Te asomas al pasillo. Es un pasillo estrecho, de madera, que parece desembocar en un salón un poco más adelante. Revisas las paredes y te sorprendes al no ver ni rastro de una instalación eléctrica. De hecho la poca iluminación que te permite ver es la que procede de un ventanal en el pasillo que parece dar a un pequeño porche de madera a través del cual puedes ver un pantano que parece rodear la casa.
Pasillo
Aunque la pared del sur se vea como cortada es continua. Al norte, en el extremo izquierdo está la puerta que da a la cocina (donde te asomas tú) y un gran ventanal. En la pared del este está la abertura que conduce al salón.
Voy al salón pegado a la pared
-Martillo
Avanzas hasta el punto en el que el pasillo desemboca en el salón.
Al igual que el resto de la casa el enorme salón que ahora ves está decorado con el estilo de una casa victoriana antigua. Una gran mesa de madera negra preside la zona central, alrededor de la cual hay una docena de sillas de aspecto pesado y señorial. Hay tres grandes ventanales, uno en cada pared, desde los cuales se puede contemplar el pantano que rodea la casa. Sientes un pequeño brote de angustia al ver agua por todos lados. Parece que la casa se alza en una isla en medio de una marisma.
Tu atención regresa al interior del salón. Encima de la mesa puedes ver varios frascos decorativos de porcelana, además de candeleros con sus correspondientes velas. Hay también una bandeja de plata con tres sobres en ella, uno de los cuales está abierto con la carta que contiene sobresaliendo.
En las zonas de las paredes en las que no hay ventanas cuelgan cuadros que representan extrañas escenas: piedras alumbradas a la luz de luna, hogueras con aquelarres, desasosegantes paisajes que parecen representar una realidad más allá de nuestro mundo, con ángulos extraños que incluso desde la distancia provocan un cierto malestar en los sentidos.
Hay algunos otros muebles auxiliares apoyados en las paredes: mesitas y un pequeño armario.
Por último, en la misma pared por la que te has asomado, pero al fondo a tu derecha hay otra puerta que regresa hacia el interior de la casa.
Leo la carta a la luz de la luna
-Martillo
Te aproximas a la mesa y recoges la carta. A la escasa luz de la luna su texto manuscrito suena todavía más extraño:
Estimado señor Devons:
Después de mucho pensarlo he decidido acceder a su petición. Le remito el libro junto esta misiva. Mi mente racional indica que lo que estoy haciendo es un delirio provocado por la locura de mi pérdida pero mi corazón dicta que si existe la más mínima posibilidad de que pueda cumplir su palabra cualquier riesgo valdría la pena. Tanto mi mujer como yo hemos quedado impresionados por lo que vimos en aquel espejo.
He buscado referencias sobre usted y sé que es un miembro destacado de su comunidad, además de pastor principal de su congregación. Y aunque dudo mucho que la Iglesia apruebe sus 'experimentos' no seré yo quien le juzgue si es capaz de devolver la vida a los muertos.
Mi carrera está arruinada desde el mismo momento en que he aceptado su trato y nuestro futuro en sus manos. Espero sinceramente que cumpla con su palabra y nos devuelva a nuestro amado Edmond.
Atentamente,
Eduard R. Meranton
De pronto oyes el ruido de la madera crujiendo sobre tu cabeza, como si alguien anduviese con cuidado en la planta superior...
Dejo la carta en su sitio/reviso el resto del correo buscando pistas o direcciones
Abres la carta que viene del bufete de abogados en Nueva York:
A la atención de Arthur Devons:
Le informamos que nuestra firma ha decidido rescindir la actual relación de servicios que nos vinculaba a usted y su congregación.
Aunque actualmente ninguna de las investigaciones policiales que se han realizado contra los Hijos del Tercer Día por retención ilegal, homicidio y evasión de impuestos hayan tenido un resultado concluyente nuestros principales socios han mostrado su total repulsa seguir manteniendo contacto alguno con su congregación. Por lo tanto apelamos a la cláusula 23b de nuestro contrato de servicios, relativa a conflictos morales y religiosos, para dar por terminada nuestra relación.En la semana venidera recibirá la visita del nuestro delegado en la zona, Phillip Lambard, que le hará llegar la documentación pertinente para su firma. El señor Lambard le entregará también el cheque con el prorrateo correspondiente a los servicios que dejaremos de prestarle, haciéndose efectivo para el cálculo el momento de envío de esta carta.
