Partida Rol por web

Las Tierras de los Valles

27. El Camino de Regreso.

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19/02/2011, 09:29
Director

Khaila y Arledrian regresaron al campamento un buen rato después, trayendo consigo cuatro liebres. Desollaron a los animales y los asaron en un espetón. No es que fuera un inmenso festín para un grupo tan numeroso, pero al menos podrían disfrutar todos de un suculento bocado de comida caliente. Así lo hizo Rengar, más tranquilo ahora que el saquito de cenizas parecía seco.

Galatea regresó al campamento más tarde y declinó el pedazo de asado que le ofrecieron. Al parecer, la elfa no tenía demasiado apetito y se conformó con mordisquear una pieza de fruta.

Los compañeros se repartieron los turnos de guardia como lo hicieran antes de que Ivelios cayera fulminado a la entrada del templo de Selûne, y durmieron profunda y plácidamente. No hubo esta vez pesadillas que atormentaran sus sueños.

El día siguiente amaneció con el sol brillando de forma vigorosa. Sus tibios rayos de luz y el reparador descanso de la noche anterior los había renovado el ánimo. Aunque sus ropas aún estaban un poco húmedas, en pocas horas se secarían. El grupo reanudó la marcha y anduvo durante buena parte del día, detuviéndose para comer y descansar cuando el sol se hallaba en el cénit.

Al final de la jornada, cuando el atardecer pintaba de dorados y púrpuras el despejado cielo de Faerûn habían salido ya del bosque de Velar, aunque algo más al Oeste de lo que habrían deseado. Se intuía la pequeña Ciudad de Velar en la lejanía, a un día de distancia en el Norte. Hacia el Sur zigzagueaba el Sendero de la Hachuela, en el que se veía una gran polvareda.

Notas de juego

Podéis tirar Avistar contra CD 16 para ver algo en la polvareda.

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19/02/2011, 10:03
Khaila

La conversación con Arledrian le había dejado una sensación extraña. Mientras estaba saboreando el gustoso conejo, no paraba de darle vueltas a lo que habían hablado. Khaila sentía que se había guardado algo, y no había sido del todo sincero. ¿Qué le ocurre? Se preguntó más de una vez mientras sus oscuros ojos lo observaban con disimulo. Debe ser que todavía teme convertirse en aventurero. Se dijo restándole finalmente importancia. Se encogió de hombros y terminó de comer su ración de conejo.

Tras descansar, la guerrera se despertó con nuevo vigor. Parecía que todo lo ocurrido el día anterior había sido un mal sueño. En seguida se pusieron en camino, Tenían que volver a la ciudad y llevar la cura a la niña elfa.

Tras todo el día de camino, cuando ya la ciudad se podía distinguir a lo lejos, Khaila se detuvo al ver una gran polvareda en el Sendero de la Hachuela. La joven guerrera entrecerró los ojos y colocó su mano por encima de ellos, intentando discernir algo entre todo ese polvo levantado. Pero los últimos rayos de sol le hacían reflejos y no consiguió ver nada.

- Chicos, ¿veis esa enorme polvareda? - Preguntó sin apartar la mirada del sendero.

- Tiradas (1)
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19/02/2011, 10:06
Hanna

 
Hanna había disfrutado de la paz, aunque tras varios días comenzaba a echar de menos las comodidades de la ciudad. Una cama en condiciones, dormir calentita bajo un techo, en fin... no es que fuera exigente, pero para descansar bien, para ella lo mínimo era eso.

Si Volo tocó algo, mal no le pareció y se mostró indiferente respecto al nombre del grupo, pues pensaba que habia sido una reunión fortuita más que una formación en firme de un grupo de aventureros... Aunque tenía que reconocer que a pesar de todo se lo había pasado bien.

A pesar del cansancio estaba incómoda y eso no ayudaba, así que le costó pegar ojo y dio un montón de vueltas antes de caer dormida.

