Partida Rol por web

Las cavernas de Thracia

1. - La ciudad perdida

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17/05/2020, 00:43
San Dámasor

Con ropa adecuada para este entorno o sin ella, a mis viejos ojos les sigue pareciendo que Eldrid se mueve con la agilidad felina de su raza. Sin duda, lo hace con mucha mayor seguridad que yo mismo, que tropiezo aquí con una raíz que sobresale y allí con un desnivel del suelo. Es un milagro de Raziel el que no me rompa la crisma.

Por fortuna, no debemos caminar mucho antes de llegar hasta el siguiente edificio. El lugar parece abandonado y ese es un agradable cambio respecto del anterior. Me gusta su sencillez y el que dé la sensación de que nadie lo ha visitado en mucho tiempo. Con un poco de suerte, mis compañeros accederán a hacer un alto y a sacar algunas provisiones mientras examino las heridas de nuestra tigresa. Parece que las heridas de nuestro último encuentro todavía la aquejan.

Notas de juego

Lanzo un "reloj de la muerte" para ver cómo de heridos estamos. ;)

Conjuros preparados:
- Nivel 0: crear agua, detectar veneno, luz, reloj de la muerte, reloj de la muerte
- Nivel 1: buenas bayas, curar heridas leves2, curar heridas leves2, quitar miedo, hablar con los animales, santuario
- Nivel 2: calmar emociones, calmar emociones, curar heridas moderadas2, curar heridas moderadas2, curar heridas moderadas2, lentificar veneno2
2: Conjuración (curación)

Dámasor (13) → 28/28 pg

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17/05/2020, 11:39
Narrador

El hecho de que Eldrid estuviera merodeando y buscando por las cercanías como Tobías, distrajo parcialmente al explorador de su análisis sobre el edificio. De modo que bajó al sótano para apartarla de su vista un momento y centrarse en lo que hacía falta.

El sótano, o la habitación del subsuelo, era enorme. En una de las paredes había oquedades con forma de rombo, la piedra había sido tallada para darle forma y aún habían tenido tiempo de moldear alguna forma. Las columnas mantenían medio suelo del piso superior, se filtraba el sol por las rendijas y el polvo que Tobías había levantado al caer silueteaba los haces. Mientras inspeccionaba, algo en el ambiente le llenaba la nariz de recuerdos, aunque no podía identificarlo demasiado bien. Eldrid bajó con él, distrayéndolo de nuevo con sus tropiezos y gruñidos. Tobías sacudió la cabeza para no pensar en esos gruñidos en otro tipo de situación y se pasó la mano por la cara centrarse.

Un conejo saltó de un arbusto, asustando a Mayra. Había visto algo allí y no quería ser emboscada de nuevo. Aunque no es que hubiese visto muchos conejos en su vida y principalmente los había visto guisados, la criatura era bastante grande y rápida, desapareció enseguida entre la floresta. Vika también vio algo, pero como el conejo pasó como un rayo por delante de ella, tampoco le dio más importancia.

Tobías pudo volver a su labor de buscar. El lugar había sido saqueado, el paso del tiempo lo había dejado completamente vacío. Miró las oquedades y descubrió manchas oscuras. De repente le vino una idea a la cabeza. Y el olor que había por debajo del olor de la humedad. Vino. Fermento. Uva. En Kaltarum, uno de los enanos le había descrito casi a diario lo que pensaba construirse cuando fuese libre. Un lugar en el que guardar alcohol. Tal vez producirlo. Vino. Licores. Sí, podría ser. En uno de los huecos contró algo entero, un trozo de piedra. La sacó con mucho cuidado, sopló el polvo y pasó la mano hasta deducir que se trataba de una tablilla. Tenía algo escrito. Lo leyó varias veces, no se entendía muy bien, era un idioma tosco y brusco, la escritura no era la mejor y estaba algo borrada.

Se dio cuenta de que estaba escrito en enano.

Distinguió "entrada", "piedra", "oscuro", "construcción", "colono" y "arriba".

