Partida Rol por web

Zook ve como atienden al chico y el paladin hacia cosas raras de santurron, asi que decidio comenzar a recoger muestras de lugar, algo que casi nunca tenia oportundiad de hacer, asi que lo primero era observar el cadaver y recoger o investigar las cosas que estuvieran cerca, y posteriormente, seria revisar el cadaver.

- Chicos encargaros de el chico, yo voy a empezar a hacer algo util con el cadaver y sus alrededores -

La amabilidad que le muestra Destro permite al muchacho salir de su estado de terror:

- Sentí un rugido terrible, y la señorita gritaba, y abrí la puerta. Había un hombre de gran mandíbula que había venido la semana pasada, pero que ayer no tenía cita. Había dicho que le dolía el diente. Tenía pelo por todas partes y unos dientes enormes. Sus ojos eran rojos y tenía la mano de la señorita dentro de la boca. Masticaba los huesos como... se rompían como almendras... La señorita gritaba de dolor. Había sangre por todas partes. Pensé... que tendría que lavar todas esas manchas...
"Entonces me miró con esos ojos de loco y corrí... Me metí en el armario...Me siguió, intentó cogerme... Perola puerta de entrada abierta bloqueaba abrir la del armario. Metió una mano y me arañó. Le golpeé la cara con la escoba... Y se fue. Pude oír como tiraba todo por el suelo... Acababa de ordenar los archivos...Entonces dio un portazo... ¡Ya la señorita está muerta!
"¿Cómo podrá lanzar conjuros sin sus manos? ¡Ayúdenme!

ANÁLISIS DE ZOOK.

Anlyn ha muerto a causa de laceraciones en el cuello. Profundos desgarrones. Aparte le han arrancado una mano de la que faltan dos dedos. Tiene muchas heridas de garras y mordisco. Ha muerto hará unos 20 minutos. El cuerpo empieza a enfriarse. Encuentras un dedo bajo una mesilla derribada. Tiene aun un anillo sencillo puesto.
Encuentras la huella de una bota que no encaja con sus pies, que llevan zapatillas.
Te llama la atención que la habitación tiene gran cantidad de instrumental. Dispuesto en estanterías, cajones forrados y banquetas. De no saber que era una maga sedentaria, dirias que más bien era torturadora. Tiene extrañas ganzúas, limas, pinchos, cepos, espejos al final de alambres.
Hay por cierto otra puerta.

BLARC.
No detectas ninguna presencia maligna cerca, aunque sí la ha habido hace poco.

Te llama la atención que el estibador que está tan alterado lleva una mano vendada.

Al mismo tiempo uno de los nobles parece creer que le estás observando y guarda rápidamente la carta, pidiendo a una camarera que le traiga su bastón, sombrero y capa mientras le toca el culo de manera discreta.

Wymar entró primero, dado vueltas por todo el lugar antes de llamar a los demás. Vio el cadaver y se tomo un momento para examinarlo cuando Zook irrumpió en la sala.
"Vaya, para que mandan una avanzada" Pensó para si mismo. 
Canceló la invisibilidad mientras todavía estaba inclinado sobre el cuerpo.
-No toques nada aún- Le pidió al gnomo -Pueden venír - llamó a los demás, -pero que el niño no pase -

Dejó a zook con la muerta y abrió la puerta que había en la habitación

El enorme guerrero parecía totalmente enfocado en su trance vigilante, sintiendo más allá de su mera vista cualquier rastro de maldad. Algo sentía, mas muy lejano. Sólo una huella. Lo que sea que haya invadido y profanado este sitio, ya no estaba aquí. Se acercó al niño, por último, viendo que éste tampoco demostraba rasgos de maldad o engaño divino. Fue entonces cuando bajo su mano, y escuchó su relato.

Su puño se apretó con fuerza. Su descripción era vaga, si bien medianamente útil. Podía tratarse de un orco, pero más probablemente de un Licántropo. Aquellos horrendos seres corrompidos por la maldición de su lado animal... Posiblemente le tocaría purificar a otro esta noche.

Fue entonces que miró al niño, y se le acercó. Podían apreciarse sus oscuros ojos si es que el chiquillo tenía el temple de levantarle la mirada.

- Dime, muchacho... ¿Cuál era tu relación, con esta mujer? - Le pregunta con un tono calmo y bajo, quizás hasta algo comprensivo dentro de su grave voz. Por su forma de nombrarla, quería suponer que no se trataba de su madre, mas era bastante joven como para ser un mero empleado.

Algo de lo que dijo Autre le llamó la atención, además de la mano vendada del estibador.

