Partida Rol por web

La Vida Oculta de Vicente Puig

Capítulo 1: La Señora Puig

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29/12/2018, 22:44
Narrador

Por fin se encontraban solos en aquel pequeño despacho. Era la ocasión para intercambiar ideas, teorías y planes. Era el momento para comentar que sabían y cuales podrían ser sus siguientes pasos. La oportunidad para coordinarse.

Sin embargo, la tensión que había surgido entre ellos aquella mañana y crecido como una barrera de espinas difícil de superar, aún pesaba demasiado sobre Joyce, quien no pudo evitar mostrar su disgusto con un comentario crítico hacia el lobo y su comportamiento.

Pero la mapache era una profesional y dejó sus sentimientos a un lado. Se repuso y ofreció a su jefe su opinión sobre como continuar, una vez hubieran terminado su investigación en la casa de los Puig.

Tyler apenas tuvo tiempo de contestar a su ayudante, cuando la señora Puig volvió a aparecer en el umbral de la puerta. Sudorosa y resoplando por el esfuerzo de transportar una caja de herramientas casi tan grande como el pequeño de sus lechones. La depositó en el suelo con cierto estruendo y se pasó la manga de la mano derecha por su frente, para secar las perlas de sudor que brillaban en su rostro.

– No sabía que herramientas podrían necesitar. –dijo entre jadeos–. Así que he traído toda la caja. Supongo que encontraran lo que necesitan.

En su mirada y sus gestos podían leerse sus buenas intenciones. Parecía querer agradarles. Quizás por interés propio, pues al final los había contratado para que la ayudaran a encontrar a su marido. Tal vez podría ser en parte por un aprecio creciente hacia dos personas que se molestaban por ella. Aunque posiblemente su motivación principal era el miedo inherente al lobo.

Notas de juego

Poco más hay que contar. En la caja de herramientas tenéis todo lo que se os ocurra para levantar las tablas del suelo. Hacedme una tirada de Forzar Cerraduras o de Reparar (lo que mejor os venga) y veremos si encontráis algo o no.

Quienquiera que abra el suelo, que haga también una tirada de Sigilo. Es una Habilidad que se usa tambíen para ocultar cosas u ocultarse uno mismo.

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01/01/2019, 20:40
Tyler Pierce

El restaurante, o el trabajo... Creo que el trabajo nos llevará menos tiempo, así que esa será la primera opción para descartar rápido vias de acción.

Noto sin embargo que Joy parece un poco distante, posiblemente no le guste que la trate como una aprendiz a la que hay que motivar, pero el dia que no esté yo, quiero que ella siga el negocio y necesita coger confianza. Si me debe odiar por ello, nunca algo me importó menos. Es por su bien.

Sin embargo, algo si que me altera, cuando menciona la gasolina y las Vegas. Por supuesto, lo tenía muy presente, pero mi subconsciente trataba de taparlo para tranquilizarme... y es que la excusa de ir andando para pensar ya no sirve.

Aún si alquilara una montura llegaría muy tarde y no habría modo de sortear la mirada crítica de Joy. Voy a tener que tragar. Y sólo pensarlo... ¡necesito una maldita copa!

En fin, volviendo al trabajo (lo cual es bueno, porque pensar me hace olvidar estos pormenores de la vida), parece que si había caja de herramientas al fin de cuentas, y eso que pensaba a dudarlo por la tardanza.

-Eso espero. Joy se encargará. -Creo que yo sería mejor abriendo el suelo con las garras, y desde luego Amanda no me lo agradecería.

-Veamos que oculta ese cerdo.-murmuro para mí mismo.

 

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02/01/2019, 09:26
Joyce "Joy" Reed

Cuando Amanda llega, miro la caja de herramientas casi con incredulidad.

"Me pregunto si esa caja de herramientas será tan sólo para aparentar, como su familia o esta casa. Desde luego, me sorprendería mucho si el sr. Puig, contable y amante de las matemáticas, hubiera usado sólo la mitad de las herramientas que puede haber ahí dentro"

Doy un pequeño respingo con el golpe, al caer la caja.

-Sí, supongo que ahí habrá algo que podamos emplear de manera adecuada- le respondo a la mujer, agachándome y abriéndola.

Tampoco es que esperase encontrar una palanqueta ahí dentro pero me decepciona ver que todas las herramientas son lo básico de un padre de familia que hace bricolaje cuando no le queda más remedio.

Suspiro antes de coger las tenazas y hago una apuesta arriesgada a que sea más fácil sacar los clavos de la tabla que levantarla haciendo palanca. Si fallo, dejaré la madera que Amanda tiene tan pulida, hecha una ruina.

"Pero es que si intento hacer palanca con algo de lo que hay en la caja, seguro que parto la madera".

