Partida Rol por web

Las Tierras de los Valles

15. Las Notas del Arpa Encantada.

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06/06/2010, 12:32
Director

Los aventureros se separaron de Khaila y dejaron el magnífico edificio de la guardia para dirigirse al Templo de Oghma. Atravesaron el Mercado de la Rastra que a aquella hora de la mañana bullía de actividad. Hanna, la acólita de Mystra, parecía alerta buscando a los niños descuideros de los que se hablaba en los carteles que había repartidos por toda la ciudad. Pero si estaban allí, se escondieron muy bien de la inquisitiva mirada de la Servidora del Misterio.

Dejando el Templo de Mystra a la izquierda, remontaron el zigzagueante sendero que trepaba por la acogedora colina cubierta de hierba sobre la que se alzaba la Casa del Arpa Cantora. Era una casa antigua de piedra coronada de torrecillas. La suave brisa que soplaba les traía las notas del Arpa Hechizaba que tocaba sin arpista alguno desde la más alta de las torres del templo. Era bien sabido que era la reliquia más preciada de la congregación, y había gente que venía muy de lejos para escuchar tocar el instrumento encantado. 

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06/06/2010, 12:59
Nombre de Oghma

   —Buenos días, embajador —dijo con voz suave una mujer a la entrada del templo, mientras inclinaba la cabeza hacia Ivelios a modo de respeto—... y compañía. ¿Hay algo que puedan hacer los Nombres por su señoría?

Notas de juego

A los sacerdotes de Oghma se los conoce como los Nombres. 

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07/06/2010, 06:11
Kanizhar

El único, y probablemente último, descendiente del afamado herrero de la ciudad, Orestes, no hizo más que escuchar el resto de palabras antes de comenzar el recorrido hacia los varios templos que se disponían visitar, aunque no por eso estaba menos atento.

¿Su valle? ¿Quién lo hubiera creído? Una druida con delirios de grandeza...

Sin más que aportar además de un melancólico silencio, el inconvencional clérigo siguió los pasos de la compañía recién formada hacia la Casa del Arpa Cantora, donde esperaban hallar respuestas. Su mirada estuvo enfocada en el suelo, algo que le costo numerosas colisiones contra muchos transeúntes, especialmente en su paseo por el mercado. En esa etapa del trayecto, se mostró un poco paranoico. Miraba hacia todos lados, buscando algo o alguien con la mirada, aunque con un gesto agazapado, que intentaba ocultar su presencia.

El resto del camino lo hizo con más tranquilidad, aunque comenzaba a parecer normal que caminase con su espalda ligeramente encorvada y la mirada perdida, al menos en su situación actual. No emitió sonido alguno, y si alguien se molestaba en dirigirle la palabra, respondía con vagos gestos, en lo posible. Cuando el sonido de las cuerdas del Arpa Hechizada llegó a sus oídos, alzo la vista para verla. Estaba acostumbrado a su cantar, así como cualquier rastreño que preciara lo bello de la música, o incluso lo arcano de la magia, pero en ese momento parecía querer robarle una sonrisa. Parecía que Kanizhar deseaba sonreír, aunque simplemente no lo lograba.

El Nombre que los recibió apenas le robó una pizca de atención. Posicionado en la retaguardia, se dio el lujo de ignorar los saludos de la mujer, dejando en los demás la tarea de hablar. Mientras, el podría disfrutar de aquellas pacíficas notas. No obstante, se le veía súbitamente concentrado, y no le pasó desapercibida la mención de la acólita.

¿Embajador? ¡Los elfos están más llenos de sorpresas aquí que en los libros!

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07/06/2010, 11:02
Ivelios

 Su estancia en el Valle de la Rastra estaba tomando un nuevo giro. Sus primeros días habían sido ir de aquí para allá, investigando y conociendo el lugar. Había echo un par de recados sin importancia, y había oído muchos rumores en la ciudad. Pero ¿quien le iba a decir al mago que iba a participar en tan poco tiempo en una importante investigación? (al menos así lo veía él). Ahora se encontraba en un grupo que podía servirle a sus intereses, al fin y al cabo estaba aquí, aparte del desarrollo de mis aptitudes arcanas, para conocer las costumbres del lugar, así como a las gentes de la misma. Y que mejor que un grupo tan variado (de clases y de razas) para aprender.

