Partida Rol por web

Thognar lanzó un hachazo, pero no contra su compañero tal y como le habia ordenado el Traidor, sino contra su enemigo. Y esta vez la fortuna le sonrió.

El hacha del enano surcó el aire y se clavó en la frente del no-muerto. Los ojos se le iluminaron tras el golpe, presas de una mezcla entre pánico e incredulidad. Un grito desgarrador surcó el aire antes de que, desde la herida abierta en su cráneo, comenzara a manar el polvo acomulado de los últimos años. Poco a poco, su enemigo fue convirtiendose en un montón de cenizas. Al segundo siguiente, pasó lo mismo con los esqueletos a caballo que corrian hacia las paredes.

La estancia quedó en silencio. Tan solo la respiración entrecortada de los combatientes, de los vencedores, sujetando aún sus armas con fuerza esperando que algun nuevo enemigo saliera de alguna pared cercana.

Las palabras finalmente salieron de su boca, pero simplemente para alabar la labor del enano - ....alguien que tiene cabeza se expone a que Thognar se la separe del cuerpo. -

De todos modos tampoco disponían de demasiado tiempo para festejar la victoria, no ya solo porque tenían a un grupo al que perseguir, sino porque no estaban en condiciones para hacerlo. No solo eso, el grupo al que perseguían había demostrado ser cuanto menos más inteligentes que ellos o tener más recursos pues habían conseguido burlar entre otros al rey olvidado sin despertar su cólera.

Tenían que lidiar ahora con sus circunstancias y tratar de recuperarse para poder seguir adelante. La recuperación Izhan estaba en manos de Gerald, realmente la recuperación de todos y no tenía ni idea cuánto podía llevar aquello.

Se mantuvo en guardia inspeccionando la habitación dejando a hacer al sacerdote.

Gerald apenas puede creerse la suerte que han tenido. Con evidentes síntomas de haber recibido no una, sino dos fuertes contusiones cerebrales, se acerca a Thognar y le da una palmada en la espalda.

Bien hecho, Thognar. Jamás he dejado de confiar en tu destreza con el hacha.

Dicho esto, se arrastra hasta uno de los muros de la sala y se deja caer, prácticamente vencido por el cansancio y el bajón adrenalínico post-combate.

Bueno, chicos, ¿Y ahora qué? No querría ser aguafiestas, pero Izhan - el ahí tumbado - está más muerto que vivo, aunque yo diría que solamente está un pelo peor que el resto de nosotros. Con un poco de suerte podría hacer que recobrara la consciencia, pero esto aún le dejaría a mil millas de estar bien. 

Gerald soltó un bufido, dispuesto a decir lo que todos estaban pensando.

¿Cómo veis la posibilidad de dar media vuelta y volvernos por donde hemos venido?

El enano con la adrenalina del combate apoyo el hacha en el suelo y buscó rápidamente nuevos enemigos. Al entender que estaban allí solos agradeció las palabras de sus compañeros y se relajó por un instante para tomar aire.

- Grrracias compañerrros, mi hacha está a vuestrrro serrrvicio. Necesitamos recuperrrarrrnos de las herrridas antes de continuarrr, perrro no crrreo que volverrr atrrrás sea una opción Gerrrald -dijo mirando fijamente al clérigo-. Si puedes hacerrr algo porrr Izhan, yo tengo aún alguna poción. ¿Qué opinas pequeño? -dirigiéndose esta vez al gnomo, aunque es su tono se descubría el aprecio que había desarrollado durante su aventura por sus compañeros-.

- Partiendo de la base de que en esta empresa nos hemos embarcado voluntariamente, por lo que creo que cada uno es libre de decidir qué hacer, creo que la vuelta atras no es una opción y, en el fondo,  todos lo sabemos, Gerard. Es cierto que esta ha sido una prueba muy difícil, sin embargo, otras por las que ya hemos pasado lo han sido incluso más, hasta el punto de que en ellas han perdido la vida compañeros.- 

- Además está el laberinto, es decir, que ni aunque quisiéramos podríamos encontrar la salida volviendo sobre nuestros pasos. No, hemos de avanzar. - dijo finalmente con resolución, tratando con sus palabras de levantar el ánimo de sus compañeros. - Que ello implica que tengamos que descansar, sea, tampoco tiene sentido encontrar a nuestros perseguidores sin posibilidad alguna de combatirlos.-

- Veamos cómo nos podemos acomodar para recuperarnos lo mejor posible y en cuanto estemos en condiciones de seguir, avancemos. Creo que es lo mejor.-

Viendo que sus compañeros estaban dispuestos a continuar, y sin ganas de discutir, Gerald se acercó a Izhan y trató de reanimarlo con el único rezo que aún podía pedir a su dios.

