Partida Rol por web

- Creo que esto le reanimará- digo acercándome al rebelde y sacando algo del bolsillo. Tras colocarlo bajo su nariz, Coogar hace un gesto de desagrado y mueve la cabeza al lado contrario.

Con Coogar habiendo recuperado la consciencia, Jackson le explica la situación brevemente. El rebelde parece aturdido pero con la ayuda del colono se pone en pie y podéis comenzar a retroceder en dirección norte.

Con el suelo aún retumbando cada cierto tiempo a intervalos más o menos regulares, recorréis el pasillo de regreso, y cruzáis por delante de la desastrada sala de los técnicos, frente a la que continúan yaciendo los cadáveres animales de los xenomorfos que os emboscaron hace poco. Tras cruzar por delante de ellos sin ceremonia alguna (Nexus aparta de una patada al que se interponía en su camino), la fantasma parece reconocer el camino que seguís y se coloca delante vuestra, precediendo la marcha mientras inspecciona el pasillo apenas un metro por delante vuestra.

Cruzáis una intersección de pasillos principales, momento en que el ruido procedente del exterior se intensifica. Fuera debe estar habiendo una buena. Vuestros comunicadores reciben de forma entrecortada nieve entrante, salpicada con palabras entrecortadas de Razcjenko acompañadas en ocasiones por ráfagas de proyectiles, gritos, detonaciones y en al menos en una ocasión una serie de aullidos similares a un graznido chirriante.

Tras llegar nuevamente a la compuerta de la sala donde capturaras hace poco a Coogar y a sus compañeros, una sensación desagradable vuelve a invadir tus sentidos psíquicos, ennegreciendo grasienta como aceite de motor los espejos de tu consciencia interior.

- Ahí dentro hay un marine muerto. Coogar mató al soldado que me escoltaba, y lo escondieron ahí dentro. Me quedará algo grande, pero prefiero llevar su rifle a una simple pistola de fabricación casera. No se ofenda Coogar- Le digo al tiempo que le tiendo el arma que me diera prestada durante su inconsciencia.

Connor parece ensimismado durante el trayecto hasta la sala de comunicaciones, aunque ni por un momento desvió la mirada de la fantasma que iba en primera línea. Conforme se iban acercando, escuchaba a través de su intercomunicador la guerra que parecía librarse en el exterior de la sala de comandancia. También escuchaba las palabras entrecortadas por las interferencias de Razcjenko, y estaba seguro de no ser el único en escucharlas.

- Ese pobre diablo aún sigue con vida. Me pregunto cuánto aguantará, ahí fuera parece estar librándose una batalla sin cuartel. Y esos extraños sonidos de animales... - Connor tuerce el cuello es un gesto desaprobador mientras escupe hacia atrás, donde se encontraban las criaturas reventadas por ellos mismos apenas unos instantes antes -

Se planta frente a la puerta de la sala de comunicaciones y le propina un fuerte golpe al botón de abertura, como si estuviera enojado. En realidad ansiaba un trago de buen whisky reciclado, pero por ahora debía contentarse con salir vivo de aquel, y nunca mejor dicho, maldito lugar.

La Fantasma obvió responder al piloto centrando su atención en Coogar. Hizo un seco gesto de asentimiento a Jackson cuando este le hizo despertar.

El resto del camino se mantuvo en silencio, tres o cuatro metros adelantada. Cuando estaban justo al lado de la sala, la fantamsma giró la cabeza y la sacudió como queriendo quitarse algo de encima. Por desgracia, en esa fracción de segundo Connor se adelantó.

- No! - Alcanzó a decir justo cuando este golpeaba el interruptor.

Caminando por el largo pasillo paso por delante de la sala de técnicos, me asomo sin traspasar el umbral y me doy cuenta de que todo lo que se encontraba en ella había dejado de tener ese brillo metálico que tenía cuando lo ví por primera y ahora cualquier rincón en el que mirara tenía chorretones de sangre, impactos de bala, esquirlas de materiales sin concretar...