Así que, intentando ser lo más delicada posible, busco algún pequeño hueco por el que agarrar la cabeza de los clavos, sin arañar la madera.

Pasa el tiempo y me voy poniendo algo nerviosa, hasta que llega un momento en que casi desisto y me planteo cómo de enfadada se pondría Amanda si rompemos la madera, sin más. Afortunadamente, decido persistir un poco más y, al final, lo consigo.

Por fin podemos levantar la madera, dejando a la vista lo que había debajo.

- Tiradas (3)
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03/01/2019, 20:57
Narrador

Apartaron algo la mesa a un lado para tener mejor acceso al suelo y Joyce, después de comprobar la caja de herramientas que había traído la señora Puig en busca de algún objeto que le ayudara en su tarea, se puso manos a la obra.

Bajo la atenta mirada de su jefe, quien, sin saber muy bien cómo ayudar, se había colocado al lado de su asistenta para al menos tratar de apoyarla moralmente, la mapache estudió el suelo y probó distintas cosas para levantar las tablas. Pero la labor parecía algo más complicada de lo que hubo pensado al principio. Sobre todo, al querer tener cuidado y no dañar la madera por respeto a Amanda. Mas Joyce ya había abierto antes otros objetos mucho más complicados, y un suelo con un doble fondo no iba a oponérsele. Tras un par de intentos y algún que otro gruñido impaciente de su jefe, Joy descubrió el sistema que mantenía las tablas juntas y a partir de ahí fue un juego sencillo levantar las tablas sueltas.

Tyler no se había equivocado, el suelo bajo la silla estaba hueco y ocultaba dos objetos en su interior. Objetos que el señor Puig se había preocupado de mantener lejos de la vista de su mujer.

A pesar de la sorpresa que les esperaba allí, Joy había tenido cuidado de no mostrar su asombro al descubrir lo que encontró. Entre ella y el lobo formaban una especie de muro con sus cuerpos que no dejaba ver a la pequeña cobaya los objetos que habían descubierto.

Por un lado había una libreta de gruesas tapas de cuero llena de apuntes y garabatos sin sentido aparente. Por otro lado, y con seguridad lo más sorprendente, un fajo de billetes enrollados y que, por su tamaño, debía de sumar varios miles de dólares.

Era definitivamente una fortuna.

Notas de juego

Como Joyce ha sacado un éxito con aumento en la tirada de Sigilo, he decidido que Amanda aún no ha podido ver lo que habéis encontrado. Es cosa vuestra como reaccionáis. Si lo queréis guardar y ocultarselo a Amanda, hacedme otra tirada de Sigilo. Si se lo queréis mostrar a la señora Puig, pues lo narráis sin más.

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04/01/2019, 21:21
Tyler Pierce

En cuanto veo el contenido que la manitas de mi compañera revela... mi gruñido desciende varios niveles para dar paso a la incredulidad.

Tanto, tanto dinero...

-Ya casi lo tienes Joy.

Miento, pues ya lo ha abierto, pero Amanda es incapaz de verlo, y eso debería darme tiempo a evaluar si ella debe verlo o no.

-Espera que te ayudo.

Cojo una herramienta similar a la que cogió Joy, a la vista de Amanda, para que crea la charada, y me arrodillo junto a Joy, soltando la herramienta al instante que desaparece de la vista de Amanda.

-Cuenta el dinero, rápido.

En esos momentos, cojo la extraña libreta, y la hojeo primero por un lado y luego por el otro, tiro de ella por si cayera alguna nota suelta de la misma y trato de encontrarle sentido al galimatías. ¿Tendría razón Joy y es algo matemático para estafar a la banca?

¿O algo más? Creo que también buscaré falsos relieves de escritura por si hubiera algo tachado o  borrado que se pudiera recuperar.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Voy a usar Notar con el bono +2 por ventaja, para buscar pistas en la libreta.

En caso de tener éxito, y obtener información, dejaria una de conocimiento criminologia, sólo por si acaso, para complementar esa información.

Por último buscaba la habilidad de engañar pero no la veo. ¿Se engloba con persuadir?

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05/01/2019, 13:53
Joyce "Joy" Reed

Al ver lo que hay en el hueco abro la boca pero no digo nada. Me ha quedado claro, al escuchar al jefe, que no quiere que Amanda lo sepa aún.

Pero sé que no tenemos mucho tiempo. Esta cobaya va a querer enterarse rápidamente. Le preocupa, no solo su marido, si no también su suelo. Y en unos segundos vamos a tener su cabeza asomando por aquí. Así que cuando el jefe me pide que cuente el dinero, no hago eso. Lo cojo para guardarlo. Tengo claro que el dinero es de la cobaya, no nuestro. Y seguro que le vendrá muy bien

"... por ejemplo para pagarnos"

Pero hasta que no sepamos la procedencia no quiero dárselo. Si el dinero es de algo ilegal y retienen a su marido por él, dárselo la pone en peligro. Pero si se lo enseñamos, no habrá manera de convencerla para que no lo coja.