Ivelios caminó cerca de Hanna. No la conocía mucho, pero era con la primeras humanas con las que había hablado y le parecía una mujer bastante agradable. Le inspiraba cierta confianza. Es por ello que se dirigió a ella cuando escuchó una hermosa melodía de un arpa

¿De donde proviene esa música?

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07/06/2010, 12:51
Hanna

Hanna parecía una chica seria y centrada, y esa fue la sensación que dio todo el camino. Afortunadamente no se vio a ninguno de los pillos durante el trayecto.

Al llegar al templo, hizo una breve reverencia a la Nombre que les saludó, y cuando mencionó que Ivelios era un embajador, su cabeza se giró hacia él con sorpresa.
Vaya... ¿Embajador de donde? ¿Y la escolta?

Entonces el elfo ignoró a la sacerdotisa para hablarla a ella, preguntándola sobre la música.
La humana levantó muchísimo una ceja mirando alternativamente a la sacerdotisa y a Ivelios un par de veces, hasta que, ante el incómodo silencio dijo al mago:

Caballero, para ser embajador... acaba de ignorar completamente a esa sacerdotisa....
Y le hizo un gesto hacia la Nombre
¿Y los modales de embajador dónde se le han quedado..? ¿O es que les importa a los elfos más la música que los licántropos?

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07/06/2010, 14:31
Ivelios

 Miro hacia Hanna y luego hacia el embajador. Yo y mis modales- pensó el elfo. Había metido la pata y todo por culpa de su curiosidad. Tenía que empezar a comportarse como era debido. Al fin y al cabo, era un embajador.

Discúlpeme- dice a la sacerdotisa de Oghma mientras inclina la cabeza- soy nuevo en este lugar y no lo conozco aún. Es por ello que hay cosas que me llaman la atención y me asalta la curiosidad. Tanto que muchas veces olvido donde estoy o con quien estoy. Espero que mi comportamiento no os haya molestado. Si es así, vuelvo a disculparme.

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07/06/2010, 15:52
Galatea

Galatea permaneció de brazos cruzados durante la curiosa escena, mantenía el peso del cuerpo apoyado en una pierna y sus ojos azules iban de Hanna a Ivelios y de Ivelios a Hanna cada vez que uno hablaba pero la expresión de la cara de la elfa era neutral, o al menos hasta que terminó mirando disimuladamente hacia el cielo.

"Por el Gran Roble... ¿Quién elige últimamente a los embajadores de la nación elfa?"

No es que la molestase el comportamiento de Ivelios pero quizá le parecía un poco despistado. Suspiró y descruzó un brazo levantando ligeramente la palma como si pidiese la palabra.

Sí, sí, sí... está bien disculparse y eso pero creo que sería genial que respondiésemos a la pregunta de esta pobre mujer—dijo esbozando una sonrisa algo forzada a decir verdad, luego miró a la clériga con expresión normal de nuevo y saludando de una forma más humana que elfa—Buenos días. A decir verdad, sí, hemos venido hasta aquí para ver si podrían ayudarnos en una cosa... —volvió a cruzar el brazo—verá, necesitábamos encontrar un sacerdote o una sacerdotisa capaz de lanzar un conjuro de Quitar Maldición. Una compañera nuestra fue mordida por un licántropo y aunque no sabemos si logró infectarla, preferiríamos... curarnos en salud, ya sabe. 

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07/06/2010, 16:30
Nombre de Oghma

   La Nombre de Oghma carraspeó y miró al suelo. En sus labios aleteó una tímida y avergonzada sonrisa durante unos instantes antes de volver a alzar el rostro. Se ajustó las lentes en un gesto nervioso cuando Galatea le habló de licántropos, maldiciones y poderosos encantamientos.

   —No, por favor, no se disculpe embajador. Es perfectamente comprensible quedarse embelesado por la música del Arpa Cantora —dijo la mujer en tono conciliador—. Ahora, si tienen la bondad de acompañarme les llevaré en presencia del Sabio Previsor y Maestro Erudito. Es el líder de nuestra congregación y estoy segura de que podrá hacer algo por su amiga.

   La Nombre inclinó respetuosamente la cabeza, primero a Ivelios y después al resto antes de girar sobre sus talones para guiarles al interior de la Casa del Arpa Cantora.

