- Asuntos peligrosos te rodean si recolectas este tipo de sustancias chica, ten cuidado con las tarántulas - digo mudando mi gesto a uno más sombrío, para después volver a relajar mi rostro y sacar el dinero - En efecto, desafíos difíciles me aguardan. Me lo llevo todo. Has oido hablar de ese ogro ¿verdad?
¿Será entonces 10 todo? 9 de mis monedas las tiene catária si el total es 15 intento comprar el veneno rehaciendo cuentas.
— El peligro nos acecha a todos. Nadie es exento. — Empiezas a entender el hablar de la chica. Frases cortas, carácter reservado a e introvertido. — No lo he preparado yo. Por aquí no hay tarántulas. Lo hizo mi hermano. No tenemos opción. — Sus ojos se vuelven huidizos. — La última colecta de tributos nos ha dejado sin nada. He oído hablar del ogro, sí. Déjame decirte: peor me cae el alcalde. A mi entender, los dos están compinchados. Nunca hubo tanta ruina aquí, hasta la llegada de ambos...
Has notado fácilmente que ella está desesperada. Tomará lo que puedas darle. Si no te alcanza, puedes considerarlos tuyos si ofreces todo lo que tienes y no importa tirar. Si quieres regatear más, la tirada sería personalidad CD 15.
PD: Que buena música!
Saco la bolsa de monedas y la vacío entera sobre mi mano.
- Esto puedo ofrecerte.
Le ofrezco las 10 monedas de oro y 2 de plata ( :D ) que llevo encima
Tras lo que parece una eternidad, las alucinaciones subsumen en el mareo, y éste mengua su fuerza. Tomando conciencia de ti mismo sabes anteponerte al influjo mágico y enfrentarte a él. Aferrándote a los sentidos logras anclarte a la realidad y recobrar la vista, allanando el abanico de colores que te cegaba. Buscas al vagabundo, o lo que fuera que te ofreció el trato, pero es imposible dar con él.
Las calles vuelven a rebosar de ocupadas gentes que te sortean sin prestar atención a tu estado. El antiguo pergamino, manchado de tu sangre e incomprensible para ti, está delicadamente enrollado en tus manos. Comienzas a encontrarte mejor, sano y vital. Casi sin poder creerlo te apoyas a la pared, tratando de recuperar el aliento.
Obtienes:
1 x Pergamino mágico (Desconocido, pero por lo que has sentido ya lo adivinas)
Sin dudarlo, satisfecha tanto por la demostración como la cuantía, Ann te entrega los viales resguardados por una tela de incógnito. — Gracias. — Son sus únicas palabras antes de desvanecerse entre la multitud. Así son las vidas de los humildes: luchar crudamente por sobrevivir, la incertidumbre y la muerte esperando a cada vuelta de esquina.
Obtienes:
3 x Viales Veneno Tarántula (3d4 daño + Daño atributo fuerza/Salvación fortaleza CD 12 si éxito 1d4 daño) [Aplicable en armas de filo por el Ladrón con Manipular Venenos CD 5]
Las horas pasan y el mediodía está por llegar, pero el agobio de las calles no hace más que aumentar. Empujones, insultos y denuestos: la tensión puede cortarse con un cuchillo; Dundraville se queda sin oxígeno. Pudiera ser que muchos no pensaran en ir a trabajar, sino en emigrar a un lugar lejano donde empezar de cero. En medio del caos incipiente, Nörsil logra avistar a un Akka pálido y jadeante, apoyado a un muro como si fuera un oasis en el desierto.
Akka está más blanco que un fantasma... Parece que le hubieran dado el susto de su vida.
El acostumbrado Aebon esperaba una extensa e indecisa charla sobre qué podía interesarles y qué no, donde aprovecharía para inflar los precios allá donde conviniera. La precisa, exacta e inmediata formulación hecha por la maga le coge del todo desprevenido.
— ¡Ah, oh! ¡Sí, antorchas? ¡Claro! ¿Dos? ¡No, tres? ¿Y una cuerda también? ¡Perdón, dos cuerdas? ¡Bah, volvamos a empezar! — El hombre empieza a ponerse nervioso. — ¡Bueno, creo que tengo todo lo que me pedís! — Intenta contar torpemente con los dedos.
Ruborizado, se aparta unos pasos. — ¡No se ponga celoso, caballero, enseguida se la devuelvo! — Dice jocoso y alejándose de Waldo, a quien ha tomado por su marido. — Mi honorable dama... — Se dirige a Cataria con empalagosa etiqueta. — Todo esto montaría no poco menos que 14 o 16 monedas de oro, y me estoy quedando corto... Pero estoy dispuesto a corresponder vuestra ilustre presencia y generosa demanda rebajándolo a 10 monedas, con la condición de que quedéis satisfecha con el trato recibido, me recomendéis a vuestras amistades y volváis a visitarme algún día... — El mercader vuelve a enrojecer, no sabéis si porque habla sin pausa o por otro motivo.
