Partida Rol por web

-¡Uy!... Maestre, se os debe haber colado algo de polvo o algún bichito en el ojo.- Dijo extendiéndole un pañuelo bordado.

Recibió el afecto de Maestre con una sonrisa, asintiendo para que diera por hecho, que así lo haría. Por aquel entonces hacía poco que su padre había regresado de su largo viaje, y aunque nunca lo reconocería, aún se le hacía un poco ajeno y extraño. El Maestre siempre había estado ahí, que ella recordase, por lo que en cierto modo y aunque se sintiese mal por reconocerlo en su foro interno, se encontraba más cómoda que con su padre.

A la vuelta del Maestre volvió a alzar la vista y sonrió de nuevo. Le hizo un gesto para que se acercase incluso tomase asiento.

-Esto es lo que yo haría, Maestre.- Dijo con cierto énfasis, como si en su cabecita infantil tuviese la solución a todos los males y problemas de la Casa.

-Lo primero gastar menos...- Anunció. -Un lord y su señora y demás nobles, no necesitan tener tres armaduras del mejor artesano y veinte trajes de la mejor calidad. Tener lo necesario, sí, pero no derrochar. Con ese ahorro se podría invertir en mejorar el castillo o el puerto...ooooh...ampliar el ejército para que protejan las tierras de los enemigos y mantengan la ley. - Reflexionó como mirando a la nada, repasando sus pensamientos. -Así se podrían conseguir esas cosas sin subir impuestos y el pueblo estaría más contento, porque tendría más oro y podrían por ejemplo...- Lo miró como si fuese a revelar algo importante, la solución a un problema. -...imagine que a un campesino se le muere un buey de labranza, ¿no?. Pues si tiene suficiente para sustituirlo, podría seguir labrando, y así seguir consiguiendo oro y plata y pagando impuestos. Y si encima tenemos un mercado en el que se vende ganado, lo compraría allí y daría ganancias al ganadero, que también pagaría sus impuestos.- Asintió como esperando que el Maestre le diera la razón.

-Y así todo estaría bien, porque la gente estaría contenta y apoyaría en todo a su señor. El señor recibiría sus impuestos, porque la gente podría pagarlo... ¿a que sí?...¿verdad?...¿a que sí?.-

Asintió sonriente.

-Si yo fuera Lord es lo que haría. Me dejaba de caprichos, de banquetes, torneos... y gastaría el oro en eso. Un buen mercadoooo...rutas comercialeeees...un buen ejércitoooo...Esas cosas. Y al pueblo le cobraría los suficiente, pero dejándolos con algo para poder vivir y algo por si ocurre alguna calamidad...

¡Sí!....definitivamente es lo que haría.- Dijo finalmente con convicción.

Ves como el Maestre poco a poco te escucha con mas atención a medida que hablas. Es una de las cosas que mas te gustan de él te toma en serió no como otros adultos que ni hacen ver que están atentos cuando les cuentas alguna cosa.

Al principio su expresión era muy amable que va volviéndose mas pensativa a medida que comienzas a decirle que harías y que dejarías de hacer si tu gobernaras una casa. Y no parecé que estés pensando en simplemente en lograr casarte con un Lord sino a que fueras quién realmente la dirigiera.

– Mi pequeña Vanesha, me parece que esta influenciada por lo que os explique sobre Dorne hacé unos días. Pero aparte de allí en ninguna otra casa de Poniente se les permite gobernar, bueno en el Norte sino tiene hermanos lo pueden hacer. Pero estamos en el Valle y tu padre no es el Lord.

Ya me gustaría ya, que Roland tuviera sólo un poco del interés que tu muestras en como gobernar una casa pero él sólo piensa en la espada.

Segundo recuento de mensajes para los exámenes, los techados son los que ya han permitido una tirada de examen:

Mensajes de Vanesha:

29/09/2016

30/09/2016 (2)

02/10/2016 (2)

03/10/2016 (2)

08/10/2016

08/10/2016

09/10/2016

11/10/2016

12/10/2016

22/10/2016

23/10/2016

25/10/2016

Mensajes de Zane:

03/10/2016

06/10/2016

08/10/2016 (2)

09/10/2016

10/10/2016

-Sí Maestre, me acuerdo de eso. No lo decía por gobernar y eso. Son sólo cosas que me pasan por la cabeza de ser yo quien tuviese que tomar esas decisiones.- Sonrió, balanceando las pantorrillas que le colgaban de la silla.

-Aunque a veces las cosas no son tan sencillas como parecen...- Afirmó con contundencia, volviendo la mirada a sus textos y palabras resoplando. -...que me lo digan a mí- Gesticuló una mueca en relación a la escritura y lectura, asi como a su tarea.

Continuó pocos segundos con su tarea, antes de que de nuevo la duda embargase a esa mente joven y sin duda curiosa e inquieta.

-Porque, claro, Maestre, ¿de dónde sacan más beneficio los señores?...¿de las guerras, del comercio, de los impuestos...?.- Preguntó con duda llevándose la pluma a la comisura de los labios, mientras miraba a la nada entrecerrando los ojos como tratando de discernir la respuesta.