"Está preocupada, agobiada por lo que será de ella y de los niños. No querrá prescindir de esta pasta"

- Tiradas (2)
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07/01/2019, 22:05
Narrador

En los rostros de Tyler y de Joy solo pudo verse la sorpresa durante apenas una fracción de segundo. Eran dos profesionales y se recompusieron en seguida. Ya habría tiempo de dar rienda suelta a su asombro y discutirlo con calma. Ahora se trataba de evitar que Amanda tuviera conocimiento de la fortuna que su marido ocultaba a su vista bajo un doble fondo en el suelo de su despacho.

Joyce escuchó la orden de su jefe, pero decidió no seguirla. El lobo no hizo gesto de molestarse por ello, pues comprendió que su asistente tenía razón, guardando cuanto antes el rollo de billetes.

Hicieron un poco de teatro para confundir a su cliente y la estratagema les salió bien. La cobaya solo pudo ver la libreta que el detective se encargo de mostrar claramente, con la intención de distraer su atención del verdadero hallazgo.

Amanda pareció defraudada al ver aparecer únicamente un cuaderno. En parte había esperado encontrar algo más emocionante del escondrijo de Vicente. Cuando pudo además echar un vistazo a su interior y descubrir que estaba llena de formulas incomprensibles, suspiró de manera sonora. Ese suspiro podía entenderse como muestra de su desilusión o de su sosiego. Al fin y al cabo, la libreta tampoco estaba llena con mensajes de una posible amante.

El hueco del suelo no ocultaba nada más y Joyce se encargó de poner la tabla en su posición original, sin dejar rastro de su actuación.

El detective y su asistenta se incorporaron entonces y se giraron hacia Amanda, enfrentándose a la cobaya. Esta, algo cohibida pues por un instante creyó que esperaban algo de ella, respondió a sus miradas con una pregunta.

– ¿Y bien? ¿Qué quieren hacer ahora?

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08/01/2019, 15:25
Joyce "Joy" Reed

Guardo, con un movimiento rápido de manos, el dinero en el bolsillo, mientras el jefe distrae a la cobaya con la libreta. No es que sea una buena acción exactamente, pero lo hago por un buen motivo y no pienso dejar que me remuerda la conciencia.

Luego vuelvo a colocar las tablas en su sitio y, cuando levanto la cabeza, veo la decepción en el rostro de la mujer pero no puedo hacer nada.

"¿Acaso voy a decirle que sospecho que su marido puede haberle metido en un lío con la mafia y que quizás lleve unos zapatos de cemento a estas alturas?"

Cuando pregunta no sé qué decirle. Así que opto por dar una respuesta poco clara

-Seguiremos investigando. Ya ha podido comprobar que somos cuidadosos y eficientes, así que confíe en nosotros. La tendremos informada de todo lo que vayamos averiguando- respondo, deseosa de salir de aquí. Ahora que ya no hay nada más que investigar, creo que es el mejor momento para que el jefe y yo nos fuéramos con nuestra investigación a otro lado. Pero él es quien tiene la última palabra, así que espero a ver qué le dice.

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10/01/2019, 00:23
Tyler Pierce

Pese a que tendrá sus buenas razones, no debió esconder ese maldito dinero y debería haberse limitado a tratar de contarlo, se la podría acusar de robo si le pillan y perderiamos la total confianza de una mujer tan simple como Amanda, incapaz de atar que igual hay una buena razón detrás de esto.

El gruñido de desaprobación* que lanzo hacia mi ayudante es sonoro, pero no lo alargo mucho más porque ya hizo lo que hizo y no hay vuelta atras.

Ahora lo único que puedo hacer es impedir que la mujer pille con las manos en la masa a la otra mujer en la que más confia. Así que me acerco con la libreta y uso mi cuerpo para tapar el crímen, dejando la revisión de la libreta para más tarde al ver que no me va a dar tiempo.

-Al parecer ocultaba un cuaderno, pero no tiene mucho sentido lo que pone dentro. Igual es un recuerdo de su época de soltero, alguna tonteria infantil demasiado vergonzosa como para ocultarla a su familia. No creo que sea algo preocupante -trato de engañarla para que se quede tranquila, de todas formas cuando acabemos del todo el trabajo, ya tendremos tiempo de destapar todo el marrón y ésta será la menor de sus preocupaciones- sin embargo, en ausencia de su marido, debo preguntarle: ¿Le parece bien si nos la quedamos para examinarla mejor? No creo que aporte nada, pero no está de más asegurarse. Y otra cosa, necesito su número de teléfono, por si debo contactar con usted. Tras eso, creo que como dijo mi ayudante, nos marcharemos ya.