Al proseguir mi camino, aparto de una patada el cuerpo de un marine que se interponía en mi marcha. -Joder, esto ha sido una auténtica carnicería, hay cadáveres por todas partes, no quiero ni pensar en lo que nos vamos a encontrar cuando salgamos allá fuera.-

Sigo los pasos de la fantasma, que muy decida parece que saber lo que hace. Poco a poco el ruido incesante y molesto de las interferencias mezcladas con palabras de Razcjenko, que suenan por los intercomunidadores, me va creando cierta irritación a la vez que desazón. De repente escucho a la fantasma gritar: No! justo en el momento en el que Connor pulsa el botón para entrar en la sala de comunicaciones y un poco harto de esta situación de incertidumbre, de no saber lo que hacer, pienso bastante exceptico: - Sí, ya, ahora todo esto va a hacer booomm y nos vamos a ir todos a la mierda no?, bueno de todas maneras yo llevo una superarmadura diseñada para un firebat de combate, así que lo tenga que ser que así sea.-

Como un acto reflejo doy un paso atrás después de oír la exclamación del fantasma. Espero unos instantes y nada sucede.

—Eh, ¿qué pasa? —llego a decir dirigiendo la mirada a la fantasma.

Camino unos pasos hacia la puerta indicando a todos que se mantengan detrás de mi.

—Dicen que estos fantasmas tienen ojos en el culo, mejor estar prevenido —pienso mientras enfatizo mis señales a los compañeros.

—¿Habéis estado aquí antes? ¿Qué coño ha pasado aquí?

- Hay algo... Lo siento. Algo que enturbia mi mente... Una capa de grasa que cubre y trata de bloquear mi psique. Ya lo sentí antes, en el hangar privado de Huge. Creo que lo emitía uno de los xenos veloradores... pero cómo puede haber llegado aquí... - Mierda. Giró el rostro para mirar a todos. - Preparad las armas, yo entraré primero, apartaos un poco y estad atentos. No sé qué o quién... Pero no me gusta nada.

La fantasma descolgó el largo y eficaz rifle de su espalda. Los visores de su máscara se activaron y aguardó, antes de activar el camuflaje e investigar la sala.

Insisto en el gesto de control.

—Fantasma, o como sea que halla que llamarte. Permanece atenta a mi espalda y cúbreme —digo desde la posición frente a la puerta en la que ya estaba situado.

—Y vosotros, más de lo mismo.

La idea de encontrar una maldita nave para salir de aquí estaba agudizando mi liderazgo y la falta de entendederas de la mujer todavía acentuaba más ese sentimiento.

—Maldita mujer. No te das cuenta de lo que estoy haciendo. Tenéis que hacerlo todo como os sale de...

El sonido de la puerta interrumpió mi dialogo interior.

—Adentro —me digo mientras avanzo al interior de la sala con el arma en la mano.

La compuerta se abre.

El piloto es el primero en entrar, la zona completamente a oscuras, es iluminada escasamente en algunos rincones por el destello verdeazulado de los flujos de datos recorriendo, chispeantes, columnas y techos. En un rincón tirado los reflejos de las luces estroboscópicas muestran una silueta grande tumbada boca arriba: el soldado que mencionó Edward.

El resto seguís a la Fantasma, que cautelosamente ha seguido cubriendo las espaldas al piloto, que cruzado de brazos admira el juego de luces de este gran laberinto de circuitos mientras espera. Con los cinco sentidos alerta y los sensores de vuestras armaduras barriendo el área, solo obtenéis lecturas en blanco.

La sensación no se aparta de tu mente, insidiosa como un cáncer. Inquieta, aferras tu rifle y revisas tu pistola instintivamente mientras toda la tecnología con la que te equiparon en la academia fantasma de Tarsonis niega que haya más seres vivos en la sala en que os habéis adentrado.

Todo continúa tal y como lo recuerdas, hace menos de una hora; el cadáver del soldado, las pequeñas gotas de sangre que aparecen de color blanco en el analizador de bioseñales, el mismo zumbido relajante de la energía fluyendo, acompañada por transmisiones ocasionales que causan flujos similares a las olas del mar...

- Bien lumbreras, ¿ahora qué?- digo agarrando el rifle del marine muerto y arrancandolo de sus manos muertas. Lo preparo, compruebo el cargador y amartillo en cuestión de segundos, con una destreza que impresiona. - Si queríais transmitir el ingeniero colega de Coogar la ha palmado, pero dejó por aquí un traspondedor a medio ensamblar cuando la señorita y sus fantasmas nos cazaron. Tal vez sea de utilidad, si es que funciona...

- Aquí hay algo mas... Está acechando... No estamos solos. - Dice con un murmullo de voz. Algo, sin duda, debe de sentir para comportarse así.

Aunque apenas 2 metros le separan de un puesto de control en la sala, tarda lo que parece una eternidad en recorrerlos, avanzando con extrema cautela y ocasionales cristales de hielo se forman por la máscara que cubre su cabeza. En un momento dado se detiene, estática como una estatua...

La mujer se incorporó, había oído algo. Con una severa mirada que enfriaría el mismísimo infierno abandonó el baño, dejando a la niña sola. En la zurda llevaba la pesada pistola con silenciador y en la derecha el largo machete de combate. Sentía que algo estaba acechando la casa, algo peligroso y quería saber qué o quién.

Moviéndose como un felino, avanzaba por la casa, recorriendo sus interminables pasillos, sus habitaciones, cada una distinta de la anterior. Había algo, o alguien, y estaba ahí mismo aunque no lograba encontrarlo. Estaba perdiendo la paciencia...

Con un grito de furia se abalanzó contra una pared, al otro lado sentía esa presencia insidiosa y necesitaba saber qué o quién. La pared se combó como la superficie de un lago recorrido por ondas concéntricas...

- Joder !! - exclama el sargento ante la advertencia de la fantasma - Podrías haberte explicado mejor, no hace falta que llames la atención de todo el centro de mando.

Una vez la fantasma y Jackson hubieran explicado la situación, Connor parecía comprender. Pero lo peor de todo era que no podíamos recibir ni enviar nigún tipo de señal a través de la gran antena.
Entonces, de repente, la fantasma volvía a ponerme los pelos de punta con sus tétricas insinuaciones. Al momento, agarro el fusil fuertemente con ambas manos y ojeo a nuestro alrededor, hasta las sombras más perspicaces avivaban mi paranoia, mi temor. Definitivamente necesitaba un buen trago.

Miro a la fantasma con cierta cara de ira.

—¿A qué coño estás jugando nena? —acabo diciendo visiblemente enfadado.

Mantengo unos instantes la mirada sobre la mujer a la espera de una explicación y luego vuelvo la mirada a Jackson.

—Y tu, ¿donde dices que está ese transpondedor? —lanzo agresivamente—, si no funciona puede que podamos repararlo.

Cuando se abre la compuerta avanzo hacia la habitación tras la fantasma, noo muy convencido de las sospechas que asaltaban a ésta por cada cosa que veía o sentía. Mientras voy caminando por el interior de la sala compruebo continuamente que los sensores de mi armadura no hacen ninguna lectura válida. Me pongo a mirar a que se corresponde todas esas lucecitas multicolores que brillaban por todas partes.

En cuanto oigo a Jackson hablar de trasmitir, transpondedor... pienso que eso podría ser la solución, entonces escucho a Marron preguntarle por el transpondedor y digo: - Sí, eso, me parece perfecto que haya por aquí un transpondedor pero 'por aquí' no me parece una ubicación muy precisa, ¿Podrías darnos algun dato más, Jackson?

- Ey, vale. ¿La habéis tomado conmigo desde que llegué por algo?- algo mosqueado tiro para adelante. Si encuentran el transpondedor que estaba instalando Joel tal vez dejen de tratarme como a un subnormal. - Es por aquí, seguidme.