piensa, mientras deambula a la par del trol por las callejuelas   de la ciudadela de los elfos.

-.. Y bien , colmilludo¿ que hacemos? ¿nos dirigimos al puerto o montamos algo de bronca en algun sitio donde sirvan una buena cerveza...?-  mirando fijamente al  troll que le habian asignado por compañero.- Tambien podemos aguardar a ver que esmiriados y pateticos compañeros  se unen a esta mision... solo espero que no sean  mas de estos " elegantes" elfos.- gesticulando de manera comica como si estuviese usando un imaginario pañuelo de seda.- comienzo a tener alergia de tanto afeminamiento...-.

Mientras unas elfas de buen ver   se cruzaban en su camino, Hachaquebrada concluyo:

- aunque... bueno..- meso su barba con un gesto picaro.- ... no me importaria  cabalgar a una o dos de estas yeguas elficas...no se si me entiendes....JAJAJAJAJAJAJAJAJA....-

La sonora carcajada  retumbo durante unos minutos entre las calles de Silvermoon, llamando la atencion de sus  vecinos  y dando fe del "raro" humor de los enanos.

Puedes pasarte por el Bancal de la Muerte. Ahí es donde se reúnen los pícaros, maleantes y otra gente poco recomendable. 

Antes de que pudiera salir por la puerta el enano trata de llamar su atención ofreciéndole algo de diversión, de la seguramente tendrían poco tiempo de catar en su misión.

-Están bien maese Hengel, si conoce alguna taberna nos reuniremos  allí dentro de una hora, tengo unos asuntos que atender ahora. Y, desde luego, a mi tampoco me importaría tener cierta pelea con alguna de esas elfas…-sonrío mientras salgo por la puerta de la estancia.