Notas de juego

Esperad al siguiente post...

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07/06/2010, 16:40
Maestro Erudito Téredic Aldon

   El estudio del sumo sacerdote de Oghma estaba atestado de estanterías repletas de pergaminos y polvorientos volúmenes. El Maestro Erudito parecía estudiar con detenimiento un pergamino. Las ilustraciones eran muy hermosas y elaboradas incluso a simple vista, y la caligrafía exquisita. Pero el papiro era tan viejo que parecía apunto de quebrarse. Cuando el Sabio Previsor vio que tenía visita, rogó un instante de espera. Con un cuidado equiparable al de un padre que cogiera por primera vez a su hijo neonato, Téredic Aldon guardó el valioso pergamino en una funda acolchada.

   —Aaah... ya no hay escribas con la habilidad de los de antaño que puedan hacer réplicas exactas de los documentos que tenemos entre estos muros —les confesó a los aventureros como si ellos supiesen de qué estaba hablando—. Si no fuera por la tradición oral, muchos de los conocimientos que hoy tenemos no perdurarían.

   Téredic se quitó los anteojos, se los limpió con un paño y se los volvió a poner para observar a los aventureros de uno en uno.

   —Saludos de nuevo, Embajador de Siempreunidos —le dijo a Ivelios, entonces señaló uno a uno a los demás—... Galatea del Cormanthor... Hanna de Mystra... y... Kanizhar, el hijo del herrero ¿no? Lo siento por lo de tu madre, hijo.

   Los aludidos debieron poner cara rara, porque el anciano aclaró:

   —Comprenderéis que no he llegado hasta donde he llegado manteniendo los ojos cerrados ¿no? —dijo mientras volvía a su escritorio—. Por si no lo sabéis yo soy el Maestro Erudito Téredic Alton. Sentáos donde gustéis y decidme a qué viene esta visita.

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07/06/2010, 16:57
Ivelios

 De vuelta al principio- pensó el elfo. No esperaba que fuesen a reunirse con el Maestro Erudito. Ahora bien, quien mejor que él para responder a su problema. 

Un placer volver a verle, Maestro Erudito- dijo Ivelios- sin duda alguna, es usted la persona indicada para responder a nuestro problema. Con su permiso- el mago se acercó a una de las sillas vacías que se encontraban cerca del escritorio. Ya acomodado continuó- una de nuestras compañeras ha sido mordida por un licántropo. Tal vez este infectada o tal vez no, pero porasegurarnos necesitamos a un sacerdote capaz de lanzar un conjuro que elimine este mal. ¿Puede ayudarnos?

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07/06/2010, 22:28
Maestro Erudito Téredic Aldon

   El Maestro Erudito alzó las pobladas cejas cuando escuchó hablar de licántropos.

   —Pues sí, podría. La licantropía es una maldición y como tal puede ser disipada de múltiples maneras, sobre todo si se coge a tiempo. La pregunta es ¿debería? —el Sabio Previsor echó una mirada inquisitiva a las personas allí congregadas por encima de las yemas unidas de sus dedos—. Aparte de que personalmente valore el hecho de que las personas logren solucionar sus problemas por si mismas en vez de delegarlos a otros... ¿qué diantres estaba haciendo vuestra amiga para que la mordiera un licántropo?

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07/06/2010, 23:36
Kanizhar

La torpeza ajena le hubiera divertido en momentos mejores, tal vez como una cura para la suya propia. Pero Ivelios, que podría haber parecido una figura autoritaria a los ojos de Kanizhar si no hubiera sido por su lapsus, no le robó más atención. Cuando se dio cuenta, el grupo se alejaba cuesta arriba, y él lo siguió.

El estudio del Maestro Erudito era lo más cercano al paraíso para Kanizhar. Pergaminos y tomos desvencijados por doquier, ordenados meticulosamente en grandes y viejas estanterías; sus ojos pasaron de estar embelesados con el Arpa a encontrarse irremediablemente enganchados a los volúmenes que descansaban en aquel lugar en poco tiempo. Había paseado varias veces por el templo, pero jamás había siquiera atisbado el interior de aquella habitación. Ahora, el sumo sacerdote le saludaba con cordialidad.

