Partida Rol por web

Llega el día, tras 6 duros días de entrenamiento y acumulación de conocimientos varios, tras el completo desayuno os comienzan a llamar uno por uno al Gimnasio Central para vuestra sesión de entrenamiento privado con los Vigilantes.

Tras el desayuno del 7º día en el hotel sabeis lo que os espera y, unos más nerviosos y otros menos, esperais pacientemente vuestro turno de demostrar en una media hora de lo que sois capaces individualmente ante los Vigilantes.

Vuestros mentores os llevan a una sala a todos, la sala de la televisión la llaman. Nuevamente podeis mirar a todos los demás tributos a vuestro alrededor.

Os hacen sentaros por Distritos, como es costumbre, en varios sillones que rodean unas pequeñas mesitas de madera. En una de las paredes hay un televisor al que dirigís la mirada cuando algún trabajador del hotel la enciende a todo volumen.
Se sonroja al notar todas las miradas puestas de repente en él y baja el volumen de modo que todos podais oír y ver bien la televisión.

A los pocos minutos en unos altavoces colocados en dos de las esquinas de la sala resuena una voz "Señorita Shayla, Distrito 1. Diríjase al gimnasio", y la muchacha rubia se marcha sin mediar palabra con la cabeza bien alta tras mirar de refilón a todos como con superioridad. Cuando ella vuelve, su compañero es llamado y con la misma rapidez se marcha de la sala: "Señorito Kustin, Distrito 1. Diríjase al gimnasio".

Shayla llega frente a los Vigilantes y muy seria, sin decir palabra alguna se acerca al puesto de arco para coger uno.
Comienza tirando flechas a las dianas que están a su disposición, es bastante precisa, da en el centro en varias ocasiones... pero sabe que no es suficiente así que coge unos cuantos cuchillos llenándose los bolsillos y una lanza que deja a su lado en el suelo.

Se acerca en silencio a la mesa de los Vigilantes y pide a uno de ellos que le tape los ojos con un pañuelo negro cuando se coloca frente a 3 dianas y 2 muñecos de trapo. Y empieza a tirar flechas y lanzar cuchillos como una loca, sin pararse a pensar hacia dónde ni cómo, con una exquisita rapidez acertando muchos, centrando otros tantos y fallando alguno que otro también.

Para terminar se quita el pañuelo y lanza una flecha a cada muñeco, luego se coloca al lado de uno de ellos y tira la lanza de modo que ambos quedan ensartados en ella.

Se despide con una reverencia, los vigilantes aplauden su actuación como si de un circo se tratase y Shayla se marcha.

Kustin abre la puerta del gimnasio y saluda a los Vigilantes educadamente.
Luego se acerca al puesto de armas de cuerpo a cuerpo y coge un martillo que tiene lo peligroso acolchado para la demostración. Pide un voluntario y el propio profesor de cuerpo a cuerpo se acerca y comienza la lucha.
Kustin no es muy rápido pero su fuerza es inigualable. Sus movimientos son estudiados, sabe perfectamente cómo moverse y hacia dónde para esquivar los ataques del contrario y aprovechar los momentos oportunos para impactar con el martillo al profesor.

Una vez ha terminado con ello coge una lanza y se dedica a tratar de impactar en los muñecos de trapo.
Para hacerlo más espectacular, coge un par de ramas y una piedra y tarda un poco pero finalmente logra crear un pequeño fuego que ni se molesta en avivar. Anuda un trapo mojado con algo que le acercan a la punta de la lanza... y pide 2 muñecos de trapo viejos que ya solicitó en su día. Prende fuego al trapo en la punta de la misma y lanza esta contra ambos muñecos haciéndolos arder con suma rapidez.

Después, deja a unos pocos recogiéndolo todo y se marcha despidiéndose de los Vigilantes.

Llevais algo menos de una hora allí y os esperan unas cuantas más hasta que todos termineis... y, para colmo, lo que están dando en la tele no son más que anuncios de cosas absurdas y carísimas que os hacen odiar aún más el Capitolio y su tontería innata.

Una mujer aparece en pantalla pasándose un aparatito pequeño de colores fosforitos por la cara, las piernas, las axilas, las cejas... y un montón de sitios. Una y otra vez, una y otra vez. Ahora piernas, ahora cejas, ahora brazos...