No mucho más. Aunque eso era lo que él entendía, podía significar otra cosa diferente, esas runas eran imposibles de leer.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Sino me equivoco, la cosa está así

Damasor (28/28)
Vika (37/44)
Mayra (31/31)
Tobias (47/51)
Eldrid (22/65)

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17/05/2020, 19:42
San Dámasor

Siguiendo los pasos de Eldrid, me interno en el ruinoso edificio y bajo las escaleras que conducen al sótano. Ahí abajo se está mucho más fresco y ese es un cambio agradable respecto del exterior. También está oscuro, pero el sueva resplandor dorado que emite mi cuerpo me permite apreciar los motivos decorativos que adornan las paredes.

En cualquier caso, nunca he sido ningún entendido en arte y no les encuentro ningún sentido. Por lo que a mí respecta, no son más que dibujos más o menos curiosos.

Más que los pictogramas, me preocupa el estado físico y emocional de la tigresa, que tanto ha sufrido desde que viaja en nuestra compañía. Si a ella no le molesta que eche un vistazo a sus heridas, veré qué puedo hacer para que se sienta mejor.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Toque curativo a Eldrid hasta los 32 pg y después, "curar heridas moderadas". Total 48/65 ;)

Conjuros preparados:
- Nivel 0: crear agua, detectar veneno, luz, reloj de la muerte, reloj de la muerte
- Nivel 1: buenas bayas, curar heridas leves2, curar heridas leves2, quitar miedo, hablar con los animales, santuario
- Nivel 2: calmar emociones, calmar emociones, curar heridas moderadas2, curar heridas moderadas2, curar heridas moderadas2, lentificar veneno2
2: Conjuración (curación)

Dámasor (13) → 28/28 pg

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17/05/2020, 21:26
Tobías

Sí que es una buena armadura, respondió Tobías a la sacerdotisa. Aunque yo prefiero una más ligera, dijo, señalando su propia armadura, una fina malla de anillos entrelazados forjados en mithral. Y no imagino a Eldrid cómoda con ninguna de las dos. 

El aroma en el sótano lo sorprendió. No hubiese sido capaz de captarlo si no hubiese sido por su olfato bien entrenado durante largos periodos de privación sensorial, pero aun así, no concebía cómo podía permanecer el olor tras siglos de desuso. Lo que probablemente quería decir que ese desuso era mucho más reciente. Tal vez, lo que quedaba del sótano debía haber sido empleado como bodega por los calaveras, por los hombres bestia, o por otros...

La tablilla que encontró suponía otro enigma. Las runas estaban tan deterioradas que solo podía distinguir un puñado de palabras. Entre ellas, una llamaba la atención por encima de las demás.

¿Sabes de algún enano entre los miembros de anteriores expediciones? preguntó, llamando la atención de Mayra con la mano.

Aunque parecía demasiado erosionada para haber sido grabada recientemente. Y, aunque las estelas de piedra talladas eran habituales en los asentamientos enanos, abandonados y habitados por igual, el uso de tablillas para la escritura de mensajes era inusual. Al menos, en su experiencia. 

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18/05/2020, 23:04
Vika

Vika miraba desde la zona elevada a Tobías. Apoyada sobre su espadón esperaba instrucciones atenta a todo lo que les rodeaba. Los conejos no solían ser peligrosos. Sólo había oído una vez hablar de un conejo terrible que custodiaba la entrada de una cueva y que mató a varios caballeros y espantó al resto, pero nunca supo si esa historia era cierta o no, pero se inclinaba más al no.

¿Enanos en Thracia? - Preguntó. - Nunca había oído sobre enanos en Thracia... - Afirmó. Aunque claro, tampoco es que supiera nada sobre Thracia.

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18/05/2020, 23:19
Mayra

A Mayra le hubiera gustado atrapar a ese conejito tan blanco y mono. Mimarlo, abrazarlo, y dedicarle un apelativo cariñoso como Buneary. En absoluto le había dedicado al conejo pensamientos tan sombríos y sangrientos como los de Vika.

—No había enanos en la antigua Thracia. Ni ninguna otra raza no-humana, aparte de hombres-bestia y dragones —aclaró Mayra, que recogía todas las preguntas en el aire que dejaban sus compañeros—. Lo que implica, necesariamente, que las escrituras que has encontrado deben de ser de expedicionarios anteriores del Imperio. En absoluto frecuentes pero...

Rehuyó la mirada de Tobías un momento antes de buscarla otra vez.

—Por este tipo de cosas estás aquí, Tobías. Tú eres el experto.

Abrió la boca, deseando decir algo que diluyera la sensación de que era una herramienta más del Imperio.