 

- Tiradas (4)

Notas de juego

*Le molesta porque es cabezón y siempre tiene la razón, recordemos mi defecto :P

Tiro el engaño para que se quede tranquila, no le de importacia a la libreta y me la deje llevar sin prestarle atención.

La escena siguiente, no sé si empezaria ya en la empresa, o en el coche.

Mi idea es buscar sentido durante el viaje a la libreta.. Así que tiro, por si acaso queréis aligerar, ahora mismo la investigación y conocimiento si fuera necesario.

Para la investigación, me autoimpongo un penalizador -2, porque JOY CONDUCE UN ENTE INFERNAL.

Un saludo :P

PD:Gasto un Bennie al sacar pifia en la tirada de Criminologia, por no tener una pifia xD y vuelvo a tirar.

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12/01/2019, 23:55
Narrador

– Entiendo. Es normal que quieran llevarse ese cuaderno y estudiarlo con calma. –respondió Amanda a Tyler, cuando este le habló de la libreta que habían encontrado–. Bueno, eso supongo, ¿no?

Se la notaba insegura, pero no puso problemas. Tomó un papel del escritorio de su esposo y escribió con letra pulcra un número de teléfono. Una vez hubo terminado, tendió el papel al detective, quien lo recogió y se despidió con un ligero asentimiento de cabeza. Amanda les deseo un buen día. Sus gestos mostraban cierto alivio.

Joy y su jefe salieron de la casa de los Puig y avanzaron hacia el coche de la mapache. Tyler, hasta ahora seguro de si mismo, empezó a mostrarse algo inseguro. Pero había cosas de las que hablar y podría aprovechar el viaje para descifrar las entradas de la libreta de Vicente Puig. Quizás así, entretenido con esta tarea, podría olvidar por unos momentos que se encontraba encerrado en una máquina creada por el mismísimo diablo.

Una vez sentados, Joyce puso el motor en marcha y salió a la carretera. Dejó aquel barrio residencial y, en un primer momento, se dirigió al centro de la gran ciudad, donde tenían su despacho.

Durante la mayor parte del trayecto Tyler se centró en el contenido de la libreta. Pasaba páginas y volvía hacia atrás, revisando de nuevo lo que hacía apenas nada acababa de mirar, tratando quizás de encontrar algún tipo de conexión con las notas siguientes. Pero no fue capaz de descifrar lo que todos aquellos cálculos podían significar y se pasó la mitad del viaje intentando entender, que tipo de uso podría darle Vicente Puig a todos esos números y análisis estadísticos.

Desilusionado, el detective guardó la libreta y le pidió a Joyce que le pasara el fajo de dinero que había encontrado. Tyler soltó la goma que mantenía los billetes juntos y se puso a contarlos. Soltó un silbido de sorpresa y volvió a contarlos de nuevo, dando por hecho, que debía de haberse equivocado. Pero no era el caso. El segundo recuento acabó con la misma suma: 12.000 dólares en billetes de cien.

Tyler aulló asombrado. Nunca antes había tenido tanto dinero entre sus manos.

Era hora de hablar sobre lo que sabían con su asistente y tratar de aclarar así sus ideas.

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15/01/2019, 00:34
Tyler Pierce

Mis zarpas están arañando la tapiceria de su condenado coche, mis piernas en tensión aprietan el felpudo de mi asiento, como si quisieran asegurarse de que no saldré volando por los aires, y mi cabeza y espalda empujan hacia atrás en el respaldo, tratando de alejarse lo máximo posible de la luna delantera, que me obliga a ver lo rápido que conduce Joy.

Y hoy, es uno de los días en que voy más relajado en ese infierno con ruedas.

Trato de concentrarme en la libreta... pero no necesito bajar la ventanilla para sentir el aire partiendose a nuestro paso. ¿Es consciente Joy que a esta velocidad, una colisión podría romperle los huesos hasta dejarlos en puras astillas? Gruño, pues mis pensamientos saltan invariablemente a la muerte más segura, y me hace incapaz de encontrar sentido alguno a la puñetera libreta del señor Puig.

Frustado, la guardo en mi chaqueta. También había tenido la pretensión de tratar de escribir en la mía algunas anotaciones, pero si esto sigue así acabaré vomitando encima de mis apuntes, así que mejor no.

¡Hasta pensar en alcohol me dan ganas de vomitar en este estado! Pero ni muerto le confesaría eso a Joy, no fuera que le diera por acelerar más para curar mi adicción a la bebida.

