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Las crónicas de Hogwarts: No me olvides

Capítulo 1. Empieza la cuenta atrás

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27/11/2021, 11:57
Directora

Los nervios se agolpaban en tu estómago. Era el último día de agosto y a estas horas mañana, estarías en el expreso de Hogwarts, con un año por delante que marcaría la diferencia. Volviste a abrir el sobre por enésima vez y a leer la carta, que estaba ya bastante doblada.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Directora: Martia Crowland

Querido señor Derrick:

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Muy cordialmente,

Cletus Partwulf

Subdirector

 

Uniforme

Los alumnos de primer año necesitarán:

  • Tres Túnicas sencillas de trabajo.
  • Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
  • Un par de guantes protectores.
  • Una capa de invierno.

 

Libros

Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

  • El Libro Reglamentario de Hechizos, Miranda Goshawk
  • Una Historia de la Magia, Bathilda Bashot
  • Teoría Mágica, Adalbert Waffling
  • Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
  • Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
  • Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
  • Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newton Scamander.
  • Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble

 

Resto del equipo

  • 1 varita
  • 1 caldero de peltre número 2.
  • 1 juego de redomas de vidrio o cristal.
  • 1 telescopio.
  • 1 balanza de latón. Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

 

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS

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27/11/2021, 11:58
Directora

Los nervios se agolpaban en tu estómago. Era el último día de agosto y a estas horas mañana, estarías en el expreso de Hogwarts, con un año por delante que marcaría la diferencia. Volviste a abrir el sobre por enésima vez y a leer la carta, que estaba ya bastante doblada.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Directora: Martia Crowland

Querida señora Connor:

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Muy cordialmente,

Cletus Partwulf

Subdirector

 

Uniforme

Los alumnos de primer año necesitarán:

  • Tres Túnicas sencillas de trabajo.
  • Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
  • Un par de guantes protectores.
  • Una capa de invierno.

 

Libros

Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

  • El Libro Reglamentario de Hechizos, Miranda Goshawk
  • Una Historia de la Magia, Bathilda Bashot
  • Teoría Mágica, Adalbert Waffling
  • Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
  • Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
  • Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
  • Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newton Scamander.
  • Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble

 

Resto del equipo

  • 1 varita
  • 1 caldero de peltre número 2.
  • 1 juego de redomas de vidrio o cristal.
  • 1 telescopio.
  • 1 balanza de latón. Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

 

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS

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27/11/2021, 11:59
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Los nervios se agolpaban en tu estómago. Era el último día de agosto y a estas horas mañana, estarías en el expreso de Hogwarts, con un año por delante que marcaría la diferencia. Volviste a abrir el sobre por enésima vez y a leer la carta, que estaba ya bastante doblada.

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Directora: Martia Crowland

Querida señora Ferlet:

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Muy cordialmente,

Cletus Partwulf

Subdirector

 

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Los alumnos de primer año necesitarán:

  • Tres Túnicas sencillas de trabajo.
  • Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
  • Un par de guantes protectores.
  • Una capa de invierno.

 

Libros

Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

  • El Libro Reglamentario de Hechizos, Miranda Goshawk
  • Una Historia de la Magia, Bathilda Bashot
  • Teoría Mágica, Adalbert Waffling
  • Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
  • Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
  • Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
  • Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newton Scamander.
  • Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble

 

Resto del equipo

  • 1 varita
  • 1 caldero de peltre número 2.
  • 1 juego de redomas de vidrio o cristal.
  • 1 telescopio.
  • 1 balanza de latón. Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

 

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS

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27/11/2021, 12:00
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Querido señor Wildsmith:

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Muy cordialmente,

Cletus Partwulf

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  • El Libro Reglamentario de Hechizos, Miranda Goshawk
  • Una Historia de la Magia, Bathilda Bashot
  • Teoría Mágica, Adalbert Waffling
  • Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
  • Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
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  • Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble

 

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27/11/2021, 12:01
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Los nervios se agolpaban en tu estómago. Era el último día de agosto y a estas horas mañana, estarías en el expreso de Hogwarts, con un año por delante que marcaría la diferencia. Volviste a abrir el sobre por enésima vez y a leer la carta, que estaba ya bastante doblada.

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Directora: Martia Crowland

Querida señora: Galloway:

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Muy cordialmente,

Cletus Partwulf

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Los alumnos de primer año necesitarán:

  • Tres Túnicas sencillas de trabajo.
  • Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
  • Un par de guantes protectores.
  • Una capa de invierno.

 

Libros

Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

  • El Libro Reglamentario de Hechizos, Miranda Goshawk
  • Una Historia de la Magia, Bathilda Bashot
  • Teoría Mágica, Adalbert Waffling
  • Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
  • Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
  • Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
  • Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newton Scamander.
  • Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble

 

Resto del equipo

  • 1 varita
  • 1 caldero de peltre número 2.
  • 1 juego de redomas de vidrio o cristal.
  • 1 telescopio.
  • 1 balanza de latón. Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

 

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS

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27/11/2021, 12:02
Directora

Pero mientras tus nervios te ponían a prueba, el mundo mágico parecía estar revuelto. Desde hacía semanas no se hablaba de otra cosa que no fuese un nombre.

Ryland Shadefian.

