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Las Cronicas de Giovanni: La Última Cena

Escena I: En Compañía de Extraños

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25/06/2019, 13:39
[Abandono] Griselda Ardelean
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Finalmente no pude alcanzar a Arpád antes de que saliera, con lo que me vi en la obligación de salir tras él. Mientras lo hacía, pude escuchar las últimas palabras de Lothar, esas que parecían librar al monje de un castigo físico. Aquello me suponía un consuelo, pues no deseaba que aquel hombre terminara mal parado por su mente enferma, pero también porque de encontrar los guardias a Arpád quizás estos también fueran más benevolentes.

Aun así quise ir tras él para disuadirle, pues no creía que aquellos soldados fueran a ver con buenos ojos que nos inmiscuyéramos en sus asuntos, fueran de la índole que fueran.

Lo primero que me encontré al salir fue el rizado cogote de Arpád, pudiendo ver más allá cómo terminaban de llevarse al monje y un gran carromato que supuse que sería en el que iríamos a casa de Giovanni. Mi mirada se distrajo un segundo con aquel carro, pero en seguida se volvió hacia mi compañero, quien se giró en seguida hacia mí con una sonrisa y me explicó el por qué de su “escapada”.

Lo que decía tenía mucho sentido, aunque fruncí el ceño ante la idea de que el monje necesitara de sus tratamientos. ¿No había dicho Lothar que no iba a ser castigado con el látigo? Aunque quizás esas palabras no excluían algún otro castigo físico como había pensado en un inicio... Después de todo, ya habíamos presenciado de qué eran capaces aquellos sujetos, algo que no dejaban de recordarme las risas y gritos que llegaban hasta nosotros.

Me quedé mirando a Arpád en silencio durante toda su explicación, preguntándome si de verdad no había nada que temer. Él parecía estar tan seguro de ello que echó a andar hacia los establos nada más terminar de hablar, haciendo que no tardara en seguirle.

- E-espera... - le pedí en voz baja, tratando de darle alcance.

No me fiaba de los soldados de Giovanni, pero sí de Arpád, y su razonamiento me resultó suficiente como para no insistirle en que regresara conmigo dentro.

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28/06/2019, 18:02
† Daphné Sabineau †

La joven pareja salió de la posada. Le hubiera gustado seguirles, pero era incapaz, pues a sus ojos, esto tenía tanto de valiente como de imprudente. Por fortuna, parecía que además de incomodar a los invitados, sir Lothar tenía la función de velar por su llegada a la mansión de lord Giovanni.

Las palabras del monje que intercedía por el hermano Clemente no fueron bien recibidas por el mayordomo, que le amenazó con retirar su invitación. Tal vez más que un castigo podía considerarlo un regalo, pues aunque fuese un pequeño detalle, no era lo mismo abandonar a ser abandonado. El primer caso podía ser interpretado como desprecio o poco aprecio por su señor. Pero ser rechazado implicaba que ya no tenía interés en él y esto venía a ser una bandera blanca, una oportunidad de irse sin represalias. Daphné tenía los ojos puestos en él, aguardando cuál sería su respuesta. 

Mientras tanto, el hombre elegante que propuso el brindis volvió a retirarse a sus aposentos. La cervecera no había alzado su copa, pero no le pasó desapercibido el detalle de las hermanas, que sí lo hicieron. Le generó un poco de confusión. Recordaba el desafío de Dasia y el evidente desagrado de Giselle. Tal vez lo hacían por miedo, para no llamar la atención, pero en ese momento ella se sintió terriblemente sola. 

Sopesó retirarse también, pero no habría estado tranquila, sino nerviosa, tratando de averiguar qué pasaba en el salón y pendiente de cuándo aquel hombre y sus soldados se marcharían. Así que por el momento prefirió esperar a que los guardias regresaran, el mayordomo acabase de saludar y decidiese abandonar la posada de una vez por todas.

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28/06/2019, 19:40
† Salomao Ali-Caro †

Definitivamente Lothar era una persona tan irascible como extraña, una combinación que no era del agrado de Salomao... había visto a muchos hombres como él, esos eran los que iniciaban los conflictos por los que los demás tenían que derramar su sangre... pensar que sólo era un mayordomo le causó aún más desazón imaginando el tipo de señor que tendría, en verdad haber desertado en aquel momento no habría supuesto una mala alternativa, sin embargo con la dama de alas negras danzando tan cerca, su instinto le decía que debía seguir adelante... aunque ni él mismo estaba seguro de que aquello le garantizase un mínimo de supervivencia, estaba inquieto.