Por fin comienzo a poder respirar con dificultad cuando enfoco mi mirada en lo que me rodea sin percatarme del todo de mi situación. Guardando entre mis cosas rápidamente algo que tengo en mis manos miro como al vacío ya mas reconfortado. Viejo ha faltado poco, un poco mas y te hago compañía antes de tiempo.
Es entonces cuando me fijo en el sol, ha pasado demasiado tiempo y la gente del pueblo no deja de intentar escapar, puedo entender que tengan miedo pero no creo que escapar de ese modo les solucione la vida y aun algo desorientado y confuso comienzo a caminar hacía la salida del pueblo que el resto del grupo debe estar esperando a que llegue yo.
- ¿Qué ha pasado Akka? ¿Qué ocurre? - sin duda el ambiente es perturbador. La gente está nerviosa y eso no es bueno.
Al comenzar a irme me llama Nörsil atrayendo mi atención. Me paro girándome en su dirección, me recupero de superar una maldición, nada extraordinario... respondo divertido afrontando con humor la situación. Tengo que aprender mas de como duelan menos las maldiciones, ¿has comprado algo tu?. Pregunto divertido al elfo llegando a su altura mientras nos reunimos con el grupo.
- ¿Una... maldición? - lo miro incrédulo para después seguir hablando - si, unos bálsamos que ahora repartiré... y otra cosa que quizá te resulte útil - saco de un bolsillo de la mochila un envoltorio con un contenido mientras bajo la intensidad de mi hablar hasta el punto de que Akka solo escucha un hilo de voz - es un material delicado para colocar en armas de filo. Para que escuezan y debiliten mejor... en un momento apropiado podrías aplicarlo... yo se usar la espada, ¿qué arma sueles llevar?
Yo uso una daga y un veneno siempre es útil. Mostrando una daga con un dibujo de un escorpión en su hoja cuando fue forjada, vuelvo a guardarla después. Yo tengo un pergamino para lanzar una maldición, perdón si no lo lo presto a nadie del grupo, pero lo gane en un pacto de sangre y es un regalo personalizado... desconozco si ocurre algo si cae en otras manos y la maldición recaiga en quien no deseo. Mi voz suena realmente preocupada cuando hablo de afectar con la maldición a un compañero, casi muero para dominar la maldición y no deseo lo mismo para ellos.
- Bien entonces. Guarda tú estos viales y este unguento también y estate atento a un momento apropiado para aplicarlos también en mi espada - digo ofreciendo el paquetito - ¿habrán terminado de hacer las compras los demás? - digo mientras avanzamos.
Ofrezco los viales y el ungüento a Akka
Para aplicar el veneno (fuera de combate) tienes que tomar el arma y hacer una tirada Manipular Venenos CD 5 (solo en armas de filo)
El ungüento que te ha dado es un bálsamo curativo simple, cura 1d6 pg y detiene hemorragias.
Gracias por confiarme los viales, los usaré con astucia. Afirmo agradecido por confiarme algo tan importante para el grupo mientras los guardo con sumo cuidado junto a mis pertenencias, ¿tienes tendencia al arco, a la espada o a la magia?, pregunto para ir pensando estrategias en las que podamos explotar las opciones que ofrecen todos mis compañeros y estar prevenidos.
Con su respuesta asiento, ya deberían haber terminado, he pasado horas peor que si hubiera fumado hierbas de las buenas, por cierto... ¿tu tienes de esas hierbas....?, pregunto totalmente curioso.
Tomo lo que me ofrece, si me lo detallas lo apunto en mi equipo.
Consigues ( y yo me quito) :
1 x Bálsamos curativos (Restaura 1d6 puntos de golpe)
Paquetito de: 3 x Viales Veneno Tarántula (3d4 daño + Daño atributo fuerza/Salvación fortaleza CD 12 si éxito 1d4 daño) [Aplicable en armas de filo por el Ladrón con Manipular Venenos CD 5]
- La magia solo es para momentos muy especiales. Prefiero el arco para poder operar más protegido, confío que Waldo y SheldoR puedan ser competentes en las distancias cortas aún así podré usar mis espada de ser necesario.
Dirigiéndose a Aebon: Mercader! quiero cinco vendajes, una antorcha, una cuerda y yesca y pedernal. quiero saber también si tienes una cantimplora y que otros objetos de curación llevas encima.
ya sabes, te pagaremos justamente pero no intentes abusar de nosotros.[/B]
Tengo un arco pero normalmente prefiero la daga porque soy mas letal con ella.
Gracias por los detalles. Nosotros ya vamos a reunirnos con el grupo.