—Lo que quiero decir es que...

¡Joder, no sé lo que quiero decir!

—...El Imperio escogió vuestros talentos con cuidado. En mi cabeza formáis un rompecabezas perfecto, cada uno ofrecéis algo que el Imperio necesita...

Yo estoy aquí por mediación de mi tío, y nada más. Esa es la puta verdad. Soy un fraude, ojalá el Maestro Inzalenor estuviera aquí.

Le faltó valor para pronunciar esas palabras en voz alto. En vez de ello, abrió y cerró la boca varias veces, boqueando como un pez fuera del agua.

Yo estoy aquí para guiaros ofreció su astucia, pero se negó a pronunciar una mentira.

Y yo os ayudaré en todo lo que pueda —dijo al fin.

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19/05/2020, 10:30
Tobías

Tobías se echó a reír. Era difícil identificar a Mayra con los magos con los que había tratado durante los últimos años. Todos ellos irradiaban arrogancia, convencidos de que eran gente de importancia, y tipos como Tobías estaban muy por debajo de su menor consideración.

Supongo que has dedicado tu vida a estudiar con tus libros y tus maestros, y ahora que estás fuera de los muros la torre, en el "mundo real", piensas que todo lo que has aprendido no sirve de mucho, dijo el joven. Date unos días de tregua para acostumbrarte. A menudo, uno no se da cuenta de lo que es capaz de hacer hasta que lo ha hecho. A veces, ni siquiera entonces se da cuenta...

No vio nada más en las oquedades, ni entre la maleza. Aflojó la correa de los anteojos y los dejó caer hasta que quedaron colgados del cuello, como un extravagante collar.

A mí me da confianza que estés aquí, añadió.

Con la tablilla en una mano, emprendió el ascenso, trepando de roca en escombro, de escombro en cascote.

Está muy estropeada, decía mientras subía. Y es raro que alguien use tablillas de piedra para escribir. Pero... Se detuvo un momento y se encogió de hombros. Puede que el enano no tuviese papel. En fin, no lo sé. Y no importa, porque no queda mucho que se pueda leer.

Ni siquiera tenía por qué ser un enano. En Kaltarum, muchos comerciantes podían leerlo, y algunos incluso escribirlo y hablarlo. por no hablar de eruditos, historiadores, y saqueadores de ruinas como él.

Solo algunas runas sueltas, dijo. Entrada, piedra, oscuro, construcción, arriba... y colono, por cierto.

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23/05/2020, 21:21
Eldrid

Eldrid lanzó un suspiro cuando Dámasor sanó sus heridas. Estaba bastante herida, pero la tigresa no se había quejado en ingún momento. Estaba acostumbrada a pelear, a sufrir daño y a soportar el dolor. Estando en su forma humana, se la veía más frágil que de costumbre y la muchacha sonrió al anciano cuando éste aplicó su toque curativo.

-Gracias.

Más animada, se paseó por la zona con más destreza que antes, moviéndose con la gracia natural que siempre habían visto en ella. A los pocos pasos, tropezó con los tacones de las botas, pero logró mantenerse erguida. Lanzó a Mayra un ronroneo.

-Poco práctico.

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23/05/2020, 21:57
Narrador

Las casas de nueva construcción se encontraban en la zona norte de las ruinas, de modo que el grupo se dirigió hacia el río que dividía en dos toda la superficie de lo que en otro tiempo había sido una gran ciudad. Tobías se guardó la tablilla, por si en un futuro podía servir para algo. Rodearon el edificio en ruinas, ya no había nada más que ver allí, y continuaron hacia el norte.

Enseguida vieron a su derecha otra edificación en ruinas. Desde allí no se veía muy bien, era grande, o lo había sido, porque ahora solo quedaban ruinas. Aún así, un vistazo desde la distancia les permitió intuir las formas de unas estatuas, esculturas quizá, de dioses antiguos. No se detuvieron allí, prosiguieron hacia el río. De la siguiente edificación solo quedaba un palmo de muro de piedra, ni siquiera había restos de cascotes o piedras para intentar averiguar qué podía haber sido.