Por la mañana, más descansada, ayudó a recoger y, con ganas y energía se puso en marcha con el resto, charlando y comentando a menudo cualquier cosa que mereciera la pena ser comentada, así podia conocer mejor a sus compañeros.

Al ver aquella polvareda levantó una ceja extrañada y algo desconfiada.

 Chicos, ¿veis esa enorme polvareda? 

Hanna asintió. 
Sí, unas veinte personas preprando un campamento... parecen vestidas igual, seguramente uniformes.

Miró a los demás
Seguramente la guardia, quizá podríamos juntarnos con ellos para descansar esta noche, ¿Qué os parece?

- Tiradas (1)
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19/02/2011, 11:13
Arledrian

--Deben ser los Jinetes Grises --comentó Arledrian, imitando a las mujeres y escrutando la polvareda--. Son los encargados de vigilar la seguridad de los caminos. Pero las patrullas suelen ser mucho más pequeñas. Una veintena... eso es casi la totalidad del cuerpo. Estoy con Hanna: no encontraremos un lugar más seguro donde descansar. Tengo algunos amigos en los Jinetes Grises: quizá pueda enterarme de qué sucede.

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19/02/2011, 12:30
Rengar

-Sí, podemos -asintió Rengar, al que le agradaba la idea de la protección de las fuerzas del orden, así como la posibilidad de ponerlos sobre la pista de los seguidores de Shar y de aclarar el asunto del ataque a Medina.

El semiorco iba mucho más contento desde que sus cenizas se habían secado. Había impermeabilizado en lo posible la bolsa, y tenía en mente comprar una vejiga en el siguiente pueblo para meterla dentro. Iba a pie, descansado y alerta, y le había ofrecido el animal a cualquiera que lo necesitara (excepto a Volo, al que aunque no se negaría directamente, sabía que tenía mucho cuento).

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19/02/2011, 14:53
Galatea

 

Galatea no había hablado con nadie desde la noche. No obstante, al parecer aquella extraña fatiga mágica se había dignado finalmente a soltar sus garras de ella y volvía a tener de nuevo color en el rostro, ni estaba pálida ni jadeaba al mínimo esfuerzo.

La elfa caminaba de forma distinta que en el bosque, con algo menos de vigor, como quien no tiene prisa por salir de una zona agreste, es más, de vez en cuando miraba ligeramente hacia atrás aunque no se quejó ni una vez. Áscalon, que normalmente trotaba para adelantarse al grupo, vigilante, y luego volví a a la retaguardia para asegurarse de que todo iba en orden, esta vez caminaba pegado a ella.

Cuando todos se detuvieron para observar la polvareda, Galatea también lo hizo aunque no entornó los ojos por la lejanía. Los elfos tenían una vista muy aguda y aquello quedó patente cuando habló por primera vez en todo el trayecto.

El pendón del campamento tiene grabado un dragón rampante...

Giró ligeramente la cabeza para mirar a Rengar y a Arledrian con aquellos dos ojos que parecían sendos pedacitos de cristalino hielo azul en espera de veredicto asociativo, al parecer, a ella no le decía nada ese símbolo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lady Hawkeye que me llaman... jarl.

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19/02/2011, 18:43
Director

Notas de juego

El emblema de Cormyr es un dragón rampante (de color púrpura). Pero si fueran cormyreanos, su presencia en territorio valletano podría considerarse como un acto de guerra. Cormyr ha sido siempre un aliado de Los Valles, pero entonces ¿qué hacen aquí?

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20/02/2011, 12:19
Rengar

-Son Dragones Púrpura -dijo Rengar extrañado-. No Jinetes Grises. ¿Qué hacen aquí? Son de Cormyr, no de los Valles.

Se rascó la nuca, pensativo. Había gente que podría tomarlo como una afrenta, como un acto de guerra, pero él sabía que los Dragones no eran malignos y no albergaban malos sentimientos contra el Valle. Había pasado varios años estudiando en Cormyr, viéndolos patrullar, y Lodin le había dicho que si alguna vez se encontraba en un problema que no pudiese manejar, que recurriese a ellos.

