Partida Rol por web

Tras la firma del contrato me acerque a la borda del barco, atendiendo a las órdenes del capitán prepare mi ballesta. Parecía que la paz y tranquilidad iba a terminar pronto.

¿Qué estaría pasando aquí?

Me acerque a la zona en la que se encontraban Ashrac y Atrus, si se iniciaba un combate quería tener las espaldas bien cubiertas.
 

-Hay que cuidarse de los que juegan a dos bandas- refiriéndome al informante que había reclutado.

–Parece que al final esto no va a ser un plácido viaje, cuidémosnos las espaldas mutuamente, en las situaciones de caos es cuando cualquier enemigo puede aprovechar para librarse de uno de nosotros-
 

El plumaje de un roc es o marrón oscuro o dorado de la cabeza a la cola. Estas enormes criaturas miden 30 pies de largo desde el pico hasta la base de la cola, con una envergadura de ancho 80 pies. Un roc pesa alrededor de 8.000 libras.

No sabeis nada más sobre el animal.

Durante un instante respirais hondo y te os dais cuenta que sois capaces de captar todo lo que os rodea, hasta lo más escurridizo u oculto.

Aquel pájaro que sobrevuela la isla, espera.... ¿ pájaro ?, si la velocidad de vuelo y la distancia a la que calculáis que está ( unos 4 km de distancia, el puerto está a unos 2 km y medio de vosotros ) es correcta ese animal es gigantesco, seguramente es el Roc del embajador. Pero.... ¿ que hace tan lejos del pico Malpaso ?, su área de caza es de 15 km de radio desde ese punto tal y como le mandó el embajador Theodocius. El puerto está lejos de su zona y desde que vives en la isla, nunca esa criatura había volado tan lejos. Y además no es solo eso, con vuestra aguda vista os dais cuenta que no se ve a nadie en el puerto, no hay pescadores arreglando los aparejos, ni nadie moviéndose por el lugar.....

Aunque quizás solo sea un malentendido, la gente estará comiendo y el Roc estará en su zona y estaréis equivocados o el embajador le habrá hecho llamar, digo yo....

Durante un instante respiras hondo y te das cuenta que eres capaz de captar todo lo que te rodea, hasta lo más escurridizo u oculto.

Aquel dragón que sobrevuela la isla, espera.... ¿ dragón ?, si la velocidad de vuelo y la distancia a la que calculas que está ( unos 4 km de distancia, el puerto está a unos 2 km y medio de vosotros ) es correcta ese animal es gigantesco, seguramente es un Dragón Rojo. Pero.... además no es solo eso, con tu aguda vista te das cuenta que la gente del puerto corre asustada en todas las direcciones.

Aunque quizás solo sea un malentendido.....

Después de confirmar con mis propios ojos que lo que dijo el cabo Gardian era cierto y que en el puerto no parecía a ver nadie, seguí las ordenes del capitán y me prepare para la luchar. 

Tras escuchar las órdenes, Harold avanzó agachado por la cubierta. Tenía armas a distancia, pero no era muy diestro en su uso, así que decidió, como habían ordenado, quedarse de apoyo, por si acaso sus conjuros eran de utilidad. Se puso al lado de Damrod, preparada ya en sus labios la fórmula divina que le permitiría sanar cualquier herida. 

Doflar empezó a inquietarse ante las advertencias y los movimientos de sus compañeros. Casi no necesitó demasiado esfuerzo para permanecer oculto, debido a que su tamaño era menor al resto.

Acercándose sigilosamente a Gardian y Fulgur, el mediano les susurró
- Disculpen que me entrometa, pero demasiada cautela, y estamos medio lejos todavía. Pero en caso de estar cerca, podríamos enviar a algún nadador avezado, para que aborde el puerto antes que nosotros.- Doflar se contuvo una sonrisa al imaginarse a su capitán o a cualquiera de los mercernarios empapados, nadando hacia la costa.

Luego de escuchar la explicación sobre el roc, lo entendí todo mucho mejor.

Vaya, no tenía idea de que ese pajarraco fuera tan importante...

Luego escuché la sugerencia de Doflar de enviar a un hombre nadando. Le respondí en voz baja como nos habían ordenado.