Tras la caída de Voldemort, todo parecía apuntar a un periodo de calma y tranquilidad, más aún con Harry Potter como símbolo de todo lo que juntos podían conseguir magos y brujas de todo el mundo. Era difícil perdonar y olvidar, pero necesario para poder mirar hacia el futuro con esperanza.

Pero de entre las cenizas resurgió el fuego de la oscuridad; el odio y la ambición estaban siempre en el corazón de numerosos miembros de la comunidad mágica y fue todo lo que se necesitó para que poco a poco resurgiese el miedo a ese nombre que hasta hacía poco no significaba nada.

Shadefian no solo era el mago más buscado de todo el mundo mágico, sino también el causante de que prácticamente todos los aurores estuviesen dispersos por los siete continentes (si, hay siete continentes, solo que dos de ellos son mágicos y los muggles no pueden verlos). 

Su cabeza estaba puesta a precio y sin otra amenaza más importante, su caza se convirtió en algo prioritario. No había miedo, sino ansias de acabar con todos cuantos aún se atreviesen a desafiar el orden establecido. Pero ni siquiera aquella persecución implacable fue suficiente para disuadir a sus seguidores, que han ido dejando un reguero de víctimas a su paso que quedaban como si fuesen  vegetales, vivos por fuera pero huecos por dentro, sin memoria, sin sentimientos, sin vida. Era un nuevo conjuro que los entendidos aún estaban intentando comprender, pues hasta ahora nadie ha podido descubrir cómo lo han hecho ni por supuesto, de qué manera puede contrarrestarse.

Lo más importante era que el ministerio de magia estaba de nuevo en guerra, solo que ahora tenía años de experiencia, décadas, que servían para mucho más que para llenar libros en una estantería. Había todo un ejército dispuesto a buscarlo y atraparlo, y a acabar con todos aquellos que siguiesen a Shadefian.

Los seguidores de Shadefian no abundaban tanto como los de Voldemort, pero actuaban más que con miedo, con auténtica devoción, lo que significaba que todos ellos estaban dispuestos a morir antes de desvelar sus secretos. 

En definitiva, el mundo mágico volvía a estar amenazado, aunque a ti solo te preocupase lo que te deparaba aquel día: ir de compras al callejón Diagon.

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27/11/2021, 12:03
Directora

Pero mientras tus nervios te ponían a prueba, el mundo mágico parecía estar revuelto. Desde hacía semanas no se hablaba de otra cosa que no fuese un nombre.

Ryland Shadefian.

Tras la caída de Voldemort, todo parecía apuntar a un periodo de calma y tranquilidad, más aún con Harry Potter como símbolo de todo lo que juntos podían conseguir magos y brujas de todo el mundo. Era difícil perdonar y olvidar, pero necesario para poder mirar hacia el futuro con esperanza.

Pero de entre las cenizas resurgió el fuego de la oscuridad; el odio y la ambición estaban siempre en el corazón de numerosos miembros de la comunidad mágica y fue todo lo que se necesitó para que poco a poco resurgiese el miedo a ese nombre que hasta hacía poco no significaba nada.

Shadefian no solo era el mago más buscado de todo el mundo mágico, sino también el causante de que prácticamente todos los aurores estuviesen dispersos por los siete continentes (si, hay siete continentes, solo que dos de ellos son mágicos y los muggles no pueden verlos). 

Su cabeza estaba puesta a precio y sin otra amenaza más importante, su caza se convirtió en algo prioritario. No había miedo, sino ansias de acabar con todos cuantos aún se atreviesen a desafiar el orden establecido. Pero ni siquiera aquella persecución implacable fue suficiente para disuadir a sus seguidores, que han ido dejando un reguero de víctimas a su paso que quedaban como si fuesen  vegetales, vivos por fuera pero huecos por dentro, sin memoria, sin sentimientos, sin vida. Era un nuevo conjuro que los entendidos aún estaban intentando comprender, pues hasta ahora nadie ha podido descubrir cómo lo han hecho ni por supuesto, de qué manera puede contrarrestarse.

Lo más importante era que el ministerio de magia estaba de nuevo en guerra, solo que ahora tenía años de experiencia, décadas, que servían para mucho más que para llenar libros en una estantería. Había todo un ejército dispuesto a buscarlo y atraparlo, y a acabar con todos aquellos que siguiesen a Shadefian.

Los seguidores de Shadefian no abundaban tanto como los de Voldemort, pero actuaban más que con miedo, con auténtica devoción, lo que significaba que todos ellos estaban dispuestos a morir antes de desvelar sus secretos. 

En definitiva, el mundo mágico volvía a estar amenazado, aunque a ti solo te preocupase lo que te deparaba aquel día: ir de compras al callejón Diagon.

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27/11/2021, 12:03
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Pero mientras tus nervios te ponían a prueba, el mundo mágico parecía estar revuelto. Desde hacía semanas no se hablaba de otra cosa que no fuese un nombre.

Ryland Shadefian.

Tras la caída de Voldemort, todo parecía apuntar a un periodo de calma y tranquilidad, más aún con Harry Potter como símbolo de todo lo que juntos podían conseguir magos y brujas de todo el mundo. Era difícil perdonar y olvidar, pero necesario para poder mirar hacia el futuro con esperanza.

Pero de entre las cenizas resurgió el fuego de la oscuridad; el odio y la ambición estaban siempre en el corazón de numerosos miembros de la comunidad mágica y fue todo lo que se necesitó para que poco a poco resurgiese el miedo a ese nombre que hasta hacía poco no significaba nada.

Shadefian no solo era el mago más buscado de todo el mundo mágico, sino también el causante de que prácticamente todos los aurores estuviesen dispersos por los siete continentes (si, hay siete continentes, solo que dos de ellos son mágicos y los muggles no pueden verlos). 

Su cabeza estaba puesta a precio y sin otra amenaza más importante, su caza se convirtió en algo prioritario. No había miedo, sino ansias de acabar con todos cuantos aún se atreviesen a desafiar el orden establecido. Pero ni siquiera aquella persecución implacable fue suficiente para disuadir a sus seguidores, que han ido dejando un reguero de víctimas a su paso que quedaban como si fuesen  vegetales, vivos por fuera pero huecos por dentro, sin memoria, sin sentimientos, sin vida. Era un nuevo conjuro que los entendidos aún estaban intentando comprender, pues hasta ahora nadie ha podido descubrir cómo lo han hecho ni por supuesto, de qué manera puede contrarrestarse.

Lo más importante era que el ministerio de magia estaba de nuevo en guerra, solo que ahora tenía años de experiencia, décadas, que servían para mucho más que para llenar libros en una estantería. Había todo un ejército dispuesto a buscarlo y atraparlo, y a acabar con todos aquellos que siguiesen a Shadefian.

Los seguidores de Shadefian no abundaban tanto como los de Voldemort, pero actuaban más que con miedo, con auténtica devoción, lo que significaba que todos ellos estaban dispuestos a morir antes de desvelar sus secretos. 

En definitiva, el mundo mágico volvía a estar amenazado, aunque a ti solo te preocupase lo que te deparaba aquel día: ir de compras al callejón Diagon.

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27/11/2021, 12:03
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Pero mientras tus nervios te ponían a prueba, el mundo mágico parecía estar revuelto. Desde hacía semanas no se hablaba de otra cosa que no fuese un nombre.

Ryland Shadefian.

Tras la caída de Voldemort, todo parecía apuntar a un periodo de calma y tranquilidad, más aún con Harry Potter como símbolo de todo lo que juntos podían conseguir magos y brujas de todo el mundo. Era difícil perdonar y olvidar, pero necesario para poder mirar hacia el futuro con esperanza.

Pero de entre las cenizas resurgió el fuego de la oscuridad; el odio y la ambición estaban siempre en el corazón de numerosos miembros de la comunidad mágica y fue todo lo que se necesitó para que poco a poco resurgiese el miedo a ese nombre que hasta hacía poco no significaba nada.

Shadefian no solo era el mago más buscado de todo el mundo mágico, sino también el causante de que prácticamente todos los aurores estuviesen dispersos por los siete continentes (si, hay siete continentes, solo que dos de ellos son mágicos y los muggles no pueden verlos). 

Su cabeza estaba puesta a precio y sin otra amenaza más importante, su caza se convirtió en algo prioritario. No había miedo, sino ansias de acabar con todos cuantos aún se atreviesen a desafiar el orden establecido. Pero ni siquiera aquella persecución implacable fue suficiente para disuadir a sus seguidores, que han ido dejando un reguero de víctimas a su paso que quedaban como si fuesen  vegetales, vivos por fuera pero huecos por dentro, sin memoria, sin sentimientos, sin vida. Era un nuevo conjuro que los entendidos aún estaban intentando comprender, pues hasta ahora nadie ha podido descubrir cómo lo han hecho ni por supuesto, de qué manera puede contrarrestarse.

Lo más importante era que el ministerio de magia estaba de nuevo en guerra, solo que ahora tenía años de experiencia, décadas, que servían para mucho más que para llenar libros en una estantería. Había todo un ejército dispuesto a buscarlo y atraparlo, y a acabar con todos aquellos que siguiesen a Shadefian.

Los seguidores de Shadefian no abundaban tanto como los de Voldemort, pero actuaban más que con miedo, con auténtica devoción, lo que significaba que todos ellos estaban dispuestos a morir antes de desvelar sus secretos. 

En definitiva, el mundo mágico volvía a estar amenazado, aunque a ti solo te preocupase lo que te deparaba aquel día: ir de compras al callejón Diagon.

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27/11/2021, 12:03
Directora

Pero mientras tus nervios te ponían a prueba, el mundo mágico parecía estar revuelto. Desde hacía semanas no se hablaba de otra cosa que no fuese un nombre.

Ryland Shadefian.

Tras la caída de Voldemort, todo parecía apuntar a un periodo de calma y tranquilidad, más aún con Harry Potter como símbolo de todo lo que juntos podían conseguir magos y brujas de todo el mundo. Era difícil perdonar y olvidar, pero necesario para poder mirar hacia el futuro con esperanza.

Pero de entre las cenizas resurgió el fuego de la oscuridad; el odio y la ambición estaban siempre en el corazón de numerosos miembros de la comunidad mágica y fue todo lo que se necesitó para que poco a poco resurgiese el miedo a ese nombre que hasta hacía poco no significaba nada.

