Partida Rol por web

¡Me la suda todo eso! - espeto al sargento - esta jodida presa necesita ser defendida ¡POR TODOS! ¿Qué te crees? ¿Que nos mola estar aquí? Hemos perdido a toda nuestra jodida compañía para salvaros el trasero, esto es una puta guerra, si queréis correr como niñas haberos quedado en alguna colmena y no haberos alistado - rugía de pura rabia sin dejar de apuntarles - Capitán, dígalo ¡ES NUESTRO JODIDO DEBER!

- "Sargento Krot, soy el Sargento Nihilius. Si vamos a defender esta posición sin su ayuda, necesitamos algo un poco mejor que estas carabinas láser. Hagamos un cambio de nuestras carabinas y su munición por sus rifles láser estándar y la munición correspondiente." -

     Grish se estaba desesperando por lo que estaba viendo y se adelantó para dirigirse al sargento Nihilus. - Aunque se me tache de insubordinado, señor, no puedo dejar de dar la razón a Venria en ésto. ¡Son convictos, señor! Su comisario ha fallecido, pero eso no les da permiso para ausentarse de sus puestos. Miró al sargento de la escuadra penal con abierta desconfianza. - No tenemos forma de comprobar su versión de los hechos o sus ordenes, pero si tenemos un oficial superior para meterles en vereda. ¡Si les deja marchar estará cometiendo un error!

Lentamente y sin darme la vuelta me alejé unos metros de la escena aun con mi carabina en las manos. Oh mierda... esto se va a ir al carajo si el sargento no pone orden ya mismo. Pensé toqueteando la superficie metálica de mi arma y pasando el dedo discretamente por el seguro mientras lo deslizaba. Paso a paso me alejaba del lugar, al menos para no estar tan cerca si los tiros volaban rápidos. Mi mano temblaba ante la expectativa de que tuviera que tomar la decisión abrir fuego tanto para defender mi vida como para cumplir las órdenes del oficial. Aquello no me gustaba nada. ¿Dónde estaban las frases potentes lanzadas con rugiente voz que hacía esconderse en sus armaduras a los soldados? ¿Dónde estaba el valor de los oficiales y su disciplina? Maldita sea, que situación tan mala. Todos perdiendo el tiempo cuando el enemigo venía rápidamente… El Trono nos pille confesados… Protégenos Emperador…

- "Sargento Krot, mis Soldados tienen razón. Puede que usted y los suyos sean soldados penales, pero siguen siendo humanos y nos enfrentamos al Archienemigo.

Hemos sido traicionados, por lo que sus instrucciones previas al desembarco pueden ser erróneas. De hecho es muy probable que ahora mismo no haya ningún punto de evacuación seguro.

Si se van ahora no estarán más seguros que en esta posición y acabarán siendo cazados y exterminados por el enemigo.

Tenemos una misión que cumplir aquí. Las circunstancias han cambiado, nuestra fuerza de desembarco ha sido completamente diezmada y les necesitamos para cumplir la misión.

Obedezcan al Capitán Septus. Sólo en la muerte acaba el deber." -

El Sacerdote miró al sargento de los legionarios penales con una ceja alzada.- ¿Así de sencillo? - dijo, y poco a poco, con una habilidad más propia de un teatro, hizo que su voz llegase más allá de lo que su volumen indicaría.-  ¿La redención a las puertas, el perdón por los pecados cometidos al alcance de los dedos, y los abandonaríais por una nimiedad técnica? ¿Dejaríais vuestra alma mancillada para la eternidad porque aquel que vigila vuestro rebaño ha abrazado la gloria del Trono? ¿Os dejaréis llevar el resto de vuestras vidas por el peso de la cadena que ahora lleváis al cuello? ¿Os venderéis tan baratos? ¿O acaso viviréis como auténticos hombres, como los artífices de la voluntad del Dios Emperador, restauraréis el honor de vuestros nombres, y nos aleccionaréis en vuestro verdadero valor? - su voz ya era lo bastante alta para que todos los legionarios penales le oyeran.- ¿Qué será?

Sospecho que mis palabras sosegadas no han tenido apenas efecto sobre los legionarios penales, pero tal vez las encendidas soflamas de nuestro clérigo tengan mayor efecto...

La macedonia
...y así se las hemos contado

Fe. Honor. Deber. Los tópicos del soldado imperial seguían calando muy hondo y los corazones, pues esos valores tan machacados y explotados en las oficinas de reclutamiento, en las iglesias y en casi cualquier ámbito de la vida del ciudadano imperial seguía teniendo un gran valor para ellos.

Mierda de vida...

Asunto zanjado. Tipo Duro colaboraría en la defensa de Ishmael. Krot se lo dijo a sus muchachos, era obvio que le habían nombrado sargento por tener ascendente entre las tropas. Él haría cumplir las órdenes que Septus le transmitiera.

Septus, que ya estaba observando la presa para preparar la defensa. Krot le explicó lo que habían preparado.

Lo dicho -comenzó Krot-: el cañón láser lo hemos puesto en la planta eléctrica, el lanzallamas en el almacén de mantenimiento y el mortero en el tejado de la oficina, con los heridos. Pero vamos jodidos de munición en todo.

¿No habéis recargado las baterías del cañón láser? -preguntó Septus.

El verdadero problema es la energía, la presa genera electricidad pero está jodida desde que llegamos. Hemos cargado algunas baterías echándolas al fuego, pero son basura.

Quizá alguien pudiera hacer algo.

La pendiente de la presa -prosiguió Krot- no deja disparar desde el nivel de suelo en esta orilla, hay que estar en el centro o más allá, por lo que nos hemos situado en algunos de esos edificios.