-Mmm... no lo sé. El mar a veces es peligroso... pero tal vez podríamos usar uno de los botes salvavidas y enviar a alguien para que se acerque sigilosamente al puerto.

Las ordenes estaban a boca de cañon, y enseguida se podia percibir los animos caldeados sobre la nave. Algo parecia llamar poderosamente la atención de varios, pero no consegui ver nada, aunque lo intentaba. Escuche hablar de un tal "roc" Que era eso? acaso me sonaba de algo?

Estaba en la cubierta, en el medio de la embarcación mirando en todas las direcciones, tratando de ver algo. Mucho no podia hacer, solo quedaba esperar y apoyar a los compañeros, en caso de ser necesario

El Mastín asintió ante las órdenes y adoptó un papel de apoyo, buscando cobertura cerca de Damrod, para auxiliarle en caso de ser preciso. 

No era lo que hubiera ordenado, no en ese caso tan lejos aún de tierra, allí en el navío eran un blanco fácil y tenían poca defensa. Pero no estaba allí para liderar al grupo. Y como miembro de una organización militar tenía muy asimilado el concepto de jerarquía. Tal vez el capitán contara con información adicional. En cualquier caso siguió las órdenes sin objeción alguna. Atento ante lo que pudiera estar por venir...

Tras 15 minutos de interminable tensión, el barco llega al puerto, ahora los marineros dan señas al timonel para dejar el barco lentamente cerca del muelle para afianzarlo. Los demás podéis ver el lugar desde la barandilla, el lugar parece desierto, las barcas abandonadas sin nadie faenando, los muelles sin ningún marinero que se acerque a recoger los cabos para facilitar el amarre, ningún niño curioso que viene a ver a los recién llegados, ningún familiar, ningún compañero de la guardia que venga a recibir a sus compañeros tras tantos días de viaje,..., solo una brisa ligera proveniente de la isla y el sonido de la madera al crujir mientras se acerca lentamente al muelle del puerto de la estaca y siempre, sobrevolando la isla a 1 km de distancia el ahora más reconocible Roc, el cual parece estar volando sin ningún fin aparente, o quien sabe, quizás buscando a su presa...

El sol ahora en su cenit ilumina el fantasmagórico pueblo alejando las sombras del lugar. En breves, las dos pasarelas de madera descenderán para dejar bajar la tan preciada carga y a sus ocupantes. Las caras de preocupación se dejan entrever en los marineros, poco dados a las sorpresas y supersticiosos por norma, de vez en cuando veis como hacen la señal de los dioses del pacto, se tocan la frente, luego un hombro, una pierna, la otra y acaban en el otro hombro y acaban en la frente, igual que la señal que abandera a vuestra nación, las cinco puntas del pentágono.

Doflar no pudo dejar de sentir asombro por aquel extraño episodio. Nunca se pudo haber imaginado que aquella vuelta a la isla podría darse ante semejante misterio. Miró en busca de alguna extraña señal que le pudiera dar una idea de lo que sucedía. Miró al Roc para ver si podía entender mejor a aquel ser y por qué podría estar sobrevolando el puerto.

Llamó con discreción a su águila "Ven aquí amiga mía. Ahora entiendo tu temor, siento haberte envíado a tan peligrosa misión" le dijo en pensamientos. 

- Señor.- dijo el mediano acercándose a Fulgur.- Creo que ya no es necesario que haya una avanzada. Me parece más lógico que bajemos e inspeccionemos un poco el lugar antes de bajar la carga.- el mediano hablaba seriamente, y se contenía las ganas de preguntar y hacer mil comentarios más al respecto. Su naturaleza se agitaba en el interior de su ser como un enjambre de abejas enfurecidas encerradas en una colmena.

Unos ruidos de cascos llegan desde la entrada de la bodega, va en aumento como si una caballo estuviera a punto de salir por la puerta, y casi es así. Saliendo como una tromba y deteníendose al instante, hace su aparición en cubierta el otro cabo de la guardia. Irk. Un centauro. Aunque es joven ya que la cruz apenas alcanza el metro y medio, sus poderosas patas y los musculos marcados atraves de su gruesa piel, dan a pensar que tendrá una fuerza sobrehumana.