A medida que avanzaban, el sonido del río llegaba con claridad, los árboles y la hierba era más alta y arrojaba sombras. La temperatura era cada vez más fresca. Cuando finalmente llegaron al borde del río, lo primero que vieron fue un gran edificio de piedra negra, reconstruido en algunas secciones con madera. Numerosas antorchas estaban encendidas a su alrededor, dos hileras de braseros parecían conducir a la entrada. Una entrada custodiada por personas. Estaba todavía demasiado lejos para ver nada. Eldrid caminó por el borde del río, pero no se veía ningún puente a la vista.

Se inclinó para tocar el agua. Estaba limpia, cristalina, los peces iban y venían. La corrente no era especialmente fuerte. Unos metros más allá, una zona del margen del río estaba cubierta de piedras y de unas estatuas con forma de anfibios brotaba agua. Un par de figuras paseaban por allí, en el centro del río había alguien.

 

 

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24/05/2020, 00:00
San Dámasor

A medida que nos acercamos al río que hemos visto desde las alturas, el sonido del agua me produce una sensación tranquilizadora que me llena de paz. Del mismo modo que el agua estancada es muerte, el agua que fluye es vida, es algo bueno para el cuerpo y para el alma. Y mis doloridos pies necesitan de esa bondad.

Me acerco al río y me refresco los brazos y mis barbudas mejillas. Al otro lado creo distinguir personas que deambulan de acá para allá y las saludo haciendo grandes aspavientos con mi bastón. No doy voces, pero tampoco quiero que piensen que nos acercamos a hurtadillas a sus tierras como ladrones de ganado.

—¿Pe-pe-pensáis que esos son los Ca...laveras? —pregunto a ninguno en particular de mis compañeros— Me... me los imaginaba con ro-ropas negras y caras pintadas de blanco co-como cráneos des...carnados.

- Tiradas (1)
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24/05/2020, 09:05
Vika

- No lo podemos saber. - Respondió Vika. - Pero desde luego que tenemos que avanzar con cautela. No sabemos cómo van a reaccionar. - Miró a aquel ingenuo hombre de bondadoso corazón.- Mientras tú crees en la bondad innata se la gente, yo ya he visto demasiado odio y demasiada rabia, como para dar por válida tu teoría 

No dijo nada más, simplemente miró al resto para saber si estaban de acuerdo en seguir avanzando. Cuando supuso que así era, a eso habían ido hasta allí y sin duda ya les habían visto, comenzó de nuevo a caminar sin perder de vida a Eldrid. Le había cogido cierto cariño a la bestia y no quería que nada le pasara. Además como guía y en combate era muy valiosa.

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24/05/2020, 20:47
Tobías

Tobías pensaba en los caprichosos estragos del tiempo, que dejaban en pie unos muros y hacían caer otros, desfiguraban unos relieves y de otros pasaban de largo. No pensaba preguntándose por su naturaleza, ni sus causas, sino como fuerza del estiramiento de una imaginación normalmente confinada entre los límites de lo individual. Era una sensación que ya había experimentado en las ruinas enanas, y que adquiría más fuerza en aquel antiguo lugar donde quienes habían morado eran humanos como él.

En cuanto alcanzaron el río, sin sufrir más emboscadas, vieron la huella de quienes aún vivían en aquel lugar. Algunas estructuras habían sido erigidas por completo. Otras eran antiguas, apuntaladas y reparadas burdamente por hombres y mujeres que parecían haber olvidado quiénes fueron una vez. No solo vieron las estructuras, sino a los propios habitantes. Personas, humanos, como había revelado el gnoll.

Tratemos de no mostrar hostilidad, pidió. Vika y él llevaban armas y la vista, y no podían esconderlas. Dámasor, Mayra y Eldrid, en cambio, podían pasar por civiles. Con suerte, la indefensión aparente del trío les ayudaría a que no les recibieran, por una vez, a golpes. 

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24/05/2020, 23:17
Mayra

—El edificio con estatuas es una suerte de casa de baños, erigida en honor a la diosa Gabriel y a las ninfas del agua conocidas como ondinas —aportó Mayra—, pero no parece estar en uso. En cambio, la gente parece estar bañándose en el río y las aguas que brotan de las estatuas en forma de rana. No he leído nada en los informes del Imperio sobre algo parecido, de modo que debería ser una construcción reciente. Sí que había leído, en un libro que leí una vez, sobre una teoría de dioses primigenios* o primordiales en el que a los dioses masculinos se les representaba con cabeza de rana y a las mujeres con cabeza de serpiente. ¿Me pregunto si tiene algo que ver?