"Por que nosotros?....Por qué?...." Entonces miró a Salomao y le preguntó "Hay más mujeres en tu vida?".

- Soy un hombre fiel, bretón- le contestó tras unos segundos, había entregado todas sus armas excepto una pequeña daga que guardaba en su bota sólo que se había olvidado de ella y en aquellos momentos su vista se posó en la cervecera, era una dama bella y parecía de buena familia, en su gesto se leía que se encontraba perdida, su primer pensamiento fue acercarse a ella, pero su timidez y nula experiencia con el género femenino hicieron que sus botas continuaran clavadas en el suelo, a la espera de lo que pudiese pasar.

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04/07/2019, 19:21
† Ioan †

Si soy un necio o no, dejaré que sea vuestro señor quien lo juzgue… pero lo que nunca seré es alguien que mire a otro lado cuando vea a alguien necesitar ayuda- le respondí a sir Lothar -No negaré que el hermano Clemente ha hablado de más, y entiendo que sea necesaria una represalia cuando atentan contra el honor del señor Giovanni, pero estoy seguro de que de estar él aquí, tendría la suficiente piedad para perdonar a quien a todas luces la cordura empieza a abandonar- dije.

Y si creéis que con mis palabras me estoy poniendo en contra de vuestro señor, debo deciros que os equivocáis…- le dije -Más si aun así consideráis que mi invitación debe ser retirada, tal vez es que no soy el tipo de hombre que vuestro señor esperaba…- añadí.

En cuyo caso, vuestro señor tampoco será el hombre que yo creía que era- continué para mis adentros.

Además, tampoco él tiene la culpa de las palabras del desdichado hermano Clemente- le dije a sir Lothar cuando empezó a reprender al posadero -Son varias las ocasiones en las que reprendió al hermano Clemente por sus palabras, y amenazó con expulsarle si no cambiaba su actitud, cosa que hizo… hasta ahora- añadí.

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04/07/2019, 21:17
Guardia Giovanni
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Y así es como ambos salísteis de la cálidez de la posada y os encontrastéis con el frescor de la noche. Pudistéis ver gracias a que habían lámparas de aceite en exterior, como se llevaban al monje a rastas al interior de establo, donde les perdísteis de vista. Pero eso no os impidió continuar avanzando, aunque unas voces y unos pasos frenaron los vuestros.

Negros como la misma noche, os parecieron que surgieron de la nada dos guardias más de Giovanni. Ambos caminaban hacia la entrada de la posada. Seguían hablando aquel extraño e intelegible idioma, cuando se cruzaron con vosotros. - No deberríais abandonarr la posada de noche. - Os dijo uno de ellos, con aquel extraño acento suyo. - Y menos teniendo camas parra estarr juntos sin serr molestados. - Añadió sin detenerse a vuestro lado, para luego decir algo en su idioma y reír junto con su compañero.

Al continuar caminando, justo de frente a la entrada del establo1, nada más doblar la esquina de la posada, vistéis más guardias de Giovanni, montando guardia junto con sus caballos y otro carruaje, más pequeño y con aspecto de ser menos confortable incluso que el que os llevó hasta allí. Sin duda Sir Lothar no mentía con respecto a devolveros a un lugar más civilizado para que pudíeseis volver a casa aquella misma noche si así lo queríais.

Notas de juego

Posada el Cordero Rojo.

[1] En el mapa lo veréis mejor.

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04/07/2019, 21:36
Sir Lothar

- Maître Olivier. Espero que sus palabras de despedida no indiquen que va a dejarnos tan pronto. Lo consideraría un insulto hacia mí  y mi señor. El viaje ha sido largo desde el castillo de mi amo y no he tenido la suerte de venir en un carruaje como vos. Tampoco me quedaré más tiempo del necesario y quien sabe si volveréis a cruzaros con vuestro amigo Paul nuevamente... - Le dijo al músico al ver como cogía su violín y tras dar las buenas noches, se encaminaba hacia las habitaciones, con frialdad en sus palabras.

En ese momento, dos guardias de Giovanni, entraron por la puerta de la posada y bajo su oscuro yelmo, buscaron con la vista a su señor, observando a todo y todos con detalle.

