Partida Rol por web

Cuando la fantasma hace su aparición en escena el cutter que sostenía entre mis manos resbala hacia el suelo, en ese momento esto no me importaba demasiado, su aspecto era tétrico parecía que hubiera regresado de entre los muertos para reunirse con nostros.

Instantes después aparto la mirada unos segundo de la fantasma y vuelvo a ser consciente de la realidad que me rodea y viendo el cutter en el suelo pienso: -Mierda, debería tener más cuidado con las herramientas de precisión, aunque después de las hostias que se ha llevado no creo que otra lo joda más-

Atento a lo que cuenta Uriel escucho como su respiración jadeante y las palpitaciones que se podían escuchar a kilómetros de distancia van calmandose, pero su tono y sus palabras seguían siendo apremiantes y transmitiendo esa necesidad de ponernos a resguardo o prepararnos para algo muy gordo.

- ¿A qué tipo de problemas te refieres? - le pregunto, sin más rodeos a la fantasma. -¿Y cómo de lejos se encuentran? pues esto no tiene pinta de que podamos resolverlo con un cutter de fusión.

- Está claro que ya no quedan caballeros en ningún lado. - Responde con cierta agresividad mientras se levanta con una mueca de dolor en el rostro. - No Marron, vienen de la manita... A 200 km/h. Pues claro que tienen transporte, supongo que algún tipo de vehículo de ataque ligero o interceptor. Tranquilo que luego te enseñaré la bonita isla paradisíaca donde he estado de vacaciones. - Mira a Brian. - No lo sé con certeza, están a unos minutos... - Se gira y mira en dirección a los posibles atacantes. Computadora, estimación de tiempo de intercepción. Mantiene la vista fija para permitir que la computadora haga sus cálculos y vuelve a hablar a Brian. - ¿Dónde has encontrado ese cutter de fusión? ¿Hay herramientas de precisión? - Pregunta pero sin hacerse ilusiones

-Ahí las tienes, si sabes utilizarlas son todas tuyas- Le contesto a la fantasma, señalándole con la mano el manojo de herramientas que se hallaban esparcidas por el suelo -Es el cinturón que utilizaba Brian para reparar la nave de sus múltiples fisuras, estaban entre todos aquellos hierros retorcidos, Marron las sacó, creíamos que nos podían servir para sacar a Connor de dentro del Goliath.-

Enarcó una ceja y miró al goliath.

- ¿Se ha quedado encerrado dentro? ¿Porqué estas cosas sólo os ocurren a vosotros? - Por un instante parece que está a punto de sonreir, con la misma belleza que un angel, pero el cansancio y el constante dolor truncan su gesto finalmente. - ¿Y Brian? - Repara de nuevo en él, tirado en el suelo.

-Pues Brian... al parecer... ummm.... eeeemmm... después del impacto de la nave quedó aplastado bajo mi armadura... y ahora se encuentra inconsciente, le ha sacado Marron de la nave, pero no consigue reaccionar, al parecer era el único que sabía manejar las herramientas.- explico a la fantasma.

Continúo poniendo en antecedente a mi asombrada compañera:  -Hemos perdido a Coogar, no consiguió superar el impacto y las múltiples heridas que llevaba de antes.

Permanecí en silencio pero absolutamente atento a cuanto sucedía a mi alrededor. Llegué a estremecerme encerrado en mi jaula de hierros cuando la operativo fantasma comentó algo acerca de lo que se acercaba a toda velocidad hacia nosotros.

Levanté una mano en cuanto la fantasma se percató de mi presencia a modo perceptivo, y aunque ya daba por hecho la incapacidad del personal para conseguir sacarme de mi prisión, empezaba a sentirme más seguro en su interior.

- A qué diablos te refieres con eso que viene a por nosotros, acaso son esos xenomorfos que encontramos en la base ? - el sudor recorría mi cuerpo entumecido. - No tendrás una radio, verdad ? - le pregunté instantes después con poco entusiasmo.

- No lo creo... Porque como esas cosas puedan correr a mas de 200km/h estamos ligeramente jodidos. Mas de lo habitual, por supuesto. Seguramente sean vehículos, el problema que no sé de qué bando ni sus intenciones.

Se dejó caer en el suelo, mas que sentarse, para revisar fugazmente a Brian y centrarse en las herramientas. Ese simple gesto bastó para provocarla un profundo dolor en el estómago que la hizo toser sangre.

