Partida Rol por web

Me detuve cuando era evidente que no podríamos tomar la delantera, agotada por el esfuerzo y casi sin resuello. No quería enfrentarme a esa mole, sabía que no estaba preparada, pero era la única posibilidad. Mis compañeros ya habían empezado a llevar a cabo acciones contra el escorpión, y yo no iba a quedarme al margen. No podía, ni quería, dejarlos solos. Mi mente comenzó a trabajar a toda máquina tratando de encontrar algún plan de acción. Observé atónita como Epsilon tomaba la iniciativa lanzándose contra la espalda del arácnido. Era una opción arriesgada. Solo esperaba que diera resultado ¿Serían sus patadas lo bastante fuertes como para dañar aquella cosa? Crucé los dedos porque así fuera. Segundos después vi volar el cuchillo de Martin hacia el aguijón y escuché las palabras de Karim antes de que éste se lanzara al ataque.

- Chicos, ¡Atacad a los ojos! - grité, mientras miraba a mi alrededor tratando de encontrar algún nuevo objeto que darle a Martin para que lo usara, a la vez que mi mente seguía tratando de vislumbrar alguna alternativa - ¡Tratad de cegarlo, será más difícil que acierte si no os ve!

Todos os empezáis a mover tras el salto de Epsilon a pesar de que ella dijo que pretendía distraer a la bestia.

Selene no pierde el tiempo y se dirige al siguiente callejón, a vuestra izquierda, para levantar lo que anteriormente debió de ser una camioneta y que ahora parece sencillamente un amasijo de hierros oxidados. Tras hacer algo de esfuerzo al principio descubre que una vez levantado por encima de su cabeza es algo más fácil de transportar así que podría funcionar.

Martin lanza su cuchillo certeramente y éste se clava en el aguijón de la bestia justo cuando se disponía a clavarlo en la espalda de Espsilon. Es evidente que le duele porque emite una especie de sonido agudo desagradable y empieza a dar bandazos consiguiendo que vuestra compañera trastabille un par de veces en su lomo antes de levantar su propia arma para clavarla entre los ojos, como dijo Clarisse.

Un chorro de sangre negruzca, o al menos deducís que es sangre, sale disparado de la cabeza del enorme escorpión, que consigue sacudirse a Epsilon de encima con violencia enviándola a un montón de escombros laterales.

Por su parte Karim ataca con fiereza una de las enormes pinzas pero éstas están mucho más protegidas y duras que las zonas en las que han atacado el resto así que apenas consigue provocarle un rasguño sin embargo sí consigue centrar la atención en él mientras las esporas verdosas que cubren el torso del escorpión se desprenden y empiezan a llenar el aire con un olor agrío y a huevos podridos muy desagradable que os hace toser a todos. Por suerte el efecto dura poco.

Mientras esto sucede, el animal se dispone a atrapar a Karim con una de sus tenazas pero cada vez se mueve con más torpeza y lentitud dejando claro que ya está malherido.

De repente, y casi sin proponérselo, o quizás a causa de la inminente muerte que les esperaba sino. Los hombres y mujeres conocidos como LEGION se unieron en un ataque directo contra aquel extraño ser con forma de escorpión gigante.

Karim, había asestado un ataque contra una de las pinzas de la bestia. Y había averiguado a las duras, que no era precisamente una parte vulnerable del ser. Sin embargo sus compañeros estaban teniendo mejor suerte. Así que solo tendría que mantener entretenido al bicho durante un tiempo más.

Intentaba predecir los movimientos erráticos de aquel insecto del tamaño de un tanque, y fue plenamente consciente de que no se había enfrentado a nada por el estilo en toda su vida. Fuera de probeta o no.

Pero agradeció a aquella maquina en la que había despertado la tarde anterior el haberle convencido de que era un atleta. Pues le hacía mucha falta.

La bestia se tambaleaba hacia los lados, pero no parecía dispuesta a caer. Le ataco una vez con la pinza más alejada, lo que le dio tiempo a ver el movimiento. Ataca en una especie de arcos extraños. Así cuando la otra pinza se coloco contra su cabeza, solo tuvo que tirarse a un lado para esquivarla. Aunque por muy poco.

El monstruo no había logrado asestarle un golpe, que seguramente hubiera destrozado su cuerpo, independientemente de lo que estuviera hecho, pero no tenía tiempo para pensar en esos detalles.