Oír su nombre le despertó, y la mención a su pérdida aún resultaba dolorosa. Parecía que había pasado muchísimo tiempo sin Deniria, pero ni siquiera había vivido medio día en falta de su presencia. Asintió con  respeto, casi inclinándose, al pésame de Téredic. No estaba extrañado por el hecho de que el anciano supiera todo sobre el asunto. Las noticias viajaban rápido en una ciudad relativamente pequeña como aquella, y aún más velozmente tratándose del sumo sacerdote de Oghma.

Kanizhar se posicionó cerca de la puerta, desde donde podía apreciar la colección en su totalidad. Una vez más, se guardó las palabras, que seguramente la druida podría elegir mejor para la ocasión.

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08/06/2010, 13:18
Hanna

Hanna sacudió la cabeza cuando Ivelios se disculpó, y miró a la Nombre levantando la mirada como diciendo: "Dioses... estos extranjeros..." y siguió al grupo adentro, echando una última mirada afuera, por si alguien les vigilaba entrar. No se trataba de algo paranoico, tenía razones para pensar aquello.

Siguió al grupo por los corredores, y aunque como buena estudiante valoraba el conocimiento, estaba centrada en el orden que debería seguir el grupo para desmantelar la presencia Sharina en el Valle de la Rastra, y traando de atar cabos por si estuvieran relacionados con otros asuntos extraños. Por eso no prestó demasiada atención a la erudita "decoración" del despacho del Maestro Erudito.

Cuando Ivelios comentó el problema y el sacerdote dio su respuesta, Hanna tuvo el impulso de responder, pero lo contuvo. Ese asunto era mejor que lo tratase Galatea, que era quien habia acompañado a Khaila.

Si tuviéramos una solución propia no la buscaríamos en otro sitio... además es una situación a caballo entre simple solidaridad y seguridad de la aldea, caramba... ¡No puede hacerse el estrecho en esto!

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10/06/2010, 14:31
Galatea

Galatea era consciente de que no estaba hablando precisamente con un sacerdote de Ilmáter... así que más o menos se había esperado una respuesta con un "pero".

"Bueno, sigamos las reglas de la alquimia..." se dijo para si misma en una especie de chascarillo referente a una mezcla entre la 'sabiduría' y la 'naturaleza'  "...el intercambio equivalente"

Se adelantó un poco ya que estaba algo atrasada con respecto a los demás hasta pararse junto a Ivelios que era el que se encontraba delante.

Si me lo permitís... yo puedo contestar a eso, estuve presente—dijo tanto para el erudito como para el elfo aunque al terminar la frase se dirigió al humano—doy por hecho que a estas alturas será de su conocimiento la masacre que tuvo la noche pasada en los establos Frondaurea, ¿cierto?

Puesto que él mismo había mencionado que "no tenía los ojos cerrados" era lo más normal pensar que algo que había levantado tanto revuelo hubiese llegado a sus oídos de sobra.

Suelo ofrecer mi ayuda a Shira con los animales así que me pidió que les ayudase a resolver el misterio. Khaila vino conmigo simplemente porque quería echar una mano y terminamos encontrando el orígen del problema—explicó—Nos topamos con un pequeño grupo de lo que creemos eran seguidores de Shar... por la vestimenta negra mayormente. Mantenían encadenada a una niña y al intentar liberarla... nos dimos cuenta de que se encontraba bajo la maldición de la Licantropía, pero tarde, se transformó y mordió a Khaila.

Lo había explicado de forma detallada, pero sin dar rodeos para no resultar tediosa, a fin de cuentas, si aquél hombre quería saber algún detalle sólo tenía que preguntar.

Así que digamos que lo que estaba haciendo era tratar de eliminar una amenaza bastante peligrosa para esta ciudad, y por eso la mordió un licántropo—hizo una pequeá pausa ladeando la cabeza como si pensase en algo más—aunque... ahora que lo menciona, podríamos agradecer su ayuda haciendo algo por templo. 

Se rascó un segundo la mejilla mientras sus ojos permanecían mirando hacia arriba con aquel aire pensativo. Una cosa estaba clara y es que tal vez un Ohgmita valorase más el conocimiento que el oro... cosa que, ciertamente, entendía, era Druida a fin y al cabo. Finalmente pareció caer en la cuenta de algo ya que miró al hombre.