A 12 de septiembre de 1897, en la Ciudad de Nueva York.
Fdo. Johantan Harker, Socio Principal
Harker & Morris & Sthendal Abogados
La última carta tiene remite del ayuntamiento de Blenville:
Estimado Sr. Devons:
Nos satisface informarle de que, siguiendo sus deseos, hemos utilizado su generosa donación para comenzar la restauración de la vieja Iglesia de la colina. Le enviamos esta carta con la esperanza de que acepte la invitación para colocar la primera piedra el próximo domingo 26, tras la misa que celebrará en la propia parcela oficiada por el padre Simmons.
Creemos humildemente que en estos tiempos difíciles de falsas acusaciones y maledicencia de sus enemigos una muestra de la gratitud que para con usted tiene nuestra ciudad es la mejor manera de que los incautos comprendan que las mentiras no podrán romper el vínculo sagrado de la familia Devons con Blenville.
Atentamente,
Robert Damwood
Alcalde de Blenville
Dejo las cartas/compruebo que puedo esconderme en el armario en caso de necesidad.
Por desgracia el armario es un armarito clásico para guardar porcelana y es efectivamente lo que encuentras en el interior al abrirlo. Su tamaña es demasiado pequeño como para que puedas ocultarte en él.
Con los pelos de punta por el yuyu, voy por la puerta de la derecha.
Sales por la puerta que está en la zona suroeste de la habitación.
Conduce a un pasillo de madera similar al primero que atravesaste, sólo que éste va de norte a sur. Hay unas viejas escaleras de madera que ascienden hacia la planta superior, cubiertas por una alfombra desgastada de tonos ocres. Por toda la pared de la escalera puedes ver decenas de pequeños retratos familiares colgados.
En la pared del oeste hay nuevamente dos puertas, ambas cerradas. Un viejo reloj de pared con péndulo ocupa el espacio en medio de ambas. No te habías dado cuenta del tic tac hasta que has llegado hasta aquí. Aunque hasta el momento este sitio te ha parecido abandonado está claro que alguien ha tenido que darle cuerda.
Al sur hay un enorme portón doble cerrado, sin duda la puerta principal de acceso a la casa.
Hall de entrada
Intento abrir el portón doble/busco una barca para escapar
-Martillo
Empujas las puertas dobles pero están cerradas con llave. Además parecen muy sólidas.
Te aproximas al reloj. Según sus manecillas son las 3:03. Si está en hora eso quiere decir que llevas casi cinco horas encerrado aquí, porque en el momento del accidente iban a ser las 22:10.
Luego te giras hacia las escaleras y comienzas a ascender por ellas. Los escalones crujen bajo tus pies y mientras asciendes te fijas en la multitud de retratos que pueblan la pared. Son foto de gente, la mayoría niños, vestidos de época. Te llama la atención que todos tienen los ojos cerrados hasta que te percatas de que algunos están en ataúdes. Son fotos de gente muerta. Sabías que en la época victoriana hubo una macabra moda en la que los familiares se sacan fotos con sus difuntos poniéndolos de tal manera que parecieran estar posando, para guardar un recuerdo, pero la colección que pende de esta pared es enorme.
Sientes un escalofrío de inquietud mientras continúas ascendiendo. Las escaleras desembocan en un pasillo similar al inferior y en este caso también hay dos puertas en la pared oeste y una al este, todas ellas cerradas. Un ventanal a tu espalda ilumina la escena tenuemente además de permitirte ver el pantano que rodea toda la casa por la parte trasera de la misma.
En el momento que alcanzas el pasillo de la planta superior oyes un ruido que hace que te sobresaltes. En la planta baja han dado un portazo.
Pasillo planta superior
Pruebo abrir la puerta más cercana a la escalera
SYSTEM ERROR!
Había puesto aquí una escena que no era la que correspondía a tu acción.
Acabo de darme cuenta en el trabajo. En cuanto pueda lo corrijo.
Te acercas a la puerta y tiras de la manija. Está cerrada con llave.
Este es el mensaje correcto :D