-¿Quieres decir que ya te da tiempo de ver las señales de tráfico?

Como decía, trato de no pensar en mi muerte inminente, así que me pongo a contar el dinero.

-Cuidado ese bache... 11970... ¿esa curva hace falta cogerla así?... 11980... ¿has hecho testamento útimamente?... 11990... ¿Les ha dado tiempo a saltar a un lado? -miro atrás sin estar seguro por unos instantes*- ¡Doce mi... Joy que no estamos ante una emergencia!... doce mil dolares, menuda fortuna!

Veo que su ruta bien podría llevarnos a nuestra oficina. Pero eso significaría OTRO viaje adicional. Si tengo que tentar a la suerte, cuantas menos veces mejor.

-Ve directa a la empresa dónde supuestamente trabajaba el señor Puig... , a no ser que necesites pasar antes por la oficina, pero rebaja la velocidad, no... queremos multas de velocidad.-digo incapaz de admitir mi fobia.

Notas de juego

*Por supuesto, que Joy conduzca como una homicida depende de ella. Tranquilamente, podría ser la imaginación de Tyler, con su fobia profunda, y estar conduciendo a 20 por hora saludando a los vecinos por la ventanilla XD...

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15/01/2019, 10:50
Joyce "Joy" Reed

La cobaya no da problemas y yo ni me sorprendo. Su actitud pusilánime me inspira lástima pero, a la vez hace que quiera agarrarla de los hombros y zarandearla hasta que se de cuenta de que es su vida lo que está en juego.

"¡Anda que si fueran cosas encontradas en mi casa iba a dejar yo que se las llevase nadie...! Algún día... algún día todas las mujeres serán más que esto que ella representa"

-Que tenga un buen día- me despido antes de salir por la puerta, dejándola tan aliviada en su pequeño mundo, como me siento yo abandonándolo.

Me sorprende un poco que el jefe acepte que le lleve en coche. Supongo que es por que, una vez metido en la investigación, la adrenalina por conseguir más pistas no le permite pensar coherentemente. Pero me callo, no digo nada que le eche para atrás y arranco antes de que tenga tiempo de pensárselo, haciendo una salida un poco más brusca de lo que pretendía.

Quizás por la salida abrupta, el jefe aprieta las manos y los pies como si agarrarse al coche pudiera salvarle de cualquier cosa por venir.

Supongo que es por que Tyler va enfrascado en la libreta, que no me lloriquea sobre lo rápido que vamos, lo brusco que giro ni sus premoniciones sobre cómo acabaremos estampados contra un árbol en cualquier momento. Así que le dejo pensando en eso, no hablo, no pongo música e intento conducir sin brusquedad.

"Con un poco de suerte, tendremos el primer viaje tranquilo de nuestra historia. ¿Estará aún borracho?" Sería una explicación a por qué no se está comportando como una histérica de la liga antialcohol en un bar.

Pero no. La tranquilidad no dura demasiado. Cuando me lanza la pulla sobre las señales, casi doy las gracias. Ya empezaba a preocuparme

-En realidad no las veo. No les hago caso, así no tengo que preocuparme de lo que ponen- Por supuesto no es verdad pero es que ¡disfruto tanto haciéndole sufrir!

Me pide el dinero, quizás para distraerse. Intento ocultar la cara de sorpresa.

"¿Será consciente de que para dárselo tengo que soltar una mano del volante?" me río por dentro, pero mantengo la fachada seria y meto una mano en el bolsillo para pasárselo.

Sorprendentemente no grita ni maldice, se limita a cogerlo y contarlo. Creo que ni se ha dado cuenta de que, durante unos segundos, la mitad de mis recursos no estaban controlando el vehículo.

-Ya... Sí.... No tengo nada que legar, así que no, no he hecho testamento... No les ha dado tiempo, creo que sus sesos están en el lado izquierdo del capó...- ¡Madre mía! Casi sólo por estos momentos, ya merece la pena trabajar con él -¿¿Has dicho doce mil??-

Durante un rato no le molesto. Estoy pensando en el dinero. Es demasiado dinero. Demasiado

-No se puede conseguir esa cantidad con un trabajo honrado- comento en voz alta pero sin esperar respuesta, justo antes de que me pida que cambie el rumbo

-Ok, voy para donde dices. Pero no te preocupes por las multas, tengo amigos en la poli que me las quitan...- Y, sin poderlo evitar, me echo a reír por lo bajo.

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15/01/2019, 23:16
Narrador

Apenas había detenido Joyce el motor del coche, tras haber estacionado el coche en el aparcamiento para visitantes, Tyler abrió la puerta del lado del copiloto y casi se dejó caer fuera.