Antes dijo que ya no hay escribas con la habilidad de los de antaño—declaró—¿qué le parecería que encontrásemos a alguien que pudiese desempeñar esa tarea como los dioses mandan?

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10/06/2010, 15:35
Maestro Erudito Téredic Aldon

   El Maestro Erudito se mesó las barbas pensativamente mientras escuchaba el relato de Galatea.

   —Bueno... pese a que nos viniese bien un nuevo escriba, ya os habéis ganado mi ayuda. Si os preocupáis por la ciudad, la ciudad hará lo mismo por vosotros —replicó el anciano recostándose sobre su asiento—. Y si la Burguesa Frondáurea confía en ti, yo también lo haré.

   Téredic Aldon se levantó trabajosamente de su asiento y se puso a deambular por la habitación mientras barruntaba en voz alta. 

   —Así que la matanza de los Establos la llevó a cabo esa niña-licántropo que mordió a vuestra amiga. Y pensáis que los sharinos pueden estar relacionados. Qué extraño, parecía más propio de la Iglesia de Malar. Los licántropos malignos suelen adorar al Señor de las Bestias... quien a su vez tiene un odio aférrimo a los elfos. El establo estaba defendido por elfos... Hmmm, pero tenéis razón: no termina de encajar demasiado —Teredic Aldon se rascó la barba y siguió su hilo de pensamiento—. Por otro lado, los licántropos benignos adoran a Selûne, y ella es la enemiga mortal de Shar desde el principio de los tiempos. Quizá estén colaborando juntos en algo siniestro. O peor aún, quizá Shar esté ganando poder sobre los licántropos en favor de...

   El Maestro Erudito sacudió la cabeza como si tratara de volver a la realidad y avanzó a grandes zancadas hacia Galatea.

   —Esa niña. ¿Qué sabes de ella?

Notas de juego

Editado para matizar que lo de encontrarle un nuevo escriba lo valorará, pero que no es condición necesaria para que os ayude.

Un plauso para Estigia porque ha enfocado el diálogo muy bien.

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10/06/2010, 16:14
Galatea

Gracias, Maestro Erudito.

Galatea siguió con la vista al hombre que parecía pensar en voz alta sacando sus propias conclusiones.

"Malar, Shar, Shar, Malar... el caso es que la iglesia algún dios oscuro anda metiendo las narices por aquí. ¿Qué demonios pretenderán?" prestaba atención a sus divagaciones no obstante aunque a ella tampoco le cuadraban algunas cosas "me niego a pensar que es una casualidad... secuestrar a la nieta de un Archidruida precisamente. Si los humanos la llegan a matar creyendo que es un monstruo, eso haría pedazos lo poco que mantiene el Pacto en pie"

Téredic de pronto avanzó hacia ella a grandes zancadas, cosa que la sacó de sus pensamientos y la hizo enarcar ligeramente las cejas pero no llegó a sobresaltarla.

Se trata... de la nieta de uno de los ancianos de mi círculo. Cuando la encontramos estaba aterrorizada y dijo algo sobre que le dieron de beber "su sangre" aunque no sé a qué se puede referir, en realidad sólo suponemos que fueran Sharinos porque iban ataviados con túnicas negras. No podemos asegurar nada—respondió con la serenidad habitual—y en cuanto al dios al que servía ese culto... En la sala en la que la encontramos había también un altar, ninguno de nosotros sabe lo suficiente como para identificar a qué dios puede estar dedicado así que contábamos con hallar a alguien lo suficientemente conocedor del tema para que pudiera sacar algo en claro de ello. Pero ahora mismo el problema que tiene Khaila es más urgente.

Y las razones eran obvias.

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14/06/2010, 22:29
Maestro Erudito Téredic Aldon

   Los ojos del Maestro Erudito se encendieron cuando Galatea dijo que la niña era la nieta de uno de los ancianos. Parece que cuadraba a la perfección con la teoría que se fraguaba en su cabeza. Pero cuando la druida señaló que no era lo prioritario, el sumo sacerdote de Oghma pareció volver a la realidad. Carraspeó y se quitó las gafas. Tras limpiarlas con un paño y colocárselas habló:

   —Sí, sí. Vuestra amiga. Intuyo que habrá... complicaciones. Veréis: la licantropía se contagia por un veneno mágico que la bestia inocula a su víctima cuando la muerde. Esta magia sólo las poseen los licántropos nacidos y no los licántropos infectados como esa niña, PERO —alzó en tono y el dedo índice en un gesto admonitorio—, eso de beber sangre me sugiere que se puede tratar de una maldición a través de algún tipo de ritual de magia oscura... y si estamos hablando de Urdimbre Sombría como vosotros os teméis, podemos tener entre manos algo complicado de deshacer por métodos convencionales.