Rodo un poco más, ganando el costado de la bestia, si es que se le podía llamar así.

¡Eres mía pequeña!

Estaba convencido de que golpeando por detrás de la primera pieza de la pinza tendría más suerte, incluso de que podría cortarla de cuajo. Levanto su arma y la bajo en plan samurái, en un único y potente golpe, que lo dejaba ligeramente desprotegido.

Karim logra escabullirse de las enormes tenazas del escorpión por los pelos y aprovecha ese mismo movimiento para situarse en una posición ventajosa y golpear a la bestia.
Lo hace de manera certera y precisa, aunque probablemente no todo lo fuerte que querría, sin embargo la tenaza no llega a desprenderse... pero poco le falta y nuevos y abundantes chorros de sangre negruzca surgen de la herida provocando al desesperación de la bestia que, sintiéndose en claro peligro, intenta apartar a Karim de un golpe sin éxito mientras empieza a retroceder con bastante torpeza.

Es entonces cuando Selene lanza el camión, pero calcula mal las distancias y éste cae estrepitosamente justo antes del escorpión, interponiéndose entre él y vosotros.

La descomunal bestia sigue retrocediendo dando bandazos de un lado a otro de la calle, sus patas cada vez tiemblan más y finalmente cae por sí solo derribando una casa de dos pisos con él. Es entonces cuando el silencio más absoluto vuelve a imperar en el abandonado pueblo.

Sin apenas esfuerzo, aunque con algo de asco por el estado de la carrocería, logro levantar una destartalada camioneta que encuentro cerca de nosotros. No me cuesta alzarla sobre mi cabeza y me gusta la sensación de saber que apenas siento el peso de semejante cacharro en mis brazos o cuerpo... aunque, empiezo a pensar, espero que este don no sea de usar y tirar... al menos no lo parece, espero que por hacer este tipo de cosas no vaya a caérseme algo encima cuando lo esté sujetando...

Entre divagaciones varias me asomo de nuevo a la calle principal poniéndome en posición lista para lanzar al escorpión el automóvil en cuestión... con tal mala puntería (o quizá no) que no llego a darle pero sí logro ponérselo justo delante entorpeciéndole un poco el avanzar hacia donde estamos. Momento este en que aprovecho para buscar algo más también contundente y grande que poder lanzar, a ver si a la segunda o tercera... acierto.

Jadeando por el esfuerzo observaba como el escorpión gigante retrocedía hasta que finalmente murió o al menos se quedó sin fuerzxas para seguir andando. Hacía rato que sólo observaba. Después de lanzar mi cuchillo no sabía que más hacer contra el gigantesco bicho y mientras pensaba Karim se ocupó de él, aunque Selene ya tenía preparado un "plan B".

- Ufff...¡Joder!. Menos mal que esa cosa ya ha palmado...- digo relajándome por fin aunque sin poder dejar de mirar el cadáver de nuestro enemigo.- Me cago en la leche. Como todos los insectos de este planeta sean del mismo tamaño no me extraña que los que intentaron colonizar esto salieran por patas. Y encima por culpa de ese cabrón he perdido mi cuchillo bah!.- hago un gesto quitándole la poca importancia que tenían mis palabras y entonces me acerco a Karim.- ¿Estás bien colega?. Aunque seas el hombre de hierro si una de esas pinzas llega a alcanzarte...fuuu-ni siquiera termino la frase. Es más que evidente lo que podría hace runa de esas pinzas con el cuerpo de un hombre.- ¿Y Epsi qué tal está? ¿Está bien?.- me giré sin apartarme de Karim al recordar repentinamente que Epsilon había salido volando por los aires.

El hombre de color estaba encorvado hacia delante, con la mitad del cuerpo a la altura de las piernas. Respiraba profundamente. A sus pies descansaba el machete, el mismo que había usado para atacar a aquella criatura.

Siguió respirando de manera más lenta, y con grandes bocanadas un poco más. Luego Martin se acerco, y no pudo hacer otra cosa que sonreír. Y le contesto por lo bajo.

Más vale que recuperes el cuchillo tío, era un regalo.

Y en cierta manera lo era. Aunque si tenía que pensar en ella durante un segundo, el arma que Phoena les había regalado, no es que fuera precisamente la más completa para aniquilar insectos gigantes.