No podeis evitar recordar con ello el cómo os depilaron a traición (especialmente a las chicas) todos los pelos del cuerpo salvo los de la cabeza. No con un aparatito pequeño y aparentemente inofensivo precisamente.

Kustin vuelve del gimnasio y se oye un crujido en los altavoces antes de llamar al siguiente:
"Señorita Kelia, Distrito 2. Diríjase al gimnasio", "Señorito Michael, Distrito 2. Diríjase al gimnasio".

Michael estaba bastante distraido con los anuncios de la tele. Desde luego si había algo que dejara patente que los del Capitolio no pasaban hambre de ningún tipo eran desde luego esos anuncios de cosas totalmente inservibles y carísimas. Al principio tuvo que reprimirse para no darle una patada al aparato. Al final, como la espera era lo peor, decidió entretenerse mirándolos e imaginando a los gilipollas que eran capaces de gastarse tanto en tonterías. Tan absorto estaba en sus propias cabilaciones que se sobresalta al oir su nombre por los altavoces.

Mierda me toca ya...

Sin poder evitar estar algo nervioso, se levanta de su asiento, y haciendo un simple gesto deseando buena suerte dirigido a Kelia, se dirige al gimnasio.

Estaba distraida mirando la tele cuando oí que llamaban a los del distrito 2, me sobresalte y dije:    Podeis decirlo mas bajo , por favor. Con que lo dijerais una vez bastaba que aqui nadie esta sorda que yo sepa.-Veo que Kelia y Michael se levantan y se van al gimnasio.-Les deseo buena suerte y sigo mirando los anuncios de la tele.

-¿Seguro que esto no es un lavado de cerebro...?- pregunto ladeando la cabeza tras varios minutos de anuncios. Miro entonces a mi compañero y me percato de lo poco que le entusiasma el televisor, como era de esperar, pero el resto de Tributos no es que estén mucho mejor. Al menos podrían habernos puesto algo que realmente nos distrajera... aunque supongo que la gracia es que nos pongamos aún más nerviosos.

Me resigno con un suspiro y espero con impaciencia nuestro turno. En este caso agradezco ser de las primeras porque si no se me haría eterno.
Me levanto con un respingo cuando pronuncian mi nombre y tras darle las gracias a Briggitte le deseo suerte a Mike y finalmente desaparezco en el gimnasio.

Una vez dentro saludo al jurado con una pequeña reverencia muy educada, pero un tanto nerviosa. Me esfuerzo por sonreirles y les explico lo que voy a mostrarles.
-Mi punto fuerte no es el físico, como ya habrán notado, pero les demostraré de lo que soy capaz con mi ingenio- dicho lo cual hago unas cuantas trampas bastante originales y efectivas para después hacer gala de mis capacidades de ocultación y camuflaje, con lo cuál podría sorprender a cualquiera y aprovechar para atacarle o lanzarle algo entonces.

Creo que también se me hubiera dado bien hacer referencia a mis cualidades de sanación pero no es lo que ellos quieren ver.

Al llegar al frente del "jurado" Michael tenía que admitir que estaba algo nervioso. En realidad no debería, pues iba a demostrar lo bueno que era haciendo cosas que se le daban bien. Si tuviera que hacerlo con cosas que se le daban mal todavía tendría sentido pero no era este el caso. Sin embargo, y a pesar de todo, él se sentía nervioso. Nervioso por estar frente a gente que evaluaría lo bien o lo mal que lo estaba haciendo, y eso podría repercutir mucho en los acontecimientos futuros de los juegos...Así que decidió empezar sin más preámbulos. Cuanto antes empezara antes terminaría. Cogió aire lentamente y se concentró en lo que iba  a hacer...

Los puños volaron, al igual que las patadas y los codazos. Primero tenía que demostrar que en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo tenía las de ganar. Además a su modo de ver la pelea callejera era lo que mejor se le daba. Los golpes eran duros y directos, nada de florituras ni acciones espectaculares. La pelea callejera carecía de toda elegancia, pero era efectiva. Romper la nariz del rival, dejarle medio ciego, derribarlo, dejarlo sin aliento, romperle alguna costilla todo estaba destinado a hacer daño o a derribar a su oponente. Duro, directo y efectivo. Por otro lado también aderezó esta lucha callejera con alguna demostración de armas, tanto cuerpo a cuerpo como de proyectiles. Tampoco se le daban mal  y con una navaja el espectáculo quedaba bien cerrado. Además este arma quedaba muy bien con su estilo de lucha callejera.