- Loco o no, insulta a mi amo y hace dudar a sus invitados. Por mi parte se merecería la muerte, pero como decís, mi señor es más piadoso y respeta las creencias de los hombres de fe, comulgue o no con ellas. Por eso, vuelvo a repetir, no será castigado. Pero sí expulsado evitando que siga siendo una molestia para con los demás. Por su puesto, si queréis acompañarle... mis guardias estarán más que dispuestos a dejaros a su lado. Quizás pasar la noche junto al hermano Clemente os haga ver las cosas como son y seáis vos mismo quien decida acabar con el sufrimiento del monje.

»Y sí, si tiene la culpa. Sabe quien es ese monje y como se comporta al igual que sabía de vuestra llega hoy a este lugar. - Respondió con soberbia al cura, empezando a cansarse de tanta palabrería. - Solo es una noche la que le tiene que mantener alejado de la posada, de vuestras mercedes, para que su venenosa lengua no salpique con su palabrería vuestras ágiles y curiosas mentes. - Sir Lothar hizo un gesto a sus guardias y uno de ellos recogió las armas del portugués. - Que no se estravíen ni se rompan o pagarás con tu vida por ello. - Le avisó el mayordomo al guardia.

- ¡Segismundo! Saca tu mejor vino. Quiero brindar con los invitados por el señor Giovanni antes de marcharme. - Dijo al hombre esperando que no hubiesen más interrupciones por parte de nadie, mientras que el tabernero se apuraba a ir a la bodega a cumplir con el encargo del mayordomo de Claudius.

Notas de juego

Posada el Cordero Rojo.

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05/07/2019, 12:29
[Abandono] Arpád Budai
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No podía estar seguro, no del todo, de si Griselda se decidiría finalmente por acompañarme a comprobar el estado del anciano, o si regresaría al calor del interior de la posada. No, al menos, hasta que oí su voz a mi espalda pidiéndome que la esperase.

Lo hice, por supuesto. Reduje el paso hasta tenerla a mi lado y poder así caminar uno al lado del otro. Y fue así como la presencia de aquellos dos guardias me sobresaltó. Parecían surgidos de la nada, más que de la oscuridad de la noche. Y por un instante, creí que iban a exigirnos regresar al interior. Sin embargo, una vez retomaron su camino entre risas, tuve la impresión de que tan solo deseaban burlarse de nosotros. Por estar en el frío exterior, en lugar de... fornicando, en una cálida habitación de la posada.

Nadie nunca entendía que Griselda y yo no fuéramos pareja.

Ni que fuera la primera vez que disponemos de una cama que compartir sin ser molestados, ¿verdad? -Comenté con ironía, sonriendo a Griselda. Llevábamos mucho tiempo viviendo juntos en un carromato, lo que significaba que compartíamos el espacio donde dormir. Aunque, claro, no en el sentido en que aquellos hombres a buen seguro lo habían dicho- Sigamos, cuanto antes compruebe el estado del viejo antes podremos regresar y cenar algo.

La entrada del establo estaba custodiada por más guardias, y podía verse un carruaje en el exterior, que parecía ser claramente aquel al que se había referido Ser Lothar, con el que regresarían quienes no tuvieran interés en continuar. ¿Sería su intención montar al viejo en él por la mañana? En cualquier caso, el carruaje poco me interesaba, así que me dirigí directamente al interior del establo en busca del viejo.

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08/07/2019, 10:45
Guillaume Valjean

Guillaume asintió gravemente a lo dicho por el portugués. No tenía claro si le había entendido o no, no se podía esperar mucha inteligencia en nadie que viviera al sur de los pirineos, pero si lo había hecho estaba claro que ninguno de los dos iba a contar con armas para rivalizar con aquellos caballeros que parecían sacados de sus pesadillas.

Guillaume observó como el fraile parecía meterse en problemas y como era amenazado de compartir el mismo destino que su borracho hermano y no pudo evitar sonreír cínicamente. Odiaba al altivo mayordomo, odiaba a los guardias pero si el tal Lord, Príncipe, Señor o lo que fuera Giovanni estaba en contra de la iglesia iba a encontrar en él a un leal servidor. Se levantó de la mesa y se dirigió hacia la puerta de la posada con grandes pasos.

Había que aliviar la vejiga y solo alguien muy desesperado lo haría en el baño de una taberna. Además, tal vez fuera pudiera encontrar "una herramienta" para sustituir a su martillo o las chicas de Salomao. Balcuceando entre dientes un

"Tengo que hacer hueco para más vino...."