Por último, señaló el edificio reconstruido.

—Eso tiene pinta de templo —señaló lo que para ella parecía obvio—, de Azrael.

Ensayó una pose apoyando el peso de su cuerpo sobre el bastón.

—Me parece bien eso de no parecer hostiles pero empiezo a no estar segura de si esto servirá de algo. Empiezo a pensar que la idea del contacto pacífico con los nativos era... —ensayó un gesto de disculpa en dirección al santo—, ingenua. Por favor, Tobías ten tu arma preparada** por si las cosas se tuercen.

No creía que hiciera falta que alguien le dijera a Vika que hiciera lo propio.

- Tiradas (2)

Notas de juego

*: Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn

**: sí, sí, adelante. Que alguien lo diga.

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25/05/2020, 00:20
Tobías

Tobías se estrujó la frente y deslizó los dedos alrededor de los ojos, hasta la nariz.

Siempre, respondió. Su espada seguía atada a su espalda, y llevaba el guantelete claveteado en la mano derecha. No me seduce tomar parte en un genocidio, aunque sea en defensa legítima. O morir, lo que era más probable en condiciones de inferioridad numérica. Ambas opciones eran horripilantes. Ten preparados los conjuros, por si acaso.

Si los calaveras, o caminantes de la muerte, atacaban sin mediar aviso alguno, nadie iba a convencerle de que los arcanos sabían que los enviaban a participar en una carnicería.

Si acabamos a espadazos otra vez, podemos empezar a pensar en otra estrategia. 

¿Dámasor? Invitó al maduro sacerdote a tomar la iniciativa, caminando a su lado mientras se acercaban a la fuente de los batracios, o de los dioses primigenios.

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13/06/2020, 18:52
Narrador

Dámasor hizo gestos a las figuras del río para llamar la atención de los lugareños. La persona que estaba en el centro de la corriente del río parecía concentrada en lo que hacía, de modo que no hizo caso al sacerdote. Las figuras del otro lado sí que se percataron de la presencia de los aventureros. Eran cuatro figuras, una de ellas parecía la de un niño, otras dos podían ser mujeres y el último, tal vez, un hombre. Ninguno vestía símbolos extraños o representativos, o al menos no se apreciaba desde la distancia. Una de las mujeres le dijo algo al niño y éste corrió para dirigirse hacia la edificación reconstruida que Mayra había identificado como un templo del culto de Azrael. 

Mientras tanto, el hombre en el centro del río, desnudo de cintura para arriba, hundió los brazos en el agua y sacó un pez enorme, que comenzó a aletear de forma salvaje. Era bastante grande, pero el pescador sostuvo al animal y comenzó a caminar hacia la orilla dando tumbos, mientras el pescado le atizaba en la cabeza con su aleta, luchando por su vida. A decir verdad, solo se apreciaba el chapoteo y cómo el agua salpicaba en todas direcciones, mientras desde la otra orilla le gritaban ánimos o simplemente, que se alejara de los aventureros porque corría peligro. Una vez llegó a tierra firme, tras unos minutos de lucha, los otros tres se apresuraron a ayudarle y señalaron a su espalda.

A partir de ese momento, se formó un buen revuelo. Unos pocos arqueros se apostaron al otro lado, el chiquillo de antes reapareció para dar órdenes, el pescador hizo gestos para que todo el mundo mantuviera la calma, dos hombres armados con toscas armaduras se presentaron junto a las estatuas de anfibios. No atacaron, pero parecía que se estaban preparando para una defensa. Se comunicaron entre ellos en un idioma que no entendieron, aunque era diferente al que había empleado el gnoll o la bestia tigre. Dámasor no lo escuchaba desde allí.

Eldrid señaló entonces una pasarela natural de piedra por la que comenzó a cruzar una pequeña comitiva de media docena de personas, todas armadas con espadas rudimentarias y armadura de cuero, menos una, que portaba túnica y bastón. En cuanto se acercaron, pudieron ver su aspecto más de cerca y, sin duda, se trataba de los Calaveras. Los armados portaban la cara pintada de blanco, como la de una calavera, y el que llevaba túnica, portaba una máscara que muy posiblemente estaba formada con los huesos del cráneo de alguien, adornado con plumas y estrafalarios abalorios. Del bastón colgaban cuentas que chocaban entre sí, huesos, probablmente, provocando un tintineo que en cierto modo daba escalofríos. La comita se detuvo ante los aventureros. Tres hombres armados y dos mujeres se apostaron alrededor del personaje con túnica, que era en realidad una mujer, y vigilaron los alrededores en busca de alguien más.