Tomó aire profundamente y recobró algo de color en la cara. El edificio de entrada de la West Coast Paper Company se alzaba frente a ellos. Un macizo de cemento con el nombre de la empresa escrito en grandes letras en su azotea. Las puertas de entrada para los visitantes eran de cristal e invitaban a pasar al recibidor.

Joyce y Tyler siguieron la velada invitación y se adentraron en el vestíbulo de la empresa. Era una sala bastante espaciosa, con un piso de azulejos de un tono claro que reflejaba la luz y aumentaba la impresión de magnitud que quería ofrecer la estancia. Dos ascensores al fondo mantenían sus puertas cerradas y unas agujas sobre ellos indicaban el piso en el que se encontraban sus cabinas en ese momento. Si el visitante no tenía paciencia para esperar a que los ascensores le dieran acceso a su interior, podía hacer uso de una de las dos escaleras que nacían a ambos lados de aquellos. Paseando por el recibidor con miradas aburridas, dos gorilas se fijaron en ellos al entrar.

En el centro de la sala, un cilindro con espacio para unas tres personas en su interior se alzaba del suelo y alcanzaba una altura que llegaba aproximadamente algo por encima de la cintura de la media de los visitantes que pasaban por allí para registrarse. Tras el mostrador de recepción, pues de eso se trataba aquella isla en el mar de baldosas del vestíbulo, una gacela de cuerpo esbelto y vestida con un decente vestido negro y un pañuelo rojo al cuello, les saludo al verlos. Una tarjeta sujeta al bolsillo de su chaqueta revelaba que su nombre era S. Reed.

– Buenas tardes. ¿Puedo ayudarles en algo? ¿Tienen una cita?

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16/01/2019, 02:49
Tyler Pierce

Salgo el primero, y con las piernas temblando, tratando de que no se fije Joy, me las sujeto con fuerza con ambas manos, tratando de que dejen de temblar, mientras finjo estiramientos.

-Estaba encarcarado. -Disimulo sin mucha convicción.

El temblor no desaparece del todo, pero almenos se reduce, mientras siento el alivio de volver al mundo real, del que nunca debí salir. Espero a la perturbada de mi compañera... ¿en serio les parece bien que el mundo vaya en esos trastos? En una década a lo sumo se acabó la civilización, ya lo creo*.

Cuando estamos juntos, gruño, ya que me parece haberle visto una sonrisa, y empiezo a caminar directamente hacia ese maldito recibidor. El edificio es impresionante, lo que justifica lo bien que va la industria del sector.

Me pregunto que participación podriamos comprar como socios, con el dinero del Cerdo de puig. Aunque olvido esas ideas absurdas, mientras trato de concentrarme.

– Buenas tardes. ¿Puedo ayudarles en algo? ¿Tienen una cita?

La gacela es hermosa, sofisticada y agradable de cara al público. Lo contrario a Joy**. Y sin embargo, me pregunto, porque volvería a contratar a alguien como Joy, en vez de a la tal S. Reed.

-Serán para usted. Sí. Necesitamos hablar con el encargado de recursos humanos. Es importante.

 

Notas de juego

*Cuando un detective asume veredictos sin pruebas concluyentes, sólo puede equivocarse :P

**no va en serio, sólo está en modo "acabo de salir de su coche", ya se le pasará xD

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18/01/2019, 11:08
Joyce "Joy" Reed

-¡Oh! ¡Venga! No ha sido para tanto- le digo cuando le veo que se baja del coche y hace esos gestos. Pero cuando me contesta, opto por seguirle la corriente -Sí, a veces las piernas se duermen- Tampoco creo que sea bueno ir más allá con este tema.

Observo el edificio con atención. No tiene mala pinta, con esas puertas de cristal casi parece elegante y no una fábrica cutre sin más. Y dentro es más de lo mismo, con esos azulejos tan chic.

"¿Y por qué una empresa como esta necesita dos brutos como estos en la puerta?" pienso cuando veo a los gorilas mientras les saludo amable con un gesto ligero y una sonrisa -Hola, buenos días- y me dirijo a la recepción.

-Buenos días ¡Que pañuelo más divino llevas!- le digo a la gacela, por eso de "entrar con buen pie" después de la directa que acaba de soltarle mi jefe. -No, me temo que no tenemos cita pero como le comenta mi jefe es un tema bastante importante- Me acerco al borde y me inclino sobre el mostrador, como si fuera a contarle un secreto -Somos detectives y creemos que han sufrido una filtración sobre...- me callo de repente, como arrepentida, volviéndome hacia Tyler y haciendo un teatrillo como si hubiera metido la pata -¡perdón jefe, lo siento! olvidé lo de la confidencialidad, no volveré a decir nada hasta que no estemos con el responsable-

Confío en que, si no es la de recepción, serán los gorilas quienes avisen de que aquí hay 2 personas que parecen saber algún secretillo. A ver si hay suerte y eso nos abre la puerta del despacho adecuado.