Coogar... Maldito bastardo... Has tenido mas suerte que nosotros.

La conversación queda interrumpida por un zumbido lejano que progresivamente aumenta de volumen. Todos pueden oirlo perfectamente, Marron despreocupadamente lo identifica en voz alta como procedente de un motor de iones. De bastantes motores de iones. Al menos eso descarta a las bestias xenomorfas.

El gigantesco Goliath queda encarado en dirección al punto probable por el que aparecerán las visitas con los sistemas de armamento preparados, con Nexus y Uriel a su lado. A los pies del firebat, en medio de un montón de herramientas desparramadas, yace la mole blindada en la que el inconsciente Brian continúa durmiendo. Jonas, por su parte se mantiene recostado al sol entre los restos de la nave humeante.

El penetrante sonido zumbón anuncia la llegada de los vehículos que aparecen rodeando ambos costados de la nave en un amplio círculo. Rodean la posición accidentada con increíble habilidad, sorteando las rocas como si de un juego se tratara mientras giran en torno al grupo. Se trata de motocicletas de exploración Vulture modificadas y os superan en número ampliamente, y por las modificaciones que identificáis no llevan precisamente armamento ligero. En algunas el lanzagranadas antipersona ha sido sustituido por cañones de un calibre que competiría al mismo nivel que el goliath del sargento Connor. El círculo se estrecha levemente mientras aguardáis el desenlace. Reduciendo velocidad dos de las motos se destacan de entre el resto acercándose a unos cuantos metros.

- Vuestro pájaro ha tenido un mal vuelo por lo que se ve.

El hombre que habla mira al otro motorista que parado junto a él. Éste hace un gesto negativo con la cabeza contestando a una pregunta no formulada.

- Vaaale, chicos. Ahorrémonos el asunto de patear culos. Tenéis una pinta desastrosa y mis chicos y yo tenemos trabajo. ¿Quiénes sois y qué pintáis aquí? La base confederada más cercana está a más de 80 kilometros de aquí.

Miro como se acercan las dos motos hacía nosotros y una sensación de alerta recorre mi cuerpo. -Ya es demasiado tarde, para realizar una maniobra evasiva, o agacharme para agarrar alguna de estas herramientas con la que poder asestar un golpe contundente en caso de que las cosas se pongan feas- pienso sin hacer absolutamente nada y tratando de dismular la tensión que me transmitía el hecho de encontrarnos en medio de la nada con un escuadron de Volture encarándonos, intento anticiparme a lo que aconteciementos posteriores, reflexiono: -hay varias cosas que me parece muy extrañas, lo primero que no nos hayan cosido a tiros ya y lo segundo que nadie les haya dado el chivatazo de nuestra... persecución y se encuentren preguntándonos que qué demonios pintamos allí.-

Como si de una situación totalemente cotidiana se tratara, coloco la mano en la cintura y atrasando el pie derecho mientras escucho tranquilamente las palabras del motorista esperando a que alguno de mis superiores, con más diplomacia que la que yo he podido demostrar en todo el viaje, le responda algo convincente.

Jonas lanzó las piernas al aire y apoyándose sobre las manos arqueó el cuerpo para ponerse en pie. Se ajustó las gafas y caminó decidido hacia el portavoz de los motoristas.

—¿Quién lo pregunta? —preguntó acentuando más si cabe su aire de superioridad.

—Aquí Jonas Marron y sobre el resto... no tienen interés. Están conmigo —disparó mientras examinaba detenidamente el escuadrón Vulture—. Parece más que evidente el motivo por el que estamos aquí.

Jonas señaló el prototipo completamente destrozado que se encontraba junto a ellos.

—Los capullos confederados no tenían nada mejor para nosotros.

Para cuando pude percatarme del ascendente sonido de montones de motores de iones acercándose a gran velocidad hacia nosotros ya era demasiado tarde. Nos rodearon con imperiosa destreza en el uso de sus impecables y modificadas Vulture y apenas tuvimos tiempo de hablar cuando varios de ellos se acercaron con una seguridad en exceso confiada dado que me tenía a mí delante. Me sentí en cierto sentido herido en el orgullo, pero bien era cierto que mi Goliath de acero no era más que un montón de chatarra.

Sí, pero una chatarra bien armada... pensé irónico y exibiendo una sonrisa esquizofrénica.

Mis manos se posaron sobre los controles del armamento pesado con suavidad y tal presteza que nadie más que yo mismo se dio cuenta de ello. Eran muchos, demasiados, pero si hubiera de morir sería matando.