-Para pagar impuestos hay que poder tener venados y es importante facilitar que la gente pueda pagarlos, porque por mucho que los amenaces o castigues, donde no hay no se puede sacar, ¿verdad?...pero si recaudas poco, es un problema- Reflexionó en voz alta.

-El comercio prospera si traes mercancías que son difíles de conseguir en tu tierra y si vendes fuera lo que es difícil conseguir en otras y tú tienes...pero necesitas barcos, carretas y tener de lo que otros necesiten- Volvió a reflexionar, pensando seguramente en el comercio marítimo.

-Y las guerras, son muy productivas si ganas, claro. Consigues tierras, derechos de explotación, rescates...pero claro, también te creas enemigos.- Asintió

Miró entonces al Maestre con duda y tremenda curiosidad. -Entonces Maestre. ¿Cual sería la mejor forma de hacer que un señorío prospere?- Preguntó con los ojos muy abiertos como esperanzada en que el anciano Maestre le diese la solución a sus dudas

El Maestre Gilbert cada vez estaba mas complacido con las disertaciones de Vanesha. Sabía que no repetia sus palabras de memoria ni lo que estaba escrito en los libros que le había indicado leer. Estaba empleando todas esas cosas para pensar por si misma y expresando sus propias ideas.

Habían Grandes Maestres en la Ciudadela que únicamente se limitaban a repetir lo escrito por otros siglos atrás, eso si con los mismos puntos y comas. A él nunca le había gustado eso ya que creía en que había que pensar lo que se decía no recordar lo que otros habían escrito.

Gratamente sorprendido su rostro mostraba una expresión de orgullo por su alumna.

– Eso es una gran verdad, las cosas sólo se vuelven sencillas con la practica. – Se detiene unos segundos antes de continuar. – Parecé sencilla la tarea de los que nos alimentan, agricultores, cazadores y pescadores. Pero seguro que aparte de cazar la mayoría de nobles, o gente que los servimos, seriamos incapaces de alimentarnos si quedáramos solos fuera de las poblaciones. He leído tratados sobre esas cosa pero no creo que fuera fácil llevarlas a la practica.

Notas que medita unos minutos antes de contestarte.

– Me temo que la respuesta es muy difícil de comprender por la mayoría de señores. Nunca puedes calcular exactamente lo que podrás recaudar con los impuestos ya que ninguna cosecha es exactamente igual a la anterior, ni los pescadores traen lo mismo al puerto o los cazadores a la vuelta de sus expediciones. Pero muchos de los señores no quieren saber nada de esas nimiedades, como las llaman. Ellos habían contado con gastar ese dinero o peor ya lo han hecho. Tiene que ser un noble muy comprensivo para aceptar que ese año apenas recaudara y aun incluso comprarles comida sino quiere que sus súbditos tengan que marchar o dedicarse a robar para no morir de hambre.

Asintiendo a tus palabras sobre la importancia de los mercados. – El comercio es una gran fuente de beneficios aunque si dejas a tus ciudadanos sin nada que poder venderles y ni una moneda de cobre para comprarles sólo por un vestido para uno de los nobles que a veces se les indica que lo deberían regalar no vendrán. Ademas necesitan que tus tierras y aguas sean lo bastante seguras para que se planteen pasar por sus tierras.

Se queda un tiempo mesándose la barba antes de hacerte unas preguntas. – ¿Te suena lo de mas rico que un Lannister?¿Crees que es sólo por sus minas de plata?

Esta vez el Maestre Gilbert hasta mas seguro de que Vanesha ha mejorado su nivel.

Un día más el pobre Zane se diría con expresión fúnebre a la biblioteca donde el maestre Gilbert le esperaba.

— Buenos días. — Saludó al hacer aparición en la sala, aunque para él de bueno no tenía nada.

Una vez más le tocaba repasar para sus lecciones, siguiendo por donde lo había dejado el día anterior. Esta vez tenía que centrarse en casas mayores de gran popularidad, pero más que para reconocer su estandarte o su localización tenía que leer sobre su pasado. Pese a que para él toda esa lectura era un aburrimiento, si que era cierto que a veces se leían datos curiosos como antepasados de reconocidas familias que cometían locuras o crímenes atroces. Suponía que toda esa información algún día le sería útil en una intriga, aunque él era más de pasar a los puños. O a las espadas. Ya que a fin de cuentas él no era muy fuerte, más bien rápido y ágil.

Después de ir a por el tomo que horas antes tuvo entre sus manos se sentó en unas de las mesas y lo abrió, pasando las páginas sin mucho ánimo y apoyando la cabeza sobre las manos.

El Maestre Gilbert se extraña por el tono de voz de Zane.

Te mira unos segundos antes de responderte. – Buenos días Zane. – Nada mas acabar de decirlo simula estar muy ocupado con sus pergaminos mientras esta pendiente de ti.

Se te acerca poco a poco para preguntarte. – ¿Te encuentras bien Zane? – Notas la preocupación en su voz. – ¿Quieres que llame a Berta?