- Tiradas (1)
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21/01/2019, 22:14
Narrador

La gacela escuchó a Tyler sin cambiar la expresión de su cara, mostrando una sonrisa amable, pero algo impersonal. Fueron las palabras de Joyce más bien, las que lograron cambiar el semblante seguro de la recepcionista. Apenas perceptible para ojos inexpertos, pero claramente reconocible para los dos detectives.

Tras un pequeño momento de indecisión por parte de la señorita Reed, esta tomó el teléfono e hizo una llamada.

– Señor Sutton. Aquí la recepción. Tengo dos visitantes que quieren hablar con usted. –Silencio–. No. No tienen cita concertada, señor Sutton. –De nuevo silencio–. Si, señor Sutton, pero parece que tienen un asunto urgente y, por lo que parece, delicado que hablar con usted y pensé que era mejor informarle. –Un silencio más–. De acuerdo, señor Sutton, los acompaño a su despacho.

Colgó el teléfono y volvió a dirigirles la mirada. Su sonrisa parecía no haberse disipado ni por un solo instante. Dejo un cartelito sobre la mesa que rezaba “Vuelvo en unos minutos” y se dirigió a Tyler, quien Joyce había calificado como su jefe.

– ¡Por favor, síganme!

Llamó al ascensor, espero con los dos detectives a que las puertas se abrieran y subió con ellos hasta la quinta planta. Los llevó por un largo pasillo enmoquetado hasta alcanzar una puerta con una placa dorada a su derecha, en la que se podía leer el nombre de Billy Bob Sutton. Después de llamar con los nudillos, una voz fuerte les llegó desde dentro, invitándoles a entrar. La señorita Reed abrió entonces la puerta y les hizo ademan para que entraran.

Un bulldog vestido de forma elegante y con un cigarro en la boca salió a recibirlos. Sus gestos y su lenguaje corporal mostraban a alguien que se había hecho a si mismo. Alguien que venía desde abajo y había sabido crear un pequeño imperio.

– Buenas tardes. –Les saludó mientras daba a ambos un fuerte apretón de manos. De esos que algunos dicen que son sinceros–. Parece que tienen algo importante que hablar conmigo. Sarah no se deja convencer tan fácilmente para dejar pasar a alguien sin tener una cita.

Volvió a sentarse detrás de su escritorio de la misma madera que los paneles laterales.

– Y bien. ¿Qué puedo hacer por ustedes?

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23/01/2019, 22:34
Tyler Pierce

Al parecer la treta de Joy funciona, pero eso no evita que le gruña de forma automática. Ha sido una suerte, que la estúpida gacela no haya dado detalles por teléfono de lo que dijo Joy, o ahora tendríamos que meternos en una entramada mentira de las que ahogan, sin tan siquiera poder entrar en lo que nos ocupa.

De mal humor, me meto en el ascensor, lo cual alcanza mi límite de la tecnofobia, y sólo porque entiendo que al final es mera cuestión de poleas, algo que entiendo bien. Sin embargo, voy contando los pisos, y cuando llegamos al quinto, sé que si alguna vez me contrata el señor Sutton, le cobraré el doble de mis honorarios.

Observo al bull dog, puro, traje elegante, oficina impoluta. Retifico, el triple de mis honorarios. Si tiene tanto dinero, que lo reparta.

– Buenas tardes. –Les saludó mientras daba a ambos un fuerte apretón de manos. De esos que algunos dicen que son sinceros–. Parece que tienen algo importante que hablar conmigo. Sarah no se deja convencer tan fácilmente para dejar pasar a alguien sin tener una cita.

Volvió a sentarse detrás de su escritorio de la misma madera que los paneles laterales.

– Y bien. ¿Qué puedo hacer por ustedes?

Le devuelvo el apretón con fuerza, de lo contrario creerá que es el Alfa, y ya que venimos a interrogarle, es mejor que salga del error.

-Buenos dias, señor Sutton, queremos que nos hable del señor Puig. Nos consta que trabajó para usted. ¿Cuanto hace de eso y porqué lo echaron?

Nada más empezar sé que se va a poner a la defensiva. Los legos piensan que eso es que tienen algo que ocultar, pero no siempre es así, ya que el instinto cuando las cosas no salen como uno esperan es replegarse, concienciarse y replicar.

Para calmar sus instintos, le añado:

-No somos policias, ni está usted en problemas. Pero creemos que el señor Puig está metido en algo, y queremos clarificar los posibles daños que pueda haber causado, quizas incluso a usted sin ser consciente de ello.