Después comenzó la segunda parte de su show. Quería que supieran que él era un buen guerrero con posibilidades en los enfrentamientos, pero tampoco quería limitarse sólo a eso. Era también necesario que se sorprendieran con otras de sus habilidades. Que descubrieran que no era un simple matón. Así que comenzó con la exibición de supervivivencia en medio hostil. Demostró que podía seguir bien los rastros, reconocer su entorno y actuar en consecuencia. Podía trepar por los sitios más dificultosos, así como saltar con agilidad felina de un lugar a otro, fuera como fuera el suelo sobre el que aterrizaba. También sabía mimetizarse con su entorno y pasar desapercibido ante los ojos enemigos. En la selva con sus garras él sería una pantera...

Veis volver primero a Kelia y después a Michael desde el pasillo. Ambos entran en silencio en la salita donde estais todos y se sientan en sus sitios a esperar. 

La televisión sigue dando absurdos programas de televisión. No entendeis si es que no hay nada mejor que enseñar en la programación del Capitolio o si quieren sacaros de quicio antes de los entrenamientos privados.
Ahora en esa maldita pantalla se tiran 5 minutos explicando una fabulosa tontería para adornar y sujetar el pelo de las mujeres. Y, para colmo, piden un dineral por cuatro hilos mal hechos... Un dineral que podría dar de comer un mes a cualquier Distrito, sobre todo a los más pobres... Ver para creer.

Después la que parece la misma actriz del anuncio anterior se mete en una caja de colorines a pasar calor; una sauna portátil la llaman, pero hasta hoy no teniais ni la más remota idea de lo que era una sauna... y podiais vivir sin saberlo perfectamente. ¿Por qué alguien querría pasar calor a propósito?

Cuando la mujer rubia sigue embutida en ese aparato de colores llamativos suena otra vez el chirrido de los altavoces antes de que la misma voz hable a través de ellos: " Señorita Alexandra, Distrito 3. Diríjase al gimnasio".
Y al cabo de un rato nuevamente: "Señorito James, Distrito 3 Diríjase al gimnasio".

Me adentro en la sala despacio, los Vigilantes frente a mi esperan curiosos mi actuación, no me hace mucha gracia, me hace sentir como un mono de feria pero allá voy. Es lo que tengo que hacer y me comprometeré, la verdad es que no me siento buena en nada; sé hacer muchas cosas pero ¿cómo demostrarlo?

Me quedo frente a la sala y saludo educada con una inclinación de cabeza, intento relajarme, respiro profundamente y comienzo mi entrenamiento: frente a mi un gran saco de arena un poco desgastado por el uso. Me quito la chaqueta quedándome en tirantes  y comienzo pegando unos rápidos puñetazos con mis manos cubiertas por unas vendas haciendo esquivas acompañándolos con patadas a distintas alturas y giratorias.

El saco se mueve a cada golpe, controlando mi equilibrio y la dirección que toma el saco continúo pegando hasta dar la última patada en el medio del saco dejándolo parado en el sitio como si no hubiera sido tocado; acto seguido me giro hacia ellos y con un rápido gesto saco dos cuchillos lanzándolos a sus pies quedando estos clavados frente a ellos a escasos centímetros de sus pies, con la respiración acelerada por la actividad realizada hago una inclinación en forma de saludo nuevamente y me quedo frente a ellos sin dejar de mirarles.

No sé si será esto lo que querian... pero bueno ya está hecho.

Necesitaré si es posible un arco, con 4 flechas (con protectores en la punta para no herir)

Luego en un terreno boscoso, me gustaría que hubiera 5 objetivos (humanos o simplemente muñecos).

Lo primero que haré al entrar en la sala de entrenamiento decorada a modo de bosque será buscarme un camuflaje, para ello me huntaré barro por todo el cuerpo, y me colocaré hojas para taparme, ademas de andar a rastras, buscaré mis objetivos con cautela.

