Un hombre en el mostrador de la entrada te llama.
-Disculpe, señorita, ¿busca a alguien? Aun no es hora de visita, aun falta media hora- señala un cartel tras él.
- Espero que sea una obra discreta, ya sabes que me lo paso bien vistiéndome de "Alfa" y ser teatral por la ciudad pero si lo hago cada día acabaré mal... - Lo digo aún con ojeras.
- El pistolero, lo saqué a fuera de la tienda ardiendo y le dije a [introducir baja descripción de Van Leiden] que lo llevará al hospital. No sé mucho más de él.
- La verdad, no creo que siga vivo. Sus heridas eran bastante graves. -
- Iba a hablar con el director del hospital sobre unas donaciones de la familia Marseille, pero si no puedo pasar tal vez debería ir a hablar con otro director...
-Que no han desayunado?
Me levanto y preparo una especie de bocadillo para Cato y guardo otro en una bolsa
-Para su tía.
-Le seré sincero, quiero ayudarle pero aquí también tengo un factor personal, un buen amigo mío estuvo con usted esta noche por motivos que desconozco y ahora mismo se teme por su vida, se que no fue culpa suya pero necesito que me diga todo lo que pueda contarme si no lo ha hecho ya, si ese es el caso puede ir a dormir, el día habrá sido largo, siento que su estancia en Agartha haya sido tan amarga, debería hacer mejor mi trabajo.
- Ah. - Dice Vyktor, decepcionado. - Es una lástima, me hubiera gustado darle una última pincelada... Realmente no me pude divertir lo suficiente con él, parecía bastante hábil formando alianzas improvisadas. - Mira de soslayo a Victoria.
- En todo caso. - Dice mientras se levanta. - Creo que no tengo nada más que comentar, si me buscáis estaré en la biblioteca.
Dichos esto se comienza a dirigir a la puerta por la que vino.
-No, discúlpeme. ¿Sabe dónde encontrarle? ¿Quiere que le avise?
El hombre parece sumamente avergonzado
- No será necesario, no es mi primera visita. Aunque ahora que lo señala parece que llego un poco pronto, iré subiendo con la calma. Tranquilo, sé que se trata de un hospital, no molestaré a nadie - Le sonrío amablemente, de forma que no se vean mis colmillos.
Tal vez sí que debería pasarme a hablar con el director...
Sigues el rastro del de la pistola hasta el ala de los pacientes quirúrgicos. Te asomas pero no puedes distinguir cual de ellos es. Tendrías que entrar, aun a riesgo de que te vean las enfermeras.
Dudo unos instantes y finalmente entro, si me preguntan les diré que estoy inspeccionando las instalaciones mientras espero mi reunión con el director.
-El hombre de la pistola, ¿verdad? No sabía que hubiese sobrevivido... la verdad es que pasaron muchas cosas extrañas allí. Cadenas de espíritus, espíritus convocados durante toda la noche. Él quería matar al que me encargó la mercancía en primer lugar. A nadie más. Luego un hombre de alma negra le mató por la mitad. La verdad lo siento por su amigo... Si le sirve a usted, creo que el símbolo de la carta que me enviaron era el símbolo masón, que debería darle garantía y credibilidad a la transacción. Asique puedo decir que los que querían la mercancía, propiedad de Goulliard and Sons eran los masones. Sin embargo no es la propiedad de esta mercancía lo que nos hace huir del Dr. Amber... Ese hombre tiene un alma más oscura quizá que la del asesino de su amigo.
Encuentras al hombre totalmente vendado e inconsciente. Sabes que es él sólo por el olor. Le han cortado el pelo y no habías visto el rostro antes por la máscara.
Le falta una pierna, un brazo y una gran porción de tórax izquierdo. Parece irreal que siga vivo, si es que sigue vivo.
Antes de que le de tiempo a Victor de abandonar la sala le digo - Necesitaré tu ayuda en la reunión con Von Die, puede que vaya con algún guardaespaldas y me temo que yo sola no pueda con todos, por otro lado, si tantas ganas tienes de divertirte, podrías hacerlo con el propio Von Die, tortúralo como quieras, me da igual, siempre y cuando responda a todas nuestras preguntas y una vez acabemos y sepamos todo lo que necesitemos, podrás rematarlo a tu gusto - le miro fijamente - ¿qué te parece?
"¿A que estás jugando, Victoria?" Piensa Vyktor, divertido.
Si alguien como ella se iba a arrastrar hasta el punto de pedirle ayuda a quien hacía un momento consideraba una "sanguijuela" era porque ocultaba algo.
"No te voy a quitar el ojo de encima"
Ante el menor signo de una rotura de su contrato, Vyktor tomaría las medidas que viera necesarias.
- Esta bien, esta bien. - Dice Vyktor sin girarse y haciendo un ademán con la mano, quitándole importancia. - Supongo que no vendrá de más otro paseo nocturno, y más si puedo ver el sufrimiento en la cara de alguien tan recto como Von Die. Los testarudos suelen resultar ser la mejores obras... - Parecía que sonreía, pero desde detrás apenas se apreciaba.
Una vez dicho esto, desaparece por el umbral de la puerta y la cierra tras de sí.
- ¿Me oyes? No estoy aquí para hacerte daño.
No responde. Ni se inmuta. No parece que lo haya percibido.
Se te acerca una enfermera.
-¿Necesita algo, Miss...?
Me giro con cara seria pero no borde y digo
- Miss Marseille, Miss Hanna Justina Marseille. - Dejo que el nombre cale unos segundos y añado - Este hombre es amigo mío, y me gustaría asegurarme de que recibe los mejores cuidados. ¿Cual es su pronostico?
Parece tremendamente nerviosa
-Muy malo, señorita Marseille... Pero el Dr. Amber lo ha tomado a su cargo y no sabe los milagros... las maravillas que puede hacer. La verdad es que es su única esperanza...
-¿Hay alguna posibilidad de que pueda hablar con el Doctor?