-Vamos a preguntárselo -propuso el paladin, y echó a andar hacia ellos.

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20/02/2011, 14:52
Hanna

 
Ah, dragones púrpura...? Mejor aún. Dijo Hanna, y no lo dijo solamente lo decía por la reputación de eficaces y 'limpios' que tenían los soldados de Comyr. Cormyr es una nación amiga. Ellos y los valletanos expulsamos juntos a los teiganos, y tampoco tragan a los Zhent. Seguramente no quieran hacerle el feo a unos valletanos que les pidan hueco en su campamento así que vamos... y de paso enterémonos qué hacen por aquí, ya que estamos.

Hanna se puso en marcha.

Y a ver si no nos toca hacer guardias esta noche y dormimos del tirón... Además, si los Sharinos se podrían atrever con los Jinetes Grises, con estos seguro que se lo piensan cinco o seis veces... que no son unos milicianos de pueblo a caballo.

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20/02/2011, 22:55
Caballero Dragón Púrpura

Los dos guerreros que les salieron al paso antes de que se acercaran demasiado al campamento no se parecían en nada a lo que los compañeros estaban acostumbrados. Estos no eran milicianos con armaduras de cuero y lanzas que habían aprendido a desfilar sin tropezarse, sino auténticos soldados. Iban equipados con armaduras completas bajo los tabardos que los identificaban como Dragones Púrpura, pero sobre todo tenían ese aura de tranquila amenaza que rodeaba a cualquier persona acostumbrada a combatir.

--Alto ahí, viajeros --aunque era una orden, no parecía ser una amenaza, porque los caballeros mantenían las armas envainadas--. Se están aproximando al campamento militar del tercer regimiento de los Leones de Arabel del excelso ejército de los Dragones Púrpura de Cormyr. Identifíquense y declaren sus intenciones.

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20/02/2011, 23:14
Hanna

 
Hanna se detuvo, por aquello de no incordiar nada más llegar.

Buenas noches caballero. La verdad es que es un pelo largo de explicar: Somos un grupo de rastreños, un miembro de la guardia y un paladín, además del maestro Volozhamp, que traemos de vuelta hacia el Valle de la Rastra una cura para la nieta de un mandatario elfo que... Hizo un gesto haciendo girar las manos una alrededor de la otra ...que bueno, cuando le da por ponerse "enferma", ella sí que se pone de "muy malas pulgas", ¿Sabe...? Me preguntaba si podríamos montar campamento con ustedes, estaremos más seguros así...

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20/02/2011, 23:28
Rengar

-Soy Rengar Lagoclaro, paladín de Ilmáter. Mi maestro fue Lodin, de Cormyr -añadió el semiorco sin quitarse el yelmo. No necesitaban ver más que eso-. Vamos de paso, con prisa. Hay una niña con licant... licantropía, pero tenemos la cura. Es una cura especial.

Confiaba en que con su palabra y la mención a su maestro les bastase y no tuviera que revelar su raza, por los posibles problemas que conllevaría.

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20/02/2011, 23:35
Galatea

 

Galatea no parecía muy entusiasmada con la idea de acercarse al campamento, pero no dijo nada. Simplemente siguió a los demás con el lobo pegado a sus talones.

Cuando llegaron y los guardias les dieron el alto, en un principio agradeció que fuese otro quien tomase la iniciativa de presentarlos pero en cuanto salió a colación el tema de la nieta del mandatario elfo frunció ligeramente el ceño.

"Si eso ya les contamos hasta cómo va vestida y el año en que nació... ".

No le parecía que tanto detalle fuese asunto de aquellos soldados aunque por otra parte ella solía ser bastante hermética para esas cosas... pero técnicamente lo importante, que era preguntarles qué diablos estaban haciendo allí nadie lo había mencionado. En el fondo la idea de pasar la noche en un campamento militar no la seducía para nada así que cuando intervino Rengar haciendo hincapié en que iban con prisa desfrunció el ceño y esperó la respuesta que habría de venir.

Tampoco era plan de atosigar a aquellos soldados con varias respuestas a la vez.

"Toma ya, "Campamento-militar-del-tercer-regimiento-de-los-Leones-de-Arabel-del-excelso-ejército-de-los-Dragones-Púrpura-de-Cormyr"... los dioses libren a estos pobres hombres de tener que decirlo dos veces en la misma frase sin respirar".

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20/02/2011, 23:46
Caballero Dragón Púrpura

Los Dragones Púrpura intercambiaron una mirada perpleja. Quizá no entendían bien de qué estaban hablando los aventureros, o tal vez en Cormyr tenían una idea muy concreta sobre las vicisitudes de sus correrías. Pero abrieron los ojos cuando Rengar mencionó a Lodin.

--¿Sois discípulo de Ser Lodin de Ilmáter? --inquirió uno de ellos, esbozado una sonrisa--. Él es nuestra Espada Capitana. Seguro que se alegra de veros.

El Dragón Púrpura miró hacia la tienda más grande un instante antes de devolver la vista a los aventureros.

--Charak, acompáñalos. Que acampen lo más alejados posible de los caballos, no creo que les digan nada --miró a Rengar--. Iré a comprobar si Ser Lodin está disponible. ¡Bienvenidos al campamento!

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21/02/2011, 00:03
Rengar

-¿Lodin está aquí? -A Rengar le faltó el aliento. No tenía previsto encontrárselo tan pronto. ¡No allí, en mitad del Valle! ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo se lo diría? ¿Y qué pensaría él?

Asintió a las palabras del soldado, pero de pronto sus pies pesaron varias toneladas cada uno, hasta el punto de rezagarse. No quería continuar. Sentía algo parecido al miedo, algo que no podía expresar.

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21/02/2011, 10:41
Khaila

Khaila no hizo ningún comentario, se encogió de hombros y fue tras sus compañeros hacia el campamento de dragones púrpura. También se extrañó de la presencia de los soldados en los Valles, pero prefirió mantenerse en silencio dejando que fueran los demás quienes hicieran las presentaciones.

No le pasó desapercibida la estupefacción en las palabras de Rengar. Le miró de reojo, aunque con el yelmo puesto poco se podía vislumbrar de su rostro. Debería alegrarse de encontrar a su maestro, ¿no? Se preguntó la guerrera. Pero delante de aquellos soldados prefirió continuar en silencio y tan sólo asintió con la cabeza cuando les ofrecieron un lugar para dormir. Después de todo el día caminando, su cuerpo empezaba a clamar por un poco de descanso. Bueno, dentro de poco terminaré de estar en forma. Se dijo Khaila asomando media sonrisa en sus labios. Demasiado tiempo había estado sin hacer nada y ahora sus músculos empezaban a padecer los efectos...

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21/02/2011, 14:14
Yaril·la Bennessen, Leonar

 
En menos de un minuto, la Leonar y el Espada Capitana del campamento salían de la tienda púrpura en el centro del campamento. Ella era una joven de unos veinte años, cabello rubiocorto hasta el cuello, armadura completa -aunque sin guanteletes en ese momento- y una capa acorde a su rango cubriéndole la espalda hasta las rodillas. En los broches que sujetaban la capa se distinguía claramente el símbolo de Tempus, el dios de la guerra, y el paso con el que caminaba era enérgico y transmitía seguridad en sí misma. 

Su expresión era más bien amigable, y miró de arriba abajo a los aventureros, saludando con un apretón de manos a quienquiera del grupo que estuviera delante, Rengar en el caso.

Buenas noches, soy Yaril·la Bennessen, Leonar de este destacamento, y Guardiana de Batalla de Tempus, y él es el Espada Capitana ser Lodin de Ilmáter. Terminó haciendo un gesto hacia otro caballero, con aspectod e cincuentón, pero ciertamente estropeado.