Eso eso, psicologia. Convierto nuestro problema en su problema. Si ha recibido algun daño, y no lo sabe, querrá saberlo. Y para ello, antes debe colaborar.

Notas de juego

¿Necesitarias alguna tirada para persuadir? :P

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24/01/2019, 22:03
Joyce "Joy" Reed

Sonrío, agradecida, a la recepcionista cuando llama a su jefe. Da gusto trabajar con gente obediente, siempre puedes saber qué esperar de ellos.

Algo que, obviamente, mi jefe no piensa sobre mí en estos momentos. Noto que me mira molesto pero ni siquiera le devuelvo la mirada

"Hemos pasado ¿no? ¿No era eso lo que queríamos? Si es que no hay quién le entienda"

Gruñe mientras vamos hacia el ascensor. "Pues muy bien, quéjate lo que quieras" pienso molesta por que tengo la sensación de que no valora mis intentos por conseguir que las cosas sucedan como necesitamos.

Al final de un pasillo de moqueta en el que no se oyen las pisadas, la recepcionista nos abre la puerta a un despacho impoluto y un hombre igualmente impecable.

"¡Vaya!" es todo cuanto pienso, deslumbrada. Como amante del orden, este tipo se acaba de ganar mis simpatías y esta simplona recepcionista mi más ácida envidia "¿Como será tener un jefe educado, que da buena imagen y que, casi seguro, te paga todos los meses puntualmente". Casi suspiro al pensarlo, pero me aguanto a tiempo.

Le doy un apretón de manos mientras me fijo en si son callosas y asperas o si tiene hecha la manicura, a juego con todo lo demás en él y en el cuarto.

Pero no hablo. Dejo que Tyler lleve el interrogatorio y escucho bien las respuestas mientras admiro el despacho.

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25/01/2019, 23:16
Big Bob

El bulldog escuchó calmado las explicaciones de Tyler, aunque estas realmente no explicaban nada. Cuando el detective hubo terminado, dio una fuerte calada al puro y expulso lentamente el humo por la boca.

– Big Bob. –contestó entonces al lobo, mirándole directamente a los ojos. No había provocación en esa mirada, pero sí decisión. Viendo que Tyler no parecía saber que quería decir con ello, añadió–. Me pueden llamar Big Bob.

Volvió a aspirar con deleite del puro y siguió.

– Oh sea que Vicente se ha metido en líos, ¿eh? Verán. No se de donde sacan que le hubiéramos echado, pero se equivocan. ¿Por qué iba a querer echar yo a mi mejor director de ventas? Ese cerdo es muy bueno con los números, inteligente y con una mente de lo más afilada. En tan solo un par de años supo convertirse en un trabajador indispensable.

Aunque siempre amable, Big Bob ladraba más que hablaba con voz profunda y enérgica. Dio otra calada al cigarro, cuya punta adquirió un color rojo intenso por un par de segundos. Sacudió el puro para dejar caer las cenizas sobre el cenicero. Había aprovechado el tiempo para pensar un momento.

– Hace poco más de un año vino a verme a mi despacho para comunicarme que no quería seguir trabajando para la West Coast paper company. No hubo forma de convencerle para que se lo pensara mejor. Al día siguiente recogió sus cosas y se marchó para no volver nunca más. No sé que ha sido de él.

Parecía sincero. Al menos Tyler, quien se vanagloriaba de saber leer el lenguaje corporal y las emociones de sus interlocutores como si fueran un libro abierto, no descubrió ningún indició que apuntara a lo contrario.

– ¿Y bien? Les toca. ¿En qué dicen que está metido el bueno de Vicente y de que forma me puede afectar a mí?

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28/01/2019, 18:50
Joyce "Joy" Reed

"¿¿Big Bob?? ¿En serio?" de repente el tipo había dejado de tener un aire elegante para ser catalogado como posible matón al que se le han subido los humos.

Aunque la historia que nos cuenta capta mi atención. 

"Realmente pensaba que había algo de mentira en lo que ese cerdo le había contado a su mujer pero esto es más de lo que me esperaba" pienso mientras escucho como el Sr. Puig abandonó el trabajo.

Cuando Big Bob acaba su parte de la historia, miro al jefe. No tengo claro cuánto quiere contar. Ni siquiera sé si quiere contar algo.

-¿Hace un año, dice? ¡Cielos! Entonces en nada le afecta, creo. Pensamos que podía afectarle por que el lío en el que andaba era de números pero se trata de algo de los dos últimos meses.-

No he dicho gran cosa pero tengo la esperanza de que con eso Big Bob interprete que no le atañe y nos deje ir sin preguntarnos nada más.