Partida Rol por web

-Seré todo eso, pero no sordo. - su refunfuñona voz sube con ecos cavernosos desde unos metros más abajo.

Pese a quejarse del comentario, corrobora lo dicho por Irina, blasfemando en el par de ocasiones en los que la "cuerda" o él se enganchan en alguna planta o saliente rocoso.

Precariamente sentado en el saliente, Charlie palpa uno de sus bolsillos, sacando las cerillas que puso a secar sobre una roca a su llegada a la isla. Algunas briznas del tabaco procedente de los cigarrillos deshechos, salen junto a los fósforos y caen al barranco como si se trataran de copos de nieve mortecina.

Con dedos temblorosos por el esfuerzo del descenso, frota uno de ellos para intentar iluminarse un poco.

Menuda linterna... Eres idiota, viejo borracho.

Flora estalla en carcajadas ante las palabras de su compañera de penurias y la respuesta mordaz de Charlie, al que siempre agradecera su caracter afable y aventurero...

Charlie, tenga cuidado. Rezaremos por usted...

Leroy, al otro lado del mohoso puente, se sienta en el suelo desde su posición privilegiada para supervisar el descenso del vagabundo. Se da buena maña, debe haber robado en más de un apartamento.- piensa con despreocupación.

- Bien Charlie, continúe así. Acuérdese de que tiene que volver a subir y no rompa la cuerda. No hay almacenes cerca donde comprar más suministros, ya sabe.

Tampoco me apetece bajar a traer de vuelta sus piojosos despojos. Si ocurriera algo seguro que el resto insiste en rescatarle. Pfff.

El detective esperó unos instantes a que Charlie hubiera bajado y una vez estuvo éste seguro se asomó.

—Bien. Bajaré con él. Si hay algo ahí abajo mejor que estemos dos. Ustedes aseguren la zona... y prepárense para ayudarnos a subir.

Se agarró bien a la cuerda improvisada y comenzó a descender.

Felix desciende con agilidad por la cuerda improvisada hasta el saliente donde se encuentra charlie aunque su destreza no puede impedir golpear al viejo vagabundo que se agarra a la pared con desesperación sin soltar lo que tiene entre manos.
Finalmente consiguen afianzarse y combatir contra la oscuridad entre los dos. Charlie le entrega un palo a felix con la orden de sostenerlo aunque sea con su vida y procede a amarrar a él un trozo de tela de su camisa, después saca su petaca y esparce lo que queda en ella, que es poca cosa, sobre la tela. Después de eso saca un fósforo y lo enciende sobre la pared para encender la improvisada antorcha.

La visión es aterradora pues la oscuridad os rodea y no se ve el suelo de la fosa. De hecho vuestra situación es bastante precaria y lo que viene más adelante es todavía peor pues la sima es muy profunda.

Cuando felix desciende escucháis como charlie se queja y tras unos segundos de tensión los escucháis hablar y finalmente se enciende una luz allí abajo pero no podéis ver apenas nada desde vuestra posición.

Desde tu posición puedes ver como se ilumina la fosa y te sorprende ver la oscuridad del lugar. Tiene muy mala pinta el abismo que esta ahí abajo.

Tras unos instantes de silencio os preguntáis si a los de abajo les habrá pasado algo ya que hace un rato que no se les oye.

Felix miró alrededor examinando el oscuro entorno en el que estaban inmersos.

—Mejor dos que uno. Usted dirá. Le sigo muy cerca.

-Ya me estoy arrepintiendo de haber bajado, aunque le agradezco la ayuda. Sigamos.

Y de haber gastado la ginebra. - lame con pena una última gota que resbala por la boca de la petaca.

La guarda, coge la antorcha con la zurda y se agarra bien con la otra mano a la cuerda, dándole un par de vueltas alrededor de su antebrazo. Abandonando la precaria seguridad del saliente, reanuda el descenso.

No se ve el fondo del abismo pero el sonido del aire al moverse en la sima os llega intensificado así como la potencia del viento en vuestro rostro.

Apenas con un pie fuera del saliente, Charlie husmea como un sabueso viejo y mueve la antorcha a su alrededor.

El detective agarró fuertemente la cuerda y miró hacia abajo.

—No hemos llegado hasta aquí para quedarnos mirando hacia abajo Charlie.

Se adelantó un paso y aseguró la cuerda.

—Vamos. Yo le aseguro.

Cuando felix empieza a bajar aún más en la sima la cuerda tiembla. Parece que es demasiado peso para esa cuerda improvisada. ¿Resistirá?

A tu alrededor solo hay oscuridad. Oscuridad y frío pero lo peor es que la cuerda esta llegando a su fin. ¿Y después de que se acabe la cuerda como vas a seguir bajando?

-Mrffffgrrrr. - se le oye "decir" mientras desciende, aprovechando la ayuda que le presta el policía.

Un día te sacan a palos de la puerta de unos grandes almacenes donde no haces más que pedir educadamente a las zorras con pieles de foca y a las focas con pieles de zorra. Al siguiente, te tratan con respeto y te ayudan. No todo en esta isla iba a ser malo. El mundo está loco...

En cuanto toca el suelo, flexiona ligeramente las piernas y mueve la antorcha a su alrededor, en actitud defensiva.

-Este sería un buen escondrijo si las cosas se pusieran muy feas. - comenta en voz baja.

En realidad, es un agujero infecto y frío. Pero sus curtidos huesos están acostumbrados a noches de esas en las que el frío y la humedad se aferran a ti, calándote hasta el tuétano y dejándote, al amanecer, más agotado que cuando te echaste en ese portal y te tapaste con la raída manta o los cartones. Cuando la vida te da de palos, o te mueres o te haces duro.

Un trozo suelto de maleza cruza por delante vuestro en silencio mientras os miráis los unos a los otros siendo conscientes de que llevan bastante tiempo ahí abajo y que no dan señales de vida.