Guillaume se dirigió hacia la puerta de la taberna para salir de ella.

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08/07/2019, 12:48
[Abandono] Griselda Ardelean
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Arpád aguardó a que le diera alcance y continuamos avanzando juntos, llevándome una mano al pecho por el sobresalto cuando dos guardias de Giovanni surgieron de la oscuridad de la noche. Iban hablando en ese idioma que desconocía, pero uno de ellos decidió dirigirse a nosotros de manera que pudiéramos comprenderle.

Me temí lo peor, aunque no resultó ser más que una advertencia, eso sí, acompañado de un chascarrillo que pareció generar algún tipo de comentario jocoso entre ambos; pues se alejaron riendo de allí.

El irónico comentario de Arpád me sacó una sonrisa, y asentí cuando este me instó a continuar. Aún me resultaba extraño que dieran por hecho que éramos pareja tan a menudo, y es que desde que nos reencontráramos después de tantos años, había sucedido ya en muchas ocasiones.

- C-creen que tienes m-mal gusto. - bromeé aguantando una risa.

Algo más adelante nos encontramos con algunos hombres de Giovanni que parecían hacer guardia junto a sus caballos y lo que debía ser otro carruaje de aquel adinerado hombre. Imaginé que debía tratarse del medio de transporte destinado a devolver a sus casas a aquellos que rechazaran la oferta. Aquel carruaje era mucho más pequeño que le otro, lo que me hizo pensar que Giovanni debía estar muy seguro de que la mayoría de los que habíamos llegado hasta aquí continuaríamos con aquel camino que nos había propuesto.

Evité mirar a los guardias y continué caminando junto a Arpád hacia el establo, esperando que aquel anciano monje estuviera bien.

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09/07/2019, 23:35
† Salomao Ali-Caro †

Salomao desvió su mirada de Dapne para centrar su atención sobre el joven monje y el mayordomo de Giovanni, la discusión entre ambos no tenía ya sentido y en cierta manera el portugués estaba cansado se tanta cháchara, por lo que tras la marcha de Guillermau se acercó a Ioan y le posó una mano sobre el hombro para que lo dejase estar.

-Vamos padre, siéntese conmigo a beber un poco de vino, tarde es ya y el señor Lothar parece un hombre sincero. Además él debe marcharse y nosotros descansar, ha sido un largo viaje- le sugirió al monje guiándolo hacia una de las mesas con la mano que mantenía sobre el religioso.

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12/07/2019, 21:19
† Ioan †

Tenéis razón hijo mío- le dije a Salomao, aceptando su invitación para sentarme en una de las mesas, aunque no sin antes asentir a las últimas palabras de sir Lothar, aunque no porque estuviese de acuerdo con ellas, sino más bien porque no parecía que seguir argumentándole fuese a tener algún efecto positivo… es más, seguramente hubiese sido incluso contraproducente.

El viaje ha sido de seguro largo para todos, lo mejor será descansar para estar frescos el día de mañana- añadí antes de seguirle.

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12/07/2019, 21:21
† Olivier St-Arnaud †

—En ningún caso pretendía ofender a los presentes y menos que a nadie a lord Giovanni. Bien al contrario, confiaba en que marchándome a descansar temprano mañana pudiera ofrecer a nuestro anfitrión el concierto que se merece y no uno indigno por encontrarme fatigado de tan largo viaje.

»Sin embargo, confío en que una última copa de vino y un nuevo brindis en vuestro honor pondrán fin a cualquier afrenta accidental que haya podido causaros e incluso resultará beneficioso para mis cuerdas vocales.

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13/07/2019, 02:52
† Daphné Sabineau †

Aun distraída se percató que los ojos de Salomao se posaron brevemente sobre ella. Había sido testigo, como todos en la taberna, del trance que pasó el guerrero, que primeramente no había sido disculpado por Sir Lothar tras su reacción al recibir el lametón, y después se vio privado de sus armas. Daphné le dedicó una breve sonrisa, queriendo ser amable e infundir ánimo, aunque había más tristeza que alegría en su gesto.