La batería antiaérea está en esa cresta -señaló un diminuto conglomerado de rocas que se elevaba unos treinta metros al otro lado del río-, creo que hay dos o tres enemigos allí. De vez en cuando se ve algún movimiento. Es muy pequeño para darle con el mortero.

Quizá el 101 tuviera más suerte, o despacharan de allí a los enemigos.

Hemos minado la presa, por precaución. No teníamos muchos explosivos por lo que hemos reforzado las cargas con algunos bidones de prometium, creo que llegado el momento podremos volarla. El problema son los detonadores, hemos tenido que usar tres porque los que teníamos eran una mierda. Tres explosiones en lugar de una gorda. No tenemos explosivos para estas cosas. hemos ido rapiñando lo que tenemos.

En nuestra primera semana avanzamos ciento veinte kilómetros sin agua, a pie; perdimos un pelotón completo por la deshidratación. Así nos tratan, somos una legión penal y no se molestan en abastecernos, pero nos pidieron que tomáramos esta presa. Había seis compañías aquí , y no teníamos más que un cañón láser. Aún así tomamos la puta presa. Espero que nos den alguna medalla y nos reconozcan lo que hemos hecho. Una comida decente también estaría bien.

¿Qué hacemos con el chimera? -preguntó Septus- Lo usamos de plataforma móvil o lo dejamos en reserva.

El chimera estaba corto de combustible, pero eso se podría solucionar con el prometium de los bidones

- "Sargento Krot, si tienen heridos o enfermos, el Soldado Flavion revisará su estado y el de sus hombres.

Phi-Rho, me temo que se le acumula el trabajo: intente solucionar el problema de la energía de la presa para recargar las baterías. Después inspeccione el minado del puente para ver si puede mejorarlo. Intente poner en funcionamiento los sistemas de augurio del Chimera y supervise su repostaje. Finalmente, vea que se puede hacer con la munición saboteada de nuestras carabinas.

Capitán Septus, yo sería partidario de dejar el Chimera en reserva, bloqueando el puente junto a la planta eléctrica, y de establecer equipos de fuego reforzados con armamento pesado en mitad del puente, en el almacén de mantentenimiento. Naturalmente, la decisión final es suya, Señor." -

Desde ese ángulo el chimera no será capaz de ofrecernos apoyo, y sería un blanco para los morteros enemigos. Tal vez lo mejor sería camuflarlo en esos árboles, tras la oficina. O situarlo en retaguardia por si las unidades que dejamos atrás pretenden atacarnos.

Cuando empezaron a comentar las defensas que habían establecido me callé y escuché. La central eléctrica era una prioridad- Señor, puede que una vez haya reestablecido la electricidad podamos recargar bien las baterías de las carabinas -dije mientras pensaba- me parece que es más importante el solucionar el problema de las armas que el de los augurios del chimera, que como dije en su momento, hice todo lo que pude con lo que tenía.

Comencé a moverme mientras parloteaba- El problema es si reabastecer el combustible del chimera con los bidones o dejarlos con las minas para que hagan algo más destructivo. De todas formas, mis labores tardarán un rato, por lo que en lo que yo me pongo a trabajar ustedes deberían de preparar la estrategia o, incluso, tomar la posición antiaérea.

- "En ese caso tal vez estará mejor camuflado tras la oficina, Señor.

De acuerdo, Phi-Rho, dele prioridad a reestablecer la energía.

Venria, usted y su ayudante establezcan una posición de tiro en el almacén.

Soldado Grish, inspeccione la posición antiaérea enemiga. Puede llevarse el láser largo si quiere, por si pudiera poner a algún enemigo en su mira.

Flavion, inspeccione los heridos de Tipo Duro." -

Click. El índice colocó el seguro de nuevo en su sitio. Si señor. Ahora mismo señor. !Drake conmigo! Colgándome la carabina al hombro partí cargando todo el equipo hacia la oficina donde estaban los heridos. Era un lugar desastroso, pero nada se podía hacer, pues como bien había señalado ahí el sargento de los penales solo eran carne de cañón. La habitación era pequeña, mal ventilada y estaba bastante sucia. Joder, si no mueren de las heridas será por la infección... Murmuré mientras dejaba los macutos con el equipo médico en el suelo y lo desplegaba. Ve asistiéndome Drake.

Los heridos estaban bastante mal, pero se debía en gran parte a que no habían recibido asistencia médica. El doctor está aquí. Tranquilos. Les dije mientras me ponía a trabajar con ayuda de mi asistente que me iba pasando el instrumental. Que panorama, había de todo. Desgarros por metralla, cortes por bayoneta, quemaduras laser, orificios de proyectiles sólidos… Un cuadro complicado, pero todo ello era tratable. Necesitaban hidratación para recuperar fuerzas y curar sus heridas. Con unos cuantos antibióticos y analgésicos, quizás incluso alguno de aquellos hombres pudieran servir en la defensa. No nos sobraba nadie.

Mientras las tropas se preparaban para el inminente combate, el padre Karras se dedicó a lo que había nacido para hacer. Reconfortó a los heridos e inspiró a los soldados, repartiendo la palabra del Emperador, y preocupándose en general de que mantuviesen un adecuado espíritu combativo, y que llegada la hora, el fervor de la batalla reverberase con más intensidad si cabe.

Además, buscó puntos adecuados en los que situarse para que sus enemigos sintiesen el dulce abrazo del prometio.

     Grish escuchó las ordenes del sargento y suspiró. - Ains... Otra vez le había tocado una misión peligrosa y seguramente complicada. - ¿Tengo permiso para atacar a discreción entonces o solo debo reconocer la posición?

- "Soldado Grish, si puede volarle la cabeza a uno de esos traidores, no lo dude. Dispare." -