Se incorporo y busco con la mirada los ojos de sus hermanas, haciéndoles gestos de si estaban bien. Y parecía que así era. La realidad es que excepto el y Epsi todos se habían mantenido a una distancia prudencial de aquella cosa. Y eso le dejaba muy tranquilo, pues recordaba el tema de conversación con su primera desconocida, en la que le previnieron sobre la manera de matar que tenían los "V chos" de matarte mientras la palmaban.

Aun así, había cosas que aun quedaban por hacer. Espero a ver que Epsi se moviera sin problemas, aquella mujer no dejaba de sorprenderle. Parecía un todo terreno. Luego, ya recuperado, recogió el machete y se puso a caminar en dirección a animal.

Bien, esto me recuerda una peli, así que pienso rematar esa cosa para asegurarme de que no nos sigue dentro de un rato, o de que no se está recomponiendo. En cualquier caso, si es verdad que la hemos liquidado, deberíamos de cortarle las pinzas y quizás partes del caparazón, podríamos fabricar armas o armaduras, o algo así, ¿no crees Clarisse?

Fue una idea que le sobrevino de manera aleatoria sobre algo que podían hacer, y prefería que fuera su hermana quien pensara sobre ello.

Nuevamente se puso en tensión al acercarse a los escombros de la casa, pues aquella cosa podía estar aun viva. No pensaba exponerse mucho, iba a trocearla parte a parte, lo que fuera encontrando fuera de los escombros hasta estar seguro de que estaba fiambre. E iba a empezar por las patas laterales del encantador alacrán.

Selene apareció nuevamente por el final de la calle transportando lo que anteriormente debió ser un contenedor de almacenaje de tamaño industrial, sin embargo dejó caer el objeto pesadamente al comprobar que todos estaban entero y el escorpión ya había sido abatido. Bueno, era mejor no arriesgarse, si hubiera movido una sola pata le hubiera aplastado sin dudarlo.

Martin mira alrededor al recordar dónde acabó Epsilon y enseguida distingue el montón de escombros donde cayó, pero de ahí no sale nadie. De hecho ni siquiera se ha producido un movimiento o sonido desde que desapareció de vuestra vista.

Por su parte Karim decide que a pesar de no haber sido carnicero nunca es tarde para aprender así que se acerca a la temible bestia con precaución, pasando por al lado del coche que tiró Selene y quedándose algo alejado del resto de sus compañeros.
Corta todas las patas laterales con relativa facilidad y de ellas sigue saliendo sangre negruzca aunque esta vez ya no es a presión.

En cuanto acaba nota los músculos de los brazos un poco doloridos por el esfuerzo, la piel del escorpión es bastante dura, pero aún así podría seguir cortando las partes más blandas como la cola o el inicio de las enormes tenazas.

- Adelante...si tú quieres acercarte a esa cosa hallá tú. Yo no pienso estar a menos de 5 metros de ese escorpión. Vete tú a saber si está muerto o tiene algún as en la manga.- comento casi a modo de broma a Karim. Realmente no tengo intención alguna de acercarme a el cadáver de esa cosa, pero Karim a lo mejor sólo está vacilando. O al menos eso pienso durante los segundos iniciales, pues en cuanto empieza a acercarse al escorpión es más que evidente que lo decía en serio.-¡Eh! Ten cuidado de todas formas...y ya que te pones podrías traerme el cuchillo ¿no?.-

Mientras veo como nuestro colega despedaza poco a poco al escorpión me percato de una cosa. Epsilon no está. No es que sea muy habladora pero desde luego no creo que se fuera sin decirnos nada. Entonces empiezo a sentir un mal presentimiento. Con la mirada busco el lugar en el que cayó Epsi y cuando lo descubro frunzo el ceño. De ahí no ha salido nadie, de hecho no ha habido movimientos de ningún tipo y tampoco he escuchado nada que yo sepa. Entonces me empiezo a acercar a paso ligero a los escombros. Todos sabemos que Epsilon es una super gata que cae siempre de pie pero...

-¡Ey Epsi! ¿Estás ahí? ¿Estás bien? Ya puedes salir, nos hemos cargado al escorpión.-

Me siento un poco decepcionada cuando veo que, tras haber encontrado otro trasto más que poder usar como arma arrojadiza contra el escorpión, al llegar a mi posición inicial este ya se ha muerto.
La idea de Clarisse ha sido lo que nos ha salvado el culo... pienso mientras dejo de nuevo en el suelo el contenedor como si no hubiera pasado nada mientras sonrío a la rubia.