Eldrid se puso detrás de Mayra.

La mujer dio un paso adelante para estudiarles, a través de las cuencas de la calavera de su máscara se podían ver sus ojos verdes, un brillo de inteligencia bastante más superior del que habían visto hasta ahora.

-Forasteros, ¿verdad? -dijo, su forma de hablar era mucho más suave y el acento menos marcado. Era un idioma desconocido, pero mucho más agradable de escuchar, porque dejaba una sensación mucho más civilizada-. Declarad vuestras intenciones y solo Azrael podrá juzgar si son hostiles o pacíficas. Aunque -alzó un dedo y señaló al sacerdote-, si no habéis atacado todavía, es que no sois de los Hombres Bestia.

Notas de juego

Mayra: tirada de INT, +1 por cada idioma conocido, +4 circunstancial por estudios de Thracia
Tobías y Vika: INT, +1 por idioma

CD 23+ y más o menos podréis entender la versión más moderna del idioma tracio.

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13/06/2020, 22:05
San Dámasor

A pesar de nuestra manifiesta inferioridad numérica, son los lugareños los que parecen estar más asustados de descubrir nuestra presencia a juzgar por el recibimiento que nos brindan.

—Que los dioses os be-bendigan y os den pro... prosperidad —saludo a la comitiva que ha salido a nuestro encuentro con mi genuina candidez—. Sois los pri-pri-primeros que no nos atacáis nada más vernos y ese es un cambio a...gradable, os lo aseguro.

Me vuelvo hacia mis compañeros, acostumbrado ya a estas alturas a hacerle de traductor de los nativos.

—Nos sa-saludan y preguntan por nuestras intenciones y si somos fo-forasteros.

—Sí, somos fo-fo-forasteros —le respondo a la chamana de los huesos—. Nuestro barco nau...fragó y el mar nos arrojó a la costa. No le deseamos ningún mal a nadie, somos personas de paz admirando la be... belleza de esta isla y sus poblaciones.

»¿Po-podríais decirnos qué lugar es este y qué gentes la habitan? Encontramos ho-hombres-tigre y ho-hombres-hiena en el ca... camino hasta aquí. Pero prefirieron a-a-atacarnos sin provocación en lugar de parlamentar. Si vosotros adoráis a los dioses antiguos como yo lo... lo hago, es evidente que sois di-di-diferentes del resto de ha-habitantes de esta isla. ¿Más hospitalarios tal vez?

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13/06/2020, 23:25
Tobías

Viéndolos tan de cerca, fue evidente por qué el gnoll los había identificado como "calaveras". Los guerreros, si es que lo eran, pues estaban armados de forma bastante más precaria que los hombres bestia, llevaban los rostros pintados con motivos que recordaban a calaveras. La portavoz llevaba una máscara confeccionada con huesos de cráneo. 

Tobías estaba de acuerdo con Dámasor. Que no los atacaran a primera vista —más aún, que no se desviaran de su camino para salirles al paso, como el hombre tigre y sus animales, o les emboscaran, como los gnolls— era un cambio agradable, y refrescante como el agua en el desierto, o la jungla. Lo que no cambiaba era la incomprensión. Estos humanos hablaban una lengua diferente a la de los hombres bestia, pero para Tobías era tan desconocida como lo había sido aquella.

El joven se sorprendía, todavía, al comprobar cómo el sacerdote hereje se entendía con estos tan bien como con aquellos, sin necesidad de dejar de hablar su lengua. O lo que Tobías entendía como su lengua. Se preguntaba si realmente estaría hablando el anciano en el idioma del Imperio, o si su voz, infundida del don de Rashiel, se expresaba en una lengua primigenia que precedía al propio lenguaje. 

Incapaz de intervenir en la conversación, repartió su atención entre el grupo de Caminantes de la Muerte y los alrededores. No temía a la mujer enmascarada ni a los guerreros que la protegían. Tal vez pecaba de confiado, o se dejaba engañar por el pobre armamento de los guardianes, pero no creía que supusieran una amenaza, incluso si terminaban recurriendo a las armas. Sí temía  a los hombres bestia, que bien podían estar acechándoles desde las sombras y la maleza, dispuestos a echar por tierra su primer encuentro pacífico desde que habían salido del campamento. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tobías se mantiene atento a los alrededores. 

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14/06/2020, 08:23
Vika

Por fin se toparon con alguien no hostil. Era de agradecer después de los anteriores recibimientos. Los calavera eran humanos al fin y al cabo y tenían mucho más desarrollada la capacidad del raciocinio que las bestias. Incluso aquellos primitivos humanos eran mucho más civilizados que las hienas y los hombres tigre. Sólo esperaba no equivocarse con ellos, pero estaba bastante segura que los calavera podían llegar a ser un buen apoyo para ellos en aquel lugar.

Por todo ello Vika, trató de no parecer hostil. No llevó las manos a la empuñadura de su arma y trató de sonreír ligeramente para parecer amigable, aunque lo cierto era que eso de sonreír no era su fuerte. Fuera como fuera, era Dámasor, como casi siempre, quien podía comunicarse con aquellos trogloditas y sólo esperaba que su diplomacia surtiera efecto por una vez. Desde luego, si no lo conseguía con aquella gente, sería inútil seguir intentándolo y más fácil sería pasar a cuchillo a todo aquel que se les encarase.

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14/06/2020, 09:32
Mayra

Mayra se esforzó por seguir el curso de la conversación aunque le siguiera pareciendo una jerigonza incomprensible y eso que ella dominaba varios idiomas a nivel nativo. Intentó activamente reconocer qué palabras se repetían para localizar los artículos y nexos, y distinguirlos de las palabras más importantes: verbos y sustantivos, pero de momento el mensaje le eludía.

- Tiradas (1)
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29/06/2020, 12:29
Akisha Taiersar

-¡Por Azrael! -exclamó la mujer-. Atacados sin provocación, así son las Bestias que nos rodean -declaró, aunque parecía hablar para los suyos más que para los extranjeros. Los guerreros pintados con calaveras asintieron ante las palabras de la mujer con túnica; probablemente, ellos también habían sufrido esos ataques.

La mujer se acercó al anciano después de pedir a los suyos que bajaran la guardia, aunque los guerreros seguían un poco nerviososo y evaluaban a los presentes. Sus armas eran toscas, las espadas no parecían de hierro, sino más bien de madera y hueso. Sus armaduras eran de cuero, sin refuerzos metálicos de ningún tipo. Iban adornados con penachos de colores y pinturas de calaveras. Era todo bastante primitivo, como si el progresos jamás hubiese llegado allí, o, quizá, los hubiese pasado por encima y habían regresado a un momento primigenio. Sin embargo, que no portaran armas de metal no los hacía menos peligrosos...

-Os encontráis en Thracia, mi buen amigo, y yo soy Akisha Taiersar, sacerdotisa de Azrael, el Primer Pastor -dijo, poniendo la mano sobre su pecho para hacer una especie de reverencia, haciendo tintinear los huesos de su bastón y los que portaba también colgando como pulseras, collares y abalorios por todo el cuerpo. La túnica portaba aberturas por las que se podían apreciar las piernas desnudas, de piel morena pintada con símbolos blancos; también iba descalza y no portaba ninguna otra protección adicional. Le ofreció la mano a Dámasor-. Si habéis sufrido un naufragio es una gran tragedia. Debéis estar confusos todavía, seguro que cansados y molestos por semejante recibimiento. Os atacaron los Hombres Bestia, esas viles criaturas que quieren destruir nuestra forma de vida. Acompañandme, por favor. No sois los primeros en llegar a Thracia tras un accidente, seguro que tenéis muchas preguntas. Azrael no ha venido por vosotros todavía, pero aquí estáis bajo su protección.

Los soldados se dispusieron para rodear al grupo, pero sin sostener las armas. Akisha ofreció a Dámasor pasar hacia el puente de piedra, invitando al grupo a pasar al otro lado del río.

-Siempre es un placer encontrar extrajeros -comentó, quizá sonriendo, pero no se podía apreciar demasiado bien bajo su máscara de calavera.