El monje tenía una labia sorprendente. Además no dudaba, e incluso insistía, en defender al hermano Clemente y al posadero, lo que casi le cuesta compartir la noche con el anciano. Sir Lothar aclaró que éste no sería castigado, lo que alivió a la joven. Luego, de algún modo la situación volvió a relajarse, seguramente gracias a la intervención de Salomao, que tras la marcha del otro guerrero que conversaba con él, se acercó al monje procurando tranquilizarle. Tenía curiosidad por saber qué ocurriría en el exterior y el deseo de que no tardasen en regresar, ya que cuanto más se demorase la entrada de los invitados, más se postergaría la despedida del mayordomo.

Daphné miró al maître Olivier cuando su retirada fue interrupida por el mayordomo. De insulto, nada menos, calificó su educada despedida. De nuevo había tensión en el ambiente. Afortunadamente el maître habló bien y con la esperanza de que así lo recibiese Sir Lothar, Daphné esperó a que formulasen el anunciado brindis por el Señor Giovanni, para alzar, como el resto de los presentes, su copa.

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15/07/2019, 21:01
Hermano Clemente
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Al ir a entrar en los establos, os cruzasteis con los dos guardias que habían sacado al viejo monje de la posada. Sentísteis sus frías miradas atravesando el metal de la armadura y clavandosé en ambos. Pero en esta ocasión, nadie os dijo nada. Tan solo volvísteis a escuchar las risas y voces en aquel extraño idioma que no llegabais a entender ninguno.

El olor a cuadra era evidente. Se notaba que los pocos animales que allí habían metidos, llevaban bastante tiempo y que hasta la mañana del día siguiente aquel lugar no sería limpiado. Si es que lo limpiaban alguna vez. En la primera cajonera a la derecha, nada más entrar, escuchásteis a alguien retorcese en el suelo. Al asomaros y mirar, vísteis al hermano Clemente, atado con cuerda y amordazado, sobre un montón de paja destinada a ser la cama de algún caballo.

El viejo os miraba entre suplicante y encolerizado, mientras que seguía moviéndose tratando de soltarse de aquellas cuerdas y poder ponerse en pie. Algo que le resultaría imposible a él solo y de lograrlo, le llevaría horas.

Notas de juego

Posada el Cordero Rojo.

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15/07/2019, 21:19
Sir Lothar

Los guardias que entraron, miraron a Sir Lothar y luego a Guillaume, cerrándole el paso al exterior tras un gesto del mayordomo. Mientras, la hija del posadero, junto con su hermano y otro mozo más, se dedicaban a repartir entre los presentes las jarras de vino que Segismundo iba sirviendo en la barra.

- No os robaré demasiado tiempo de vuestro descanso, maître Olivier. Ni a vos ni a ninguno de los presentes. - En ese momento el mismo posadero pone en las manos de Sir Lothar la jarra de vino. Las únicas personas que se quedan sin ellas son los guardias de Giovanni, la anciana que se encuentra en silencio en el rincón de la taberna, observando con sus viejos y cansados ojos todo lo que ocurre en ella y el cochero.

Si Sir Lothar se da cuenta o no de que faltan dos invitados en el salón, no lo menciona, pero su gesto de disconformidad parece decir que, efectivamente, sabe que no están allí. Aún así, alza su jarra y desde el medio del salón brinda con vosotros. - Bebo por todos vosotros, algunos de los mejores especímenes que he tenido el placer de encontrar. A vuestra buena y robusta salud y por mi señor Giovanni. - Dijo antes de beberse todo aquel vino de un trago.

Las hermanas se miran entre sí y Gabrielle le traduce a Dasia el extraño brindis que el mayordomo ha realizado. Ambas se ponen en pie y acompañan el gesto de Sir Lothar. Bruce y Boromir se unen enseguida a ello, Paul, desde el rincón, alza su jarra para luego beber con ganas. La mujer ruda de aspecto salvaje y la de aspecto exótico, no parecen entender demasiado, pero ambas imitan el gesto de su compañeros, ante la atenta mirada de Sir Lothar.

- Deberíais recoger vuestras cosas. - Dijo a Paul una vez se acabaron las formalidades. - Nos marchamos ya. - Paul miró al mayordomo y luego buscó con la mirada a Olivier, a quien sonrió agradecido. Seguramente, de poder correr en condiciones, se hubiese apresurado para darle un abrazo, pero no quería retrasar nada. Así que recogió un petate de debajo de la mesa y salió al exterior de la posada.

- Roderigo os llevará al castillo. Informadle de cualquier cosa que necesitéis. - Os indicó antes de salir con los guardias de la posada.

Notas de juego

Posada el Cordero Rojo.

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17/07/2019, 07:59
[Abandono] Arpád Budai
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La cercanía de los guardias de Giovanni continuaba causándome un tremendo escalofrío, incluso cuando en aquella ocasión no se dirigieron a nosotros en ningún momento. Sencillamente pasaron de largo y pude oír sus risas mientras se alejaban, y palabras en aquel extraño idioma suyo.

Una vez dentro del establo, no nos costó encontrar al cristiano. El viejo estaba echado en el suelo, atado y amordazado, pero al menos en apariencia no parecía haber sufrido daño alguno. Sin embargo, no estaría seguro de no hacer un examen más cercano. Por ello, me adentré en aquella cajonera llena de paja y me situé junto al anciano, ayudándole a incorporarse al menos hasta tomar asiento con la espalda apoyada en la pared.

Anciano, mi… ayudante y yo hemos venido a comprobar que se encuentre usted bien. –Le expliqué, tomando asiento a su lado con las piernas cruzadas- O al menos, en buenas condiciones de salud. Me temo que sería una temeridad por nuestra parte liberarle de esas ataduras, contraviniendo las instrucciones de Ser Lothar. –Me incliné para hablarle más de cerca, en voz baja- No queremos exponer a mi ayudante a la ira de ese hombre, ¿verdad? –Le pregunté con complicidad- Sin embargo, si promete comportarse, me gustaría quitarle esta desagradable mordaza y que podamos hablar. ¿Me da su palabra?

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17/07/2019, 15:23
Guillaume Valjean

Guillaume frunció el ceño cuando vio que los hombres de Lothar le barraban el paso. Los miró en silencio mientras los evaluaba como haría un soldado antes de lanzarse a una batalla. Los repasó de arriba a abajo, mirando las armas que portaban, las posibles vulnerabilidades de su armadura y preguntándose si los podría derrotar estando desarmado

Uno, tal vez a uno podría vencerle, pero no a dos, no yendo armados. Le cogería de la cabeza y se la estamparía en el suelo hasta incrustarle el yelmo en la cabeza. Dos, es un suicidio, y si Salomao es el hombre que creo que es también moriría, así que, habrá que encontrar otro camino hacia fuera.

Después del repaso de los soldados Guillaume sonrió débilmente y se dirigió hacia la barra tropezando con una silla. No se sentía embotado pero le convenía ser visto de esa manera, los hombres tienden a confiarse ante los borrachos, y cualquier pequeña ventaja que tuviera contra esos diablos blindados podía suponer su vida, o al menos no morir tan rápido.

"Este caldo del posadero sería capaz de enfermar a una mula. No probaba vinagre tal desde hacía mucho tiempo...."

dijo mientras trastabillaba en dirección a la barra donde el posadero le puso una jarra a instancias del mayordomo salido del averno. Alzó su jarra y lo imitó dándole un breve trago al vino pero sin beberse toda la jarra. Necesitaba tener la cabeza clara para formar un plan que le permitiera recuperar su martillo. Aquel hideputa no era trigo limpio y les había llamado especímenes, que no sabía muy bien lo que significaba pero le había hecho sentir mal, bajo, poco más que un animal de granja. Debería preguntárselo a alguien inteligente pero los únicos versados parecían ser el monje y el barbero. Guillaume contestó el brindis, deseando salud al señor Giovanni y esperó a que se fuera Lothar para coger la jarra de vino y dejarla en la mesa, de forma que alguien que no estuviera atento pudiera confundir su jarra con la de cualquier otro.

Se dirigió hacia la puerta con decisión antes de preguntarle a la mejor opción entre las presentes

"Eh, tú, si tú, el maese de cuerda. Sabría vuesa merced lo que es un espécimen?"

En cuanto le respondió gruñó algo en señal de agradecimiento y salió de la taberna. Quería ver como aquel lunático se marchaba y buscar algo con lo que recuperar su martillo. Si había establos en la posada allí podía encontrar lo que buscaba.

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17/07/2019, 16:08
† Salomao Ali-Caro †

El portugués celebró con una mirada menos hosca, que el monje se aviniera a razones y no siguiera con la discusión que hasta ese momento habían tenido con el mayordomo... un hombre que disgustaba sobremanera al mercenario y al que estaba deseando de quitarse de en medio, no le gustaba por el olor a muerte que desprendía y por todos los enigmas que parecía ocultar pero aún le gustó menos cuando inició el brindis.

- Bebo por todos vosotros, algunos de los mejores especímenes que he tenido el placer de encontrar. A vuestra buena y robusta salud y por mi señor Giovanni. 

"Especímenes" aquella palabra le resultó muy extraña... no sabía exactamente que significaba pero le sugirió a algo relacionado con animales... su mente se puso a trabajar con el asunto hasta que le vino la imagen de una feria de ganado en un pueblo castellano en el que estuvo durante un tiempo en uno de sus viajes como soldado. Que se hubiera referido a ellos como especímenes fue realmente perturbador era como si se hubieran convertido en ganado... por lo que arrugando el ceño se limitó a alzar la copa y beber de un trago sin saborear el caldo, era vino y le sirvió para calentarle el estómago, con suerte le ayudaría a dormir, pues en el fondo deseaba descansar y olvidarse un poco de todas las cosas que lo tenían perturbado.

Entonces miró a Guillaume, por lo poco que lo conocía parecía que deseaba salir de la posada y la bebida le había afectado, aunque le resultó raro que un hombre como él tuviese tan poco aguante con el vino, decidió levantarse y acudir en su ayuda.

"Eh, tú, si tú, el maese de cuerda. Sabría vuesa merced lo que es un espécimen?"

El hispano, ya al lado del bretón arrugó aún más el ceño cuando el herrero soltó aquella pregunta. 

- Un espécimen es como se le llama a una vaca, una cabra, una oveja o incluso a caballos... suele referirse a ganado, he escuchado esa palabra en varias ferias de ganado.

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18/07/2019, 19:27
† Olivier St-Arnaud †

Alzo mi jarra en honor a los ilustres huéspedes de la posada y me sumo al extraño brindis del no menos extraño sirviente de Lord Giovanni. Aunque prefiero una buena cerveza si puedo conseguirla, el vino no es malo o al menos así me lo parece en mi humilde criterio; un criterio que no es compartido por todos los presentes.

Le devuelvo la sonrisa al bello Paul cuando éste se despide de mí. Me alegro por él y, al mismo tiempo, me apena que deba marcharse tan deprisa que yo no pueda seguir gozando de su compañía esta noche. Tal vez la venidera, en el castillo de nuestro anfitrión si a él así le place.

Distraído con pensamientos poco píos, me sobresalto al escuchar al coloso situado al otro extremo del comedor dirigirse a mí. O al menos, eso es lo que interpreto en mi egocentrismo.

—Disculpe, ¿es a mí? —pregunto, algo sorprendido, dejando mi jarra sobre la mesa cercana y llevándome la mano derecha al pecho.

Pero mi pregunta queda ahogada por la respuesta que el individuo sombrío situado junto a la barra le ofrece al primero. Me siento algo avergonzado por haberme dado por aludido y recupero mi jarra para alzarla en un silencioso brindis en honor de todos los presentes.

Apuro su contenido y les deseo a todos una noche apacible y llena de hermosos sueños. Es personalmente lo que más falta me hace a mí después del accidentado viaje hasta aquí.

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18/07/2019, 20:52
[Abandono] Griselda Ardelean
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Viendo la actitud de los otro guardias que nos encontramos antes de entrar al establo, comenzaba a creer que íbamos a tener que acostumbrarnos a que se rieran de nosotros en ese lugar al que iban a llevarnos. No era algo que me afectara en demasía, había tenido que aguantar burlas en repetidas ocasiones, pero se me antojaba bastante incómodo.

El olor del establo llegó a mí antes que nosotros a aquel lugar, donde rápidamente dimos con el anciano monje. Este estaba atado y amordazado, pero aun así trataba de ponerse en pie. Su semblante dejaba claro que quería ayuda, pero también la furia que sentía.

Parecía encontrarse bien al margen de estar cautivo, pero lo mejor sería que Arpád corroborara aquello, algo que en seguida se dispuso a hacer. Ayudó a incorporarse al anciano y le explicó nuestra presencia en aquel lugar, buscando pronto su complicidad y tratando de conseguir que el monje no se pusiera a gritar si le retiraba la mordaza.

- ¿E-e-estás se-guro? - le pregunté a mi compañero agachándome junto a él para hablarle al oído, tras lo que miré hacia atrás, deteniéndome en silencio un instante a comprobar si había guardias cerca; con lo ruidosos que acostumbraban a ser, esperaba poder percatarme si alguno se acercaba.