Pero la alegría me dura poco y mi estado se torna rápidamente en preocupación cuando escucho a Martin dirigiéndose hacia un montón de escombros mientras llama a Epsilon a grito pelado.
Ahí es donde cayó y no veo que haya salido aún..., pienso mientras oteo a mi alrededor en busca de movimientos de la mujer sin hallar nada, eso no puede ser bueno.

Siguiendo los pasos de Martin aunque un poco más tarde que él por la inercia de no haberme enterado del fin del combate me acerco corriendo hacia los escombros donde debería haber caído Epsi.

Mientras Karim empieza a dar machetazos a diestro y siniestro Martin y Selene deciden acercarse al montón de escombros donde vieron caer a Epsilon por última vez.
Tras mucho esfuerzo y la ruptura del ya de por si mellado machete, Karim consigue una de las pequeñas tenazas delanteras del animal, las que conformaban unas pinzas previas a su boca. Puede que con un buen golpe hasta sirva para apuñalar.

Martin es el primero en escalar unos cuantos cascotes de piedras y maderas esparcidas por la fachada de la casa que le llevan hasta el segundo piso, ahí encuentra a Epsilon tendida entre un montón de piedras de aspecto doloroso totalmente inconsciente.

Selene se le une entonces y ambos sacan a su compañera de ese lamentable sitio lleno de polvo con facilidad, pero ella ofrece ahora un aspecto mucho más pálido y sudoroso de lo normal.
Aún así eso no es lo que llama más la atención de su estado, lo que enseguida distinguen con cierto estupor son múltiples y pequeñas ampollas que se han propagado por el rostro y los brazos de Epsilon sin motivo aparente. De momento no tiene más zonas con esa especie de... "infección" pero dado que ninguno de los dos es médico no podría asegurar si se van a seguir propagando o a qué demonios se deben.

Karim se guarda su recuerdo de combate con un movimiento ágil  y se le enciende la cara. Aquel bicho no volvería a molestarles. Eso lo tenía más que claro.

Sin embargo cuando levanto la cabeza su rostro volvió a cambiar, Martin y Selene bajaban a una inconsciente Epsi. Aquello le dio un vuelco el corazón, pues con toda aquella historia de tener poderes o habilidades o lo que fuera, y después de haber visto moverse a aquella muchacha, estaba convencido de que nada podía sucederle, y sin embargo la bajaban en brazos.

Corrió hasta reunirse con Martin y Selene al pie del edificio derruido. Su cara se volvió una mueca extraña cuando vio el estado del joven. Pústulas de distintos tamaños estaban saliendo por toda su piel. Aquello no tenía sentido. Habría sido el agua que bebió por la mañana.

Tenemos que ponerla a la sombra, este sol puede ser matador. Hay que buscar agua fresca.

Se dio cuenta de algo.

Clarrise, necesitamos tu ayuda, ahora mismo.

La joven, en su otra vida, fuera un sueño u otra cosa, había sido doctora, así que tenía más conocimientos que nadie al respecto.

Karim se movía de un lado para otro, nervioso, sin poder controlarse, porque ni podía, ni quería. Su cabeza empezó a trabajar a marchas forzadas, tenía que hacer algo, lo que fuera, cualquier cosa. Esperaba que alguien lo mandara a por mantas, o paños húmedos, o medicinas a el pueblo de al lado, pero sabía que aquello no iba a suceder.

Estaba en un mundo hostil, donde había muchos peligros.... esa era la clave. Peligros, Phoena le había hablado de los peligros de aquel mundo, pues era lo que primero le había interesado. Según ella, las bestias exudaban algún tipo de veneno, que hacía muy cara su muerte. Quizás fuera eso, y si lo era, podía ser que Epsi no tuviera salvación.

Creo que es el veneno del Vitrus, se supone que es mortal. Lo que no entiendo es porque no nos ha afectado a nosotros.

Lo que decía aunque tenía sentido, prefería olvidarlo. Quería que alguien le dijera que se equivocaba. Necesitaba que alguien dijera que Epsi no iba a palmarla. Y sin embargo, le parecía verdad. Y aquello volvía una pregunta contra ellos, porque Epsi.

Sabía que los experimentos con ellos, habían sido fallidos, por eso habían cerrado el proyecto y se habían pirado con la pasta. Que pasaría si la próxima vez, el veneno afectaba a otros. Que pasaría si en las próximas horas todos caían presa de aquella enfermedad, incluso el podía caer. Era más duro, pero no invencible.

La visión de Epsilon tirada entre los escombros me había dejado jodido. Al principio pensé que había sido una mala caída, pero al ir a sacarla de ahí junto con Selene, descubrí las extrañas ampollas que le cubrían la cara y los brazos. Eso no auguraba nada bueno y tuve que contenerme bastante para no empezar a maldecir. Con la ayuda de Selen apenas tuve que hacer ningún esfuerzo para transportar a Epsi hasta un sitio con sombre. La chica era tan fuerte que podía llevarla ella sola sin problemas.

-¿El Vitrus? ¡Joder macho, estamos jodidos!.- ya estaba la chica a la sombra y esta vez no pude contenerme ante el augurio de Karim.- ¿Qué cojones hacemos? Aqui no hay nada, ni medicinas, ni mantas, ni agua...¡Sólo hay putos escorpiones gigantes!...- maldigo cabreado señalando lo que queda del cadáver del escorpión y pateando el suelo con impotencia y frustración. Al final me llevo las manos a la cabeza respirando profundamente, intentado calmarme, aunque tengo unas ganas inmensas de partirle la boca a alguien.- Joder, mierda...Oye tio a lo mejor no es el virus ese. Puede que el escorpión le picara o algo por el estilo, yo qué se- le comento a Karim intentando convencerme a mi mismo de mis propias palabras. Esperaba que Clarisse fuera capaz de darnos un diagnóstico o algo parecido.

Sin embargo mi impaciencia e impotencia va en aumento. Estar ahí de pie sin hacer nada me pone mucho más nervioso.- A la mierda, voy a ver si encuentro algo útil como más agua o cosas así. Karim ¿Cogiste mi cuchillo? Pásamelo no me gustaría ir desarmado por aqui. Aunque no pienso alejarme mucho.-con la mente ocupada en buscar en alguna de las casas cercanas espero calmarme con el asunto Epsi.

Aunque Karim y Martin se muestran bastante preocupados por el estado de Epsilon ésta no recobra el sentido y Clarisse apenas ah reaccionado desde que apareció el escorpión así que algunos empezáis a preguntaros si habrá entrado en estado de shock vuestra mayor esperanza de encontrar una cura, o al menos un diagnóstico, a vuestra "compañera de probeta".

Martin se acerca entonces al pestilente cadáver de la bestia y con algo de hastío consigue recuperar el cuchillo del aguijón, impregnado en una sustancia pegajosa y amarillenta que probablemente resulte como mínimo tóxica.

Enseguida se pone manos a la obra poco dispuesto a quedarse sin hacer nada y dado que no tenéis demasiadas opciones empieza a entrar en las casas más cercanas.
En la mayoría de ellas no encuentra nada demasiado útil, sobretodo en cuanto a comida o bebida ya que lo poco que hay está demasiado podrido o sucio, sin embargo da con varias cosas que en este entorno resultarán muy útiles.

Entre varios cajones y armarios de varios edificios al final se hace con una bandolera de piel algo raída en la que puede guardar unas pastillas potabilizadoras de agua, un mapa bastante sucio y desgatado con el que podéis intentar orientaros y un pequeño pero cómodo subfusil con algunas balas que parece que todavía puede usarse.

Justo cuando ya se encuentra comprobando el arma, el suelo empieza a temblar de nuevo, esta vez con mayor fuerza que antes, así que tenéis que afanaros en apartaros de todos los edificios que empiezan a desmoronarse uno tras otro mientras varios escorpiones empiezan a hacer acto de presencia, seguramente atraídos por la pestilente muerte de sus compañeros.

Contáis unos cinco en total y surgen de las distintas colinas que rodean el pequeño poblado exceptuando la zona norte que culmina en una pronunciada pendiente que conduce a una llanura igual de desértica que el resto del paisaje.

Observo con incredulidad las ampollas que ahora decoran los brazos y el rostro de Epsi y la reacción de rabia contenida de Martin, a quien sigo con la mirada cuando se separa de nosotras dos para marcharse a deambular por entre las casas en buca de algo... algo que seguramente no encontrará. Ya fue lo bastante difícil encontrar algo de agua sucia como para encontrar algo mejor.

Inconscientemente mis ojos se dirijen a Clarisse mientras mantengo a Epsilon bien agarrada entre mis brazos, después de lo poco que hemos hablado tal vez su super-inteligencia nos pueda dar una idea de qué ha provocado esas ampollas que ahora estoy tratando de estudiar sin llegar a ninguna conclusión y rezando porque Karim no tenga razón especialmente tras lo que Phoena nos dijo.

Parece que el tiempo se ha parado cuando de pronto y tras ver salir a Martin de otra casa en ruinas el suelo comienza a temblar nuevamente de forma exagerada, el triple de fuerte que antes y, asustada porque tengo a la inconsciente de Epsilon bajo mi protección, veo aparecer tras varias colinas que rodean el poblado a cinco escorpiones como el que acabamos de matar.
- ¡Por Dios! ¡Esto no nos puede estar pasando! - exclamo con los ojos desorbitados. Luego me giro hacia la mujer rubia para gritarle: - Clarisse, ¡¡corre, ven aquí y cuida de Epsi!! ¡Yo veré si puedo encontrar algo contundente aunque son demasiados!

La batalla contra el escorpión de magnitudes ciclópeas, transcurrió ante Clarisse como la épica escena de acción de una película de aventuras tras el colapso mental que le produjo el estrés de la situación.

Las pulsaciones se aceleraron y la adrenalina comenzó a fluir como nunca lo había hecho, y en ese cuerpo en desuso dentro de una gigantesca probeta, pese al esfuerzo de voluntad que hizo reaccionar a la mujer los primeros segundos, fue como forzar el motor de una máquina parada durante demasiado tiempo, por lo que las últimas escenas de aquella descabellada película en la que se veía inmersa, la superaron, dejándola paralizada en su butaca imaginaria, sin poder ser capaz de reaccionar ante lo que veía con sus propios ojos.

Cuando todo terminó, pese a la parálisis que se había apoderado de su cuerpo, las manos de Clarisse temblaban, no sólo de miedo, si no también de la tremenda energía descargada de un sólo golpe a través de todo su sistema sináptico a causa del esfuerzo por afrontar semejante situación.

Una situación por otra parte que escapaba completamente a la realidad de una vida normal como la que había llevado. O al menos, como la que le habían implantado en el interior de la materia blanca de su masa encefálica, algo que era todavía más terrible y que provocó que por fín reaccionara al pensar en ello, en lo real eras lo que vivía en ese mismo momento, y no lo que ella consideraba que debía ser real.

Dos conceptos a los que le iba a costar habituarse despues de ver lo que acababa de pasar.

-Esto es de locos... dijo en un casi imperceptible susurro momentos antes de escuchar la llamada de sus compañeros.

Por fín, el cuerpo de la mujer reaccionó, y sus piernas se volvieron a poner en funcionamiento. Clarisse corrió hacia donde se hayaba tendida la inconsciente Epsilon, para atenderla a petición de los demás.

-Joder, joder, joder... repetía una y otra vez cuando llegó hasta ellos y se arrodilló ante el cuerpo de Epsilon, para estudiar la erupción cutánea que había padecido en tan sólo unos instantes. Dermatitis atópica derivada de intoxicación, con aparición de eflorescencias de origen por determinar. Dijo hablándole al aire o a una persona imaginaria. Esto parece muy grave...

Iba a seguir hablando mientras atendía a Epsilon, pero el tremendo temblor que sacudió los cimientos de todos los edificios de la zona la alertó para fijar la mirada en las bestias que hacían acto de presencia ante su camarada caido, y por un momento estuvo a punto de levantarse y echar a correr, pero las palabras de Selene la retuvieron atendiendo a Epsilon un poco más.

Karim estaba subiéndose por las paredes, unas que no había, pues a su alrededor todo eran escombros y suciedad. Habían venido a parar a una fosa séptica enorme, y ahora les pasaba factura.

Clarisse estaba en shock, Epsi jodida a muerte. Martin histérico, solo Selene parecía mantener una ligera calma, aunque si se la observaba, lo que veías era frustración. Por su parte, después de su rápido augurio, había enmudecido. No era capaz de pronunciar ninguna palabra, porque no se le ocurría nada bueno, y no quería tentar al destino.

Sin embargo, el destino no estaba de su lado. Como si se tratara de una mala broma de un guionista en paro, el suelo volvió a temblar. Y no uno, sino cinco Bichos gigantes, hicieron acto de presencia.

Se preguntaba cómo pudo el pueblo llegar a levantarse en aquel lugar, si aquellas bestias eran capaces de tirarlo todo abajo a su paso. Tenía que haber algún arma de grandes proporciones cerca, o quizás un refugio.