Bienvenidos, espero que os hayan encontrado un hueco cómodo entre nosotros... Miró a Lodin, haciéndole un gesto para que hablase si quería, y luego miró al grupo, apartándose un paso para dejar hablar a Lodin. Al parecer tenía conocidos, y no quería hacer esperar al ilmaterino.

Cuando acaben hay un asunto del que querríamos ver si nos pueden echar una mano.

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21/02/2011, 15:40
Espada Capitana Ser Lodin de Ilmáter

El Espada Capitana saludó con cortesía a todos los aventureros y aguardó paciente a que la Leonar Benessen le diese la palabra.

--¿Rengar? Eres tú, ¿verdad? --dijo el Espada Capitana, tratando de escrutar el rostro del semiorco a través de la visera del yelmo--. Me preocupé por tu vida, cuando pasamos junto a las ruinas de Medina. ¿Está tu familia a salvo?

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21/02/2011, 16:23
Galatea

 

Galatea estaba empezando a pensar seriamente si tenía alguna utilidad real que no fuera otra que desconcertar al oyente aquella extraña tendencia de los humanos a que sus títulos se alargasen más que las sombras de la tarde.

"Yaril·la Bennessen, Leonar de este destacamento, y Guardiana de Batalla de Tempus... ".

Bajó ligeramente la vista y miró al lobo enarcando las dos cejas como si estuviese teniendo una muda conversación con él. Áscalon le devolvió la mirada y ladeó la cabeza emitiendo un aullido sordo.

O realmente poseía el don de la telepatía o ambos pensaban lo mismo, una de dos.

No le dio la mano a la recién presentada pero sólo porque para Galatea, como para cualquier elfo, aquél resultaba un gesto extraño... así que se limitó a saludar con una leve inclinación de cabeza. Tampoco es que les diesen mucho tiempo a presentarse ya que en ese momento apareció otro humano, un paladín, que por lo visto era el maestro de Rengar y que por lo visto se había enterado de lo que fuera que hubiese acontecido en Medina.

En ese momento se le vino a la cabeza algo que no supo explicar cómo demonios era posible que no hubiese recordado antes, tal vez el colapso mental con el que había salido del templo...

A mi maestra la asesinaron unos bandidos hace unos días y llevo en una bolsa sus cenizas. Ella... yo la apreciaba muchísimo. Pero si no habría sido por Kestrel, habrían arrasado mi aldea. El consejo del pueblo me ha enviado para hablar con vosotros y avisaros de lo que pasa. No hemos sido nosotros, no hemos matado a nadie.

La elfa levantó una de sus perfiladas cejas y desvió ligeramente la mirada de reojo hacia Rengar que estaba delante suyo, primero porque acababa de sumar dos y dos con respecto al misterio de la bolsa de polvo y segundo porque teniendo en cuenta de que el semiorco teóricamente había salido en busca de los elfos "de parte del consejo", una palabra en concreto del tal Lodin no había sonado muy bien.

"¿Ruinas... ?".

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21/02/2011, 20:52
Rengar

Rengar sabía que tendría que haber saludado a la seguidora de Tempus con el respeto que merecía, pero sólo tenía ojos para su maestro. De inmediato se quitó el yelmo y bajó la cabeza, avergonzado.

-Mi familia está bien. Murieron algunos, pero logramos que no morirían muchos. Yo... Lodin, ¿podemos hablar solos? -Miró receloso a su espalda, con el ceño fruncido. No es que no se fiase de sus compañeros, pero no deseaba que lo presenciaran-. Hay algo muy importante que te tengo que contar.

Una punzada de dolor le atravesó el corazón al recordar el frío cadáver de Kestrel, tan pacífica incluso en la muerte. Logró apretar los dientes para evitar las lágrimas. No era su turno de apenarse, no tenía derecho. Al menos, no más que Lodin.