Shadefian no solo era el mago más buscado de todo el mundo mágico, sino también el causante de que prácticamente todos los aurores estuviesen dispersos por los siete continentes (si, hay siete continentes, solo que dos de ellos son mágicos y los muggles no pueden verlos). 

Su cabeza estaba puesta a precio y sin otra amenaza más importante, su caza se convirtió en algo prioritario. No había miedo, sino ansias de acabar con todos cuantos aún se atreviesen a desafiar el orden establecido. Pero ni siquiera aquella persecución implacable fue suficiente para disuadir a sus seguidores, que han ido dejando un reguero de víctimas a su paso que quedaban como si fuesen  vegetales, vivos por fuera pero huecos por dentro, sin memoria, sin sentimientos, sin vida. Era un nuevo conjuro que los entendidos aún estaban intentando comprender, pues hasta ahora nadie ha podido descubrir cómo lo han hecho ni por supuesto, de qué manera puede contrarrestarse.

Lo más importante era que el ministerio de magia estaba de nuevo en guerra, solo que ahora tenía años de experiencia, décadas, que servían para mucho más que para llenar libros en una estantería. Había todo un ejército dispuesto a buscarlo y atraparlo, y a acabar con todos aquellos que siguiesen a Shadefian.

Los seguidores de Shadefian no abundaban tanto como los de Voldemort, pero actuaban más que con miedo, con auténtica devoción, lo que significaba que todos ellos estaban dispuestos a morir antes de desvelar sus secretos. 

En definitiva, el mundo mágico volvía a estar amenazado, aunque a ti solo te preocupase lo que te deparaba aquel día: ir de compras al callejón Diagon.

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27/11/2021, 12:04
Directora

En tu casa, en cambio, nadie había oído hablar de ese hombre. Tú no sabías nada de magos tenebrosos ni nada por el estilo y como todavía no habías ido a buscar los libros, tu contacto con la magia se reducía a la señora Diggory, que tan amablemente os había explicado lo que te sucedía, y os había dado instrucciones precisas sobre todo lo que debíais hacer.

Cuando la viste por primera vez no acertaste a entender lo que era. Vestía muy rara, con un vestido naranja y el pelo de un color verde muy intenso. En sus manos llevaba un paraguas, a pesar de que no lloviese, con el mango de un león que en varias ocasiones te pareció que bostezaba. Pero no, no podía ser eso. Seguro que lo habías imaginado.

La mujer había entrado con una gran sonrisa y al verte, todavía la aumentó más.

-Ah, bien, bien, así que este es el joven Colton, ¿verdad?. Está algo delgado, ¿no? Toma un caramelo, querido -te dijo, ofreciéndote inmediatamente un saquito con golosinas.

Todos tenían colores variados, así que escogiste uno de aquellos caramelos al azar y le diste las gracias tímidamente. Pero rápidamente deseaste no haberlo hecho porque aquel caramelo sabía a... ¡¡zapatos mojados!!

La mujer pareció darse cuenta de que no habías tenido suerte al escoger, así que te ofreció otra sin variar el gesto.

Te arriesgaste a coger otra y te la llevaste a la boca con miedo. Para tu sorpresa, no estaba demasiado mala. Tenía sabor... a ¿mocos? Bueno, te habías comido los mocos muchas veces, así que era aceptable. 

-No te preocupes, querido. Esto son grajeas de todos los sabores, y cuando digo "todos", quiero decir "todos", los que conoces y muchos que no. Así que si no has cogido uno que sepa muy mal es que has tenido mucha suerte.

Satisfecha, la mujer volvió a enderezarse y entonces empezó a explicároslo todo.  Eras un brujo y estabas registrado como tal desde el momento de tu nacimiento. Había una comunidad mágica y todo eso, y era secreta para los muggles, como llamaban a los humanos normales, como tus padres. Pero para aprender magia había que estudiar mucho y tenías tu plaza reservada en Hogwarts. ¡¡Eso sí que era fuerte!! Eras un mago, aunque... la condición era que tenías que mantenerlo en secreto. Eso sí que tenías que hacerlo.

Lo que debíais hacer era ir a ese lugar, el Caldero Chorreante, que estaba en la calle Charing Cross. Después, ir a la parte de atrás, hacer algo en los ladrillos y entrar en un callejón mágico. Tu padre lo había apuntado todo, así que no tenía pérdida. Cuando se fue, te pusiste a dar saltos. ¡¡Dentro de poco estarías haciendo magia!!

Finalmente, había llegado el día que esperabas. Tus padres irían contigo al callejón Diagon, aunque eso supusiera cerrar el negocio familiar durante toda la mañana. Después de todo, era una situación excepcional y tu madre parecía sentirse tan excitada con aquello como tú mismo.

-¡Colton, el desayuno! -te gritó tu madre desde la planta de abajo. Estabas esperando justamente eso, a que te llamaran, porque de ser por ti, ya habrías salido disparado hacia Charing Cross, sin desayunar ni nada. ¡Quién sabe qué maravillas podrías descubrir en ese lugar y a cuantos magos y cuantas brujas conocerías!

De repente, tu habitación parecía incluso vulgar, porque no tenía el aspecto que seguramente se esperaba de un mago. Tú eras un mago ¡No era increíble! La verdad es que te vendría bien saber algún hechizo para que la ropa que tenías por el suelo se guardase sola, o la cama se hiciera por sí misma. Quizás dentro de poco sabrías cómo.

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27/11/2021, 12:19
Directora

En la casa reinaba bastante más calma de la que se esperaba. Tanto tú como tu hermano Nolan estabais a un día de comenzar el curso y aquel día tendríais que ir al callejón Diagon para comprar todo el material escolar. Pero como era algo normal para tus padres y también tu hermano Donovan, que ya estaba en el último curso, la excitación que sentíais vosotros dos no era contagiosa en absoluto.

Así que mientras que para vosotros iba a ser un día especial, diferente en todos los aspectos a cuanto habíais vivido, para el resto de miembros de la casa era casi como cualquier otro día. Hasta ese momento habías tratado con pocas brujas de tu edad, solo en algunas reuniones, y eras muy pequeña cuando le llegó el turno de entrar en Hogwarts a tu hermano, así que para ti era "el día". 

Tu hermano no lo llevaba igual. Para él todo era una aventura, solo eso, y disfrutaba lo mismo montando una escoba para tirar piñas que yendo al colegio. Pero tú sentías que podía ser muy diferente, que ibas a vivir todo el año fuera, rodeado de gente extraña y durmiendo por primera vez más de una noche fuera de casa.

Iba a ser una experiencia extraordinaria.

Por eso volvías una y otra vez a leer la carta, mientras pensabas en todo lo que te esperaba, y eso estabas haciendo precisamente aquella mañana, antes de que ir a desayunar, cuando entró tu hermano como un vendaval, cogiéndote la carta de Hogwarts y el ticket del tren.

-¿No me digas que estabas mirándolo todo otra vez? ¡Vas a gastarlo! -dijo, elevando su mano para mantener lo que te había quitado en alto y que no pudieses recuperarlo. 

Además, se subió encima de la cama, empezando a saltar sobre ella como si fuese elástica.

-Mamá dice que como no caigamos en Slytherin no nos dejará volver a casa. ¿Crees que nos escogerán? Yo no quiero estar en Slytherin. Quiero estar en Gryffindor, como papá, donde se encuentran los valientes.

Tu hermanito era lo que se dice un "culo inquieto", capaz de enervar al más paciente de los magos, y a ti te ponía nerviosa cada día del año. Solo con pensar que fueseis a la misma casa, te entraba dolor de estómago.

-Yo... voy... a estar... en Gryffindor. Yo... voy... a estar... en Gryffindor. Tú vas... a Slytherin. Tú... vas... a Slytherin -repitió, mientras saltaba sobre el colchón.

En ese momento entró tu hermano mayor, que se quedó en el marco de la puerta, con esta abierta, observando la escena. No te diste cuenta de que estaba allí hasta que no abrió la boca para hablar.

-Pues creo que eso sería lo mejor que podría ocurrirle, hermanito. A Gryffindor solo van los perdedores. Créeme, hermanita. Si quieres ser una bruja famosa, será mejor que vengas a mi casa. 

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27/11/2021, 12:31
Directora

Te sentías más nerviosa que excitada ante la idea de ir a Hogwarts. Tus padres te lo habían explicado todo cientos de veces pero aún así, era imposible no sentirte preocupada por lo que te pudiera ocurrir y el peligro que suponías para los demás. Tampoco sabías cómo iban a reaccionar los demás compañeros al enterarse de que eras una licántropa.

No, aquello no te daba confianza.

Tu madre, Eloise, se asomó al dormitorio, en donde tenías sacada la carta de Hogwarts y también tu diario, para escribir algo en él.

-Hola, cariño. ¿Qué haces? -te preguntó, con una sonrisa de oreja a oreja. 

No le costó ver que estabas preocupada, así que se sentó en la cama, a tu lado.

-No me irás a decir que estás preocupada, ¿verdad? Ya te hemos explicado que no va a ocurrir nada, mientras seas responsable y tengas cuidado. Aquí siempre lo has hecho, así que tan solo debes asegurarte seguir haciéndolo también en Hogwarts. Estamos en cuarto menguante, así que queda mucho para que empieces a preocuparte. Además, la directora ya lo sabe todo por lo que ellos se encargarán de todo.

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27/11/2021, 12:31
Directora
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No podías reconocerlo delante de tus padres, pero estabas nervioso. Parecía como si te hubieses estado preparado toda tu vida para ese momento, guardando tus habilidades y también todas tus emociones para llevarlas contigo en el tren que te llevaría a Hogwarts. Todo te resultaba excitante, porque por primera vez en mucho tiempo quizás pudieses sentirte libre y ser tú mismo.

Sabías muy bien lo que se esperaba de ti pero querías conocer a otros niños de tu edad, hablar con ellos, jugar, y aunque eras consciente de la responsabilidad que caía sobre tus hombros, en tu interior había muchas cosas que querías hacer o decir... si es que conseguías librarte un poco de ella.

Por lo pronto, aquella mañana del último día de agosto iríais a comprar el material escolar e incluso con un poco de suerte, quizás te dejasen llevar alguna mascota, aunque lo dudabas. Pero al menos esperaba conocer a algunos de tus compañeros porque seguro que también iban a comprar las cosas para el colegio.

No querías mostrarte ilusionado... pero era difícil no estarlo.

Como todas las mañanas, te vestiste como se esperaba de ti, te metiste la carta de Hogwarts en el bolsillo y bajaste a desayunar. Tu padre estaba leyendo El Profeta, en donde hablaban, como casi todos los días, de aquel mago al que todos buscaban y que tanto daño estaba haciendo en el mundo mágico. 

-Buenos días, hijo -te saludó tu padre, sin apartar la vista del periódico.

Tu madre mientras tanto preparaba el desayuno, o más bien, agitaba la varita para que el desayuno se preparase solo. Con un extraordinario orden y disciplina, las tostadas eran calentadas, untadas y colocadas perfectamente alineadas en los platos, como si fuese una cadena de montaje.

-Buenos días, cariño. Toma unas tostadas -te dijo tu madre, enviándote el primer plato, que contenía dos de ellas. El plato voló desde la encimera hasta la mesa y se colocó justo delante de ti, cerca del borde.

Tu madre continuó preparando las cosas y unos segundos más tarde, todos los platos que quedaban, y las tazas, iniciaron sus respectivos vuelos hasta situarse en su lugar, precediendo a tu madre, que tomó asiento a tu lado y te dio un beso en la frente.

-Supongo que estarás nervioso -te preguntó con dulzura.

-¿Y por qué iba a estarlo? Está más que preparado para ir al colegio y demostrar su valía. ¿Verdad, Percyval?

Tu padre rara vez utilizaba los diminutivos para referirse a la gente.

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27/11/2021, 12:31
Directora

En el orfanato, en cambio, nadie había oído hablar de ese hombre. Tú no sabías nada de magos tenebrosos ni nada por el estilo, pero estabas deseando saberlo. Estaba a punto de amanecer y te encontrabas despierta, en tu cama, pensando en el día que tenías por delante. Tenías tu carta delante, que habías leído de cabo a rabo sin entender nada, a pesar de lo cual en el orfanato tomaron conciencia con rapidez. Tal vez fuese la aparición de aquella señora vestida de manera estrafalaria... no recordabas bien como se llamaba, que vino al día siguiente para explicártelo todo.

Llevaba un vestido naranja y el pelo de un color verde muy intenso. En sus manos llevaba un paraguas, a pesar de que no lloviese, con el mango de un león que en varias ocasiones te pareció que bostezaba. Pero no, no podía ser eso. Seguro que lo habías imaginado.

Pues bien, la mujer estaba esperando en el despacho del señor Graham, junto con Kate. Te habían llamado a petición de aquella mujer que parecía haber venido específicamente para hablar contigo.

-Ah, bien, bien, así que esta es la pequeña Úrsula. Está algo delgada, ¿no? Toma un caramelo, querida -te dijo, ofreciéndote inmediatamente un saquito con golosinas.

Todos tenían colores variados, así que escogiste uno de aquellos caramelos al azar y le diste las gracias tímidamente. Pero rápidamente deseaste no haberlo hecho porque aquel caramelo sabía a... ¡¡calcetines sucios!!

La mujer pareció darse cuenta de que no habías tenido suerte al escoger. 

Te arriesgaste a coger otra y te la llevaste a la boca con miedo. Para tu sorpresa, no estaba demasiado mala. Tenía sabor a lápiz y como ya habías mordido muchos, no te resultó tan grave.

-No te preocupes, querida. Esto son grajeas de todos los sabores, y cuando digo "todos", quiero decir "todos", los que conoces y muchos que no. Así que si no has cogido uno que sepa muy mal es que has tenido mucha suerte.

Satisfecha, la mujer volvió a enderezarse en su asiento, y entonces empezó a explicártelo todo.  Eras una bruja y estabas registrada como tal desde el momento de tu nacimiento. Había una comunidad mágica y todo eso, y era secreta para los muggles, como llamaban a los humanos normales. Pero para aprender magia había que estudiar mucho y tenías tu plaza reservada en Hogwarts. Fue muy extraño; iluminador... pero extraño. Cuando se fue, no sabías bien qué pensar, pero al menos tenías claro que eras una bruja o nadie se hubiese preocupado por ti. Por fin eras "algo". Aunque tendrías que mantenerlo en secreto. Esa era una condición importante.

Aquel día irías a comprar la lista de cosas para el colegio. El orfanato se encargaría de todos los gastos, aunque no tuviesen mucho dinero, y como le habían dado las instrucciones de cómo ir a ese sitio mágico, no debías tener problemas. Kate iría contigo; y Libra puede que también, si la convencías. Ya quedaba poco para que llamaran a desayunar y no sabías si podrías tomar algo; estabas demasiado nerviosa.

En ese momento, oíste una voz al lado. Era la de Ashley, tu amiga, que dormía en la cama que estaba más cerca de la tuya.

-¿Estás leyendo otra vez esa carta? ¿Qué es lo que pone? Estás últimamente con muchos secretos -te dijo Ashley, mirándote con desconfianza.