Gerald impone sus manos sobre el moribundo mago, que poco a poco empieza a recobrar la consciencia.

Bienvenido de nuevo al mundo de los vivos, Izhan. Ha faltado poco...

Mientras Gerald imponía sus manos sobre el mago, el guerrero enano quiso acercarse a los restos del enemigo que acababan de vencer.

- Quién errra en rrrealidad... Quizá ha sido algún trrruco del grrrupo al que perrrseguimos. Tendrrremos que orrrganizarrr guarrrdias si pensamos descansarrr aquí -dijo mientras se agachaba sobre las cenizas-.

Tienes razón, Thognar. Yo haré la primera; los demás, tumbaos donde podáis. Os habéis ganado un más que merecido reposo. Ya despertaré al siguiente cuando sea la hora.

Dicho esto, el clérigo buscó un rincón con buena visibilidad, se puso cómodo y esperó, mientras contemplaba -no sin cierta envidia- cómo sus compañeros caían plácidamente dormidos.

Todo da vueltas. Al principio es como salir de un delicioso sueño, con el cuerpo entumecido por un descanso harto necesario a la par que merecido. El hormigueo en las puntas de mis extremidades va atenuandose mientras recupero la sensibilidad y voy saliendo del sopor hacia la realidad y la consciencia. Poco a poco el dolor va surgiendo. Las heridas empiezan a escocer, la falta de sangre impide que mi cabeza se despeje del todo y una sensación de miedo a la par que de genuino malestar me inunda. 

-¿Qué ha pasado exactamente?-Pregunto al levantarme.

- Ahorrra es momento de descansarrr Izhan, ya habrrrá tiempo de contarrr historrrias -dijo el guerrero enano mientras se desabrochaba su armadura y la disponía junto al lugar donde había improvisado una cama.

Thognar se acomodó entonces sobre el suelo de piedra, entre sus armas y el resto de sus cosas.

- Yo me ocuparrré de la última guarrrdia, hasta entonces amigos -se despidió el enano antes de cerrar sus ojos-.

Mientras se aposentaba en su rincón, listo para hacer la primera guardia, Gerald puso a Izhan en antecedentes.

Ha aparecido el Rey Olvidado, al que supongo el oscuro protagonista de la historia que las paredes de esta olvidada fortaleza nos han ido contando. Estaba acompañado de dos soldados más. Se han levantado en armas contra nosotros, y apenas hemos sobrevivido al encuentro. Creo que hemos logrado mandarle al Infierno definitivamente... pero tampoco pondría la mano en el fuego por ello. Con suerte jamás le volveremos a ver. Pero aún nos queda mucho camino por recorrer. Ahora descansa y recupérate de tus heridas; mañana será un día duro.

Malickud comenzó a buscar con cuidado. Al pasar cerca de una pared, muy proxima a donde habian estado peleando, le parecio escuchar ruidos extraños. Al pararse en seco y tratar de averiguar de donde venian, encontró una puerta secreta que podria moverse con facilidad.

Al acabar su guardia, el enano despertó al resto de sus compañeros. El guerrero había aprovechado las últimas horas de su turno para poner a punto su equipo, limpiando y afilando su hacha.

Thognar agradeció tranquilidad después del intenso combate contra el Rey, sus músculos se encontraban de nuevo descansados y sus heridas habían dejado de sangrar. Sin embargo, algo en su interior le hacia estar intranquilo, quizá fuese la magia de ese lugar o quizá presentía que pronto encontrarían nuevas dificultades. 

- En pie amigos, es horrra de continuarrr -dijo sin alzar la voz, mientras se acercaba para despertar a cada uno de ellos-.

Vaya, parece que hemos dado con algo interesante...

Gerald se acercó con curiosidad a la puerta secreta que había encontrado Malickud.

Deberíamos continuar por aquí; quién sabe hacia dónde nos llevará, pero podría ser un atajo.

Y un atajo era lo que más les convenía, viendo los peligros que se hallaban en el camino principal. Si seguían por allí, quizás no lograrían llegar vivos hasta su meta.

El gnomo, aunque comentó su descubrimiento nada más hacerlo, pocas ganas tenía de ir a investigar de qué se trataban aquellos ruidos, así que contuvo su natural curiosidad hasta que todos pudieron descansar.

Ya descansado y recuperado era el momento de volver a ponerse en marcha. - ¿Estamos? Veamos qué tenemos tras esta puerta.- 

Antes de abrir la puerta secreta, se paró a ver si escuchaba los ruidos que con anterioridad había escuchado en el momento de su descubrimiento.

El guerrero enano, ya con todo preparado, asió su escudo y su martillo mientras avanzaba con decisión hacia la puerta.

- Yo irrré delante