Cierto temor recorrió mi cuerpo cuando Jonás se abrió como un libro ante la cuestión que nos formulaba el misterioso líder. Mis brazos se tensaron y me encontraba dispuesto a todo. Así pues, permanecí atento a la respuesta de aquel hombre.

- Sí, ese pájaro no va a levantar el vuelo nunca más. El desierto será su tumba. No me has contestado, pero le echas huevos al decir que pertenecéis a la Confederación en pleno levantamiento armado.- Apunta con un dedo enguantado a los pies de Nexus donde se encuentra Brian.- ¿No hay mucho que hacer por aquí, no? ¿Qué tal si recogéis los bártulos y nos acompañáis antes de morir en mitad de la nada? Si vuestro amigo sigue vivo podríamos proporcionarle atención médica apropiada.

Con un gesto que indica a Teddy que baje completa su ofrecimiento señalando hacia su espalda con el pulgar:- El tío del Goliath va a tener que bajarse de ahí. Llevamos prisa, ir a su paso nos retrasaría considerablemente. Quedan plazas libres en el asiento de atrás de algunas de las motos.

Jonas carcajeo fuertemente y señaló con el dedo al sargento Connor.

—Ya has oído Connor, baja de ese trasto —dijo mientras carcajeaba.

Volvió la mirada al motorista y la risa cesó de inmediato.

—Primero de todo, no he dicho que pertenezcamos a la Confederación, aunque si gracias a eso vas a ayudarnos, somos de donde tu quieras. Y, ¿cómo que no te he respondido? Te he dicho mi nombre y yo todavía no he podido oír el tuyo así que te llamaré... ¿cómo puedo llamarte? 

Dejó la frase en el aire incitando la respuesta del motorista.

Por fin se dejó ver claramente, aún pálida y débil, con el enorme boquete en su armadura, llena de sangre y la piel del abdomen retorcida como si fuese una enorme cicatriz.

Los motoristas, aunque les ofrecían ayuda, aún se mostraban algo recelosos por lo que habría que inclinar mas la balanza.

Se desprendió de la máscara con lentitud, no porque mejorase el efecto, sino porque realmente le costaba un esfuerzo enorme.

Refunfuñé sombríamente ante el imperativo de Jonas. Así pues me abrí de brazos hasta donde los metales arrugados y oxidados me permitieron e hice una mueca intencionadamente dubitativa.

- Si estos amables camaradas confederados - dije brusca e irónicamente - tuvieran las herramientas necesarias no creo que hubiera problema. Demonios, casi que hasta me alegraría. - tras lo cual escupí.

El círculo de motocicletas que os rodeaban detiene su marcha, quedando estas paradas de forma desorganizada a unos metros de vosotros. La única característica uniforme tanto de vehículos como tripulantes es el aspecto improvisado que ofrecen. Graffitis obscenos y frases beligerantes adornan las Vulture tuneadas, a juego con sus pilotos y artilleros equipados con armaduras improvisadas a base de chatarra y despojos.

- De acuerdo. Guárdate tus motivos para camelarte a quien te convenga colega. Como ya he dicho el tiempo apremia, por lo que si quieres ayuda tómala. Si no, no seré yo quien te tape el sol. Harris, Nitro, echadle una mano al tío del Goliath, parece que tiene algún problema.

Indicando que se acerquen, dos moteros se apean de sus vehículos en dirección al Goliath. El más joven lleva una caja grande de herramientas que rebosan de su interior, el otro chupa un puro humeante mientras examina el imponente artilugio mecánico tras sus gafas de aviador. No les lleva más de unos minutos desmontar y cortar la parte de la hundida cabina que aprisionaba a Teddy en su interior.

- Confederados, o lo que realmente seáis ya veremos si es lo que le interesa al gran jefe. Si vais a venir, ahí tenéis vuestros taxis.- Con un movimiento de muñeca su moto vuelve a elevarse unos centímetros haciendo rugir el motor. Sin más palabras da media vuelta y se pone en marcha, seguido por el resto de su banda. Seis Vulture biplaza quedan atrás, esperando vuestra decisión. Los técnicos que han liberado al sargento Connor del bípode se dirigen a una de ellas en la que embarcan tras revisar rápidamente sus herramientas.

El sonido de los motores al reactivarse os hace entender que no van a quedarse todo el día esperándoos.