Ando a rastras por entre los arboles subiendo a alguno para ver si veo a alguno de mis objetivos, una vez localizo a uno, disparo, una flecha con protector.

-Vaya, parece que es mi turno... digo en voz baja, me levanto, y me dirijo hacia la puerta, para ir a la sala de entrenamiento.

-Suerte a todos digo de pasada mientras me voy de la sala la vais a necesitar digo en un susurro apenas inteligible. Y salgo de la sala.

Apunto lentamente, sin hacer ruido, no tengo prisa puesto que estoy oculto y no me ven. Coloco con cuidado una flecha, tenso el arco controlando la respiración, un simple moviendo brusco y podría hacer ruido, esto no me supone ningún problema puesto que estoy acustumbrado a cazar y es casi un acto reflejo. Apunto con cautela a mi objetivo, midiendo la distancia, pues esta un poco lejos, 30 metros, es un tiro sencillo pero no admite errores. Suelto la flecha, la punta golpea a mi objetivo en el pecho.

Bajo del arbol me escondo detrás un minuto y me decido a avanzar gateando hasta un arbol en otro lado, al cual me subo para observar bien donde está alguno de los otros objetivos. Una vez localizado mido las posiblidades de acercarme a su retaguardia.

No me da tiempo a llegar a donde está su retaguarda puesto que al acercarme me alerto de que otro de los ayudantes esta colocado detras de el, espalda con espalda y se alertaria, por lo cual decido dispararle de frente.  Esta vez es una distancia mayor, 75m, ya es una distancia importante para un tiro, pese a todo le doy, el segundo ayudante se gira alertado del golpe de la saeta, pero me da tiempo a moverme a un lado rapido, da un grito de alarma, cargo el arco mientras me está buscandome entre los arboles con la mirada, apunto disparo pero fallo, el objetivo está de lado y no es un blanco fijo, vuelvo a cargar el arco, me quedo quiero, y disparo. Un tiro perfecto, directo al pecho.

Al ver que me quedan dos objetivos que me estarán buscando y que no me quedan flechas, rompo un trozo de mi camiseta en una tira, y con una piedra improviso una honda, es rustica pero puede servir, me cojo unas cuantas piedra más me doy una vuelta en busca de mis otros dos objetivos, y consigo avistar a uno, cargo la honda, no soy un esperto en esto, pero la distancia no es muy grande y mi punteria es bastante buena... un poco de cuidado, apunto, y golpea la piedra en el casco de uno de los ayudantes.

En toda la cabeza, ya solo me queda uno. Pienso, mientras cargo otra piedra en la honda, me dirijo a por el ultimo, lo encuentro me preparo apunto, y fallo,  ¿Cómo? no es posible... miro al suelo y cojo un palo, cargo rápido contra él, golpeandole en la cara mientras se gira en la dirección en la que estoy alertado al ver una piedra chocar con el suelo, pero consigo acertarle en la cara mientras se gira.

Prueba conseguida, he conseguido "matar" a  5 ayudantes antes de que me consigueran atrapar.

Cuando James vuelve, media hora después de Alexandra, a la salit de la televisión todos vuestros mentores os comunican que es hora de ir a comer ¿o acaso pensabais que os tendrían 6 horas seguidas viendo esa porquería de anuncios?
Os llevan a todos al comedor grande y, aunque os colocais por distritos como es costumbre, notais como ya poco a poco os vais quedando con las caras de todos los demás tributos, de vuestros posibles enemigos en unas 24 horas...

Una vez terminada la comida, os hacen volver a la misma sala y, por desgracia, la televisión sigue puesta en ese estúpido canal lleno de anuncios de objetos inservibles y, para colmo, carísimos.
Antes de que suene el altavoz nuevamente os entra algo de sueño, pues estais con las tripas llenas, al ver cómo anuncian y presentan exquisitamente un colchón que se infla con un aparatito que no habíais visto nunca. Y lo colocan por todas partes: en la sala, en una habitación junto a una cama pequeña, en el jardín...

Algunos os sobresaltais cuando la voz de siempre llama a la siguiente: "Señorita Bost, Distrito 4. Diríjase al gimnasio" y un rato después cuando la misma vuelve, otra vez esa voz que ya aborreceis: "Señorito Walter, Distrito 4. Diríjase al gimnasio".