Notas que aguarda tu respuesta algo inquieto.

Maestre Gilbert -se acercó al Maestre la recién llegada y matrimoniada Lady Selyse- quería pedirle por favor unas clases.  Quiero conocer más la historia y las leyendas de este lugar.  No sólo de nuestros antepasados heroicos, sino también de la gente común.  Quiero saber la historia del comercio, las grandes migraciones, quiero saber sobre los navegantes y sobre los clanes de las montañas.

¿Tendrá el tiempo para apartar para darme unas lecciones entre nuestras múltiples tareas? 

El Maestre Gilbert asiente orgulloso de que una dama tan joven y que ya ha llegado a Lady este dispuesta a pasar su escaso tiempo libre entre los pergaminos ampliando sus conocimientos teniendo a su disposición lo que desee de la Casa Falcon y de la Casa Ferragut.

Asiente con una correcta reverencia. – Sera un honor Lady Selyse.

Dirigiéndose a la estantería donde se hayan esos libros y pergaminos. – ¿Milady, que tema querríais estudiar en primer lugar? El origen de la celebración del Día del nombre de Lady Falcon, la dinastía de los Targaryen, o lo mas antiguo que conocemos de la historia del Valle.

Gracias a usted Maestre.  

Lo que más me gustaría ahora entender es la historia de las Tribus de las Colinas.  Quiero saber sobre sus costumbres, sus hitos, su economía, religión, personajes importantes.  Quiero saber la historia de nuestras negociaciones, guerras, alianzas, comercio, etc., con ellos.  Busco inspiración para cosas que nos conecten, cosas buenas vividas juntos sobretodo, y cosas malas para que sepamos la mejor forma de enmendarlas, perdonar, avanzar hacia adelante con ellos. 

¿Cuánto se ha escrito, cuanto se sabe sobre ello? 

¿y bien Maestre?  ¿Cómo he avanzado en mis estudios?  

Juzgue con claridad, que si no voy bien, deberé corregirlo.

Esperó un poco más a su respuesta.  La verdad es que ya tenía que salir al desayuno.

Tarda bastante tiempo el Maestre Gilbert en contestar tus preguntas sobre el tema que te interesa. Ves como comienza a buscar entre pergaminos de aspecto muy frágil y finalmente vuelve desanimado.

– Hay muy pocas cosas de cuando comenzaron a ser llamados salvajes. Creo que deben ser los descendientes de los Primeros Hombres que con la llegada de los Ándalos buscaron refugio en las colinas. Una vez dueños del Valle estos continuaron expandiéndose ignorando esas tierras donde sólo pueden ciarse cabras.

Negando con la cabeza. – Todos los Lords que han logrado reunir un buen ejército lo han empleado para ocupar las tierras de algún vecino cuando se han debilitado los Señores del Valle y no han logrado imponer la Paz. Ninguno lo ha dedicado a hacerse con las colinas a menos que sea para conseguir una veta de mineral o un arroyo donde construir un nuevo molino.

Bien.  Pues centraré mis estudios sobre ellos.  Serán obvio las referencias laterales de las historias "mas centrales", pero, ¿no es para eso el saber, para expandirse?  Le sonrió, resuelta a caminar por ese camino. 

¿Estudiamos? 

¿Algún avance, maestre?

Bajando de la parte más elevara de la estantería, donde se van trasladando los pergaminos y libros menos usados. Normalmente el Maestre Gilbert va bastante aseado, aunque no está obsesionado por sus ropas, pero ahora está cubierto de polvo y hasta algún resto de telaraña ha quedado adherida a su barba. Intentando levantar la menor cantidad de polvo posible los deposita delante de ti.

– He estado revisando todo el conocimiento que atesora esta biblioteca y hay muy poco material que se pueda considerar fiable. Si tenemos que hacer caso los Clanes siempre han sido derrotados, en todos los enfrentamientos. Es innegable que su territorio no para de reducirse, pero si nunca hubieran logrado resistir nuevos avances ya no existirían. Aunque seguramente ese intento de expansión de un Lord debió considerarse que no debía ser registrado por el honor de la casa.

Negando con la cabeza. – Sobre lo de los acuerdos siempre pone que los incumplen, aunque normalmente quien los incumple realmente es quien posee una posición de fuerza para negociar un nuevo acuerdo aún más beneficioso.

Bien pues, entonces las instrucciones para esta estación Maestre Gilbert es que reúna o consiga informantes clave, y ponga a alguien a escribir un tratado sobre los Clanes: su geografía, su cultura, sus costumbres, su historia, sus mitos.  Quiero que se sepa más.  Si bien la expansión por la fuerza no ha funcionado, hemos entonces de ganar sus corazones y su alianza de alguna otra manera.  Le haré llegar el oro necesario para comenzar esta empresa.  Y piense, una vez escrita una copia, la enviaremos a la Citadela, y su fama de maestre crecerá aún más.  -le guiñó el ojo, sabía que Gilbert era conocido como El Modesto, entre los modestos.