-¿Con qué gremios?- preguntó, para luego sonreirle de nuevo -Para mí es un gusto, es una simple bendición que Toth me otorga, ya que si un libro no pudiera ser leído por una simple rotura, ¿de qué nos serviría?-

Rebás no demostró reacción alguna ante la respuesta del noble, pero por dentro se recriminó el no haber sido más sutil. Había sido muy observador ese hombre. Confiaba en que Toth le permitiría recordar su rostro... además de la del estibador, al que intentaría contactar luego.

Le hizo un gesto a Aéli para que se acercara.

-¿Quién es ese hombre que se aleja con el bastón y el sombrero?- le preguntó en un susurro confidente -¿Y ese otro de la mano vendada?-

El muchacho no puede afrontar la mirada de la imponente forma de Blar, se encoge:
- Soy su aprendiz señor... o sea, lo-lo e-e-era... Me llamo Myles...

- ¿A ese currante? No se, cariño. Viene poco por aquí. Deben haber cobrado hoy...

"¿Ese del sombrero? Lo vemos más a menudo. Se llama Delton o algo así. Tiene habla del Valle del Ocaso. Creo que es un alto cargo de un priakos*, o algo así. Ha hecho muchos amigos con los pisaverdes de por aquí.

Mientras habláis de él, el noble, ya abillado, sale por la puerta tras despedirse de sus amigos. Un criado sale con él llevando una linterna encendida.

Zook escucha la historia del chaval y parecia que su historia coincidía perfectamente con los restos encontrados ... el ataque habia sido brutal, las huellas eran clara, incluso las garras ... pero ... le había rajado al chico ... , por cierto habia dicho que era cliente?

- Chico, dices que vino la semana pasada, tal vez podrias saber su nombre o hay un registro de clientes ... torturados .. - digo mirando los estrafalarios instrumentos de tortura que hay colgados por todos lados

-Gracias, Aéli- le dijo con una sonrisa -No te molesto más-

Rebás sabía que esa información ahora quedaba guardada en su mente, el tiempo suficiente como para luego anotarlo en uno de sus tantos pergaminos.

Ahora podía dedicarle la atención a Autre, que aún no le había respondido la pregunta de los gremios, seguramente por la interrupción de Aéli.

Parece que la música de Destro surtió el efecto deseado y había conseguido calmar al niño, por desgracia cuando fue a preguntarle Zook se le adelantó como perro viejo que es. No quería atosigar más de la cuenta al pobre, así que decidió por el momento centrarse en otros cursos de investigación. 

-Myles, no dejes que ese viejo gruñón te atosigue, si te cansas de responder y prefieres descansar dímelo. Y tu Zook, no te pases con el chaval, lo ha pasado mal.- Dice Destro en un tono algo más serio al que habitua ya que está concentrado en observar la estancia en la que se encuentra el cadáver, aunque no sabe muy bien que está buscando y no se siente del todo cómodo en el lugar, lo cual salta a la vista.

La otra habitación debía ser el laboratorio de la maga Anlyn: hay una pesada mesa de trabajo con varias linternas con conjuros de luz, pilas de libros y libretas, estantes repletos de materiales arcanos, botellas e instrumental.

La víctima llevaba un delantal y guantes de fino cuero aptos para algún trabajo fino. LLevaba encima una bolsa con algunos componentes para hechizos. Claro que sin mano no podría lanzar muchos conjuros... Os llama la atención que hay muchos modelos en los cajones de protesis de manos, pies, mandíbulas y ojos de cristal. Algunos extraordinariamente bien hechos. Parecen de factura enana o gnoma.

-No se, señor... Aquí viene mucha gente... La señora llevaba los registros...

- No se qué gremios, ya digo que no la conocía mucho... ¡Oh!

Autre se interrumpe cuando el estibador de la mano vendada suelta un rugido y derriba su mesa violentamente, lanzando candiles y picheles por el suelo. Mientras los demás gritan y le insultan, sale a grandes zancadas de la taverna, otro de los estibadores sale tras él pidiéndole que se calme.

Le dirigió una mirada tenaz al bardo, por llamarlo de tal manera. Luego regreso su atención al joven aprendiz de mago.

- Myles... Un nombre valeroso. Mi nombre, es Blarc. - Se presenta honrosamente. Su voz era gruesa y algo sombría, mas calma y capaz de transmitir su seguridad y dureza. - ¿Dónde están tus padres, muchacho? - Le pregunta tras una breve pausa. Seguramente los necesitaría para tranquilizarse y aclarar sus pensamientos. Así como luego él necesitaría su futura colaboración, para identificar al victimario. Además... No podía dejarlo a su suerte.