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30/11/2021, 15:24
Ivy Jade Connor

Era el último día de agosto. ¡Se le había hecho eterna la espera! Hasta que por fin, después de tanto ansiar que llegase aquella jornada, el día 31 había despuntado, provocando una intensa emoción a Ivy Jade Connor. La joven bruja contaba los segundos para que sus padres decidieran llevarles al callejón Diagon, y así obtener sus materiales escolares. Aunque sus progenitores no era un día tan particularmente importante, quizás uno más en el calendario, nada que ver con lo que la niña pelirroja sentía por dentro.

El sobre con la carta de Hogwarts, aquella que había leído en más de treinta ocasiones y que, por tanto, tenía claras marcas del desgaste, fue abierto una vez más, para que la muchacha pelirroja leyese de nuevo su ya aprendido contenido.

- ¡Qué emoción! ¡Mañana iré al Expreso de Hogwarts! ¡Va a ser maravilloso! - Exclamaba ante las cortinas de su dormitorio, hablándoles como si pudiera entenderla, mientras los ojos de la jovencita brillaban por el sentimiento extremo de felicidad que estaba experimentando.

Las pupilas de Ivy se posaron en las letras, estilizadas e impolutas de la carta, que remarcaban el nombre de la directora, Martia Crowland, así como el firmante de aquel documento, Cletus Partwulf, el subdirector de la institución. Nombres a los que no podía ponerles cara, pero la imaginación de la niña de 11 años desarrolló una gran variedad de rasgos con los que se imaginaba a los miembros del cuerpo docente.

- Vale no se me puede olvidar comprar nada. Tres túnicas sencillas, un sombrero, guantes y capa de invierno. Esto a mamá no se le pasará por alto - Y es que Tracy Anne Connor siempre se preocupaba de que sus hijos fueran excepcionalmente bien ataviados, aunque sufriera muchos disgustos con Nolan, el cual, rebelde, desgastase de forma continuada sus túnicas nuevas, y eso con suerte, pues tendía a romperlas.

- Bien, son ocho los libros obligatorios. Papá seguro de que me hace algún comentario de que estudie con tiempo y que no deje todo para el último día... - Sonrió, era como si ya previese el futuro y eso sin tener dotes adivinatorias.

Observó el resto del material - Caldero, redomas de vidrio, balanza y telescopio... A la abuela Joanna seguro que le encantará que avance en pociones - La niña había pasado mucho tiempo del verano con su abuela materna. La mujer tenía un negocio de brebajes, y elaboraba a menudo los filtros mágicos delante de su nieta, la cual adoraba observar cómo mezclaba los ingredientes. Ivy estaba acostumbrada al olor de las hierbas y otras sustancias de dudosa procedencia. De hecho le gustaba mucho aprender pociones y consideraba divertido mover el caldero, tal y como la bruja de su abuela le enseñaba.

- ¡Qué ganas de tener mi propia varita! ¡Y una mascota!... - Quizás eso era lo que más ilusión le hacía, hacer magia de verdad y tener un animal de compañía propio al que cuidar y querer. Aunque aún no tenía claro si una lechuza o un gato. Un ave era más práctico, pero un gato era más tierno y achuchable. Si de ella dependiese, podría meter un zoológico en Hogwarts.

Lo único que lamentaba la joven era que no obligasen a los alumnos de primer curso a llevar escobas, pues ella quería aprender a jugar al quiddicht, a pesar de que su madre se lo prohibiría, pues según Tracy Anne Connor, eso no era un deporte para señoritas bien educadas. Ivy, a esas alturas, sabía que prefería ser más grosera y ordinaria, pero tener la oportunidad de volar para coger la snitch dorada, aunque jamás se había enfrentado a su madre, y menos cuando la miraba con dureza, no fuera a hacer aparecer a duendecillos de Cornualles.

De repente se abrió la puerta de casa y apareció Nolan jaleando, como venía siendo habitual en él, quitándole a Ivy la carta de Hogwarts y el billete de tren.

- ¡Nolan! ¡Dámela! ¡Vas a arrugarla! - Exclamó la niña intentando perseguir a su hermano para recuperar sus pertenencias, teniendo poco éxito en el intento pues al elevar la mano impedía que ella pudiera recuperar los documentos - ¡No te comportes como un crío! ¡Dame mi carta! - Reclamó de nuevo, visiblemente fastidiada y más cuando el muchacho se subió a la cama y comenzó a saltar sobre ella, haciendo ya del todo imposible la recuperación del pergamino.

Ivy suspiró fastidiada, podía lanzarse sobre él, pero cabía la posibilidad de que se arrugase la carta, algo que no deseaba, así que optó por controlar su impulso y cruzarse de brazos, cambiarle el tema de conversación solía provocar que la atención de su hermano se centrase en otra cosa, así que probó con ponerle un cebo que le hiciera relajarse.

- ¿Sabes que hoy vamos a ir al callejón Diagon? Si mamá te ve saltar así en la cama, vas a enfadarla y no te comprará ninguna rana de chocolate. Lo sabes, ¿verdad? - Intentó ser persuasiva con él, a veces funcionaba - Venga, devuélveme la carta y yo misma la intento convencer de que nos compre algo, ya sabes que papá y mamá siempre están muy contentos con mis notas. Me harán caso, ya verás como sí

No tiene porqué, pero al menos a mí me escucharán, porque las calificaciones tuyas han sido tan nefastas...

- Somos un equipo, ¿recuerdas? - Le pestañeó tirando por el lado emocional. Ivy intentaba jugar sus cartas - Y seguro que caerás en Gryffindor, eres tan valiente y decidido como papá - Tendió la mano para recibir su carta de Hogwarts, mientras que sonreía a su hermano, a pesar de que por dentro estaba sufriendo de ver cómo de maltratado estaba el papel.

La niña suspiró. La idea de entrar en Slytherin le agradaba, pero por lo que había leído de las casas, no le disgustaba tampoco poder asistir a Gryffindor, e incluso le llamaba la atención Ravenclaw y Hufflepuff. Aunque su madre siempre había denotado que ella debía seguir la línea genealógica de las mujeres de su estirpe, todas con apellido variado por matrimonio, pero la sangre que había por sus venas era única y todas tenían en común haber pertenecido a la casa de la serpiente. Si no saliera ese resultado, Ivy sería una clara excepción y no cumplir las expectativas de su progenitora le aterraba.

Donovan apareció en el marco de la puerta, provocando que la joven Jade diera un repullo por el susto, escuchando el consejo de su hermano mayor, al cual quería mucho y admiraba, pues de alguna manera, siempre había estado atenta a ella - ¡Donovan! - Le dedicó una amplia sonrisa. Podía pedirle que recuperase su carta de Hogwarts, pero la joven sabía que no debía ser una chivata, al menos públicamente y delante de Nolan, y conseguir los propósitos por sí misma - Estoy deseando que sea el día de la selección, aunque es el Sombrero Seleccionador quien nos dispone en casas. Yo no puedo elegir, aunque en parte me gustaría - Agradar a su madre siempre había sido una prioridad - También tengo ganas de ir al callejón Diagon. ¿Tú crees que mamá nos comprará algo especial por ir a Hogwarts? - Preguntó intrigada, deseosa de saber cómo tantear a sus padres en aquel día especial. 

- Oh deberíamos bajar a desayunar, no vaya a ser que lleguemos tarde a la mesa y comencemos mal la mañana - Sugirió la pequeña, pues en casa les habían educado para ser muy puntuales - ¿Vamos al comedor? Estoy deseando beber zumo de arándanos. Por cierto, Donovan, ¿tú estabas seguro de que ibas a entrar en Slytherin? Es decir... ¿Es algo que se siente como una corazonada? ¿O simplemente sucede? - Y ahí transmitía su inseguridad, la de no estar convencida de que la casa de la serpiente la eligiese - ¿Y si no me escoge el Sombrero para ninguna casa? ¿Qué sucederá? - Sabía que nunca había sucedido eso, pero, ¿y si le ocurría a ella cuando le pusieran el Sombrero Seleccionador? Tragó saliva, angustiada con solo imaginarlo.

- Buenos días - Saludó educadamente a sus padres cuando llegaron al comedor, a pelirroja observó un ejemplar del Profeta sobre la mesa y miró curiosa la imagen de su portada.

Ryland Shadefian

- Papá, ¿es este el mago que andáis buscando? - Preguntó inocentemente la pelirroja, no haciendo mucho más caso al gran problema de la comunidad mágica para centrarse en lo realmente importante - ¿Cuándo vamos a ir al Callejón Diagon? ¿Después de desayunar? Estoy ansiosa por coger los libros nuevos - Comentó lo que sabía, su padre valoraba sobre todas las demás cosas, a excepción de la varita - Quizás pudiésemos pasar también por delante de la tienda de escobas. Si me compras una prometo sacar en todo "extraordinarios"... Porfi... Porfiiii.....Un nuevo pestañeo, había bajado la voz para que su madre no se enterase de ese intento de extorsión a su progenitor, y más teniendo en cuenta que no podría tener la escoba en el colegio. Pero si algo tenía claro Ivy es que cuando algo se deseaba, debía lucharlo.

Notas de juego

Quiero tirar por persuasión para que Nolan le devuelva la carta....XD

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30/11/2021, 18:01
Directora

Notas de juego

Pues tira ;)

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30/11/2021, 19:30
Ivy Jade Connor
Sólo para el director

Notas de juego

¿Qué tiro?....XD... No tengo muy aprendido el sistema vampiro.... ¿Carisma+ expresión? ¿Astucia+expresión? ¿Manipulación+expresión?.... ^^uuuuu

Cargando editor
30/11/2021, 19:36
Directora

Notas de juego

Si quieres hacerlo por las malas, MANIPULACIÓN+INTIMIDACIÓN

Si quieres hacerte la mártir, llorar para que te la devuelva porque le des penita, MANIPULACIÓN+INTERPRETACIÓN (si usas gestos) o EXPRESIÓN (si usas palabras);)

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30/11/2021, 22:58
Ivy Jade Connor
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

En realidad he usado palabras así que Manipulación + Expresión....XD

Viendo la tirada.... No me la devuelve ni de coña....JAJAJAJAJAJAJAJAJA