En cualquier caso, solo esperaba que aquellas bestias no fueran capaces de ver entre los escombros, si se escondían quizás podían esconderse.

Alguien sabe que tal ven los, bueno, lo que quiera que sean esas cosas. Quizás podamos escondernos y dejar que se vallan. Puede que simplemente estén en ruta.

Karim buscaba un lugar seguro con la mirada. Pero no encontraba nada, medio poblado había acabado derruido después de pasar el último bicho, con cinco no había lugar seguro. Quizás podrían salir por el flanco que quedaba libre, escondiéndose, y salir de allí sin hacer mucho ruido.

Solo le preocupaba que los sentidos de los animales monstruosos no fueran lo suficientemente buenos, como para detectarlos con facilidad.

Tras recuperar mi cuchillo, no sin poder evitar hacer una mueca de asco al arrancarlo con cuidado para no mancharme las manos, me dirijo a inspeccionar la zona esperando tener algo de suerte o al menos tranquilizarme. Cuando ya llevo un rato paseando por las casuchas me doy cuenta de que el 2do objetivo ya lo he cumplido: estoy más tranquilo, y aunque me sigue preocupando el estado de Epsi el tener la mente ocupada ayuda bastante. Pero lo mejor de todo aparece al final de la peli. No sólo cumplo mi segundo objetivo sino que también consigo el segundo. Por desgracia no encuentro agua ni nada médicamente útil, pero si me encuentro con un mapa y la joya de la corona: una UZI. Está algo hecha polvo pero servirá.

Tras inspeccionar un poco mi nuevo juguete y comprobar que no se va a quedar encasquillada a la primera de cambio, al menos aparentemente, decido dar por finalizada mi búsqueda. Salgo del lugar todavía observando mi arma y grito a mis compañeros con un evidente mejor humor.

-Ey, ¿a que no adivináis qué es lo que he encontra...?- la frase se me queda a mitad porque de repente noto como el suelo comienza a temblar. En cuanto alzo la vista descubro que los malditos escorpiones vuelven a la carga y esta vez son nada menos que 5.- ¡Venga no me jodas!...Esto ya parece una puta broma- maldigo dirigiéndome a nadie en particular. Mientras lo hago avanzo a grandes zancadas hacia donde están los demás.- ¿Algo contundente? ¡¿Estás de coña?! ¡Son como cinco!.- contesto a Selene con cierto cabreo. Me sorprende que hasta se plantee luchar contra esas cosas. Tal vez la frase me ha salido algo borde, pero no he podido evitarlo.- ¡Tenemos que largarnos de aqui a toda prisa!. He encontrado un mapa tal vez si le echas un vistazo Clarisse podamos descubrir algo.-digo entregándole el mapa a Clarisse.- Selene tú coge a Epsi que eres la más fuerte., y venga, cagando hostias. Con suerte habrán venido sólo a comerse a su compi o algo así.- no tengo muy claro que vaya a ser así, pero si no lo es siempre estamos a tiempo de luchar y siempre será mejor pillarlos algo separados que los cinco a la vez. Al menos con el arma podré mantenerlos a raya más tiempo...

Observo por el rabillo del ojo a Clarisse cuando al fin parece reaccionar y se acerca al cuerpo inmóvil de Epsilon mientras yo me alejo. Oigo algunas palabras procedentes de la mujer rubia pero no comprendo ni la mitad de lo que dice aunque me da la sensación de que tampoco me lo está diciendo a mi.

Cuando por fin procedo a echar a correr en busca de algo grande que poder usar como arma arrojadiza improvisada me cruzo con Martin y las palabras que me brinda más su mirada fría me paran en seco. Sin responder siquiera vuelvo junto a Clarisse y Epsi para coger a ésta en brazos y echar a correr detrás de los muchachos tironeando a la vez a Clarisse para que no se quede ahí y me siga.

Mirando nerviosa a todas partes, a pesar de que es evidente que no soy la única que se ha dado cuenta, me percato de que solo tenemos ahora mismo una salida... y no será fácil escapar de aquel lugar por ella... pero no queda más remedio que al menos intentarlo.
- ¡Por allí! ¡Es el único lugar por el que no ha aparecido ninguno de esos escorpiones! - exclamo para todos señalando con el dedo hacia el sitio en cuestión, la zona norte.