Se acerca con trote elegante hacia la borda, mientras la mirada está fija en el puerto. En su mano tiene un gigantesco arco largo compuesto que es el doble de un arco normal, y de un color rojo oscuro que se aclara en los extremos.

-Capitán- brama al pasar con su potente voz y ponerse junto a los hechiceros- hijos míos seremos los últimos en desembarcar, proteger la descarga- dice al siempre inquieto Doflar y Braedam, la silencioa hechicera elfa- también va por ti- señalo levantando una ceja al imprevisible Fonkin- y nada de canciones en plan La Llegada de los Aguerridos Guerreros y Su Infalible Bardo- le dice mientras le apunta.

Hay muchas caras nuevas, hay en cubierta y los mercenarios parecen duros y bastante capaces de cuidar de si mismos, así que los mantiene al margen. Hace su trabajo con el equipo de apoyo como siempre. Lo primero que había que hacer era descargar a sus primos (los caballos) y abandonar el maldito barco lo antes posible. Además había dejado un "regalito" en la bodega del tamaño de un pequeño gnomo.

Llegamos a puerto, un puerto fantasma, pero el problema es que ahora este es nuestro puerto, nuestra casa y nuestra gente, la que ahora no aparecía por ninguna parte. Había problemas y gordos, el asunto es que nosotros no sabíamos qué problemas eran los que estaban ocurriendo ahora mismo. Pero lo que sí sabíamos era que seguramente nos tocaría trabajar arduamente para llevar la carga a nuestro destino.

Las armas preparadas, la armadura perfectamente ajustada y el escudo en su lugar, estoy listo para el combate, como todos los compañeros. Estamos alterados, la actividad es frenética en el barco, ya no sólo por la lógica llegada a puerto, sino por las circunstancias que rodean a esta llegada.

Alguien debe asegurar tierra, para que mientras se descargarn las cosas, haya algo de seguridad. Me preparo junto a la tabla, junto con los valientes que bajan a tierra. La magia zumba en mi mente, lista para ser descargada en caso de ser necesaria.

A Doflar siempre le impresionó el tamaño del joven centauro. A pesar de su juventud, era un cabo que mostraba su valía y firmeza. No quería contradecir a Irk, pero... "De ir Primero a recibir la bienvenida como un viejo héroe, a quedarme último, vaya gloria abrazaste Doflar" pensó para sí con un mal humor que se dejó notar en su rostro. A pesar de entender la táctica empleada por el centauro, el sueño del pequeño hechicero, de ser reconocido en su Isla como un héroe se esfumaba. "Menuda risotadas desprenderían mis padres y hermanos... ya verán cuando vuelva con la gloria en mis hombros..." pensó el mediano mientras sus pensamientos volvieron a posarse en el extraño Roc. 

Viendo la situcion era recomendable mandar un grupo para una inspeccion rutinaria de la zona para ver que estaba pasando y no ser pillados en una trampa.

 Capitan propongo mandar una avanzadilla, me presento voluntario y me llevaria a Alfonso, Cassius de los guardias y Atrus, Damrod y Gerald de los mercenarios, 

se que  Harold ha proporcionado una tela impregnada en aceite a Damrod para avisar si hay algun problema, nos vamos a llevar cada uno un trozo, si hay problema tiraremos una flecha, si necesitamos ayuda dos y si es huir insensatos tres flechas...

que opinan los implicados?

Harold nunca había visto un centauro, y la visión le impresionó. Aquél arco parecía capaz de atravesar un alce de parte a parte, y sin duda un golpe de esos brazos sería como una coz de caballo, capaz de partir costillas. Se sintió mucho más seguro con él a su lado. Al parecer iban a mandar una avanzadilla, lo cual, visto el aspecto de pueblo fantasma y el amenazante roc del cielo, no parecía una buena idea, pero Harold no cuestionó las órdenes. Solo esperó que no le ocurriera nada a Damrod, sería una gran pérdida.

Ante la idea de Gardian de las flechas dio un paso al frente.

-Me parece bien, pero debería ser al revés. Si hay un problema importante es cuando tendréis menos tiempo para lanzar flechas, así que mejor, si hay problemas, lanzad dos. Si hemos de huir, lanzad una.