   El Maestro Erudito se dirigió a la puerta y les indicó con un gesto que los acompañara. 

   —Consultaremos al Arpa Cantora sobre la maldición que tenemos entre mano —les aclaró mientras subían los peldaños hasta la habitación en la que se encontraba la reliquia mágica. Lo que no quedaba claro es si llegados a este punto, lo que movía al anciano era el deseo de ayudar... o el de resolver el dilema intelectual que habían puesto sobre la mesa.

   El Arpa Cantora resultó ser un hermoso instrumento de plata con amatistas incrustadas, que flotaba suavemente en el centro de la habitación. Las cuerdas parecían ser pulsadas por una mano invisible y traían notas claras y límpidas. Un par de Nombres custodiaban el artefacto, con las bocas cerradas y mangas llenas de conjuros.

   Téredic Alton se acercó al Arpa y preguntó:

   —Oh, Señor del Saber, el que Ata Todo lo Conocido... ¿cómo podemos romper la maldición de licantropía que aqueja a Khaila?

   El arpa se vio envuelta en un halo plateado durante unos latidos de corazón antes de empezar a tocar una hermosa melodía. El Maestro Erudito, con una educada voz de barítono empezó a ponerle letra a la canción.

 

En el mar de la noche dejé caer mi red

y atrapé siete sueños brillantes.

¿Cuál tendréis, dama orgullosa y risueña?

¿Este radiante o puede que aquél?

Resulta muy hermoso, el plateado azul fulgente,

pues titila en vos la luz, que sus adentros desprenden.

Aunque lo mismo hay con éste,

y aqueste, y aquél otro,

y no puedo, por más, escoger.

Tomad todos pues ¡Tomadlos todos!

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15/06/2010, 16:36
Ivelios

¿Un acertijo?- pensó el mago al escuchar la letra del Maestro Erudito,... letra sacada del Arpa Cantora. No sabía que le asombraba más: si el arpa, que el Maestro Erudito supiese cantar o el mensaje de la canción en sí.

Desde luego, los humanos son una raza llena de sorpresas- a Ivelios le gustaría saber más de la historia acerca del Arpa, pero no era buen momento para preguntar en ello- lo importante ahora es darle sentido a las palabras obtenidas. 

El elfo no añade nada, prefiere darle vueltas a su cabeza el mensaje antes que decir algo.

Notas de juego

 Que sepaís que ahora mismo no se me ocurre nada, por eso no pongo mis pensamientos en el texto... de todas formas, dando al coco.

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17/06/2010, 10:20
Galatea

 

Galatea escuchó observando atentamente aquel curioso fenómeno, sus ojos permanecían fijos en el arpa, sus oídos en la voz de Téderic y su mente... en ambas. Al terminar el Maestro la elfa descruzó uno de los brazos y se rascó la barbilla.

Siete sueños brillantes... —murmuró—¿en el mar de la noche?

Permaneció pensando unos segundos y finalmente volvió a cruzar el brazo.

Lo único que podría brillar en la noche son las estrellas... y las únicas siete estrellas que se me ocurren, son las de Mystra—declaró—... pero no me cuadra con el resto de la melodía.

"O las de Selûne... "

Tenía la impresión de que por ahí iba la cosa, o al menos de que se trataba de un símil por el estilo aunque seguramente fuera algo más específico que aquello, algo que quería enfocar una cosa en concreto, no una idea general.

Debe de estar haciendo alusión a algo que pueda servirle de referencia a alguno de nosotros. No tendría sentido que nos hablase de algo que desconocemos o sería lo mismo que no decir nada... —giró la cabeza ligeramente para mirar al resto del grupo aunque todavía se la veía pensativa—¿alguna idea?

 

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17/06/2010, 11:04
Director

Notas de juego

Galatea habla del Símbolo de Mystra: